❤ ፧ 𝘀𝗲𝗶𝘀 • 🖤✦⁾
Al llegar a casa lo primero que notó es que nuevamente estaba solo, su hermana probablemente no llegaría a dormir como siempre y su madre ya debía haber entrado a su turno, por lo que él tendría la casa a su total disposición.
No era una sorpresa en realidad, su madre trabajaba en un servicentro que atendía las 24 hrs haciendo turnos de noche y su hermana mayor, ella simplemente jamás estaba.
El corrió rápidamente hasta el baño lavando sus dientes con cualquier químico que pudiese quitar el sabor de Soobin de su boca, antes de dirigirse hasta su habitación tomando cualquier cosa que pudiera delatarle como el falso homosexual que era.
Véase revistas para adultos, pósters de chicas desnudas y videos para adultos, sacando también de paso todo indicador que lo hiciera parecer un friki desesperado por ver un par de pechos, como sus figuras de acción de edición limitada, manhwas hentai, sus cartas de batalla de pokemon, su consola portátil de videojuegos en conjunto con todos los juegos en sí, y pósters de animaciones conseguidos en algunas convenciones.
Todo terminó en una bolsa negra enorme, escondida sobre el armario de su madre.
Fue entonces cuando notó que su habitación estaba vacía.
Él no tenía nada más además de ello, y las chicas jamás creerían en su pobre actuación en una habitación así.
Una idea demasiado descabellada se coló en su mente sin permiso, el bajó hasta el primer piso observando a la distancia una de las chaquetas de su hermana colgada en la entrada.
Nadie estaba en casa y él tendría tiempo de sobra para arreglar el desastre antes que ella llegara al día siguiente, se acercó hasta la chaqueta hurgando en uno de los bolsillos hasta sentir el juego de llaves en sus manos.
Y nuevamente corrió como un niño luego de hacer una travesura hasta la habitación de su hermana, quitando el seguro con la llave antes mencionada.
Yuna odiaba que el espiara o tocara sus cosas, pero para ser justos.
Ella incluso odiaba respirar el mismo aire que su hermano menor, así que ya no podía ser peor.
El tomó el enorme mural sobrepuesto en la pared con fotos de animadoras y afiches con brillantes de concursos deportivos femeninos, llevando este a su habitación y ubicándolo en su pared, regresando por algo más.
Él tomó peluches, revistas para adultos con chicos posando desnudos, un estuche prácticamente nuevo con artículos para hacer manicura, un par de pijamas azul cielo y rosa pastel, una pequeña caja musical llena de joyas y accesorios, su cobertor color rosa con diseños en color plata, además de una maleta con cosméticos y tratamientos de belleza entre otros.
Fue entonces cuando los ojos de Yeonjun brillaron al abrir un cajón, buscando más pijamas por si alguien más necesitaba de alguno, encontrándose de lleno con un vibrador.
Esa era la prueba de mayor peso que él tendría esta noche, sabía que estaba mal tocarlo porque era algo demasiado personal de Yuna, pero era su salvación.
La prueba fehaciente de su homosexualidad, y no podía permitirse el no tomar la oportunidad.
Lo puso junto a una chaqueta de jugador de fútbol, la cual probablemente pertenecía a algún ex novio de su hermana y salió de la habitación cargando aquellas cosas entre sus brazos.
El no tardó en acomodar todo en su habitación, haciendo ver esta como una auténtica guarida de quinceañera.
Suspiró cansado volteando en dirección a la ventana, y notando a Lee Heeseung observarlo curioso.
Y es que ahora el jodido cretino parecía estar teniendo una crisis moralista, al fruncir sus labios en desaprobación al cambio en el lugar.
—¿Qué? —se quejó Yeonjun abriendo su ventana y asomando su cabeza por aquel espacio.
—No he dicho nada —se encogió de hombros Heeseung afirmando sus antebrazos en el marco de su propia ventana.
—Te estoy viendo, cretino —se quejó—. No es tu jodido problema como acomode mi habitación.
—No es esa la razón por la que te estoy viendo —mencionó despreocupado—. Tú y yo tenemos un tema pendiente.
—No tengo nada que hablar contigo —negó dispuesto a cerrar la ventana.
—¿Por qué estás corriendo el rumor de que tu y yo fuimos novios? —dejó salir repentinamente.
Yeonjun estaba completamente seguro de que su alma había abandonado su cuerpo al oír esto último.
—No sé de qué estás hablando —negó rápidamente.
—¿No lo sabes? —ladeó su cabeza—. Entonces no fuiste tú —asintió—. Supongo que entonces no hay problema en que lo desmienta.
—¡No, espera! —respondió rápidamente—. Bien, si lo hice —admitió—, no creí que fuese a molestarte.
—No me molesta —se encogió de hombros—. Es irrelevante para mí, en realidad.
—Entonces —frunció los labios—. ¿Vas a ayudarme con esto?
—¿A qué te refieres con ayudar exactamente? —preguntó curioso.
—Simplemente a decir que es cierto cuando te lo pregunten —respondió—. Admitir que fuiste mi novio y ya está.
—Eso podría ser contraproducente para mi —chasqueó la lengua—. ¿Cómo podría conseguir una novia si ya estás encasillándome como un homosexual?
—No lo sé —balbuceó—. Las chicas adoran a los homosexuales.
—Dije que "podría" ser contraproducente —aclaró haciendo énfasis en la palabra en cuestión—. Si fuera heterosexual, pero no puedes saberlo.
—¿Eres gay? —preguntó curioso Yeonjun
—Yo no he dicho eso —se encogió de hombros.
—¿Entonces no? —frunció el ceño.
—¿Por qué te lo diría? —preguntó incrédulo—. Ni siquiera somos amigos.
—No puedo saber que tan en deuda estoy contigo si no me lo dices —señaló—. Hasta donde sé podría incluso estar haciéndote un favor al sacarte del clóset.
—Estoy muy seguro que convertirme en el blanco de Soobin y Taehyun no puede ser considerado un favor —comentó— y es justamente lo que hiciste.
—Soobin no te hará daño —aclaró— voy a encargarme de que así sea.
—¿Es tu novio? —preguntó interesado.
—No —respondió rápidamente— no lo sé —se corrigió— algo así.
—Estoy seguro que es mucho mejor que tu tarta —comentó despreocupado.
—Mi tarta es irremplazable —aclaró Yeonjun—. Y bueno, Soobin es... —frunció los labios— simplemente es un urgido.
—¿Cómo tú? —ladeó su cabeza—. Sé que crees estar a salvo de algunos matones por tener a Soobin a tu lado pero no es así —mencionó.
—¿A qué te refieres? —preguntó Yeonjun.
—Soobin estuvo saliendo con un chico antes de ti —admitió—. En ese entonces aún no te habías apuntado a esta Universidad.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque Soobin es un bocón —se encogió de hombros—. Él no puede evitar alardear sobre los tipos con quienes se acuesta —Yeonjun sintió todo el aire escapar de sus pulmones—. Ni siquiera estamos en el mismo círculo, pero todo el mundo se enteró de las veces en las cuales se acostó con ese tipo.
¡Ohhh jodida mierda!
Como aquel infeliz se atreviera a contar que él se la había chupado en su auto, Yeonjun le reventaría las pelotas a patadas.
—Entonces, ¿ese tipo es su ex?
—Algo así —chasqueó la lengua—. Nunca hubo un título ya que Soobin es alérgico a las relaciones serias.
Esa información era demasiado útil para Yeonjun, ahora al menos ya sabía cómo hacer que aquel grandulón sintiera urticaria en torno a él.
—Tu enorme problema es que Huening jamás lo superó.
—¿Huening? —balbuceó.
—Él va a estar furioso al saber de ti —bostezó—. Vé con cuidado, mentiroso.
El simplemente vió a Lee Heeseung cerrar su ventana, al igual que su cortina.
¿Quién mierda era Huening y porqué sería su jodido problema con quien estuviera Soobin?
El tendría que hacer algo al respecto, no podía esperar a que aquel cretino se enterara así nada más e hiciera su vida miserable por ser mucho más interesante que él, según el punto de vista de Soobin.
El timbre resonó por toda la casa, así que se apresuró hasta llegar a la entrada.
Sus invitadas, más Beomgyu estaban esperando por él.
De alguna manera se sintió complacido al oír a Lia alabar la decoración de su casa.
Esa podría ser su casa también, si ella algún día decidía casarse con Yeonjun.
Porque sí, Yeonjun no pretendía dejar a su madre a corto plazo y su futura esposa debería saber entenderlo.
—¡Vaya! —comentó Chaeryeong en voz alta viendo detenidamente la nueva habitación de Yeonjun—. Me encanta.
—También a mí —admitió Yeji—. ¡Mira esto! —mencionó viendo el mural con decoración de animadoras—. ¿Fuiste animador? —preguntó a Yeonjun al ver todo el material.
—Umm no —admitió avergonzado al no haber pensado en aquel detalle, Yuna era la animadora en su familia, él sólo era un friki que pasaba el día encerrado en su habitación—. Pero realmente lo quería, era mi sueño ser un animador —mintió descaradamente.
—¿Por qué no pudiste? —preguntó interesada Ryujin, viendo a Yeji y a Chaeryeong desparramarse en la cama de su amigo.
—Habían demasiados prejuicios en mi antiguo instituto y no permitieron a un animador en la escuadra —se victimizó.
—Eso es una mierda —mencionó Beomgyu—. Me pusieron demasiados obstáculos para unirme en el Instituto pero igualmente lo conseguí.
—¿Fuiste un animador? —preguntó interesado Yeonjun.
—Por dos años —admitió orgulloso—. Luego crearon el club de danza contemporánea y era totalmente lo mío, fue muy doloroso dejarlas.
—Imagino que sí —comentó Yeonjun.
Él jamás sería capaz de dejar la escuadra de animadoras, no siendo el centro de atención de un enorme grupo de hermosas mujeres.
—Que hermoso —escuchó mencionar a Yeji, volteando en su dirección y encontrándole viendo detalladamente el pendiente que le había obsequiado Soobin.
—Me lo dió Soobin —admitió, haciendo casi crujir el cuello de algunas de las chicas, quienes voltearon en su dirección—. Hoy tuvimos una cita.
Yeonjun jamás había oído un grito tan agudo como los que dejaron escapar Lia y Yeji.
—¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! —repetía como un mantra la menor de los Choi rebotando en su cama.
—Dime que él te besó al regresar a casa —suplicó Yeji—. Porque seguro él lo hizo, y te trajo hasta la entrada ¿verdad?
—Él lo hizo —admitió Yeonjun, recibiendo nuevamente gritos ensordecedores.
—¿Cómo fue? —preguntó Beomgyu—. Espera, ¿adónde te llevó?
—Fuimos al cine a ver una comedia romántica —mencionó.
—Tan lindo —prácticamente gimió Lia—. ¿Él tomó tu mano?
Él tomó bastante más que su mano en realidad, pero no era necesario entrar en detalles.
—Lo hizo —asintió—. También me rodeó con uno de sus brazos durante la película.
—¡También quiero! —se quejó Yeji.
—¿Y luego qué? —preguntó interesada Ryujin.
—Me invitó a cenar —respondió.
—¿Qué pediste? —preguntó Lia.
Yeonjun se preguntaba cómo podía ser eso relevante, pero todos en la habitación parecían esperar por su respuesta.
—Filete con salteado de verduras y ensalada —balbuceó.
—No lo comiste todo ¿verdad? —preguntó Yeji.
—No, dejé las verduras —balbuceó sin entender la expresión de las demás.
—Debiste dejar un trozo de carne en lugar de los vegetales —admitió Yeji.
—La idea es hacerle creer que no comes demasiado y que prefieres algo ligero —señaló Ryujin.
—Al menos ya lo sabes para la próxima vez —mencionó Beomgyu.
—¿Qué más hicieron? —preguntó Chaeryeong.
—Fuimos a un mirador —balbuceó.
—No tenía idea que Soobin fuese tan romántico —mencionó Lia—. Creo que lo tienes totalmente bajo tus encantos.
—Lo traes loco —le dió la razón Yeji.
—No había sabido de alguien más que recibiera este tipo de atenciones de parte de Soo —mencionó Chaeryeong.
—Está perdido por tí —les dió la razón Ryujin.
—Luego de eso vino a dejarme —mencionó, evitando cualquier tipo de comentarios en respuesta a lo que habían mencionado.
—Espera —lo detuvo Beomgyu—. ¿Qué pasó en el mirador?
Yeonjun tragó saliva sintiéndose tremendamente expuesto, de pronto tenía la sensación de que Beomgyu sabía muy bien lo que había hecho.
—Él me dió el pendiente allí —mencionó.
—¿Hubo besos luego del obsequio? —preguntó Lia
—Sí —admitió evitando la mirada de Beomgyu—. Y luego me trajo a casa.
—¿Sólo eso? —preguntó incrédulo Beomgyu.
—Sólo eso —respondió Yeonjun.
Algo parecía no cuadrar para Beomgyu, Soobin llevando a su cita hasta el mirador, sólo para darle un obsequio y luego regresar no tenía sentido.
La expresión un tanto esquiva de Yeonjun le hizo saber que había más que eso, pero él no estaba dispuesto a decirlo.
No había que ser un genio para adivinarlo, Beomgyu suspiró frustrado no pudiendo procesar como aquel ingenuo se había dejado coger en la primera cita.
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