🚫BONUS🚫
BONUS SCENE!
READY, PLAYER THREE?
Christine estaba en casa de los Heere cuando recibió la noticia.
Ese día había decidido reunirse con la familia de Jeremy y los amigos de ambos lados de la misma para aportar ideas de sitios en los cuales podrían buscar, y que quizá ya era hora de considerar las ideas más descabelladas. Ninguno estaba dispuesto a rendirse en encontrar al joven y a seguir limitándose a pegar y entregar volantes por ahí. Había que tomar medidas drásticas ¡Hace casi un mes que había desaparecido!
Michael no había venido aún, pero sabía que traería a sus madres consigo ahora que ellas habían vuelto de su viaje a Filipinas. No las había visto aún, pero imaginaba que estarían casi tan destrozadas como Michael demostró estar cada día, profundamente desanimado, pero firme a la vez.
Connor estaba repartiendo te para todos con ayuda de Evan, mientras que Heidi proponía que no debían limitarse a buscar en la ciudad y extenderse más allá. Paul era policía, puede que no tuviese problemas para lograrlo. Zoe iba a comentar una idea también, pero la interrumpió el sonido de una llamada proveniente del teléfono del señor Heere. Este puso cara extrañada, viendo la pantalla.
–Es Lisa. –Anunció.
–Ponlo en alta voz, puede que quieran avisarnos que vendrán más tarde. –Le pidió Heidi, a lo cual su pareja asintió, respondió la llamada y puso el alta voz. Iba a saludar, pero inmediatamente al otro lado de la línea se escucharon gritos lejanos y la voz solloza y alterada de Lisa.
–¡Paul...! ¡Paul, oh por Dios...! ¡N-No puedo creerlo!
Todos se miraron entre ellos como para preguntarse los unos a los otros qué estaba ocurriendo. Un silencio tenso empezó a formarse, y el señor Heere era el único que mantenía la compostura, suponiendo que la señora Mell solo estaba afligida por la desaparición de Jeremy.
–¿Lisa? Tranquila, respira... ¿Qué pasa?
–E-Es... ¡Es Jeremy...! ¡Está aquí! ¡Jeremy está aquí y...! –Antes de seguir hablando un lamento ahogó sus palabras.
De más estaba decir que apenas la escucharon, todos se levantaron de sus asientos dejando todo lo que estaban haciendo, preparados para correr hacia los autos para dirigirse a la casa de los Mell. Christine se sintió invadida por una oleada fuerte de emociones confusas. Estaba infinitamente feliz de que por fin lo hayan encontrado, y estaba aterrorizada de imaginar en qué condiciones estaba su pobre amigo.
Poco duró la euforia general, pues Paul hizo una pregunta que tenía una respuesta devastadora.
–¡¿Encontraron a Jeremy?! ¡¿C-Cómo está?! ¿E-Está herido? Llamaré al 911 y a mis compañeros ya mismo ¿Puedes decirme cómo está? ¡Vamos en camino!
–Paul... –La mujer lloró dolidamente al otro lado del teléfono, su llanto era tan lamentable que calaba hasta lo profundo de quien la escuchara. –P-Paul... Es su cuerpo... E-Encontramos su cuerpo...
Todo se derrumbó en cuestión de segundos, y se notó en las expresiones de absolutamente todos, más aún del padre del aludido a quien le temblaba la mano y sostenía una mirada incrédula.
–S-Su... ¿Cuerpo...? ¿Lisa? ¿De qué hablas?
–¡E-Está muerto...! ¡O-OH POR DIOS, PAUL...! ¡Lo asesinaron! ¡Jeremy está muerto!
. . .
Al llegar a la casa de los Mell, todo era un absoluto caos. Todos se subieron a sus autos tan rápido como pudieron y fueron hasta allá. Vio lágrimas, escuchó mil y un preguntas y negaciones de sus amigos, que gritaban como locos dentro del auto. Nadie quería creerlo, todos suponían que la madre de Michael solo estaba alterada y que en realidad Jeremy no había sido encontrado muerto, sino desmayado o algo por el estilo ¡Tenía que ser! ¡Quizá no se había acercado a él para confirmarlo!
Tal esperanza de creer que estaban en un error se esfumó en cuanto bajaron y fueron testigos de tan hórrida escena.
El cuerpo sin vida del joven Heere yacía pálido y frío sobre la basura de la residencia Mell. Le faltaba la mano derecha, notoriamente amputada. Estaba lleno de marcas y moretones tanto en el rostro como en otros lugares, y ni siquiera habían tenido la piedad de haberlo dejado con aunque sea una prenda de ropa. Alguien quería que él fuese humillado, que todos lo contemplaran horrorizados.
El estómago le pegó un vuelco tan grande que le dieron ganas de vomitar, pero Evan se llevó ese mérito primero.
Lisa no se movía, temblorosa y postrada en una zona más lejana de la acera, mientras Tania intentaba sujetar a Michael, quien gritaba y lloraba el nombre de su ex novio e intentaba zafarse para probablemente abrazar lo que había sido Jeremy Heere.
Esto... Esto tenía que ser un mal sueño ¿No? Esto no podía ser real.
Las lágrimas nublaron sus ojos, apoyándose sobre el capó del auto para no perder el equilibrio y caer. Ninguno de sus amigos intentó acercarse por el shock, o porque estaban ocupados procesando su propio dolor y angustia solos, o con alguien a quien aferrarse.
No... No... ¿Cómo esto pudo ocurrir? ¿Por qué ocurrió? ¿Por qué a Jeremy? ¡¿Y quién?! ¡No tenía sentido! ¿Por qué tenía que volver a perder a alguien de nuevo? ¿Por qué otra vez? ¡¿Por qué a su mejor amigo?! Christine había creído entender hace mucho que la tragedia no discrimina, que no te elige por alguna razón que desconoces, ella solo elige... Y se acabó el cuento. Ahora es cuando se olvidaba de eso y se cuestionaba con el corazón destrozado: ¿Por qué?
La sirena de la policía llegó a sus oídos tras dos minutos, viendo congelada en su lugar cómo el brillo rojo y azul iluminaba la escena. Rojo y azul, uh... No parecía ser una coincidencia.
Michael se había soltado de Tania en cuanto vio a los policías llegar, abalanzándose hacia el cadáver para aferrarse a él como si estuviera realmente vivo. Lloraba pidiendo que esto fuese falso, y que el de pecas despertara, pero lo único que consiguió con ello es que Rich y Jake tuviesen que intervenir para hacer que soltara el cuerpo de modo que permitieran a la policía hacer su trabajo. Lo escuchó gritar desgarradoramente para luego caer al suelo golpeando a puño cerrado el césped. Christine imaginó que es lo que quería hacer con el culpable.
Los oficiales pidieron que se alejaran de la escena del crimen, poniendo la típica cinta policial. Algunos se ocupaban de poner al cadáver sobre una camilla y cubrirlo con una manta blanca para evitar que los demás siguiesen mirando, mientras que los demás comunicaban lo ocurrido a la estación y los otros interrogaban y pedían testimonios.
Se acercó a Lisa junto a Zoe para tranquilizarla, mientras ella intentaba dar su testimonio. Al parecer habían encontrado el cuerpo en la basura esa misma mañana al salir de casa para ir a la de los Heere, y ahora nadie podía sacarse esa imagen desgarradora y repugnante. Christine ya no podía ¿Cómo? Jeremy había sido botado como si fuera basura y lo vio ante ella. Vio su mirada vacía en esos ojos vidriosos sin vida rodeados de ojeras y moretones. Sintió nauseas al fijarse en la posición de su cabeza, echada hacia atrás en el borde del cesto plástico como si tuviera el cuello roto. Sintió una pizca de su dolor al ver su brazo derecho asomado sin la mano que le correspondía. Luego lloró por él, imaginándose el martirio y tortura que habría sido para él su tiempo de desaparecido, porque escuchó a uno de los policías decir que no estimaban más de dos días desde su fallecimiento.
Michael estaba en un rincón, rodeado por algunos de sus amigos que todavía lo convencían para que no se lanzara de nuevo a abrazar al cuerpo. Los policías intentaban sacarle palabras, sin embargo él no podía hacer más que llorar y gritar con la cabeza entre las manos.
Vio a Paul, derrumbado y sollozo junto a Heidi al lamentarse por haber perdido a su único y amado hijo, con el cual apenas hace meses había empezado a llevarse bien de nuevo. Encontró a Evan teniendo un ataque de pánico, con Connor, Jared y Alana tratando fallidamente de tranquilizarlo.
Imaginó que, aunque a algunos les doliera más que a otros, eso no deshacía que lo ocurrido era en sí indigerible. Habían perdido a un hijo, un amigo, un ex novio, una persona que apreciaban y que apenas había empezado a mejorar su vida y extender sus alas en la juventud.
Jeremy ya no viviría para seguir sus sueños, no estaría presente en la boda de su padre, no estrecharía más sus lazos con su hermanastro, no estaría ahí presente para los hechos importantes en la vida de aquellos que lo amaban. Él... Simplemente había desaparecido.
Apretó con fuerza la mano de Lisa al terminar de responder sus preguntas, mientras la oficial se retiraba tras un pésame. La miró, totalmente inconsolable y callada. Supo que esto a ella le afectaba demasiado, pues el pecoso había sido prácticamente un segundo hijo para ambas señoras Mell. No era de extrañar que hayan sentido algo similar a perder a Michael.
–S-Sabes, no... No p-pensé que esto ocurriría así, yo... –Se rió entre lágrimas como tratando de disimular. –Siempre le decía cuando se iba de la casa que... Q-Que tuviera cuidado y corriera si lo seguían... Y-Y que... Y que sí algo le pasaba le diría "te lo dije" y lo regañaría por ser tan descuidado. P-Pero no creí... ¡N-No creí...! ¡T-Tan solo me gustaría que pudiera abrazarlo ahora...! ¡Y n-no me habría importado abstenerme de regañarlo!
La mujer se largó a llorar de nuevo, ahogándose entre lamentos y cubriendo su cara con sus manos. Christine no pudo evitar llorar también, dejando a la pobre de Zoe el trabajo de calmarlas a las dos sin éxito. Poco duró, puesto que al rato llegó Michael acompañado de Tania y uno de los oficiales con libreta en mano.
Tania se esforzaba por ser fuerte por su hijo, a quien Christine veía que ahora tenía una expresión ida, una digna de un shock.
–Puede que les hagamos preguntas en otro momento pero... Por ahora queremos verificar cosas con la autopsia. –Dijo. –Lamento su pérdida... Pero quería hacerles una pregunta.
–¿Qué?
–¿Acaso había alguien que tenía algo personal en contra de la víctima y su hijo? –Tal pregunta hizo a las cuatro mujeres abrir bien los ojos para mirarse entre ellas, incrédulas ante lo que escuchaban. –Encontramos una nota de amenaza pegada al cuerpo de la víctima. Decía "El siguiente eres tú". No busco alarmarlas, pero si no nos equivocamos... Quien sea que haya hecho esto podría ir a por su hijo en algún momento.
Automáticamente las miradas cayeron sobre Michael, pero este incluso habiendo escuchado todo no reaccionaba. Su mirada seguía gacha y vacía, era como si él también hubiese perdido la vida.
Christine sudó en frío. Si alguien tenía algo en contra de Michael y Jeremy entonces estaba frita ¡Las opciones eran muchas! Ya todos en la escuela sabían que el caos de la obra escolar fue mérito de Jeremy, y sí había ocurrido una que otra vez que alguien lo molestaba con eso e intentaba agredirlo—ellos estaban presentes para evitarlo—por lo que... Toda la escuela era sospechosa ¡Pero la policía no iba a creerles! Tampoco podía mencionar la marihuana y la posibilidad de un pago incompleto, eso no era conveniente.
Mordió su labio, nerviosa e impotente. No creyó que esto podría empeorar.
–No... No sabemos ¡Ambos siempre han sido chicos tan buenos que...! –Tania objetó a punto de dejarse dominar por el llanto, pero la voz ronca de su hijo la interrumpió.
–Jeremy era un ángel... No encuentro sentido en que alguien haya hecho esto por motivos personales. Él era... Él era tan lindo y... Era tan fácil de amar ¿Entonces por qué...?
–Michi, amor... –Su madre morena le llamó, dándose cuenta de que empezaban a aguársele los ojos otra vez, por lo que no dudó en abrazarlo junto a su esposa.
El oficial, viendo que no podía sacar mucha información de esto, suspiró pesadamente y se alejó un par de pasos no sin antes voltear para decir una última cosa. –Les llamaremos cuando estemos trabajando más a fondo en este caso. Hasta entonces... Suerte.
La policía solo se fue en cuanto terminaron de indagar. Se ofrecieron a llevar a algunos chicos a sus casas y Christine accedió, sintiéndose ahora muy insegura para caminar sola en las calles, incluso si solo eran las once de la mañana. Al volver, pudo llorar con más libertad abrazada a sus padres. Por alguna razón no se había sentido merecedora de liberar así su dolor con todas esas personas alrededor, que claramente sufrían más por ello. No osaría nunca competir por ese dolor.
Con el pasar de los días las cosas no iban mejorando. Tenía entendido que las autopsias no tardaban más de un día, pero en un interrogatorio le habían comentado que querían asegurarse de sacar todas las pistas e información posible antes de entregar el cuerpo para un entierro.
Lo único que sabían hasta ahora es que la muerte había sido por asfixia acorde a las marcas en el cuello, y que había rastros de abuso sexual y violación. De ello no pudieron sacar muestras para ADN, pues el cuerpo estaba limpio de cualquier rastro más allá de marcas y heridas. Era como si el asesino hubiese premeditado que podrían haberlo encontrado de no haber obligado a la víctima a lavarse.
Christine sintió nauseas. Quiso creer al principio que esto se trataba de un asunto que tenía que ver con el dinero, y que fue un robo que salió mal. No esperó que las cosas se hubieran dado de esa forma.
Sería franca. Sospechó de alguien cercano a ella al principio luego de analizar sus recuerdos detenidamente, pero... No había forma de que haya sido él ¿Cierto? Su corazón no era tan fuerte como para inculparlo sin pruebas, y viéndolo tan destrozado por la noticia.
Sí, Michael y Jeremy habían tenido problemas en su relación, ella misma se había ofrecido a ayudarles después de notar que era algo tóxico, pero... No tenía mucho sentido. Michael fue quien terminó con Jeremy, era él quien dijo que no quería estar cerca suyo. Tampoco podía argumentar que su profundo dolor al encontrar el cuerpo no era genuino, porque ella era una actriz muy buena y ni ella podría haber hecho tan bien ese papel y mantenerlo durante días, con tanto entusiasmo como para que sus padres anduvieran comentando que se la pasaba deprimida todo el día y sin comer apenas. Por Dios... Michael los había estado ayudando a buscarlo ¿No? Y ella ya había estado en su casa durante ese tiempo.
Era tan sofocante... ¿Cómo iban a hacer justicia por Jeremy si no tenía nada? ¿Cómo iba a afrontar que él se había ido? No estaba lista para esto, nunca lo estuvo. No lo estuvo al enterarse y tampoco lo estuvo cuando lo despidieron en el funeral. Recordó que él le había dicho que si moría, quería soundtracks de Undertale, canciones tristes de musicales, y flores azules y blancas. No iba a dejar que su deseo no se cumpliera, así que se dijo a sí misma que si había organizado una búsqueda determinada a encontrarlo, entonces organizar un funeral que él mereciera no sería difícil. Claro que era más fácil decirlo que hacerlo, ya que antes tenía la esperanza de verlo vivo, y ahora... Solo podía esperar a encontrarse de nuevo con su cuerpo frío en un ataúd.
Era triste pensar que en unos meses más habría una boda... A Jeremy le hubiese encantado haber estado presente para verla antes de morir. Probablemente hubiese comparado a su padre y a Heidi con personajes de videojuegos.
Despedirlo no fue fácil para nadie. Ella quería quedarse un rato más en el cementerio, intentando que la imagen de la lápida la abofeteara de nuevo para que despertara del mismo sueño donde todo era una mentira cruel. Vio antes de irse junto a Paul, que Michael se había quedado ahí abrazando un ramo de margaritas, y solo por un segundo ella pudo olvidar todo lo que ocurrió.
. . .
–¡Christine! Linda, qué bueno que hayas venido.
La azabache devolvió una sonrisa a Tania, adentrándose en la residencia Mell. –No habría faltado por nada del mundo.
Echó una mirada rápida a la sala de estar antes de ir a saludar a Lisa y despedirlas a ambas, ya que les esperaba una tarde ajetreada haciendo las compras. Nada le hubiese gustado más que acompañarlas junto a Michael para sacar un rato al aludido de su hogar, pero sabía que no era tan sencillo hacer tal cosa, por lo que decidió que hoy se quedaría a hacerle compañía para jugar algunos videojuegos y quizá insistirle para ir a Pinkberry a comprar algo dulce y frío.
Había pasado casi medio año desde entonces, y aunque veía que nadie lo había superado, se notaba que lo estaban intentando con todas sus fuerzas y se convencían de que ya no había nada que pudieran hacer por traer a Jeremy de regreso. Christine estaba de acuerdo, ni un océano de lágrimas bastaría.
Michael era el único que quizá no pensaba tan así. Casi no salía de la comodidad de su sótano, y si lo hacía entonces era un milagro. Bueno ¡Si eso no se podía entonces había que visitarlo! Tal vez ella no era su mejor amiga y no podía reemplazar al pecoso, pero quería reparar su amistad con el filipino y hacerle sentir que la vida no se le había escapado de las manos aún.
–Si necesitan algo llámenos ¿De acuerdo? Dile a Michi que no se olvide de comer. –Decía la mujer más alta, ya preparándose para salir con su esposa, la cual también se despidió de Christine con un consejo más.
–Y trata de convencerlo de salir si es que puedes ¿De acuerdo?
–Haré lo que pueda ¡Suerte con las compras!
Sin más que decir, ambas mujeres se fueron tomadas de la mano. Christine no estaba segura de por qué dejaban el auto e iban caminando, pero imaginaba que querían hacer ejercicio o simplemente hacer el viaje más largo para poder hablar lo que no podían mencionar en casa.
Christine bajó las escaleras hasta el sótano, encontrándose a Michael frente al televisor jugando un videojuego él solo. Pensó en asustarlo, sin embargo estaba tratando de ser considerada, por lo que bajó los escalones llamando su atención con un saludo.
–¡Michael! Hola, vine a verte como prometí ¿Estás listo para que te gane en Mario Kart?
El de gafas esbozó una leve risa, entregándole el mando apenas se acercó. –Eso ya lo veremos.
Los minutos pasaron partida tras partida. Christine había aprendido a jugar bastante bien desde que visitaba a los Mell ¿Y cómo no hacerlo? Se requería ser muy bueno para ganarle de vez en cuando a un jugador experimentado como Michael. Quizá Jeremy era incluso mejor que ella, y no lo dudaba mucho, solo bastaba con ver los puntajes guardados en otros juegos. El jugador dos siempre delante de ella... Pero nunca por encima del jugador uno.
–Sabes... No estaría mal ir a Pinkberry a comprar un yogurt congelado ¿No crees? –Ella soltó tras salir perdedora de una partida. Michael agachó la mirada aparentando no prestar atención. –Algo frío y dulce te subiría el ánimo.
–No lo sé, yo...
–Hagamos esto. El que pierda una partida de Mortal Kombat tiene que ir a comprarlos, el ganador se queda aquí a esperar ¿Qué te parece? Si ganas no solo podrás comer Yogurt congelado, sino que también te quedas cómodo y tranquilo esperándome aquí.
Finalmente él volteó hacia ella, tenía una sonrisa desanimada y nostálgica. –Hablas como Jeremy a veces... Ugh, está bien. Pero no te quejes si yo gano.
–¡Sí! –Festejó la joven, para luego acomodarse en su puf y preparar sus sentidos mientras que Michael colocaba el juego. –¿Listo?
–Yo nací listo.
Así es como comenzó un baile de patadas y puñetazos virtuales. El personaje de Michael llevaba la delantera al principio por una ronda ganada, pero ella supo remontar vuelo en la segunda ronda donde prácticamente le arrancó la cabeza y la columna al personaje ajeno. La tercera fue más reñida, ella había recibido la mayoría de las palizas al comenzar y tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para sobreponerse ante la derrota y volver picadillo a su amigo. Ahora mismo sí que le era útil meterse en la piel de un asesino serial.
–¡Gané yo! –Ella gritó al cielo, casi tirando el control al demonio al levantarse bruscamente de su puf para hacer un bailecito de victoria. –¡Tendrás que salir tú!
–Q-Qué... ¡Eso fue trampa!
–No se puede hacer trampa en un videojuego así. –Contrarió ella, negando un dedo que más tarde picaría la nariz de Michael como fastidio. –Tú pierdes, aprende a perder.
–Ugh... Está bien. –Cedió de mala gana, levantándose para dirigirse a las escaleras. –¿Qué sabor vas a querer?
–Vainilla y miel, por favor ¡Gracias!
–Bien, vuelvo en un rato.
Así y sin mucha voluntad, Michael dejó el sótano y después la casa. Christine se carcajeó y tomó su celular para restregar su victoria en el grupo de Whatsapp ¿Tenía algo de malo? No creía. No todos los días le ganan a Michael Mell en un videojuego y lo obligan a ir a comprarte algo.
Mandado el mensaje, se recostó más extendidamente sobre el puf, removiéndose incómoda. Creyó que solo había estado sintiendo ese bulto duro y molesto porque estaba mal sentada al jugar, sin embargo esto ya le jodía mucho. Trató de removerse más, incluso pensó que sería buena idea mover el puf, pero cuando lo intentó sintió que tocaba algo plano, como una tabla o algo así.
Eso le extrañó, aunque no demasiado. Supuso que era una caja o algo así con marihuana adentro. No sería raro, ya que conocía las malas costumbres de ambos chicos desde hace rato.
No quería invadir su privacidad o causarle problemas, sin embargo creía que permitir que eso soportara su peso terminaría por romperlo y causarle más problemas, así que abrió el cierre del puf y rebuscó con la mano.
Planeaba dejarla en algún cajón o algo, pero le sorprendió encontrar en su lugar un teléfono celular. Alzó una ceja, cerrando el cierre y echándose de nuevo sobre su suave asiento mientras revisaba el dichoso celular, quedándose pasmada al reconocer ese protector de pantalla azul.
¿El teléfono de Jeremy?
Ok... Tal vez él lo había olvidado en casa de Michael después de que terminaran ¿Pero por qué lo dejaría ahí? No, aún más raro ¿No lo habían usado cuando él fue a verla luego de llorarle por la ruptura?
Lo encendió por mera curiosidad, el pobre celular se trabó unos dos minutos al recibir miles de mensajes de seres queridos preguntándole dónde estaba, que por qué no aparecía, etc. Eso le confundió, puesto que siempre había internet en casa de Michael para haberlos recibido antes.
Sintió tristeza, preguntándose si Jeremy alguna vez habría sabido lo mucho que le importaba otros como para tener a tantas personas preguntando por su paradero y si estaba bien.
Su curiosidad fue insana, o al menos eso consideró al abrir la galería para revisar algunas fotos viejas de ellos juntos. Necesitaba verlo de nuevo, y no como el cadáver lamentable que había visto en el funeral hace tiempo, sino al verdadero Jeremy. Ese que sonreía en las fotos, ese que se veía feliz y vivo.
Sonrió enternecida encontrándose con una que otra foto de ella dormida, de ambos besándose o saliendo juntos en una cita. En ese tiempo que ambos eran novios y no sabían que no estaban hechos para estar juntos, pero que aun así disfrutaron como nunca, fueron felices y se conocieron mejor. Puede que ella fuese lesbiana, pero estaba segura de que amó a Jeremy y que él la amó a ella, y así seguía siendo aunque no fuese del mismo modo que antes. Lo confirmaba ¿Sino por qué habría guardado tantas fotos juntos?
Luego encontró las demás donde salían con amigos, donde estaba con su familia, y por supuesto no podían faltar esas donde estaba con Michael. Lo único que la descolocaba era notar que las fotos más recientes mostraban a un Jeremy más decaído y cansado. Parecía que la muerte le había advertido su fecha de expirar y haya estado absorbiendo su vida desde entonces.
Jeremy nunca había sido de sacar fotos, además de que borraba constantemente las viejas para pasarlas al computador, por lo que no tardó más de dos minutos en verlas a todas y en terminar en un video. No pensó dos veces antes de reproducirlo, congelándose en el acto al fijarse en que era el sótano en el que ella misma estaba, y en la misma apariencia asustada, demacrada y herida de Jeremy.
"–Hola, yo... Soy Jeremy Will Heere Hansen... Iba a ser Hansen legalmente. Si viven en New Jersey es probable que me hayan visto en las noticias porque estoy desaparecido. No sé si cuando encuentren este video yo siga aquí así que... Quiero despedirme y disculparme con todos."
Esto era... ¿De cuándo estaba desaparecido? ¿Entonces por qué...? No, tenía que ser una maldita broma.
"–Papá... Perdóname por haber sido tan egoísta contigo, quiero que sepas que para mí eres y siempre serás el mejor padre que pude pedir, y que mereces ser feliz sin mí con una nueva familia. Lamento haber sido tan problemático, y lamento lo mucho que estás sufriendo con mi ausencia. Heidi, Evan... Perdón por haber sido un imbécil con ustedes al principio. No quería abrirme a la posibilidad de tener una familia más grande luego de que mi madre me dejara, pero... Heidi, me hiciste creer en segundas oportunidades, y si tan solo... Si tan solo hubiese podido, te habría llamado "mamá" antes de esto. Evan, eres similar a mí, sin embargo no quiero que tomes las mismas malas decisiones que yo. Ámate, ve por ti mismo, no dejes de ser amable como eres ahora. Sé que vas a lograr un cambio, hermano."
No... No era una broma, Jeremy podía ser un actor decente, pero nunca se le dio el mérito de fingir un buen llanto o siquiera lagrimear.
"–Amigos, yo... Lamento haberlos metido en tantos aprietos y haberlos creído unos idiotas. Cada uno de ustedes es maravilloso, con sus personalidades y la fuerza con la cual siguen adelante. Sé que ahora me están buscando, lamento haberles robado nuevamente tiempo de sus vidas, pero sepan que aprecio mucho lo que hacen. No tienen la culpa de no haber visto al responsable de esto a su lado, yo tampoco pude cuando ese mismo hijo de puta me besaba. Estoy agradecido de haber formado parte de su grupo, me hubiese gustado vivir más cosas junto a ustedes."
Esto no le gustaba. No le gustaba para nada. No le agradaba el rumbo que estaba tomando el video.
"–C-Christine... Lo siento. Fuiste... La mejor novia, ex novia y mejor amiga que pude pedir. Lamento todos los problemas que te causé, perdóname por haberte vuelto otra víctima más, debí haber sabido que lo de nosotros dos no podría ser. Pero a pesar de todo te quise, te amé mucho, y todavía lo hago aunque no sea del modo romántico. Por favor... No te culpes. Yo sé que intentaste ayudarme, yo fui el imbécil que no quiso admitir su error y salir de esto cuando pudo. Eres una mujer increíble... Quiero que sigas conquistando cada escenario que pides y cantes sin mí. Ellos te necesitan, Christine, eres la única que los mantiene sonriendo ahora."
Ella se removió para incorporarse, se sentía tan tensa que no podía seguir recostada.
"–¡No quiero morir...! ¡No así! N-No... No, no, no... ¿Por qué fui tan estúpido? Yo amaba a Michael. Lo amé... Lo amé, lo amé tanto... Creí que lo conocía, pero no es así. No sé qué más es capaz de hacer conmigo, no sé hasta dónde llegará, no sé si algún día me mate. Pero... No lo dejen salirse con la suya, yo no seré la última víctima si no hacen algo con él. Y sí, tal vez piensan que me volví loco ¡Jeremy, nosotros vimos a tu novio buscarte con los demás! Él está mintiendo, mierda, miente como nadie en este mundo, él me mintió por mucho tiempo para traerme hasta aquí."
No... No, no, no, esto no podía ser.
"–Soy Jeremy Heere... Fui secuestrado por mi ex novio Michael George Mell Salazar en su sótano. Si alguien ve esto... Por favor... Por favor, sálvenme."
Christine no podía moverse, estaba paralizada del miedo. Quería salir corriendo de ahí, quería hacer cualquier cosa excepto quedarse ahí y notar que había otro video más reciente, pero no quería aceptar que esto que escuchaba era cierto.
Se arrepintió profundamente de querer comprobarlo al dar play al siguiente. Minutos después agradeció que estaba fuera de foco, porque estaba oculta en donde ella calculó que era el estante que estaba a unos pasos, pero eso no quitó el hecho de que escuchó absolutamente todo.
"–N-No... No... P-Por favor... No m-me... No me lastimes...
–Awww, Jeremy. Yo nunca quise lastimarte, lo sabes. Pero tú me obligaste a hacerlo.
–E-Espera... ¡Espera...! ¡N-No!"
Sintió que empezaba a temblar y las lágrimas amenazaban con nublarle la vista. No debería estar escuchando esto.
"–¡¿Cuál es tu maldito problema, Jeremy?! ¡¿Quieres hacerlo menos doloroso?! ¡Entonces deja de tratar de evitarlo, maldita sea! No lo entiendes todavía... No necesito tu aprobación, tú eres mío y se acabó el cuento. La falta de voto es lo mínimo que te mereces por la mierda de persona que eres. Abre los ojos, fuiste afortunado por haberme conocido ¿Quién más podría haber soportado y amado el desastre andante que eres? ¡Soy todo lo que necesitas! Soy quien más te ama, soy quien más te odia ¿No es eso el equilibrio perfecto, Jeremy? ¿No entiendes que fuimos hechos el uno para el otro y nuestro destino es estar juntos? ¿Por qué todavía te niegas?
–U-Ugh... N-No, no, no, no...
–Olvídalo, eres tan necio. Solo déjate de idioteces antes de que te rompa la cara a golpes, mierda."
No era mentira, esa era la voz de Michael. Ese era... Él fue quien... ¡Todo este tiempo él...!
"–N-No... M-Michael... Michael, p-por favor... N-No sigas, no l-lo hagas...
–Uhm... Suplica, eso tal vez me haga considerarlo.
–Te lo s-suplico, por favor... T-Te lo imploro, M-Michael, p-por favor, M- ¡G-GAAH!"
No quería seguir oyendo, su corazón no soportaba seguir escuchando esos gritos, su estómago no seguiría resistiendo si seguía imaginando. Pero seguía sin poder moverse más que para temblar.
"–¡B-Basta...! ¡Michael...! ¡P-Por favor, duele! ¡D-DUELE! ¡DUELE!
–Qué bien... Aunque dudo que te hiera tanto como alguna vez me has herido tú.
–L-Lo siento... ¡Lo siento, lo siento, l-lo siento...! ¡P-Perdóname, perdóname, perdóname! ¡P-Por favor...! ¡N-No quise herirte, no quise, no quise...!
–Ya es tarde para eso, cariño.
–¡LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENT...!"
Entonces el video se cortó.
Las lágrimas no dejaban de bajar por su rostro, ella no dejaba de temblar. Parecía que todo daba vueltas y que en cualquier momento se echaría al suelo a vomitar, pero no lo hizo, se levantó torpe y bruscamente, tomando su bolso de un manotazo, tambaleando al estar de pie.
Tenía que salir de ahí ya mismo antes de que sus intentos por comprenderlo todo le machucaran el cerebro.
–¿Ya te vas?
Cayó sobre el puf soltando un grito asustado ¡¿En qué momento Michael regresó?! Pinkberry no quedaba tan cerca, ni siquiera usando el auto.
Michael ladeó la cabeza a un costado, su mirada era el caos encerrado en una bola de cristal frágil y agrietado. –Perdón si te asusté, había olvidado la billetera y me di cuenta a mitad de camino, pero... –Agudizó la mirada con disgusto. –Sinceramente no esperaba que fueras tan curiosa. –Aplaudió un par de veces haciendo notar su sarcasmo. –¡Felicidades! Lo cierto es que yo no pude encontrar el lugar donde Jeremy había escondido su celular. Me enojé un poco y... Ahora entiendo, su mano valía la pena para tener eso ahí escondido.
–T-Tú... Fuiste tú. –Murmuró con la voz quebrada. Finalmente entendía todo, y eso solo la enfureció más, levantándose de nuevo. –¡¿Por qué?! ¡¿Cómo...?!
–¿No escuchaste suficiente, Christine? ¿Quieres que te lo vuelva a decir? –Pausó, dejando que la joven Canigula se aproximara a paso pesado hacia el pie de las escaleras. –Te sorprendería saber cuántos problemas me causó Jeremy para mantenerlo aquí.
–¿Cómo pudiste...? –La rabia burbujeaba en su sangre hirviendo y en cada palabra que surgía. –¡¿Cómo mierda pudiste?! ¡Y tuviste el descaro de ayudarnos a buscarlo! ¡Te vi llorar y hablar bien de él después de que muriera!
–No menosprecies mis sentimientos, sí me duele su muerte. Matarlo fue... Un accidente. Me arrepentí de eso después.
–¡¿Un accidente?! –Gritó indignada. –¡¿Y lo demás?! ¡¿Y el dejarlo tirado en la basura como si no valiera nada para ti?! ¡¿ESO FUE UN ACCIDENTE?!
–Te seré honesto, seguí enojado incluso después de que muriera y... Era el lugar más cercano. Estoy seguro de que todos saben que nadie es tan estúpido como para dejar un cadáver en frente de su casa ¡Es muy obvio! Y los pequeños detalles lo resuelven todo. –Explicaba tan tranquilo y entusiasmado que eso le dio asco.
No podía creerlo, simplemente no podía. Todo este tiempo estuvo compartiendo con el asesino, había sentido lástima por un indeseable y repulsivo monstruo sin remordimientos ¡Estúpida! ¿Cómo es que no tomó en cuenta todo lo que había pasado antes? ¿Qué tanto habría sufrido su pobre amigo para llegar a este destino trágico?
Tanta hipocresía en su hablar le enfermaba. Quería lanzarse contra él y ahorcarlo con sus propias manos, pero no era tan descuidada como para hacer eso.
–¿Fue un accidente lo que le hiciste antes? ¡Eres un...! ¡¿Te das cuenta siquiera de lo que has hecho?!
–Créeme, lo sé. Pero eso no importa ya. Jeremy se fue, lo que es una pena si me preguntas a mí. Habría sido mucho más efectivo haberte matado a ti antes, pero... No es tan fácil.
–¿Qué te hice yo? –Se tragó las lágrimas al sentirlas llegar. –¡¿Qué te hice yo?! ¡¿Y por qué a Jeremy sí y a mí no?!
–Ay, Christine... ¿No lo ves? Todo esto es tu culpa ¿Por qué tenías que quedarte con Jeremy? ¿Por qué? –Su rostro se deformó en una mueca desagradada hacia la chica. –¿Por qué tú y no yo? ¿Por qué siempre estaba viéndote cuando era yo el que estuvo con él desde siempre? ¡Él me cambió por una cualquiera como tú! ¡Esa perra malagradecida solo tenía ojos para ti incluso cuando estaba conmigo! ¡¿Crees que no sé qué hablaban de mí cuando estaban juntos?! Ugh... Jeremy nunca pudo amarme tanto como a ti o como yo hice con él ¿De qué servía tenerlo si no me amaba?
–¡¿Cómo te atreves?! ¡Él te amaba! –Rugió entre lágrimas. Sus pies pisaban las escaleras haciendo eco. –¡Jeremy te amaba más que a nadie! ¡¿Tienes idea de cuánto sufrió por ti?! ¡No sabes! ¡Solo eres un egoísta que piensa en sí mismo! ¡Eres un asqueroso asesino!
–¿Y? ¿Ahora qué? ¿Esperas que me mueva a un lado para que vayas con la policía? ¿Esperas que llore y pida perdón? Qué linda. –Se rió con sorna, agachando apenas la espalda para ver a la azabache a la cara. –De aquí tú no te vas sin darme ese teléfono.
–Y aun así dices que amabas a Jeremy... Eres una basura.
–¡Yo lo amaba! ¡Lo amé, lo amé tanto y di todo por él pero él no supo hacer lo mismo!
–¡No lo amabas! ¡¿Y sabes qué?! ¡Yo lo amaba más! ¡Yo amaba a Jeremy más de lo que tú hacías! –Vociferó, el rostro de Michael se tensó de rabia. –Yo sí que lo hacía. No de la misma forma... ¡Y AÚN ASÍ LO AMÉ MÁS QUE TÚ!
–¡ESO ES MENTIRA, CÁLLATE!
Christine gritó al perder el equilibrio luego de que Michael la empujara con fuerza hacia adelante.
Lo siguiente que él escuchó fue el sonido de algo romperse y el golpe que hizo el cuerpo de la joven al tocar las escaleras de abajo. Luego silencio... Un muerto y horripilante silencio.
El cuerpo de la joven permaneció derrapado por las escaleras. Sus ojos seguían abiertos e inmóviles, y empezaba a divisarse un charco de sangre en la zona donde estaba su nuca ¿Y el teléfono? Bueno... Se había hecho pedazos en el impacto.
Michael se quedó paralizado al ser consciente de lo que había hecho.
Solo que esta vez sonrió ampliamente y se preguntó lo siguiente. Si desordenaba la casa y salía ahora mismo a Pinkberry... ¿Sería difícil hacer pasar esto como un robo que salió mal?
BONUS COMPLETE!
CONGRATULATIONS, PLAYER THREE!
DO YOU WANNA PLAY AGAI- ERROR
PLAY AG- ERROR ERROR ERROR
TO RESOLVE THE ERROR 404, PLEASE CONTINUE.
No Yes <
THE SYSTEM WILL RESTART IN A MOMENT. WE WILL TEL YOU SHORTLY WHAT WENT WRONG!
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