🔪Level 20: Encerrar/Aislar🔪

LEVEL 20
READY, PLAYER TWO?

Christine se consideraba—en lo que cabía, por supuesto— una persona bastante comprensiva con sus amigos, siempre intentando empatizar con ellos. Ya saben, porque ponerse en los zapatos de una persona es muy importante a la hora de aconsejarla o juzgarla.

Sin embargo Jeremy se lo ponía difícil si lloraba a la vez que explicaba su situación. No entendía nada de lo que decía más allá de algunas palabras que no tenían coherencia al juntarlas y con suerte estaba logrando que no se ahogara en sus propias lágrimas o le empapase por completo las frazadas de la cama. Y miren que eso lo veía un poco complicado con el tamaño de esta.

Suspiró resignada ofreciéndole a Jeremy otro pañuelo de papel, solo para verlo sacar tres y sonarse la nariz antes de volver a llorar. Ciertamente así no es como imaginaba que volvería a hablar con él, no después de que tras el incidente con los globos de agua se apartara de ellos para pasar tiempo exclusiva y únicamente con Michael.

–Ya, Jeremy... Eso es, déjalo salir. –Siguió palpándole la espalda cariñosamente, dejándose mojar un poco con sus lágrimas cuando él la abrazó ocultando su rostro entre su hombro y cuello. No lo parecía, pero le destrozaba profundamente verlo así de triste ¿Qué tan mala pudo ser esa ruptura para que su amigo terminara así? –Eso es, eso es... ¿Y cómo te sientes?

–P-Para... La mierda. –Él titubeó, todavía algo acallado por el hipo y el nudo en la garganta. Christine pensó en algo.

–¿Te sentirías mejor si te traigo algo de helado de vainilla?

Jeremy se talló un ojo, mirando hacia abajo con algo de pena. –N-No hace falta.

Christine casi se moría de ternura, a veces olvidaba cuán tímido podía ser Jeremy al visitar su casa. Y sí, puede que tendría que sentirse enojada por cómo se alejó de ella esas semanas, sin embargo era más fuerte su curiosidad y su deseo de verlo mejor, por lo que se levantó y caminó hasta la puerta, decidida a traer el helado.

–Nada de eso, algo dulce te hará sentir mejor.

Ella también lo necesitaba para digerir todo esto.

Al llegar le ofreció el bote con una cuchara a Jeremy, ella se había servido aparte. Durante un rato le frotó la espalda para animarlo a comer. Debía admitir que lo último que esperaba escuchar de él en ese momento era lo siguiente.

–Este helado está salado.

–Uh... Sí, es que lloraste sobre él.

–Ah... Sí, tiene sentido. –Fue lo único que dijo antes de volver a hundir la cuchara con claras intenciones de seguir atragantándose con la vainilla hasta dejar de sentir el sabor salado de las lágrimas y por supuesto la amargura que había quedado desde esa tarde.

Se sentía tan apenado de haber venido a llorarle a Christine pero... Bueno, su Squip había propuesto que la visitaran. Por lo visto ya había aprendido a conocerlo lo suficientemente bien como para sugerir a su mejor amiga, y no estuvo equivocado al convencerlo de que ella no lo mandaría a la mierda después de todo lo que ocurrió entre los dos y que se dignaría en escucharlo antes de cualquier cosa.

–Jeremy, sé que te sientes mal pero... No entiendo ¿Cómo es eso de que Michael terminó contigo?

El de rizos hizo una mueca volviendo a meterse la cuchara llena en la boca ¿Cómo respondía eso? Lo que había ocurrido con Michael era más complicado que una simple ruptura, tendría que hablar sobre todas las cosas horribles que le había hecho y eso... Simplemente no podía. No quería hablar de eso, no quería recordarlo más, sabía que si se lo contaba ahora empezaría a sentir de nuevo esos golpes y a escuchar sus insultos. Se sofocaría y Christine tendría que lidiar con su ataque de pánico.

No, mejor evitar eso. Por ahora solo censuraría cosas.

–Él... D-Dejó de ser igual conmigo cuando empezamos a salir. –Murmuró por lo bajo. –Todo iba bien y luego... Empiezan las peleas, los celos y...y...

–Está bien, no necesitas entrar en detalles. –Se apresuró a calmarlo posando una mano en su hombro. –¿Rompió contigo por eso?

Él asintió, quería golpear algo de la rabia que le daba acordarse de lo último que le dijo Michael antes de sacarlo de la casa a patadas. –Dijo que yo lo estaba volviendo un monstruo. Y-Y... Bueno, que era lo mejor para nosotros terminar porque... No quería hacerme algo peor.

–Oh. –La joven apenas pudo decir más que eso, con los ojos más abiertos de la impresión. Sabía que lo que Jeremy tenía que escuchar no sería fácil de decir pero... Para eso se supone que era su amiga, por lo que se armó de valor. –Entiendo que te duela, pero... Si es así, entonces sí era lo mejor para ustedes terminar.

–No estoy así por eso. Y-Yo... Sí quería terminar con él.

–¿Entonces qué te tiene tan triste?

–¡No estoy triste! ¡Estoy muerto de rabia! –Soltó finalmente, apoyando el bote de helado en la mesita de noche de un golpe seco. –¡Me dijo "No podemos ser amigos de nuevo, solo ser desconocidos. Hay que cortar toda nuestra relación de raíz"!

Entonces Christine lo entendió. Ella tenía entendido que Michael y Jeremy eran mejores amigos desde que apenas eran unos niños, no debía ser nada fácil terminar así una amistad que había sobrevivido tantos años.

–¡Ese... Hijo de puta! ¡No puedo creer que después de todo me haga esto! –No se contuvo a las lágrimas nuevamente, levantándose de la cama caminando de un lado a otro haciendo todo tipo de gestos furiosos. –¡Y yo que me esforcé tanto! ¡Hice todo a mi alcance para que ese idiota me perdonara y nos diera a ambos una oportunidad! ¡Creí que lo estaba haciendo bien! –¿Se sentía culpable todavía? Sí, quisiera o no, el episodio de su vida con su Squip fue uno donde cometió mil errores e hirió a las personas. No podía ignorar eso, sin embargo podía intentar mejorar las cosas y ganarse el perdón real de otros para así compensarles lo que hizo mal. Michael supuestamente le había perdonado y el mismísimo descarado se lo dijo ¡Pero ahí estuvo el imbécil diciendo lo contrario! –Le hice tanto daño a Michael pero... ¡Yo sé que no me merezco nada de esta mierda! ¡Lo intenté...! ¡E-En serio que lo intenté! Y-Yo realmente quería arreglar las cosas ¡Yo quería hacerlo feliz, mierda! ¡Dejé que ese estúpido me manipulara y me usara a su antojo solo para que después me diga que no quiere volverme a ver porque yo lo vuelvo una mierda de persona! ¡Como si yo fuera el del problema!

Se llevó las manos a los ojos, dejándose caer sentado sobre la cama para recobrar el aire. Sintió que Christine se acercó a él gateando y se sentó a su lado, mas eso no lo detuvo para seguirse quejando.

–Y-Yo sí intenté perdonarlo por tantas cosas... Pero él me usó. –Hipó un par de veces, sentía su pecho cerrarse. –¡M-Mierda...! ¡Yo creí que lo conocía! ¡Me dije "Relájate, Jeremy. Conoces a Michael desde que tienen cuatro años. Él nunca te haría daño"! ¡POR UN CARAJO! ¡Me trató como él quiso y me botó como si yo fuera basura! ¡Quiere echarme de su maldita vida como si nada y pretender que no ocurrió todo esto! ¡Valgo tan poco para él...! S-Soy una escoria para él... Es como si yo no valiera nada. –Se sorbió la nariz intentando recuperar compostura, pero fue demasiado cuando Christine lo abrazó de lado, acariciando su cabello como su ex novio solía hacer. –¿Sabes qué es lo peor? Que yo dejé que él me hiciera esto. –Recordaba cuántas veces deseó terminar su relación antes de que todo empeorara pero siempre lo dejaba como un simple pensamiento por lo mismo. –Y-Yo lo amaba... Yo todavía lo amo y... ¿Q-Qué es lo que...? ¡¿Q-Qué mierda le dejé hacerme?! ¡Para no reconocer todo eso yo...! ¡Soy tan estúpido!

Fue un tonto al pensar que si daba todo de él recibiría lo mismo, que si perdonaba y esperaba a Michael él tendría la misma paciencia con él. Fue tan estúpido... Tendría que haber huido en cuanto pudo y no lo hizo, tendría que haberlo dejado en cuanto se dio cuenta de que su Michael ya no era el mismo que conocía.

Christine no le respondió a nada, tan solo continuó consolándolo físicamente hasta que dejase de llorar otra vez. Sentía a su amigo tan frágil contra él que no se atrevía a abrazarlo fuerte y se limitaba a frotarle la espalda esperando su calma.

–No has hecho nada para merecer esto, Jeremy. Tranquilo. –Musitó ella. –Yo... Y-Yo fui quien los quiso forzar a ambos a estar juntos cuando no estaban listos.

–No es tu culpa, Christine, yo...

–No, basta. Escúchame con atención. –Se puso firme, apartándolo sujetando sus hombros. –No tuvimos el mejor inicio, pero no eres el único que cometió errores entre todos nosotros e hizo daño a otros. Todos nos esforzamos por ser perdonados y ser mejores personas, y es injusto que seas el único que vive esto ¿Entiendes? Mereces algo mejor, Jeremy. Deja de martirizarte y creer que merecías como castigo el daño que recibiste.

Jeremy no sabía bien qué decir. Lo cierto es que estaba cansado de todo, ya no quería continuar así. No importa cuánto amase a su ex novio, no quería más sentir ese dolor. Ya no quería su maltrato, no quería seguir decepcionándose cuando él no le devolviese el mismo trato que él le daba, no quería retroceder su progreso.

–¿En serio lo crees, Christine?

–No lo creo, lo sé. –Afirmó, antes de volver a abrazarlo, deseando que pudiese exprimirle algunas de sus penas con él. –Y... Me imagino que no quieres darme muchos detalles por ahora.

–Preferiría que no. –Suspiró agotado. –Parece que hoy volvimos a ser los únicos amigos solteros.

Christine se rió nerviosamente y Jeremy de pronto sentía que se había perdido de algo. –B-Bueno, sobre eso... Jenna y yo hemos estado... Ejem, saliendo.

El joven Heere ahogó un grito entre sus manos, observando anonadado a su amiga. –¡No me jodas! ¡¿En qué momento?! ¡¿Por qué no me dijiste?! –Ganas no le faltaban para zarandear a Christine exigiendo las respuestas, pero se contenía porque no le apetecía mucho mandar a su amiga a volar.

–Bueno... Fue hace unas tres semanas pero... ¡T-Todavía no somos novias oficiales! Solo estamos saliendo y... Bueno, eso. –No podía ocultar su rubor cuando hablaba del tema. Era realmente feliz, sin embargo nunca hablaba de eso porque quería que fuese una sorpresa, y porque beber frente al sediento no se le daba bien ni le gustaba. –No te lo dije porque tú estabas teniendo problemas con Michael y... No lo sé, no quería celebrar frente a ti cuando estabas tan mal.

–Olvídalo, debiste decírmelo igual ¡Es tu primera novia! –Vamos, es cierto que estuvo hecho mierda ese tiempo, pero no sería tan egoísta como para no alegrarse por su mejor amiga. Es decir, no creyó que tendría una novia tan pronto ¡Esto era emocionante! –El Cinnabun es canon... No puedo creerlo.

La joven Canigula chilló enrojecida, dándole un buen golpe con una almohada. –¡Jeremy, que todavía no somos novias!

–¡Todavía!

Ambos rieron el resto de la tarde. Durante esas horas Jeremy pudo recuperar el tiempo perdido y a decir verdad fue más feliz de lo que fue últimamente con Michael. Solo eran Christine y él, dos amigos volviendo a hablar de todo lo que les gustaba, a sonreír juntos.

Jeremy pensó que no estaba tan solo después de todo. Y que aunque hubiese perdido a Michael, no tenía por qué haber perdido un puesto de mejor amigo.

. . .

No dejaba de dar vueltas en la cama, pensando en lo que había pasado la noche anterior y en la tarde.

Una parte de él le decía que había hecho bien. Es decir... No era estúpido, bien sabía que nada de lo que le había estado haciendo a Jeremy estaba bien y no era sano en cualquier relación que conozca. Sus madres ya se habían tomado el tiempo de explicarle eso hace mucho tiempo y se lo habían repetido anoche, lo cual más que impulsarlo a cambiar solo lo había hecho sentir culpable y resignado.

Resignado porque no había logrado cambiar para nada, porque sus intentos no habían bastado, y ahora había arruinado todo lo que había construido durante años por un estúpido rencor adolescente.

Gruñó revisando su celular para distraerse, aunque no funcionó del todo porque él seguía en su cabeza.

Jeremy, Jeremy, Jeremy...

No importa cuánto tratase, ese chico seguía estando en su cabeza las 24 horas del día. No había momento en que no lo hiciera, en que no recordase su suave y cobrizo cabello rizado, sus adorables pecas, sus brillantes ojos azules, esa sonrisa que podía deformar a una mueca de miedo con solo hablar... Mierda, también pensaba en eso. En lo notorios que eran los moretones en su piel pálida, cómo la sangre roja pintaba su rostro como si fuera él un lienzo en blanco, en... Lo adictivo que era oír su voz suplicando y llorando.

Sacudió la cabeza con un bufido, pasándose la mano por el cabello para despejarse.

Había notado que esos pensamientos horribles habían comenzado a cruzarse por su mente desde el incidente de Halloween, sin embargo se habían vuelto más constantes a medida que pasaba el tiempo y su noviazgo avanzaba ¿Era eso normal? ¿Tenía que odiarse por haber intentado satisfacer esas ansias con cosas leves como los insultos? Pensó que podría controlarlo más haciendo eso, pero lo único que logró es desearlo más.

Sabía lo que quería, y era tomar todo de Jeremy. Su risa, su cariño, su tiempo, su dolor, su llanto, su vida. Maldita sea, estaba tan asustado de sí mismo que ya no sabía qué pensar.

¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué quería herir tanto a la persona que juró cuidar y amar? Buscar respuestas no le servía porque todo siempre caía en la misma experiencia solitaria de Halloween en ese ruidoso baño ajeno donde lloró por su amigo como maniático hasta que lo creyó suficiente.

Lo odiaba.

Odiaba tanto a Jeremy como lo amaba. Podía estarlo abrazando y besando y al otro momento intentar asfixiarlo y azotarlo contra el suelo solo por el mero morbo de verlo llorar bajo él, y no sabía cómo reprimir eso último.

Estaba tan enojado... Se prometió olvidar y perdonar, sin embargo no era capaz de olvidar cómo después de largos años de amistad su único amigo lo dejó botado porque prefería estar con una chica y con sus estúpidos y falsos amigos populares ¡Pfff, por favor! ¡Como si ellos hubiesen cambiado tanto desde entonces! ¡Como si esa perra no lo hubiese dejado de cualquier modo! ¡Él prefirió irse con unos cualquieras antes que elegirlo a él! ¡Mierda! ¡Había estado junto a él, consolándolo, protegiéndolo y entendiéndolo desde que tenía memoria y ese hijo de puta le dio la espalda solo para que al final él fuese quien tuviese que salvarle el culo! ¡¿ASÍ COMO MIERDA NO PODRÍA QUERER ROMPERLE LA CARA A GOLPES?!

No, respira, Michael. Respira... No, a la mierda con eso. No podía comprender ¿Ellos con qué derecho se declaraban sus amigos? Jeremy era suyo, él siempre fue suyo. Ambos lo sabían, fueron hechos solo para estar juntos y no requerir la presencia de nadie más.

Jeremy no debería necesitar nada más que no fuera él ¿Por qué se reusaba a algo tan básico y natural como eso? ¿Por qué no pudo cumplirlo? Tal vez de haberlo hecho Michael nunca se hubiese convertido en el monstruo que era ahora.

Es que él necesitaba a Jeremy. Necesitaba, exigía, quería. No podía estar sin él y ahora lo estaba comprobando, sintiéndose ansioso y mareado al ser consciente cada vez más de que no lo volvería a ver por el mero deseo de protegerlo.

¡¿Qué más podía hacer?! No dejaba de contradecirse a cada segundo entre sus deseos de seguir junto a Jeremy aunque eso significase hacerle más daño, y entre el lado que aún lo amaba y deseaba protegerlo a toda costa. Ambos lados peleaban entre sí a muerte y cuando uno parecía estar ganando el otro ganaba fuerza y reclamaba la victoria antes de tiempo de nuevo.

Mierda, mierda... Estúpido Jeremy.

Suspiró, esta vez más decidido a distraerse con el teléfono por un rato. Puede que sus madres hayan subido fotos del aeropuerto y ahí estaba él perdiéndoselas. Deslizó el dedo para refrescar Instagram esperando que eso ayudara pero se topó con lo último que quería ver ahora.

Jeremy había subido una foto, muy llena de filtros y stickers tiernos por cierto, y... A su lado estaba Christine. Ambos se abrazaban por el hombro, y en la descripción decía "Teníamos que retomar Mamma mia: Here w ego again! En algún momento ¿No?".

¿Entonces ahí estaba él ahora? ¿Viendo películas con Christine, como si nada hubiese ocurrido? ¿Cómo si la ruptura no le hubiese dolido en lo absoluto?

La guerra seguía y la balanza se inclinaba a favor el odio nuevamente.

. . .

–¿Seguro de que no quieres quedarte a dormir, Jeremy? –Christine preguntó algo preocupada, viendo el cielo oscurecido y a su amigo saliendo por la puerta del frente.

–No te preocupes, Christine. Es que... Hoy vendrán Heidi y Evan a cenar a casa y le prometí a papá estar presentable. Hoy le va a pedir matrimonio a Heidi y... No puedo faltar. –No era una excusa, le constaba cuán importante era para su padre seguirlo adaptando a él con los Hansen antes de que dieran el gran paso a casarse y unificar la familia. No pensaba decepcionarlo en la noche más importante para el compromiso y además puede que algo de tiempo con otras personas le hiciera bien. –Gracias por todo, Christine. Me alegra poder contar contigo incluso cuando yo he sido el idiota.

–Por favor, sabes que para eso estamos los amigos. –Respondió cariñosamente, dándole un último abrazo de despedida. –Buena suerte en la cena ¡Dime cómo resultó todo después! Y grábalo, me encantan las propuestas de matrimonio.

–Sabes que lo haré ¡Nos vemos mañana!

Y así dejó la casa de los Canigula, caminando sin mucho apuro hasta su casa. La cena no comenzaba hasta dentro de dos horas y eso era tiempo suficiente para un baño y elegir la ropa menos vieja de su closet.

Al final su Squip tuvo razón, hablar con Christine le había ayudado a acomodar ideas, ponerse la cabeza en su lugar y animarse. Así a él le doliera... Esto de la ruptura y el alejamiento sería lo mejor para él. Tomaría tiempo, pero a la larga lo olvidaría, seguiría adelante y... Y ahora estaba sonando su teléfono con una llamada entrante de Michael.

–¿Qué? ¿Y qué demonios quiere ahora? –Murmuró para sí mismo con fastidio, dispuesto a colgar la llamada.

–Espera, tal vez es importante. –Interrumpió su Squip. –Probablemente es porque te olvidaste tu mochila en su casa.

–¡Yo no olvidé mi...! ¡Mierda! ¡¿Por qué no me lo dijiste antes de que me echara de la casa?!

–¡¿Y yo cómo iba a saber que eso ocurriría?!

–¡¿No veías futuros alternos o algo así?!

–¡Son alternos precisamente porque tienen probabilidad de no ocurrir también cabeza hueca! ¡Solo atiende la llamada!

–Ugh, touché. –Se rindió, no valía la pena discutir por esto y perder su ropa y cepillo de dientes. –¿Hola? ¿Michael? ¿Qué quieres?

–¿Jeremy? Oye, sé que dije que no quería verte de nuevo y eso, pero olvidaste tu mochila con tus cosas en mi casa. Además, uh... Quiero hablar contigo de algo.

–¿Qué...? Como sea, iré en un rato. –Colgó sin desear extender la conversación. No sabía bien qué quería además de devolverle sus cosas, pero algo era seguro, no iba a soportar otra agresión de su parte mientras tuviera cerca una escoba para romperle la cabeza.

Intentó relajarse y convencerse de que no era nada importante. Pero... Mierda, tan solo lo había mandado al demonio hace unas horas y ahora tenía que verle la cara de imbécil otra vez ¿Qué podía ser peor que eso? En definitiva el silencio incómodo que hubo entre ambos cuando pasó hacia la sala y se sentó esperando que le dijera algo.

Cuando ya habían pasado unos minutos comenzó a hartarse. –Muy bien, escucha. Tengo que irme y no me puedo quedar más tiempo, así que o hablas o...

–Quiero que volvamos.

Jeremy juró escuchar el sonido de un disco rayado en el ambiente... Y no, no estaba loco, su Squip se tomó la molestia de reproducirlo mientras observaba con cara de "Mierda, ya valió".

–Wowowowow... Espera, detente ahí ¿Qué? ¿Quieres qué?

–Lo estuve pensando ¿Sí? Fui un tonto, lo arruiné, y es cierto. Te esforzaste en esperar el cambio que nunca te di y... No puedo solo terminar esto así nada más. Quiero intentarlo de nuevo.

–Michael, escucha. Sé que lo dices en serio pero... No. Esta vez no puedo decirte que sí, no podemos volver. –No se dejaría mangonear como la última vez. –Me hiciste mucho daño y... Necesitaré ayuda para recomponerme de eso, necesitamos tiempo ¡No solo por mí! Tú también lo necesitas. No será bueno para los dos volver si no hemos resuelto nuestros problemas antes, ni siquiera debimos empezar a salir en primer lugar. No puedo permitirme esto de nuevo. Podemos ser amigos otra vez y eso aunque... No lo sé, nada volverá a ser igual y lo sabes.

Forzó la firmeza en su mirada, listo para cualquier chantaje emocional con lágrimas de cocodrilo, sin embargo nada de eso ocurrió y Michael solo asintió tranquilo.

–Sí, yo... Lo sé. Tienes razón.

–¿La tengo...? D-Digo, claro que la tengo.

–Bueno... Algo es algo ¿No? –Él sonrió, extrañamente Jeremy se sintió más calmado y ameno con ello. No esperaba que se tomase esto con tanta tranquilidad. –Solo amigos ahora, eso está bien para mí.

–Sí, solo amigos. –Afirmó. –Y si no te molesta, mis cosas...

–¡Ah! Cierto, espérame aquí. Voy a buscarlas.

Y entonces Michael dejó la sala para dirigirse al sótano. Jeremy suspiró de alivio, sintiéndose más liviano y fresco. Su Squip se apareció frente a él con los brazos cruzados, y el joven previó un regaño.

–Lo sé, lo sé. Debí decirle que...

–Hoy me hiciste sentir orgulloso, Jeremy. –Interrumpió sonriendo, y el adolescente de pronto sintió la necesidad de abofetearse solo para comprobar que no estaba delirando ¿Acaso su Squip había dicho que estaba orgulloso? –No cediste, y aunque hubiese preferido que no fueras ni su amigo... Un progreso es progreso aunque sea pequeño.

–W-Waw, gracias... Eso vale mucho de tu parte. –Murmuró. No quería admitirlo, pero él también estaba algo orgulloso. Su yo de hace unos días no hubiera sido capaz de negarse a eso. –Todo... Volverá a ser normal ahora ¿No es cierto?

–Mis futuros alternos con más porcentaje de probabilidad te ven a ti mejor que antes. –Aseguró con un guiño. –¿Ves esto? Yo aprendí a ser más amable, valóralo.

El de rizos se rió por lo bajo, sí que tenía que darle crédito a la pobre computadora por haber aprendido a la mala, sin embargo no tuvo la oportunidad de hacerlo antes de que viese su expresión despreocupada y sonriente cambiar lentamente a una extrañada y luego a una alterada.

–Jeremy, vámonos de aquí ahora.

–¿Q-Qué...? ¿Por qué? –Alzó una ceja sin comprender a qué se refería. Por azar su vista se fijó en uno de los cuadros vidriosos de las fotos, creyó ver el reflejo de Michael arrastrando algo consigo ¿Su mochila tal vez? No, eso se veía más largo y fino como...

Como un bate de baseball.

–¡JEREMY, HUYE DE AQUÍ YA!

Volteó rápidamente, haciendo el impulso para levantarse y correr. Es lo único que pudo hacer a tiempo.

El golpe resonó en sus oídos sobre su cabeza hasta cuando cayó al suelo viendo que todo se oscurecía y que lo único que podía escuchar además de los gritos de su Squip era la risa de Michael.

LEVEL 20 COMPLETE!
L o a d i n g . . .

FILE SAVED!

CONTINUE, PLAYER TWO?
Yes                                     No <

YOU HAVE NO CHOICE NOW =)
IT'S TOO LATE, JEREMY~

-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-
Este es mi regalito por Noche buena, tesoros~ Espero que les guste mucho <3 Y tengan una feliz navidad!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top