❌Level 4: Ley del hielo❌
LEVEL 4
READY PLAYER TWO?
Jeremy sabía que le costaría volver a la escuela después de lo ocurrido el sábado anterior, y sería aún más difícil que ignorar los mensajes de los grupos donde se encontraban sus "amigos". En la escuela no podría ignorarlos fingiendo que nada pasaba, estarían ahí en persona, y no habría un teléfono de por medio para ocultarlo.
Estaba nervioso y molesto. No quería toparse con ninguno de ellos, es más, no quería volverlos a ver jamás. Sin embargo, otra parte de él quería hablarles y preguntarles cómo se atrevieron a hacerle una jugada tan cruel en su cumpleaños, quería entender por qué.
Quería saber por qué Christine le hizo esto.
–Bien, aquí estoy, belleza. Ya podemos irnos. –Michael habló cuando entró al auto por el lado del conductor e hizo el gesto cariñoso de besarle los nudillos antes de ponerse a conducir hacia la escuela.
Michael y él habían tenido un fin de semana agitado, si es que esa era la palabra correcta para definirlo, después de todo eso siempre ocurre los primeros días después de avanzar un paso más íntimo con un noviazgo. La mitad de él lo lamentaba por la bufanda cubriéndole el cuello y el leve dolor que le causaba caminar, la otra estaba algo ansiosa por otro momento así y agradecía cada instante, pues todo esto lo había distraído lo suficiente del tema "traición en el cumpleaños".
Ah sí, y Michael andaba más pegote y amoroso de lo normal, si es que eso era posible.
–¿Sabes? Pensaba que después de la escuela podemos pasar por el arcade y... ¿Está todo bien, Jer?
El aludido se sobresaltó al salirse de sus pensamientos. –¿Eh? S-Sí, está todo bien.
–¿Sigues pensando en lo del sábado? –Jeremy no dijo nada, solo suspiró pesadamente, eso fue suficiente respuesta para Michael. –Olvídalo. Ellos son unos idiotas, Jeremy.
–Lo sé, pero... –Resopló frustrado, no quería darle vueltas al asunto pero no evitaba pensarlo. –Tan solo... No creí que serían capaces de hacerme esto.
–Hey... No te aflijas por esos tontos. –Michael trató de animarlo, volteando hacia él aprovechando que el semáforo estaba en rojo. Entrelazó su mano con la suya y sonrió. –Eres demasiado bueno para ellos, eso es todo.
–Gracias. –Respondió con una vaga sonrisa. –Pero aún así me gustaría saber por qué.
–Créeme, eso solo te amargará. Lo mejor sería si evitamos hablarles. –Aconsejó alzándose de hombros, a lo cual Jeremy asintió.
El resto del camino a la escuela hablaron de otros asuntos, como quedar en ir al arcade después, a dónde se encontrarían los recreos, qué pedirían en la cafetería, etc. El tiempo pasó rápido y llegaron al estacionamiento escolar. Todavía era temprano, algunos adolescentes rondaban por ahí con abrigos.
Jeremy agradeció que el clima fuese conveniente para usar una bufanda ligera. No le gustaba usar bases para disimular detalles y prefería evitar preguntas, comentarios o miradas burlonas.
Salió con dificultad aspirando el aire mañanero. Era frío y seco, eso le agradaba y lo despertaba.
Michael bajó por el otro lado y le tendió el brazo por la espalda para escoltarlo con él a clases,Jeremy devolvió el gesto pero por el hombro ajeno.
Vacilando con la mirada entre los autos y sus dueños tuvo la mala suerte de visualizar a Chloe, Brooke y Rich cerca del auto de la segunda, charlando animadamente.
Fue tarde para cuando quiso voltear, porque enseguida Brooke lo vio y le saludó, en consecuencia los demás también.
Entró en pánico ¿Tenía que devolver el saludo? No lo sabía, estaba enfadado con ellos pero no tenía el valor para demostrarlo. Casi levantaba el brazo para saludar, pero Michael se apresuró a volver su abrazo más posesivo sujetando ahora su brazo en vez de su cintura, haciendo que quedase pegada a su costado.
Eso le tomó por sorpresa, pero lo alivió, no tenía tantas ganas de ser cortés. Lo que lo dejó intranquilo fue el gruñido molesto de su novio y la mueca que hizo al girar a verlo.
–Ignóralos. No tendrías que hacerles creer que no pasa nada.
Jeremy se limitó a asentir y guardar silencio.
Los lunes tenían materias poco pesadas para fortuna, así que podía darse el lujo de desconcentrarse en una que otra clase que compartía con Michael. Sin embargo en las que estaba solo trataba de prestar el máximo de atención posible, todo sea para evitar pensar demasiado en los demás.
La clase de lenguaje era la última antes del almuerzo, no era de extrañarse que recibiera un mensaje de su novio diciendo "¿Nos vemos en el patio? ❤️" con una selfie tomada en el descuido del maestro donde Michael hacía un gesto de aburrimiento con Dustin Kropp al lado mientras el profesor escribía en el pizarrón.
Jeremy se rió por lo bajo y escribió "Claro, ahí nos vemos 💙", y como si fuese la suerte, la campana de salida sonó unos cinco minutos después.
Se apresuró a tomar sus cosas y dirigirse al patio. Michael no era una persona que comiese seguido en el exterior, así que le entusiasmaba este cambio de ambiente para ambos ¿Puede que la naturaleza lo pusiera más romántico? Tendría que averiguarlo.
Desafortunadamente, la vida es una perra, y cuando estuvo por salir al patio la última persona con la que quería hablar se le cruzó repentinamente.
–¡Jeremy! Aquí estás, te he estado buscando por todos lados.
Mierda, era Christine. Rápido, Jeremy, pon la excusa y sal corriendo antes de que te largues a llorar y hagas una escena frente a todos.
–U-Uh, Christine... Sí, hola. –Evitaba mirarla a los ojos desviando la vista a cualquier sitio. Sus zapatos, su almuerzo, incluso a Madeline y a Dustin que coqueteaban a unos metros de ellos.
Christine jugueteó con su cabello, un gesto común de ella cuando estaba preocupada. –No contestaste mis mensajes, y yo quería saber...
–Tal vez estuve ocupado ¿Sí? –Se apuró a interrumpirla antes de que continuase hablando. No necesitaba oír pedidos de ella, no podía ser que tuviese el descaro. –Tú también estuviste ocupada el fin de semana. –Escupió con desprecio, a lo cual Christine le observó sorprendida y confundida. –No puedo hablar contigo en este momento, iré a almorzar afuera con Michael.
–P-Pero... Nosotros estamos en las mesas de adentro, pueden venir con nosotros.
–No, gracias, ahora adiós. –Se dió media vuelta para salir, pero Christine volvió a hablar.
–¡Espera...! Yo... Quería saber... Aquí adentro hace calor ¿Qué haces usando la bufanda que te regalé?
–Perdí la virginidad con Michael ¡Y no he lo conté, boom! –Probablemente se había visto ridículo enseñándole el dedo a Christine mientras se iba con pasos indignados al patio, pero al demonio, se sintió bien... Por unos segundos.
Después de eso solo pudo volver a sentirse miserable en lo que se sentaba bajo un árbol a esperar a Michael.
Realmente no le gustaba ser así a Christine, pero su coraje había hablado por sí mismo. El hecho de que fuese su mejor amiga volvía más doloroso todo, y más lo enfurecía. Lo peor es que no le quedaba mucho más que tragarse la rabia con las lágrimas y tratar de olvidarse de todo en el almuerzo.
Era casi una patada del universo o el karma de una vida pasada donde fue un soberano hijo de puta, porque Michael no apareció los pasados cuarenta minutos ¿Sería que se había olvidado? ¿Estaba estancado en la fila del almuerzo? Eso último era probable, los lunes era muy común que nadie trajese comida de casa.
Decidió esperar un rato más, empezando a comer, pero no le quedaban ni migas que tomar y su novio seguía ausente. Eso le preocupó un poco ¿Se había descompuesto, quizá? Sería muy inusual, Michael por lo general resistía bien las intoxicaciones.
Extrañamente no estaba en el baño, es más, estaba a plena vista apenas entró a la cafetería, sentado en la mesa donde solían juntarse los dos cuando no se tenían más que el uno al otro en la escuela.
–¿Michael? ¿Qué haces aquí? Creí que nos veríamos afuera. –Preguntó preocupado, pero él no le dirigió la palabra o tan solo una mirada. Se veía más ocupado revisando el teléfono. –¿Te olvidaste acaso? –De nuevo silencio. Su pareja seguía sin responder, y era claro que era intencional, pues no llevaba los cascos de los audífonos puestos. –Oye, te estoy hablando, yo...
Antes de que pudiese seguir hablando, Michael se levantó de la mesa, se puso los audífonos y se alejó como si nada con la mochila al hombro ¿Qué demonios pasaba ahora? ¿Por qué Michael le era indiferente tan repentinamente? ¡Si apenas esta mañana era prácticamente un oso apapachable!
–¿Michael...? ¿Estás molesto por algo?
Seguro que él aún no encendía la música, porque sí volteó solo para decirle. –Mejor vete a hablar con Christine, se nota que prefieres hablar con los peores amigos de la historia. No puedo creer que seas tan arrastrado.
A Jeremy se le cayó prácticamente el alma al suelo al escuchar aquello. –¿Q-Qué...? Pero... Ella solo vino a mí y yo la mandé al demonio, no hablamos de nada. –Michael volvió a ignorarlo, siguiendo su camino con la música a todo volumen. Jeremy hizo al menos el intento de detenerlo tomándolo del brazo, sin embargo él se apartó bruscamente y se alejó más de prisa.
Sintió ganas de llorar. Primero sus amigos y ahora Michael le practicaba la ley del hielo ¿Es que acaso el día no podía empeorar?
Oh, no tenía ni idea.
Hasta que la clase de teatro comenzó después de su clase de historia, estuvo tratando de llamar la atención de su novio o de sacarle palabra, pero él fingía que no estaba presente, como si no existiera, como si no fuera nada. Poco es decir que se sintió mal por eso. No, se sintió fatal. Ni siquiera quiso sentarse con él en la clase de química, que era una de las que compartían.
Llegó a la clase desganado, sin deseos de hablar o de practicar un ensayo, solo de ser el que movía las luces o estaba de fondo vestido de árbol. Lo que sea con tal de que eso le permitiera llorar a solas. Igualmente no hicieron demasiado. El señor Reyes les habló un poco sobre algunos temas que ignoraba y después se fue a su descanso de Hot Pocket, dejando a todos los adolescentes solos, jugando como tontos con la utilería o hablando entre ellos.
Rich y Jake se reían como idiotas intercambiando la cabeza de un oso falso con un mapache, Jenna socializaba un poco con Dustin y Madeline... Ah, y Christine, Chloe y Brooke charlaban "discretamente". Sí, entre comillas, porque Jeremy notaba que estaban hablando de él. Chloe no sabía disimular bien cada vez que volteaba a verlo.
Seguro que Christine ya les había contado lo ocurrido en el almuerzo y ahora planeaban esparcir por toda la escuela que era un idiota lunático que le grita a la gente sin razón, pero eso estaba lejos de la verdad. Las tres se acercaron con aires incómodos, no tuvo el valor de levantarse e irse, solo se quedó en su asiento fingiendo que leía el libreto. Si tenía suerte se irían.
–Uhm... Jeremy ¿Podemos hablar? –Brooke le pidió tímidamente.
–Sí ¿Qué es lo que pasa contigo y Michael? Nos han estado evitando desde el sábado. –Comentó Chloe, increíblemente sin sonar amenazante o irritada, solo curiosa y algo preocupada.
–¿En serio tienen los ovarios para preguntar eso? –Masculló casi con la voz quebrada, esforzándose por no levantar la mirada de las hojas. –Como si fuera a hablarles como si nada después de lo que hicieron.
Christine jugueteó con las mangas de su suéter. –Pues... Si nos dijeras qué hicimos...
Eso fue el colmo, Jeremy no pudo contener un par de lágrimas. –¡Hablo de que el sábado fue la primera fiesta que hacía en mi vida y ustedes me plantaron! ¡Estaba tan emocionado pensando en lo genial que era tener amigos con los cuales celebrar pero noooo! ¡Ustedes son iguales de cretinos que los odiosos chicos de quinto año!
El trío de chicas casi se echa para atrás del susto, expresando una mezcla de confusión, sorpresa e impacto. Normalmente el de pecas no gritaba.
Christine fue la primera en salir de la sorpresa inicial y formular oración. –¿Q-Qué...? Pero si Michael nos dijo que se había cancelado.
A decir verdad, lo primero que se le había ocurrido hacer a Jeremy apenas la oyese hablar era irse al demonio y no regresar por hoy, sin embargo lo que dijo la de cabello azabache lo dejó anonadado, por no decir con las neuronas a punto de estallar de la confusión ¿Era esto una mentira para zafarse del delito? Quería creer que sí y gritarles en la cara los mentirosas y arpías que eran por acusar a su novio de ese modo, pero muy pocas veces veía a Chloe con esa mirada sinceramente angustiada. Aquello fue como darle con un calmante.
–Michael... ¿Qué?
–Sí, hemos tratado de hablarte porque queríamos saber si podíamos ayudar en algo con tu padre ¿Está muy grave? –Preguntó Brooke, lo que solo lo enredó más.
–¿Mi padre...? Él está bien ¿De qué hablan?
Las chicas hicieron silencio y se miraron con seriedad, como teniendo una conversación intensa con la mirada. Aparentemente llegaron juntas a un acuerdo sin hablar, pues le devolvieron la mirada a él mientras Chloe buscaba en su teléfono y Christine explicaba con un tono nervioso.
–Michael nos dijo que tu papá estaba enfermo y tenían que cuidarlo, y por eso cancelaron la salida.
–Sí, y nos dijo que no nos preocupáramos por la fiesta, que ya estaba pagada y podíamos ir de todos modos. –Añadió Brooke.
Jeremy no podía creer lo que estaba escuchando, ni cuando Chloe le entregó su teléfono para que viese los mensajes de un grupo.
–Michael hizo este grupo. Dijo que estaba haciéndote una fiesta sorpresa y nos dijo cómo cooperar, el lugar de encuentro, y que tú no lo sabías... Dijo que creías que él estaba organizando en otro sitio, pero te daríamos la sorpresa en el otro local. Llegamos temprano, pero luego nos llegó el mensaje y...
–Jeremy. –Brooke habló tristemente al notar como el de rizos temblaba de rabia leyendo cada mensaje. –¿Tú sabías sobre esto?
De milagro Jeremy no tiró el teléfono contra el suelo de lo furioso que estaba.
–¡Por supuesto que no lo sabría! ¡No puedo creerlo! ¡ESE BASTARDO NOS MINTIÓ EN TODA LA CARA!
LEVEL 4 COMPLETE
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FILE SAVED!
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Yes < No
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Valió verga el Maikol, equis dé.
Perdón por estar tan ausente, ando con exámenes, pero pronto el 7 de julio empezarán las vacaciones de invierno y podré escribir tranquilamente para BMG 8')
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