Capítulo 4: Relámpago

-¡La máquina del tiempo se ha quedado!- exclamó Garats

-¡¿QUÉ?!- gritó Aoki

El grupo de combatientes regresó al lugar para buscar la máquina, pero el sitio no estaba vacío, aquello era una gran preocupación.

Probablemente ahora estaba en manos de Iridia, y si así sucedió, ella ya tenía la puerta abierta para destruir su presente, por lo que todos se lanzaron a una misión de emergencia.

Si bien se conocía la ubicación de la base de Iridia era conocida, el siquiera pensar en entrar ahí causaba terror en los soldados dado que sabían que la asesina era más fuerte que ellos.

La Unidad Central y la Alianza Universal emprendieron el camino hacia la base, abordo de un avión de carga que se haría pasar por uno de comercio, para despistar al enemigo.

Cayeron en un bosque cercano al lugar y se prepararon para asaltar la base, pero ahí los esperaba Iridia junto a su ejército, y estos recibieron la orden de disparar.

Una bala impactó contra un brazo de Garats por lo que el maestro no podía combatir, acto seguido Jean y Mei se cubrieron en los arbustos, mientras que Liu cargó un Disparo Mental contra los militares enemigos, ataque que surtió efecto.

Al lugar llegaron entonces los Castigadores, estas máquinas abrieron fuego de metralla contra Aoki y sus hombres a lo que respondieron desplegándose en todo el territorio, una verdadera batalla había empezado.

Elías usando su olfato podía oler un aroma similar al de carbón quemándose, aquél olor le llevaba hasta Iridia y según lo que leyó en los archivos, ésta tenía ese olor dado que manejaba gases con el Matta.

El colombiano se dirigió contra la mujer inestable y la pelea comenzó, sin embargo dado que ella le superaba hasta 500 veces su poder, por lo que los puños y patadas de él solo eran una ilusión que no se podía ver.

De un simple golpe en la nuca, Iridia mató a uno de los agentes de la Unidad de Individuos Extraordinarios...

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