❤ ፧ 𝗱𝗼𝗰𝗲 • 🖤✦⁾

Los labios de Soobin se sentían suaves y esponjosos sobre los suyos, esa debía ser una buena señal para Yeonjun, el ya estaba adaptándose a esto.

Su mentón aún raspaba el suyo y parte de su mandíbula, pero no le suponía un gran problema.

Yeonjun se retorció intentando apartarse, al sentir cosquillas en su cuello.

—Suficiente —intentó alzar su cuerpo al estar tendido sobre el cuerpo de Soobin en el sofá—. Ahí no, siento cosquillas —se quejó al sentir al mayor apropiarse de su cuello.

Uno de los fuertes brazos de Soobin continuaba rodeando su cuerpo, impidiéndole apartarse.

—Estás siendo realmente molesto —se quejó—. ¡Soobin! —alzó la voz al sentir una de sus escurridizas manos estrujar una de sus nalgas.

—Sólo un poco más —jadeó sobre los labios de Yeonjun, antes de tomarlos entre los suyos.

Yeonjun respondió el beso de manera torpe y descuidada, sintiendo los húmedos labios de su mayor besarle de manera ansiosa y entusiasta.

—Lia va a regresar en cualquier momento —comentó Yeonjun cargando ambas manos sobre el amplio torso de Soobin, mientras se apartaba de los labios contrarios, sin alejarse por completo.

—Podemos ir a mi habitación —sugirió.

—No me siento cómodo con eso —balbuceó.

—¿Estando a solas en mi habitación? —preguntó delineando el labio inferior de Yeonjun con su pulgar, mientras sostenía su mejilla con bastante cuidado—. No es necesario que lo estés, jamás haría algo sabiendo que no te sientes preparado, lo sabes, ¿verdad? 

—Lo sé —asintió avergonzado—. Pero podría verse muy mal que tu y yo estemos encerrados a solas allí.

—Lia no dirá nada —aclaró—. Puede cubrirnos. 

—¿Por qué eres tan insistente? —se quejó.

—Porque estoy interesado —respondió divertido.

—¿En estar a solas conmigo en tu habitación? 

—Me gustaría tener algo de privacidad, eso es todo —comentó—. Sin segundas intenciones.

—No te creo —comentó empujando la mejilla de Soobin, haciéndole reír alto por su actitud infantil—. Sabes que eso es mentira.

—Si me das un poco más no voy a molestarme —comentó buscando los labios de Yeonjun nuevamente y encontrándolos sin mayor dificultad.

Yeonjun se removió incómodo al sentir la abultada entrepierna de su mayor, frotar contra la suya.

—Soobin —se quejó nuevamente intentando apartarse—. Es suficiente.

—¡Hey! —detuvo su escape el mayor—. Estoy intentando no incomodarte, pero no estoy hecho de acero —aclaró, el tono grave y rasposo en su voz, envió un escalofrío que recorrió por completo la columna de Yeonjun, hasta detenerse en su nuca—. Deseo obtener un poco más, pero aún estoy esperando por ti.

Yeonjun pensó que probablemente aquel discurso, sumado a su mirada de cachorro desorientado sería capaz de derretir a cualquier chica en sólo segundos.

—Si te hace sentir más cómodo podríamos tener una palabra clave —comentó llamando la atención de Yeonjun—. Así puedes hacerme saber que estoy yendo demasiado rápido —aclaró, la expresión del menor se tornó sería de inmediato—. Podría ser el color de tus ojos, ¿te he dicho alguna vez lo mucho que me gustan? 

Yeonjun quería reventar sus huevos de un rodillazo, sintiéndose profundamente ofendido por aquel hombre zorra que se cogía a todo mundo con su discurso planeado.

El no podía saber cuantos exactamente habían caído ya en sus trampas, pero definitivamente haría pagar a aquel infeliz.

—No me lo habías dicho —respondió—. No tienen nada que los hagas especiales o diferentes.

—Eso dices, pero no es cierto —aclaró—. No puedes verlos, como yo lo hago.

Yeonjun quería escupir su cara;

Quería abofetearlo y morderlo muy fuerte, por intentar jugar con su mente. 

—Me da gusto saber que estás usando el pendiente —comentó acariciando el lóbulo de una de las orejas de Yeonjun.

—Sabes, hoy conocí a Hueningkai —dejó salir Yeonjun llamando la atención de Soobin. 

El mayor no parecía preocupado por este dato, haciendo que Yeonjun se sintiera repentinamente inquieto.

—¿No sabía que él y tú tuviesen amistades en común? —comentó despreocupado acariciando el cabello del menor—. ¿Eres amigo de Karina o de Yuna? 

—¿Yuna? —balbuceó Yeonjun, sintiendo una serie de pulsaciones en su sien.

—Choi Yuna —mencionó despreocupado—. La mejor amiga de Hueningkai, regresó el año pasado.

Yeonjun sintió su cuerpo desvanecer al punto de casi desmayar.

¿Cuáles eran las malditas probabilidades? 

Yeonjun estaba completamente seguro de que alguien estaba interviniendo en su destino, para hundirlo cada vez más.

—¿La conoces? —preguntó dubitativo Yeonjun.

—Sólo de manera superficial —comentó desinteresado—. ¿Es tu amiga? 

—Es mi hermana —balbuceó llamando la atención de Soobin —es mi hermana mayor —aclaró angustiado.

—¿Es eso algo malo? —preguntó interesado—. No sabías que era amiga de Hueningkai —comentó a nadie en particular, notando el problema en cuestión.

—Estás acostándote con Hueningkai —lo acusó sin nada de sutileza intentando sacar a Soobin de su territorio, sus preguntas estaban poniéndole demasiado incómodo y no necesitaba a Soobin rondando a Yuna o sus mentiras se irían a la mierda, el mayor alzó una ceja luciendo incrédulo frente al repentino cambio de tema.

—¿Por qué lo dices? —preguntó.

—El me lo dijo —admitió—. Dijo frente a Beomgyu que él y tú aún tenían algo.

—El sólo busca molestarte —suspiró Soobin pasando uno de sus brazos tras su nuca, buscando estar más cómodo—. No deberías tomar tanto de lo que dice.

—¿Estás acostándote con el? —preguntó. 

—No —respondió despreocupado—. Hace algunos días pasó algo entre nosotros pero no volverá a suceder.

—¿Lo hicieron? —necesitaba saberlo, no había manera en que se dejara con Soobin si había sido así—. Necesito que me digas si fue así, no estoy dispuesto a hacer el ridículo frente a ese tipo.

—¿Por qué lo harías? —preguntó—. No necesitas darle explicaciones sobre nada.

Para Yeonjun era obvio que Soobin estaba cogiendo a Hueningkai, él había evitado responder en todo momento intentando desviar cada una de sus preguntas.

—No quiero que vuelvas a hacerlo —Soobin alzó una de sus cejas viéndole curioso—. Si vuelves a coger con él, ni siquiera te atrevas a hablarme.

La mandíbula de Soobin se tensó notoriamente frente a lo ordenado por Yeonjun.

—Claro —respondió luego de algunos minutos—. No pretendía hacerlo de todas maneras.

Yeonjun trago saliva sintiéndose repentinamente intimidado por la mirada que Soobin le estaba dando, él no parecía estar llevando demasiado bien el recibir órdenes.

—No me gusta tener que decírtelo —suspiró—. Pero si quieres estar conmigo, lo único que pretendo pedir a cambio es respeto.

—¿Estás dándome luz verde para pedírtelo? —preguntó acomodando el cabello de Yeonjun tras su oreja.

—¿Para pedirme qué? —balbuceó desorientado.

—Lo sabes, no juegues conmigo —comentó nuevamente deslizando sus labios por la mandíbula contraria—. Sabes que me tienes totalmente. 

—Quiero creer que es así —comentó.

—Existe una manera sencilla de mantener esto —comentó Soobin, Yeonjun tragó saliva sintiéndose sumamente inquieto—. Sólo debes responder a una pregunta. 

Yeonjun no quería responder, porque sabía muy bien cual era la pregunta en cuestión.

—¿Quieres ser mi novio? —su débil estómago revuelto estaba a punto de colapsar al oír aquello salir de entre los labios de Soobin, sentía como si le hubiese escupido ácido en lugar de preguntar.

Y no es porque el tipo en cuestión no fuese caliente como el infierno, o porque no quisiera presumirlo frente a todos. 

Era simplemente porque aquel hombre estaría babeando por su culo todo el tiempo y ya no podría negarse. 

—Sí —balbuceó, ya no tenía excusas. 

No había nada que el pudiese hacer o decir para apartarlo, el tipo no descansaría hasta atravesarlo como una brocheta.

Era muy triste, pero inevitable.

Una sonrisa complacida tiró de los labios de Soobin, quien parecía estar mordiendo su lengua para evitar hablar demás. 

El estaba en una jodida relación sería con alguien, tenía un novio y eso lo mantenía totalmente atado de manos a la hora de buscar algo de atención con otras personas. 

Tendría que masturbarse hasta que aquel pasivo cediera, si bien esperaba no fuera en demasiado tiempo más, no sabía que esperar de aquel escurridizo hombre. 

Estaba tan jodido, que ni siquiera sabía por dónde empezar a lamentarse.

—No te haces una idea de lo importante que es esto para mi —suspiró Soobin, antes de buscar los labios de Yeonjun.

Yeonjun ya estaba en ello, el era novio de otro hombre sólo para cubrir sus mentiras y no podía retractarse.

La teoría de Heeseung sobre Soobin rompiendo su cuello al enterarse de su farsa tenía cada vez más sentido para Yeonjun, por lo que ya no había escapatoria.

Tal vez el trío con Taehyun y Beomgyu no era una mala idea, pero ¡mierda!

El ahora mismo tenía un novio, y eso sería engañarlo.

Todas sus alternativas terminaban con Soobin rompiendo su cuello, por ser un farsante, un mentiroso o un infiel.

—Estoy en casa —la voz de Lia llamó la atención de ambos, sin embargo ninguno hizo algún amago de apartarse—. Vaya, sale el gato y los ratones hacen fiestas.

—De Rata no tengo nada, en ese caso un tigre —aclaró Yeonjun.

—Probablemente algunos arañazos en la espalda de Soobin, podrían servir de prueba —mencionó Yeji, quien venía tras Lia—. No me molestaría verlos.

—No hay arañazos —negó Yeonjun.

—Como tu digas, rata —chasqueó la lengua Yeji, buscándole pelea.

—¿No tenían nada mejor que hacer? —preguntó Yeonjun.

—¿Te faltó tiempo? —preguntó interesada Chaeryeong—. Si daba una vuelta más alrededor de la plaza, terminaría por echar mis tripas fuera.

—Exclamó la dulce princesa —rodó los ojos Ryujin entrando tras Chaeryeong.

—Jamás me habías puesto un apodo de pareja —mencionó complacida.

—No me digas, tal vez eso es porque no somos una pareja —mencionó con obviedad.

—¿Cómo llamas a Soobin? —preguntó entusiasmada Lia.

—Ummm, ¿Soo? —balbuceó Yeonjun, el suspiro de alivio que dejó escapar el mayor se oyó al menos a dos cuadras de distancia.

—¿Sólo Soo? —frunció el ceño Lia—. Tiene que haber algo más.

—¿Daddy? —preguntó interesada Yeji cruzando sus dedos, y ganándose una mirada desaprobatoria por parte de Lia y Ryujin.

—Soobinnie —corrigió Yeonjun, intentando acertar.

—Tan dulce —suspiró Lia.

—Ahora deberíamos dejarlos a solas para obtener un poco de lo salado, ¿no crees? ¡Auch! —se quejó Chaeryeong al recibir un golpe en la parte posterior de su cabeza, proveniente de Ryujin—. Yo sólo decía.

—Beomgyu estaba buscándote —comentó Lia a Yeonjun.

—¿Pasó algo? —preguntó preocupado Yeonjun—. ¿Porqué no está con ustedes? 

—Mataron a Kenny, ¡Auch! ¡Basta! —se quejó nuevamente Chaeryeong al recibir otro golpe.

—¿Y ese quién es? —preguntó Yeonjun.

—Taehyun —aclaró Lia—. Él tuvo un accidente.

Yeonjun observó preocupado a Soobin, después de todo era su mejor amigo quien había sufrido un accidente y ahora estaba muerto, pero el mayor no parecía estar sufriendo.

—¿Estás bien? —preguntó curioso.

—¿Yo? —preguntó aturdido Soobin, algunos minutos más tarde al notar que la pregunta iba dirigida a el.

—Sí —comentó con obviedad Yeonjun—. Taehyun era tu amigo.

—Lo es —asintió, el mayor se removió incómodo al notar la insistente mirada de su novio sobre el, sin entender porque el parecía esperar por algo—. ¿Pasa algo? 

—¿Quieres ir a verlo? —Soobin re lamió sus labios pensando en lo mucho que abarcaba aquella pregunta.

—¿A verlo? —preguntó interesado.

—A Taehyun —aclaró Yeonjun.

Todo el entusiasmo inicial del mayor se desinfló al oír esto últim.

—Taehyun está bien —aclaró Lia al notar la preocupación de Yeonjun—. Fue sólo un accidente regular, el sufre ese tipo de accidentes todo el tiempo.

Yeonjun frunció el ceño sin entender como alguien podría tener tan mala suerte, pero simplemente asintió sin mencionar nada más. 

—Jamás lo llames Kenny frente a Beomgyu —comentó Ryujin aún viendo con desaprobación a Chaeryeong.

—Eso es triste —comentó Yeonjun llevando una de sus manos tras su cuerpo y tomando la mano de Soobin que se encontraba presionando uno de sus glúteos, guiando esta de regreso hasta su espalda baja.

Por lo visto aquel accidente no había sido suficiente para disminuir la calentura de su novio, su ganso tan rígido como una roca continuaba firmemente presionado esta vez contra el vientre de Yeonjun.

—Estaremos en la habitación —comentó Lia—. Pueden seguir en lo suyo —le guiñó a Yeonjun antes de prácticamente arrastrar a las demás tras de sí.

Yeonjun suspiró resignado al sentir nuevamente una mano de Soobin estrujar una de sus nalgas, esto sería una misión imposible.

Y no tenía a más mínima idea de como lidiar con ello.

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