❤ ፧ 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼 • 🖤✦⁾

Yeonjun estaba comenzando a sentirse demasiado frustrado, nadie parecía querer entregarle la información que buscaba y sumado al madrugón que le había permitido llegar a tiempo durante la mañana, no ayudaban mucho con su estado de ánimo.

—¿Por qué esa cara? —preguntó Yeji sentándose sobre el césped a un lado de Yeonjun.

—Es la única que tengo —respondió rápidamente.

—¿Pasó algo con Beommie? —preguntó interesada, acomodándose en el césped y apoyando su cabeza sobre los muslos de su mejor amigo.

—Me siento aislado en este grupo —se quejó—. Todas comparten secretos y de alguna manera, me hace sentir mal no saber sobre ello.

Él necesitaba saber quienes de ellas se enredaban, con esa información valiosa él podría hacer bastante y hacerse la víctima había funcionado para él desde un principio, por lo que creyó sería su mejor jugada.

—¿Es por lo de anoche? —preguntó.

—Beomgyu y yo las escuchamos con claridad —mencionó seguro—. Y esta mañana Lia insistía en pretender que yo era un demente y jamás sucedió.

—Es algo habitual, si Lia menciona que escucha algo, entonces ella debería hacer algo al respecto —se encogió de hombros—. 
Después de todo estábamos en su casa.

—¿Tú sí sabes quién fue? —preguntó interesado, ella re lamió sus labios atrapando únicamente el inferior entre sus dientes.

—Tal vez —admitió—. ¿Qué hacían Beomgyu y tú cuando lo oyeron? —intentó negociar.

—Nada importante —se encogió de hombros.

—Seguro era lo mismo que hacían las demás —mencionó despreocupada—. Nada importante.

Yeonjun debía admitir que ella sabía cómo manejar la situación, era una chica después de todo, ellas siempre conseguían lo que querían sin necesidad de mendigar demasiado.

—Espera —aclaró—. Puede que si pasara algo.

—¿Hubo besos? —ella relamió sus labios nuevamente.

—Sí —admitió.

—¿Qué más? —preguntó interesada.

—Sólo nos enrollamos un poco —aclaró—. No fue la gran cosa.

—Seguro tampoco fue gran cosa para las chicas —aclaró.

—Lo toqué —admitió llamando la atención de Yeji.

—¿Bajo el pijama? —intentó obtener un poco más.

—Pero sobre la ropa interior —aclaró Yeonjun.

—Fueron Chaeryeong y Ryujin —admitió complacida por la imagen mental que le había ofrecido uno de sus mejores amigos gays.

Yeonjun lucía aún más complacido por la información recibida.

Él estaría en deuda con Chaeryeong y Ryujin desde ahora en adelante, por proporcionarle deliciosos y suculentos sueños húmedos cada noche.

—Entre Beommie y Soobin, ¿con quién te quedarías?

—No me siento capaz de elegir entre uno de ellos —admitió.

Y era cierto, ninguno de ellos conseguía parecerle la mitad de caliente que la misma chica que estaba preguntando.

—Vaya —chasqueó la lengua—. Eres un jugador, no sabía que lo tenías en tí —mencionó divertida.

Yeonjun pudo distinguir rápidamente a Soobin aún a la distancia, el chico conseguía que todas las miradas voltearan en su dirección sólo con aparecer en algún lugar.

Algo que Yeonjun estaba deseando le sucediera alguna vez a sí mismo, las chicas alrededor de Soobin lucían alborotadas sólo viéndole.

Fue imposible no reparar en la presencia del acompañante de su maestro, era un hombre que lucía tan impresionante como él.

Parecía igual de alto que Soobin, y lucía casi tan intimidante como su mismo maestro.

—Me pregunto, ¿por qué habiendo un campus tan amplio es realmente necesario para ellos venir a pavonearse justo aquí? —comentó Beomgyu ignorando al centro de la atención de todos.

—¿Qué hay de malo en que vengan aquí? —preguntó Yeonjun

—Obviamente estarían aquí —comentó Yeji—. Yeonjun está aquí, obviamente Soobin busca llamar su atención.

—¿Y qué hay de Taehyun? —se quejó Beomgyu—. Ellos parecen estar unidos por la cadera, eso es enfermizo.

—Busca la manera de acostumbrarte —comentó Yeji levantándose de su lugar y sentándose en posición de india frente a Yeonjun y Beomgyu—. Esas cosas pasan cuando decides salir con el mejor amigo del hermano de tu mejor amiga.

Yeonjun parecía haber entrado en una dimensión desconocida, intentando descifrar el trabalenguas que había mencionado Yeji.

—Espera —balbuceó llamando la atención de ambos—. ¿Tú salías con ese tipo? 

Yeonjun se había perdido en la parte en que Beomgyu aún podía caminar correctamente, ese enorme bravucón no podía ser alguien suave con quien tratar.

¿Cómo es que no lo había roto? 

—Eso es tiempo pasado, fue hace mucho —aclaró acomodando su cabello.

—Un mes —comentó divertida Yeji.

—31 días son demasiado para mí —aclaró Beomgyu abriendo la botella de agua que llevaba siempre consigo, y bebiendo de esta.

—El parece ser un tipo... —tragó saliva Yeonjun evaluando sus siguientes palabras—...un tanto rudo.

—Eso es lo que él quiere que los demás crean —admitió Beomgyu dándole la botella a Yeji, quien igual bebió de esta.

—Seguro es un idiota por permitirse perder a su pasivo —se encogió de hombros Yeonjun recibiendo la botella de parte de Yeji, muy entusiasmado con recibir igualmente su beso indirecto.

—De hecho, éramos versátiles —aclaró Beomgyu.

Yeonjun quien hasta ese momento estaba disfrutando de su beso indirecto, se atoró con su agua, consiguiendo cerrar la boca a tiempo sólo para que toda el agua saliera disparada por su nariz.

¡Imposible! 

Seguro ese pequeño homosexual sólo estaba jugando con su mente, no había manera en que aquel tremendo hombre se dejara dar amor por un twink como Beomgyu.

Eso era científicamente imposible para Yeonjun.

—¿Estás bien? —preguntó Beomgyu.

—¡Código Rojo! —balbuceó Yeji—. Los dioses griegos están viniendo hasta aquí.

¡Puta vida asquerosa y mugrienta! 

Eso era lo único que se repetía una y otra vez en la mente de Yeonjun, quien se levantó de un salto intentando simular que estaba muy atrasado para llegar a algún lugar.

De ninguna manera él pagaría los platos rotos, él había tocado algo que no era suyo y estaba completamente seguro que la boca floja de Beomgyu lo exhibiría con ese grandulón.

Él no quería conocer el final de esta triste historia.

—Yeonjun —demasiado tarde, la voz grave y cargada de lujuria de Soobin le llamó por su nombre, como si estuviese alcanzando su orgasmo en lugar de buscar saludarlo.

—Hey —balbuceó Yeonjun—. No había visto que venías.

—Estaba buscándote —comentó—. Quería saber si tienes algo que hacer al terminar la jornada.

—Yo... —¡mierda! 

No podía decir que tenía una cita con Beomgyu porque su ex novio, "el supuesto versátil", estaba justo frente a él. 

El podía asegurar que los puños de aquel tipo, estaban escociendo en ganas de golpear a quien tocara lo que es suyo.

—Tengo una noche de chicas esta noche en mi casa —balbuceó llamando la atención de Yeji y Beomgyu, quienes de pronto lucían entusiasmados con su nuevo panorama—. Yeji y yo tenemos cosas pendientes, debo contarle algunas cosas muy mías, ya sabes, es mi confidente.

La chica parecía arrojar arcoiris por los ojos al oír esto último.

—¿Es eso algo demasiado urgente? —preguntó interesado Soobin.

—Uhmmm cosas importantes y que estoy evaluando han pasado en mi vida durante los últimos días —mencionó relamiendo sus labios y consiguiendo que la mirada de Soobin bajara de inmediato hasta estos—. Necesitamos algo de privacidad para hablar sobre eso.

Él debía jugar sus cartas sabiamente, y hasta ahora parecía estar haciendo un buen trabajo 

—Entiendo —asintió conforme Soobin.

Era muy obvio que hablarían de chicos, de él para ser exactos, probablemente Yeonjun necesitaba compartir con sus amigas toda esa mierda emocional y sobre sentimentalismo antes de avanzar un poco más.

Soobin estaba preguntándose seriamente si necesitaría conseguir pétalos de rosas, velas y champagne para conseguir consentir a su ligue y hacerle sentir más cómodo al meterlo finalmente en su cama.

Probablemente sí, él parecía valorar el romance clásico, citas, obsequios, y atenciones.

Todo tipo de basura romántica que él jamás haría por alguien más. 

—Deberías saber que no te lo dejaré fácil —la voz de Beomgyu llamó la atención de todos los presentes al verle levantarse de su lugar—. Le pedí una cita a Yeonjun —aclaró haciendo que la mirada del hasta ahora desconocido recayera de inmediato sobre Yeonjun—. No te haces una idea lo difícil que es encontrar verdaderos hombres que valgan realmente la pena.

Yeonjun se quería morir, rogaba tener un infarto o que alguien le diera un fuerte pelotazo en la cabeza dejándolo totalmente noqueado, al sentir los dedos de Beomgyu entrelazarse a los suyos.

—¿Estás saliendo con él? —el tono igualmente grave y rasposo del desconocido hizo flaquear las piernas de Yeonjun.

El estaba a punto de cagarse en su pantalón, sus piernas parecían hechas de gelatina frente a la dura mirada que estaba recibiendo por parte del ex novio de Beomgyu.

Beomgyu por su parte lucía complacido, obviamente no esperaba tener una cita con Yeonjun, él no era del tipo que invitaba a citas, más bien esperaba que alguien más lo hiciera con él.

Pero aquel cretino debía entender que se había perdido de mucho, por ser tan poco tolerante.

—Así es —admitió Beomgyu—. Estaba necesitando a un hombre de verdad en mi vida.

Yeonjun intentó apartarse de Beomgyu, inclinándose para pretender que necesitaba atar las agujetas de sus zapatillas.

En un intento inútil porque llevaba zapatillas con velcro, por lo que simplemente los acomodó en su lugar, levantándose rápidamente antes que aquel enorme tipo lo noqueara de un sólo vergazo en el rostro.

¿Porqué el pequeño homosexual no podía tener por ex a un chico con piernas de Bambi, de cuerpo escuálido y extremadamente débil? 

En ese caso Yeonjun y él hubiesen estado en igualdad de condiciones, y el no estaría temiendo por su vida.

Aquel tipo parecía querer atravesar con la mirada a Yeonjun, y Soobin no hacía nada por defenderlo porque estaba demasiado ocupado planeando cómo atravesarlo, y no precisamente con la mirada.

Yeonjun se sentía como una damisela en apuros, casi podía reconocerse así mismo con sus brazos ondeando en el aire, esperando ser rescatado como en las caricaturas de los 90'.

Necesitaba que ese bruto a quien tenía por pretendiente lo salvara, pero el tipo parecía haber sido atacado por una babosa cerebral imaginaria.

—¿Y tú eres? —preguntó interesado el tipo, cruzándose de brazos y haciendo ver aún más amplio su torso.

—El novio de Soobin —balbuceó en respuesta Yeonjun.

Las cejas de Soobin se perdieron entre su cabello por lo mucho que se alzaron frente a aquella respuesta, y por su parte el ceño fruncido de Beomgyu hizo tragar saliva dolorosamente a Yeonjun.

—Y de Beomgyu —aclaró—. El poliamor es lo mío, tengo demasiado afecto para entregar —balbuceó frente a la mirada incrédula de aquel enorme sujeto—. Ambos somos novios de Soobin.

Taehyun volteó de inmediato en dirección a Soobin, buscando la mirada del desorientado hombre, quien simplemente se encogió de hombros imaginando las mil posibilidades en que podía disfrutar de su nueva relación poliamorosa.

—Jamás mencionaste estar en una relación con Beomgyu —comentó Taehyun a su mejor amigo, casi en modo de regaño.

—No lo creí relevante —se encogió de hombros Soobin—. Está todo el tiempo con Yeonjun, y lo veo muy poco —siguió la mentira en su propio beneficio.

Para Taehyun todo esto era realmente mortificante, él continuaba esperando que Beomgyu recapacitara y regresara con él, pero en cambio ahora estaba en una relación no sólo con uno, sino con dos tipos a la vez, siendo uno de ellos su mejor amigo.

Para Beomgyu por su parte era un ganar o ganar, podría desquitarse con Taehyun y finalmente tener la atención tanto de Soobin como de Yeonjun sobre él.

Y para Yeonjun, bueno a él le daba igual, para él era sólo una mentira más, ni siquiera se hacía una idea de lo muy en serio que se lo estaban tomando Soobin y Beomgyu.

—No me lo vas a creer pero tu ex, será el nuevo tutor de Chaeryeong en matemáticas —comentó eufórica Lia a Yeonjun.

—¿Tu ex? —preguntó Soobin.

—Lee Heeseung —comentó despreocupada Lia.

—¿Lee Heeseung? —balbuceó—. ¿El antisocial que estudia música? 

Imposible;

Para Soobin era totalmente imposible, que aquel pasivo de hermosas facciones hubiese estado con aquel perdedor y a él le estuviera re huyendo.

¿Es que acaso Yeonjun era ciego? 

Él se consideraba mucho más atractivo que Lee Heeseung.

Trabajaba tan duro para que su cuerpo luciera, todo lo bien que podía permitirse.

Y entonces su pasivo decidía patear su ego, dándole a conocer aquel extraño interés amoroso.

Él era por mucho una mejor opción, estaba tan seguro de ello como lo estaba de que en menos de una semana, aquel pasivo terminaría cediendo a sus encantos y durmiendo cómodamente muy desnudo sobre su pecho.

Él podía no saberlo, pero Soobin tenía escondido un As bajo su manga, que ya le tenía asegurada al menos la mitad de su verga dentro de su objetivo. 

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