Aquella noche, Kowalski se había ido a dormir conmigo al laboratorio y nos quedamos abrazados durante un rato. Pero fue de madrugada, cuando algo le sacó de sus sueños.

Kowalski.- Te noto algo inquieta. ¿Qué te pasa Sarah?

Sarah.- No nada... no es nada...

Kowalski.- ¿Estás segura? Porque no sueles estar así. Venga Sarah, sabes que puedes contarme lo que sea.

Sarah.- Está bien... Kowalski... Sé que te cuesta creer lo que te conté de que viajé al mundo de los muertos y allí encontré a mis padres, pero...

Kowalski.- Sé que fue real. Si no, no tiene explicación tu partida, ni tiene sentido todo lo que sufrí por ti...

Sarah.- Mis padres me dijeron cuando los vi, que debía volver, que no podía quedarme con ellos porque tenía toda la vida por delante para disfrutarla por ellos... Sin en cambio... me encomendaron algo que había olvidado hasta ahora, por la ilusión de haberme reencontrado con vosotros... —dije tratando de disimular la ilusión que me había hecho que dijese aquello.

Kowalski.- ¿Qué fue Sarah?

Sarah.- Mis padres me dijeron, cuando las brumas del Más Allá me arrastraban hacia el mundo mortal de nuevo... que mi abuela se sentía muy disgustada y que necesitaba a alguien que le dijera que estamos bien, y sobre todo... que su nieta está viva y a salvo.

Kowalski.- Tus padres... ¿quieren que vayas a decirle a tu abuela que estáis bien?

Quedé un poco sorprendida ante la reacción de Kowalski a mi historia; le conocía demasiado bien para saber que él no aceptaría una historia tan surrealista a la ligera, no sin tratar de encontrarle explicación de algún modo.

Sin embargo, no parecía querer hacer esto último, si no que se había limitado a aceptar mi historia como real, sin cuestionar ninguno delos puntos de la misma, sin hacer siquiera preguntas que le aportaran explicaciones más creíbles. Supongo que se debía a que yo comprendía su mente (cómo no iba a hacerlo, mi mente funcionaba del mismo modo que la suya) y entendía el mundo de la ciencia como él, y eso le servía para tener explicaciones fiables.

Sarah.- Sí, eso parece. Y lamento decir que... debería ponerme en marcha lo antes posible, muy a mi pesar por una parte... para estar de vuelta con vosotros pronto...

Kowalski.- ¿Olvidas lo que te dijimos Sarah? No volveremos a dejarte sola en ninguna de estas misiones. Y mucho menos voy yo a dejarte sola otra vez, no quiero tener la sensación de haberte perdido para siempre... así que cuenta conmigo para ir en busca de tu abuela.

Sarah.- Oh gracias, Kowalski... Te quiero.

Kowalski.- Y yo también te quiero. El problema —dijo tras aclararse la voz—, va a ser convencer a Skipper... No querrá viajar si no se trata de un caso de fuerza mayor...

Sarah.- Yo creo que sabré cómo convencerle...

Kowalski.- Y además, si acepta, pondré a prueba algo... —dijo sin querer que yo lo oyera, pero que al final pude hacerlo.

Sarah.- ¿Qué?

Kowalski.- No... em... nada...

Sarah.- Kowalski...

Kowalski.- No es nada... tan solo... una sorpresita...

Sarah.- De acuerdo... Mañana trataré de convencer a Skipper. Y a ver si pasado mañana podemos irnos. Gracias por acceder a acompañarme...

Kowalski.- No tienes que darme las gracias. Lo hago porque te quiero.

Entonces, Kowalski me estrechó con fuerza y los dos nos quedamos profundamente dormidos.