❌Level 10: Intimidar/Amenazar❌

LEVEL 10
READY, PLAYER TWO?

Jeremy había leído una vez una palabra bastante interesante en un libro: "Serendipia". Al principio creyó que se relacionaba con las serpientes o algo así, tal vez para describir la forma en la que serpenteaban al trasladarse de un sitio a otro, pero lejos estuvo de la realidad.

El diccionario se lo definió como "Descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, o cuando se está buscando una cosa distinta." Algo así como cuando encuentras dinero en tu ropa antes de ponerla a lavar.

Pocas veces se sintió que vivía algo así, su vida no era precisamente un imán para la buena suerte. Sin embargo ahora mismo se preguntaba... ¿Esto podría ser uno de esos casos? ¿O era como esas ocasiones donde todo parecía ir bien y luego las cosas se iban a la mierda? No podía estar seguro, nunca imaginó volver a ver a su Squip y que este se comportara tan pacíficamente que lo aliviase.

–¿Tú... Quieres hablar conmigo? ¿Solo eso? –Preguntó por lo bajo, limpiando el resto de lágrimas en su rostro. Después de haberse alterado tanto no le quedó de otra que tranquilizarse. Necesitaba respuestas, y no solo de esa condenada pastilla del demonio.

Desconfiaba, y con muchos motivos. Uno de sus peores abusones y del cual no podía huir volvía a su vida ¿Y esperaban que lo recibiera con alegría? Y una mierda, casi le daba un infarto apenas lo vio, por no volver a mencionar lo ocurrido en el teatro.

–No tienes por qué desconfiar de mí, aunque entiendo por qué lo haces. –Aclaró, no muy interesado en tocar ese tema. Jeremy asintió, a veces se olvidaba de que el Squip podía leer sus pensamientos, mentir no era una opción. –Me has desactivado una vez, y ahora que vuelvo a estar activo puedo decirte que he replanteado mis antiguas y... Digamos que exageradas estrategias.

–Exageradas dice. –Murmuró para sí mismo. "Exageradas" no era una palabra que usaría, sino drásticas, aunque las dos palabras se quedaban cortas.

–Sin embargo... Aquí estoy, y estoy programado para mejorar tu vida y darte lo que quieres. –Declaró, pero el adolescente no se asustó mucho. Tenía Mountain Dew roja, no es como si no pudiese deshacerse de él de nuevo. –No puedo ignorar mi programación así que... Al punto, he visto cómo Michael te maltrata.

Jeremy juraba que si su alma fuese vapor hubiese abandonado su cuerpo en un suspiro. No se preguntaba cómo él sabía de todo lo que le había estado pasando con Michael desde hace tiempo, sino por qué lo catalogaba como abuso. No lo era... ¿Cierto? Nunca lo consideró algo así, no eran cosas tan graves, pero... ¡Un momento! ¿Y este doble cara cómo tenía los huevos digitales para decir que Michael lo maltrataba cuando él fue un claro ejemplo de abuso?

–Miren nada más al burro hablando de orejas. –Dijo entre dientes de forma petulante y despectiva. El Squip ni se inmutó, seguía mirándolo inexpresivamente sin interrumpirlo. –Eres el último que puede acusar a otros de maltratarme ¡Tú sí que eres un puto abusón! ¿Y sabes lo gracioso? Acusas a Michael de lo mismo, muy curioso considerando que trataste de alejarme de él y que haya sido el que me salvó de ti.

–Jeremy, no busco arruinarte la vida porque sí, no encuentro satisfacción con eso, soy solo una programación con la función de ayudarte.

Apretó los dientes tratando de auto convencerse de lo obvio: No podía golpear a una persona que solo existía en su cabeza, ya lo había intentado varias veces en el pasado con una almohada y un libro.

–Tienes que creer en lo que te digo, te está haciendo daño. Tienes que dejarlo ya, veo futuros donde...

–No tengo por qué creerte.

–Bien, no me creas. –Soltó con resignación. –Solo quiero que lo consideres. Yo no puedo ver más allá de tu mente, Jeremy, si creo que esto está mal y te hace daño... No es porque solo yo lo razono. Estoy aquí por una razón, y no es porque tú me quisieras de regreso.

Jeremy se quedó en silencio sintiendo el calor húmedo descender por su rostro. Le seguía doliendo la cabeza, su estómago estaba revuelto, se sentía literalmente para la mierda. Todavía no podía procesar todo lo que había ocurrido, mucho menos sus propios pensamientos y opiniones. No necesitaba que alguien más hablara de su situación y lo confundiera, ya estaba lidiando con muchas cosas ahora, entre ellas... Que Michael había provocado esto.

–Mierda, solo lárgate. –Pidió apoyando su cara entre sus manos. Estaba fallando en sonar molesto, pero no podía darse ese lujo ahora. Estaba al borde de la crisis. –Lárgate. –Volvió a decir, su voz quebrada demostraba que fácilmente se había rendido ante el llanto otra vez. –¡Lárgate, lárgate, lárgate, déjame solo!

El Squip no dijo palabra, desapareció tan rápido como se había presentado con un gesto insatisfecho. Jeremy volvió a estar solo en la habitación, o más bien se volvió a sentir así, nunca hubo alguien con él de todos modos.

Lloró sabiendo que él podría tener la razón, y que por más que amase a Michael, no podía ignorar esto.

(...)

–Me alegra que estés mejor ahora, Jeremy. Llevabas dormido desde el sábado.

Él asintió, sin sorprenderse mucho al respecto y dejó que Christine le cambiara la toalla húmeda. Estaba ahí desde hace un rato, y tenía entendido que ya era lunes y había faltado a la escuela para ir a cuidarlo mientras su padre trabajaba. Christine le contó que había insistido en quedarse a cuidarlo, era su padre después de todo, pero ella no aceptó. Vino a primera hora con una mochila para la ocasión.

Vamos, ella se pensaba quedar todo el día ¡No la echarían tan fácilmente cuando su amigo le necesitaba!

–Brooke nos pasará los apuntes de hoy, y Jenna dijo que grabaría tus clases. –Explicó mientras agitaba un envase de yogurt bebible para enlistar un pequeño desayuno para sí misma. A Jeremy tuvo que prepararle algunas cosas que sabía hacer, pero no había ni tocado una tostada, tan solo seguía viendo el techo en silencio con esa mirada vacía. –Nos tenías asustados ¿Eh?

–¿Dónde está Michael?

Ella se crispó por la pregunta tan directa e inesperada. –E-Eh... Él fue a la escuela, no ha hablado con nadie desde... N-No importa de todos modos. Come algo, llevas días sin hacerlo, literalmente. –Cambió de tema con un gesto rápido de restar importancia. Sin dejar de comentarle algunas cosas más, lo ayudó a incorporarse en la cama, acomodando sus almohadas y dejándole el plato con huevos revueltos en su regazo. Pronto, Jeremy la miró de reojo sin que ella se percatara. –Rich estaba tratando de hacer un ritual solo para despertarte, debiste verlo, él...

–Él puso la Mountain Dew verde en tu termo. –La interrumpió con voz casi cavernosa, recibiendo una mirada inmediata de su parte. Él no prestó atención a ello y picó su comida con el tenedor. –Se lo diste a él antes de beberlo, no vale la pena negarlo o ignorarlo, Christine.

–J-Jeremy... –Christine murmuró. No sabía qué responderle. Había venido aquí para levantarle el ánimo, sin embargo su amigo tenía otros temas de conversación en mente. –N-No pienses en eso. Michael no quería que tú...

–Quería hacerte daño a ti, Christine. La bebida estaba en tu termo.

Ella se quedó helada en su sitio sin poder despegar su mirada de la ajena, luego lo pensó con calma y se dejó caer en su silla con una mueca. Su estómago estaba hecho un nudo, quería llorar.

–No sé si quería hacer daño, pero obvio es... Que si es así, no es a mí a quien quería lastimar. Todavía tienes un Squip, Christine, pudiste haberlo despertarlo.

–N-No entiendo, yo... No le hice nada a Michael. –Ambos fueron buenos amigos desde hace tiempo ¿Por qué de repente esto estaba ocurriendo? Pudo ser la víctima y al final Jeremy acabó siéndolo.

Se sentía culpable, a pesar de que no debería.

–Pienso hablar con él, dile que venga después de la escuela.

Christine asintió en silencio, ya no se sentía tan animada para leerle Percy Jackson a Jeremy ¿Quién necesita la traición de Luke cuando eres Christine?

La mañana transcurrió lentamente para ambos. Christine al final decidió prender la televisión y hacerle compañía silenciosa a Jeremy, de vez en cuando preguntando por su estado, aunque este siempre respondía que estaba bien.

Le angustiaba su actitud seca y su forma vacía de expresarse. Ya no creía que fuese buena idea dejarlo solo con Michael, sin embargo él fue decisivo al pedirle ese favor, y Christine haría cualquier cosa que su amigo le pidiera, al menos cuando se veía tan miserable.

Escuchar el sonido de las llaves en la puerta de enfrente les advirtió a ambos que Michael había llegado. El de gafas siempre tuvo una copia de las llaves de la casa.

–Hey, aquí estoy.

Jeremy no hizo ningún gesto o expresión al verlo, pero ganas no le faltaban para dedicarle cualquiera que le mostrara su ardiente deseo de putas ahorcarlo ahí mismo. El desgraciado se veía tan fresco como lechuga, como si nada hubiese ocurrido ¡Como si él no hubiese estado días enteros desmayado por su culpa! Christine se había visto mil veces más preocupada y angustiada cuando vino a verlo, Michael solo aparentaba verse como quien no ve a su amigo por medio día.

–Jeremy... ¡Despertaste! –Gritó emocionado, caso tirando la mochila al demonio. Su sonrisa poco duró, pues apenas trató de abrazarlo, el de pecas se lo impidió empujándolo por el pecho de forma suave.

–Tú y yo... Charla... Ahora. –Demandó en tono tranquilo, pero imponente.

Christine se retiró sin decir palabra mientras que Michael se sentaba en la silla donde había estado hasta que llegó. Jeremy no le apartó la mirada de encima, se veía bastante pacífica para estar muriendo de rabia por dentro.

El "clip" de la puerta cerrándose fue como una señal al de gafas, quien muy descolocado preguntó. –¿De qué se trata esto? ¿Estás bien? ¿Tu Squip te dijo algo? Traje Mountain Dew roja para...

–Tú lo hiciste ¿Verdad?

–¿De qué hablas?

–Tú fuiste quien puso la Mountain Dew verde en el termo de Christine.

Michael se puso nervioso, Jeremy no tardó mucho en notarlo, conocía sus gestos. Esa forma lenta en la que golpeaba con el índice una superficie dura, cómo se acomodó los lentes antes de hablar... Vamos, no tenía que ser un genio, solo poner en práctica su instinto detectivesco. No es complicado cuando conoces a alguien desde hace doce años.

–¿Ella te dijo eso? Jeremy, yo nunca...

–Ella te dio el termo para que lo cargaras ¿Quién más pudo hacerlo si no fuiste tú? –Masculló. Estaba tan enojado con él... Pero no por eso dejaba de dolerle confrontarlo. –Yo soy el afectado aquí, pero... Querías llegar a Christine ¿Por qué?

Michael se levantó de la silla adoptando un semblante ofendido y molesto, veía en sus ojos el brillo de furia que le dedicaba últimamente. –¿Cómo es que me acusas de algo así? Le di el termo a tu hermanastro para que se encargara. Christine es mi amiga ¡Mi mejor amiga, casi tanto como la tuya, Jeremy!

–¿Entonces por qué mierda lo hiciste? –A este punto ya no podía estar tranquilo, las lágrimas estaban volviendo a reclamar territorio en su rostro. –¡¿En qué estabas pensando?!

–¡Somos amigos, Jeremy! ¡Te estoy diciendo que no lo hice!

–Así como no arruinaste mi cumpleaños ¿Verdad? No te importó mucho dejarla mal a ella también. –Guardó silencio, Michael ablandó su rostro a una sonrisa más amable y se sentó frente a él en la cama, abrazándolo de modo que podía juguetear con sus rizos y apoyar su cabeza en su pecho.

–Jeremy... Escucha, he hecho cosas malas, pero esto... No crees realmente que lo hice por dañarla ¿Cierto?

Pudo haber caído en ese juego. Jeremy podía ser muy débil al lado acaramelado de Michael y estaba desesperado por un argumento que le hiciera ver esto como un malentendido, pero... Apenas estuvo a punto de ceder, un detalle lo crispó.

–... ¿No dijiste que le diste el termo a Evan?

Sintió el abrazo de Michael tensarse demasiado rápido, así como sus mimos a su cabello se detuvieron repentinamente. Tenía miedo, no le costaba notar el temblor de la mano de su novio sobre su cabeza.

No dijo nada y esperó temeroso. Tras un silencio largo, Michael soltó una risa por lo bajo y se separó del abrazo, continuando los mimos por donde los dejó. Su sonrisa forzada estaba bastante bien hecha como para parecerle falsa, sin embargo Jeremy lo notaba.

Michael no estaba feliz.

–Oh, Jer-Bear... Mi lindo, adorable... Y estúpido, Jer-Bear.

Jeremy chilló cuando su novio tiró bruscamente de su cabello hacia atrás pero lo mantuvo cerca de su rostro de la misma forma, solo que usando otra porción de mechones. Mierda, mierda, siempre fue sensible ahí, dolía como la mierda y ni haciéndoselo saber servía ¿Qué estaba pensando? Él lo sabía desde antes de hacerlo.

–Te amo tanto, Jeremy. Pero a veces eres TAN BOCAZAS y ni siquiera piensas las cosas antes de decirlas.

–¡M-Michael, basta...! ¡Eso duele!

–¿Tantas ganas tienes de encontrar a un culpable que me escoges a mí? Lo que pasó fue un malentendido ¿Entiendes? Deja de provocarle problemas a los demás ¡Christine está bastante bien, por si no lo notaste! ¿Por qué eres tan quejica? Como si no tuviera suficiente Mountain Dew roja para apagar a ese bastardo... Tan... Tan lindo que eres pero tienes que arruinarlo siendo un puto dramático de mierda. –Jeremy volvió a chillar, no recordaba que Michael fuese tan fuerte como para hacerle sentir que estaba por arrancarle el cabello. No recordaba haber visto antes una mirada tan colérica de su parte. –Escucha, olvidaré que me tomaste como el chivo expiatorio ¿Ok? Pero... Cierra la puta boca, no fue mi culpa.

–¡T-Te creo, te creo! ¡Lo siento!

–Bien.

Michael lo soltó por fin, pero al hacerlo primero por el frente, la fuerza que estaba ejerciendo aún en la otra mano hizo que del tirón golpease su cabeza contra el respaldar de la cama. Seguro que el sonido no fue muy notorio, pero en su cabeza se asemejó a un batazo.

Ni tiempo tuvo de acomodarse cuando su pareja le abrazó nuevamente como antes.

–Lo siento, no quería ser tan bestia contigo. S-Solo me molesté... No creí que en serio pensaras esas cosas horribles de mí.

–N-No... Yo lo siento, no debí...

Ya no estaba seguro de qué pensar ¿Y si de verdad fue un malentendido? Nunca le contó a Evan sobre su Squip, y... A pesar de todo Michael y Christine sí eran amigos. Él solo... Se enojó ¿No? Se había comportado así otras veces, no era raro, no es como si se hubiese alterado porque era cierto.

–Está bien, bebé. Solo olvidemos lo que pasó.

Michael besó su frente y volvió a acunarlo cariñosamente en sus brazos. Jeremy correspondió tembloroso, viendo cómo su Squip desde la esquina de la habitación lo observaba detenidamente.

Ya no era el único aterrado aquí.

LEVEL 10 COMPLETE!
L o a d i n g . . .

FILE SAVED!

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Yes<                                    No

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En un capítulo más todo se va a poner mÁS FEO OOHHH SIIII

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