❛Capítulo único: Las flores❜

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La comunicación es fascinante, nunca me dejan de sorprender las millones de formas que existen para poder expresar nuestras emociones, como en simples trazos se pueden plasmar cantidades infinitas de ideas. Al usarlo todos los días pasamos desaparecido lo absurdamente complejo que es y prevaleciendo desde eones las lenguas más antiguas que se han ido adaptando a nuestros léxicos actuales.

Aunque las palabras no son la única manera de comunicarnos.

La música, el baile, los poemas, los escritos, las imágenes y el arte. ¡Hay de todo, no existen excusas para guardarnos nuestros pensamientos y sentimientos!

Hasta los platos más finos de restaurantes lujosos rebosan de sensiblería, con nuestras manos podemos hacer señas para denotar convicciones y opiniones, incluso los símbolos nos indican mensajes. Es increíble como hemos ido evolucionando y logrando tomar las cosas más afables para transformarlas en complicadas jergas.

Entre una de ellas un tesoro preciado que nos a regalado la naturaleza, las flores. Ellas no poseen un idioma de nacimiento, ellas no anhelan ni quieren nada, ellas solo nacen para que otros admiren su belleza, estando agradecidas que las cuiden para que sigan siendo hermosas.

Así son las flores, simples, preciosas, gratas y agradecidas por quienes las aprecian; por ello les hemos otorgado un lenguaje propio para que sean las mensajeras de informar nuestras aflicciones más profundas.

Que suerte tenemos por disponer de las magníficas flores, adornando nuestros campos, llenando nuestro mundo de colores y confiándoles nuestras pasiones.

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≻· Tú nacimiento es una desdicha para muchos, no solo para quienes no te quisieron sino también para ti mismo, cada pequeño momento de tu existencia deletrea con frialdad arrepentimiento, indigno eres por haber obtenido la corona de la vida no la aprecias, pero tampoco tienes miedo de perderla, haciendo que hiervan esas almas colmadas de envidia al tener algo que ellas adulan y que tú no valoras.

En tus prematuras memorias vienen las primeras percepciones a las cuales te acostumbraste como si fueran lo más normal del mundo, sucumbir por el infernal álgido de las calles, derramar constantemente lágrimas de angustia, escarbar entre la basura y alimentarte de putrefacta comida, luchar como un animal que se guía de sus instintos por el pavor natural a la muerte, combatir como bestia para saciar su rabia.

Nunca le diste importancia a lo que tienes, sabes que tarde o temprano todo por lo que has luchado algún día desaparecerá sin dejar rastro alguno y lo poco que has obtenido te será cruelmente arrebato.

Todas tus batallas fueron perdidas al no recibir ningún agradecimiento, hasta casi dar tu último aliento al imponerte ante un Dios... ¿Qué era lo que buscabas en primer lugar?, ¿En realidad pensaste que ibas a ser un héroe?

Para todos solo eres una lamentable escoria.

Un arma andante cuyo único valor equivale en su letalidad de la cual muchos se pueden aprovechar, para al final ser desechado cuando les dejas de ser útil.

Un infortunado mezquino que no merece ningún tipo de cariño.

Llamarte animal es un insulto para ellos, hasta la basura es más respetable que alguien como tú.

Deberías haber muerto hace tiempo, muchos lo intentaron, pero jamás pudieron acabar con tu vida. Tan patético eres que aún cuando intentaste terminar contigo mismo fracasaste, ni siquiera en eso eres bueno.

Te dejaste encerrar al no tener nada que perder, eres un peligro para todos, incluyéndote. Tú mente es una entropía de la cual no tiene un punto de retorno, estás condenado a ser prisionero de tus propias cadenas.

Sellado en ese cristal tu alma proyectaba cada detalle de tus hazañas, como un rollo viejo de película malgastado en repetirse al no tener nada mejor que ver... La primera vez que sentiste la adrenalina por matar a alguien fue tan satisfactorio, pero también angustioso, lo enfermo que te sentías por acostumbrarte a las injusticias que te rodeaban, tus pequeños logros siendo pisoteados por otros, la piedad que no te tuvieron a quienes tanto admiraste en un pasado, siendo tu único consuelo en saber que todos están muertos.

Cuando te liberaron estabas tan confundido. Lo único que sabías es que tenías que luchar una vez más y por primera vez después de mucho tiempo volver a ser humillado ante tan bochornosa derrota. Es irónico en que lo único que te hacía sentir orgulloso era en ser el guerrero más poderoso de la galaxia y se te fuera quitado como si nada.

Tanto entrenamiento, tantas masacres, tanto dolor y trabajo para culminar en un vacío, como siempre, actúas como si no te importará, pero la realidad es que eres un hipócrita, tienes miedo de perder lo poco que tienes.

Venganza es lo que buscabas, aunque sea intentas recuperar lo que te fue robado, pero ahora el guerrero más poderoso es un pequeño niño de alborotados cabellos. Iba a ser pan comido, que imbécil fue ese otro caballero en perder ante un ingrato mocoso.

Eres tan iluso...

Tal impresión en ver la destreza que disponía ese chiquillo, algo increíble, en lo que uno se tarda en años él lo dominaba en cuestión de segundos, estaba fuera de cualquier tipo de comprensión en intentar saber de dónde sacaba esas fuerzas el guerrero de las estrellas. Ni sabías cómo sentirte al ser derrotado nuevamente.

Esto ya era personal, no solo perder una sola vez sino dos veces y en esta segunda contra un niño... Contra un asqueroso niño, es increíble en ver que tan bajo puedes caer.

No lo ibas a permitir, no sin antes luchar, incluso si fuera en vano lo intentarías una y otra vez hasta esperar algún avance. Aunque el resultado no fue lo que planeabas.

La primera vez fue un odio ferviente, la segunda frustración, la tercera asombro, la cuarta admiración, la quinta... Ya ni sabes que es lo que ocurre.

Tan imprevisto como un flechazo fueron esos sentimientos, empezando a florecer un jardín de emociones sin que te dieras cuenta, volviendo a hacer latir un corazón del que creías ya no tener, intentaste negar en aceptar lo inevitable. Había algo, algo que te llamaba la atención de aquel muchacho, en cada pelea te colocabas en automático para solo concentrarte en él.

Sus movimientos, sus cortos cabellos ondeando en el viento, esa magnífica forma de luchar con cualquier arma, esos ojos marinos que te ahogaban en un mar sin fin del que te dejabas llevar por la corriente y sin tocar fondo, te hundías en los abismos más profundos de su mirada, dejando que tus penas se perdieran en ese mar de inocentes aguas.

Otra vez estás luchando con él, el sonido metálico de sus armas se escucha a kilómetros por lo fuerte que sonaban, es increíble la resistencia de esa espada en chocar contra una lanza al ser está última más pesada y sólida. Estocada tras estocada ibas retrocediendo, bloqueando sus ataques con tu escudo, blandiendo sus armas incesantemente.

Estabas a punto de acertar, pero vacilaste y de un solo toque ese chico mando a volar tu arma unos metros lejos, cuando ibas a cubrirte pudiste escuchar unos cortes finos contra el metal, inerte te quedaste al sentir la brisa en tu rostro, viendo como la máscara fue cortada en forma de X y sus fragmentos desechados en el suelo. Te quedaste congelado por ser la primera vez que lograban desvelar tu cara, haciendo que pases una mala jugada cuando el pelirosa se abalanzó sobre ti haciéndolos rodar y lastimando sus cuerpos junto al forcejeo.

Quedando boca arriba se colocó encima tuyo apuntando su espada en tu garganta, ya estabas preparado para lo que viniera, listo para que tu cuello fuera rebanado y por fin perecer de una vez por todas.

—Hazlo —habló el de la blanquecina armadura. —¿Eres sordo? Dije que lo hagas.

Confundido miraste al pequeño, era la primera vez que lo veías tan de cerca, el niño solo te miraba detenidamente, observando tus ojos que aparentaban ser unas granates fucsias con leves tonos de rosa... Desviaste tú mirada hacia a otro lado, no piensas que vale la pena en que alguien se atreva a mirarte, no lo mereces, nadie debería verte, menos él.

—Perdóname, pero no puedo —apartándose giro su espada para guardarla en su funda, tensaste tus labios al escuchar tal respuesta empujándolo para luego ponerte de pie —Solo eres un cobarde.

Kirby negó con la cabeza —No es eso, es solo que no me gusta matar... Y menos sin justificación.

—¿Matarme no sería justo? —sonabas molesto, ya estabas harto de las falsas compasiones.

—¿Y por qué lo sería? Quiero decir, no hay motivos para que eso sea lo correcto —te quedaste sin palabras por largos minutos al escuchar eso, no podías ni moverte y en tú rostro se expresaba lo atónito que te sentías.

—¿Señor se encuentra bien? —el ojiazul levanto una mano acercándose a ti, pero lo jalaste derribándolo en el suelo para al final irte volando, dejando a tu paso rastros de blancas plumas.

El joven rosado se quejo en el suelo por lo abrupto de su caída, poniéndose de pie veía como una de las tantas plumas caían con lentitud cerca suyo, juntando sus dos manos esperando a que se posará en ellas, la acariciaba a la vez que pensaba —(Que tipo más raro...)

Mientras volabas no parabas de pensar lo tonto que eres, no querías tirarlo, mejor dicho, ni siquiera querías luchar. Al ser tan malo socializando no sabías cómo entablar una conversación pacífica, usando como excusa una pelea para pasar el rato con él, sus últimas batallas no tenían sentido aparente cuando realmente solo querías verle.

Otra vez confirmando tus más terribles sospechas, estabas consiente de ello y solo te mentías para evitar admitir lo que menos querías...

Estás enamorado y lo sabes perfectamente.

Te era increíble pensar en cómo podías admirar a alguien menor que tu, resignándote en comprender que nunca podrías superarlo en poder ni con un centenar de años. Pero él es especial, tan especial que te hacía quererlo con todo tú ser y que a su vez tienes miedo de tantas cosas.

Miedo de que te viera como un monstruo, miedo de que tu amor no sea correspondido, miedo de volver a ser lastimado, miedo en entregarte a la persona incorrecta... Miedo a que por tu culpa le vaya a ocurrir algo.

Aún con todos esos temores dejaste tus incertidumbres a un lado aceptando esos sentimientos y ya no querer seguir huyendo de ellos. Estando cerca de ti aprendiste que no podías dejar de anhelarlo, solo logrando en que cada vez más y más incrementará tu afecto hacia el guerrero estelar, escondiendo tus dudas con simples irritaciones y adorando cada minúsculo detalle de ese tierno muchacho.

Estás dispuesto a entregarte, le consagraras tu corazón confiado en que no lo dañará y le darás tu fidelidad a pesar de que él no lo sepa, después de todo esa es tu forma tan precipitada y temerosa de amar.

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≻· Pasaba el tiempo y empezaste a dedicarte en perseguirlo a escondidas, no recuerdas cuando eso se volvió en una nueva y extraña costumbre tuya de querer espiarlo por ratos, creo que incluso se llegaba a percatar de tu presencia, pero no le daba importancia haciendo como si nada pasara.

En muchos momentos lograste cruzarte en su camino, parecía que quería hablar contigo y podrían llegar en hacer las paces, pero te paralizabas al no saber cómo reaccionar, hasta que por fin un día conseguiste hablarle. De forma indirecta lo ayudabas entre las sombras, no eres bueno conversando ni expresando tus pensamientos, pero al menos intentabas ser bueno escuchándole, aunque tus escasos consejos no son los mejores.

Tan ingenuo el pequeño se reía de tu torpeza en tratar con los demás, no te enojabas porque le perdonabas cualquier comportamiento, se que no eres la persona más paciente pero admiró que por tu cariño le aguantabas todo a ese crío.

Sus travesuras, sus comentarios sacados de contextos, sus a veces preguntas incomodas, las metidas de pata por hablar de más y de vez en cuando hacía berrinches infantiles, todos esos defectos igual los apreciabas, para ti sus imperfecciones son parte de su encanto.

Abrumado te sentías por todo lo que vivías, era como una mentira hecha realidad que sintiéndote tranquilo te generaba ansiedad, acostumbrado estabas a las constantes desgracias que en tu pasado arrullaban las memorias de una trastornada infancia, pero en esta tierra de en ensueños la paz reinaba, sofocando los lechos de tu limitada insubsistencia.

Tú único alivio es el héroe que protege ese mundo tan puro, con él podrías desahogarte y en silencio calmar tus pesares, no era necesario tener que hablarle, no te importaba si no hacían mucho, para ti estar con él es suficiente para hacerte sentir bien.

Su mera existencia es lo único que necesitas para ser feliz.

Se que te sientes extraño en sonreír con demasiada frecuencia, pero es difícil no hacerlo cuando tienes a ese dulce niño haciéndote muecas graciosas; él se había convertido en tu mundo, solo vivías para complacerle, todo lo tuyo era de él, es muy tierno la verdad, incluso es chistoso ver como ese pequeñín te regañaba cuando eras grosero y te portabas mal con las demás personas.

Al transcurso de los años lo veías crecer, eras espectador de todas sus aventuras, igual que notabas sus cambios entrando a la adolescencia. Parecía ser el mismo de siempre, pero en comparación a su niñez algunas actitudes rozaban con las tuyas, eso es normal, así son los adolescentes que creen saberlo todo y quieren tener la razón. Como tú vida fue un caos no entiendes esos cambios de etapas, apenas y podías tratar con otros.

Empezaron a discutir con demasiada frecuencia, sus campos de batalla son "charlas" en salas de estar, sus armas se convirtieron en frases cortantes junto con opiniones opuesta, sus escudos eran miradas penetrantes, finalizaban con insultos y comentarios hirientes; hastiado llegaste a gritarle a todo pulmón, Kirby parecía que estaba a punto de llorar, pero el que terminó haciéndolo fuiste tú Galacta.

Después de mucho tiempo llorabas desconsoladamente, no te acuerdas de cuando fue la última vez que lo hiciste. Odiabas esas discusiones que no llegaban a ningún lado, solo servían para distanciarlos y llenarse de culpas por haberse dicho sus dolorosas verdades.

Antes Kirby no le daba importancia a tus defectos, pero eso es porque no los notaba, era tan joven que su mente andaba distraída en otras cosas, pero ahora de grande le enojaban demasiadas actitudes tuyas, denotando tus fallas y recalcándolas en tu cara.

Le rompió el corazón viéndote tan vulnerable, siempre te mostrabas duro haciéndote parecer insensible y casi olvidándose de tus sentimientos hasta llegar a comportarse como un egoísta.

Lo que menos quieres es que se apartará de tu lado, nunca aprendiste en manifestar tus emociones, usando la ira para expresar tus inseguridades, querías entenderlo, pero solo lograbas frustrarte, no comprendes que ocurría y que tanto hacías mal. Estás harto de todo esto y no puedes aguantarlo más.

Si la situación ya es complicada gritarle fue la gota que rebasó el vaso, pero no solo para Kirby sino también para ti. Inesperado fue en ver como te abrazaba al mismo tiempo que te susurraba -Lo siento mucho...

Te aferraste a él sin dejarlo irse. —Te perdonó —hablarle hacía que te doliera la garganta, pero eso era lo de menos, lo importante es que seguía contigo. Le sujetabas tan fuerte pensando en que si lo soltabas llegarías a perderlo, pero puedes estar tranquilo él jamás se apartará de tu lado.

En el fondo no podías calmar tu corazón, escondías una angustia mayor con la que cargabas desde que empezaste a amarlo, nunca te salían las palabras correctas para confesarte y dar el siguiente paso. No importaba si las discusiones acabaron, dentro tuyo seguías batallando en una guerra de la que no podías ganar, no solo a Kirby le fastidiaba en ver lo fatal que se te da expresarte sino también a ti mismo.

Cada vez que estaba en frente tuyo sucedían dos cosas o el gato te comía la lengua o cambiabas de tema, no tienes el valor en decir lo que sientes y siempre pensabas que no era el momento perfecto. Pero tú sabes muy bien que no existe el momento indicado, debías buscar una forma para decírselo...

¿Escribirle una carta? No, tienes muy mala ortografía además que tú letra es ilegible, ¿Dedicarle una canción? Ni en sueños harías eso, ¿Por medio de indirectas? Ajá ni siquiera tu entiendes las indirectas.

... ... ...

¡Bingo!

Tras un largo rato reflexionando por fin se te ocurrió una idea.

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≻· El aire de las praderas anunciaba el dulce aroma de la primavera, hojas verdosas se mecían entre las ramas de los árboles volviéndose en un parque de juegos para las traviesas libélulas que en su volar se escuchaba el zumbido de sus alas. Ese nuevo ambiente ahuyentaba las malas vibras del pasado y los rayos del sol acogían esperanzas de un brillante futuro.

En los aposentos de un adorable hogar dormía el héroe de Pop Star que de sus labios salían ríos de baba, posándose en sus ojos los rayos del sol que al abrirse se iluminaron con cierto aire de somnolencia, levantándose prosiguió con su rutina de siempre, lavarse los dientes, comer un buen desayuno, cambiarse y salir para ver que nuevas aventuras le esperaban el día de hoy.

Afuera justo en el suelo yacía un hermoso ramo de gardenias poseyendo un bello tono parecido al de la blanca nieve, el joven de cabellos rosados las miraba fascinado, se veían frescas ya que apenas fueron cortadas, Kirby miro a todos lados queriendo agradecerle a quién fuera la persona que se las haya dejado allí... Pero no logro ver a nadie.

Volviendo a entrar lleno un jarrón con agua y colocó las flores decorando en el comedor, se veían muy preciosas, otorgándole un ambiente natural y limpio a su casa. Ahora sí estaba listo para seguir con su día.

A la mañana siguiente se despertó por la agradable fragancia de un perfume que le hacían cosquillas en su nariz, rascándose sus ojos miro en dirección hacia su ventana y allí se encontraba un ramo de jazmines, las tomó con delicadeza y jugueteando con sus pétalos las acercó a su nariz pudiendo deleitarse de su exquisito olor, sinceramente era una linda forma de hacerlo despertar e inconscientemente se había sonrojado ante el bonito detalle.

Transcurrían los días y le seguían dejando flores, en una ocasión le regalaron un ramo de diferentes tipos, siendo unas lilas acompañadas con narcisos, Kirby no entendía porque le volvían a dejar flores y ni siquiera se sabía el nombre de ellas, limitándose en volver a buscarles un sitio en su hogar para luego seguir con lo suyo.

El joven rosado se había acostumbrado en recibir flores de algún admirador anónimo, lo primero que hacía en sus mañanas era recoger esos bellos ramos de flores dándose cuenta que siempre eran de distintos tipos, pero desconocía sus nombres.

Peonias, orquídeas, claveles, lirios, margaritas, magnolias, jacintos, geranios, clematis, crisantemos, amarilis, calemias, etc, etc y un largo etc.

A sus amigos les pareció extraño y gracioso la absurda cantidad de flores que ahora adornaban en su casa, quedándose sin jarrones tuvo que buscar nuevas maneras para ponerlas a decorar y como le gustaban tanto aprendió métodos para hacer que les durarán por más tiempo, cortando sus tallos en un ángulo de 45 grados, cambiarles el agua y preferiblemente si estaba tibia, dos cucharadas de azúcar para que estuvieran sanas seguido con un poco de jugo de limón; ya hasta parecía jardinero y que iba a prepararse una limonada con flores.

Descubrió como hacer que algunas volvieran a echar raíces y las plantó en macetas que decoraban en los exteriores de sus ventanas, pero las que más le gustaban eran las macetas que guindaban en su techo. En Dreamland no había tiendas de jardinería donde vendieran aceptables productos de botánica así que no tuvo más opción que ir al reino de los cielos.

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≻· Los residentes de Floralia son expertos en el cuidado de las plantas, en sus tiendas vendían los mejores abonos, tierras, macetas y regaderas para el mantenimiento de cualquier tipo de matas, Kirby se llevaba bien con sus habitantes, las hadas de allí le insistían en que podría llevarse gratis lo que quisiera en muestra de agradecimiento por haberlas salvado antes de la tiranía de su anterior reina, pero al héroe no le gustaba abusar de tanta bondad, así que de todos modos les daba dinero al comprar sus productos.

Llegó un momento en el que a Kirby le pico la curiosidad de conocer a la persona que le regalaba aquellas flores, llevando un mes enteró que no faltaba un día en el que le dejarán esos ramos enfrente de la entrada de su casa o en las ventanas.

Así que decidió despertarse más temprano... cosa que odiaba terriblemente, no le era agradable tener que levantarse antes de que saliera el sol, pero no había otra manera si en realidad quería descubrir a su admirador secreto.

Tomando su reloj coloco una alarma a las 4:00 AM mientras que en su rostro poseía una mueca de disgusto, suspiraba enfadado, pero no era para tanto, con tal una simple madrugada no le haría daño...

Se terminó quedando dormido dos veces.

La primera se molestó tanto en escuchar la alarma que apenas empezó a sonar y la aventó contra la pared, no supo medir su fuerza y termino quedándose sin despertador, la segunda apagó la alarma mientras se decía a si mismo "solo unos 5 minutos más" convirtiéndose en horas y levantándose a las 11:00 del medio día.

Como dicen muchos la tercera es la vencida, pero tomando la decisión drástica de no dormir toda la noche y esperar a que amanezca, prefería eso a tener que despertarse y escuchar el horrible sonido de su espantosa alarma... Tampoco quería comprar un nuevo despertador del mismo modelo, el anterior había sido un regalo que terminó hecho pedazos.

Así que se encontraba envuelvo entre las sábanas de su cama y bebiendo café como si fuera un desquiciado, a cada taza le echaba por lo menos 3 cucharadas de azúcar que ya hasta parecía en que iba a darle diabetes, para no aburrirse jugaba en su consola portátil pero sus manos temblaban por la taquicardia que le provocan los efectos de tomar tanto café.

Haría lo que sea para tranquilizar sus dudas, no iba a rendirse tan fácil y lo dará todo hasta el final literalmente.

Sin imprevisto la batería de la consola termino muriendo —Maldición lo que faltaba... —el pobre chico soltó la consola fijándose ahora en su reloj digital observando como pasaban los minutos con lentitud.

Cerraba los ojos pausadamente y volviendo a abrirlos en repetidas ocasiones para no quedarse dormido.

—¡Vamos que tú puedes Kirby! —hablaba consigo mismo dándose ánimos, se levantó para ir al baño y echarse agua en la cara para así quitarse el sueño.

Regresando a su habitación miro una sombra por las afueras de su ventana y salió corriendo a la velocidad de un rayo, logrando abrir la puerta antes de que se chocará con esta y cayendo encima de la persona que se encontraba del otro lado.

—¡Te atrapé! —le sujetaba de las muñecas para no dejarlo escapar, pero fue disminuyendo su firmeza al mirar de quién se trataba —¿G-Galacta...?

Hombre tienes suerte de llevar una máscara si no la tuvieras habría notado lo rojísimo que estabas, agarrabas el ramo para que no se te cayera además que apretarlo ayudaba en calmar tus nervios.

No te imaginabas en que iba a aparecer de repente ya que sabías que el pelirosado odiaba despertarse temprano -¿Por qué estás despierto?

—No no no, soy yo el que debería hacer las preguntas ¿Por qué me estás regalando flores?

—..... —no sabías que decir, creo que es obvio lo que está ocurriendo. Pero el chico se estaba impacientando, solamente quería una respuesta clara y concisa que salieran de tus propias palabras.

—Genial aquí vamos de nuevo *suspiró* Ya hemos hablado de esto antes... —Kirby no estaba de buenas y menos ahora por el cansancio, trasnochar lo ponía de muy mal humor.

Aprovechando en sentir como iba disminuyendo su fuerza lograste empujarlo a un lado, se levantaron al mismo tiempo y por el pánico le tiraste todas las flores en la cara —Mierda eh... ¡Saca tus propias conclusiones!

—¡E-Espera! —el joven no tuvo tiempo para detenerte, Kirby se cubrió con sus brazos al sentir los fuertes vientos del movimiento de tus alas, quedándose confundido mientras te ibas alejando y perdiéndote entre la oscuridad del cielo.

—... ¡¿AAAAH Por qué tiene que ser tan bruto?! —el pelirosa sacudía su cabeza quitando los pétalos del arruinado ramo de flores y escupía para sacar algunas hojas que se les había metido en la boca —*escupitajo* esto es de lo peor...

Aún con todo tomo las pocas flores que sobrevivieron, tenían una forma diferente, en cierto modo se sorprendía en pensar que alguien como Galacta se dedicaría a buscar flores tan extrañas solo para él.

—¿Qué saque mis propias conclusiones... Y por qué no decírmelo directamente? —las observo por pocos segundos para luego entrar en su casa y tirarse en la cama mientras abrazaba el ramo, hundiendo su rostro entre los destrozados pétalos mientras intentaba conciliar el sueño.

—Ahora por su culpa no podré dormir...

Sin más opciones Kirby cerró sus ojos solo para oír en como aumentaba su voz interna en lo más profundo de su conciencia impidiéndole descansar, las incógnitas de lo sucedido quemaban su cabeza... Al parecer está será una larga noche.

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≻· Las tonalidades del sol cambiaban al transcurso de ese día, las nubes oscuras se posaron entre los cielos escondiendo los cálidos rayos solares y acarreando consigo un ambiente desolador, se escuchaban las fuertes corrientes de los ríos, el sonido de las incesantes gotas en caer por los arroyos y saltando de entre los charcos las revoltosas ranas.

Kirby veía a través de la ventana el caer de las gotas al suelo, empapando los cristales y escuchando el relajante sonido de la lluvia, embelesado por el olor de la tierra húmeda; eso le traía recuerdos de cuando era pequeño, antes les temía a los truenos y se ocultaba entre el blanco puro de las alas de aquel hombre que lo acompaño en gran parte de su niñez.

A pesar de no darle palabras de consuelo aferrarse a esas plumas le eran suficiente para apaciguar sus miedos, en el fondo sabía que se burlaba de él... Es decir ¿Cómo un guerrero le temería a unos simples relámpagos? Eso no se comparaba ni un poco a los temibles oponentes de los que se había enfrentado antes, pero Galacta Knight nunca se llegó a reír directamente de él, dejándole acurrucarse para sentirse protegido.

—No recordaba que fuera tan considerado... —susurraba el rosado hablando consigo mismo sin despegar la vista en el caer de la lluvia, sacándole de sus pensamientos los golpes de alguien llamando a la puerta.

—¡Ya voy! —dejó en su cama el ramo con el que había "dormido" durante toda la noche y abriéndole la puerta a una visita inesperada.

—¡Hola hola mi no tan pequeño amiguito a pasado mucho tiempo y veo que ya has crecido un poco, oh bueno unos cuantos centímetros pero eso es lo de menos! —Taranza soltó un paraguas que traía para luego sostenerle la mano a Kirby en forma de saludo y sin parar de hablarle, meciendo hasta el cansancio sus brazos, haciéndole sentir al héroe que se le iba a caer la mano.

—T-También es un gusto volver a v-verte pero... ¡¿Ya p-podrías soltarme?! —tartamudeaba por tanto que lo sacudía y la araña se detuvo para al final comenzar a acomodar las ropas del chico. —Ay lo siento mucho jeje es que me emocioné.

—No mientas lo hiciste a propósito —Kirby giro sus ojos fastidiando para sentarse de mala gana en una silla y ofreciéndole una a su visita de forma cortante —Puedes sentarte.

—Uhmmm... Gracias (es cierto que la adolescencia lo a hecho un malhumorado) —el príncipe se sentó y aún con lo que pensaba no borraba de su rostro una sonrisa amable y cortés, observó al pelirosa se dio cuenta que tenía leves ojeras —Te vez cansado ¿Dormiste bien?

—No quiero hablar de eso —sonaba molesto cosa que le incómodo un poco a Taranza. Decidió quedarse callado y miro a su alrededor dándose cuenta del montón de flores.

—... Así que los rumores eran ciertos —la araña saco un tema de conversación para romper el hielo.

—Oh ahora que lo recuerdo toma esto —saco un paquete que dentro había un jarrón, frascos y demás cosas que había encargado Kirby, este no pudo ir a Floralia por culpa de la lluvia, pero no pensó que se las iba a dar Taranza.

—¿Te volviste repartidor en tus tiempos libres?

—¿Jmmmm?∽ ja ya quisieras, me enteré que últimamente andas yendo mucho a mi reino y aproveché en decirles a los de la floristería que podía entregarte esto —el peliblanco movía elegantemente sus seis manos mientras hablaba, Kirby se levantó para ir a servirle un vaso de agua y dárselo —Pues muchísimas gracias y perdón, pero esto es lo poco que te puedo ofrecer.

—No te preocupes, lo importante es volver a verte —tomo con una de sus manos el vaso, se levantó para dirigirse a las flores y mirarlas atentamente —¿Y quién es la o él afortunado que te las está regalando?

—Ah es GalAAaaaaaaaaaa no no, emmmm bueno Eeeh y-yo mismo me las compro —el joven empezó a reírse con nerviosismo, colocó una mano en su cintura y con la otra se rascaba detrás de la cabeza mientras tenía una pose muy forzada.

—Ajá claro claro entonces ¿En dónde las compras?

—¿E-Eso que te importa señor detective? —Kirby lo miraba enfadado y sintiendo sus orejas enrojecidas. —Bueno eso quiere decir que no las compras —el contrarió se quedó viéndole de reojo y con una expresión burlona al ver el comportamiento del chico.

—¿Por qué deduces que me las regalan?

La araña agarro una de las tantas flores para olfatear su aroma —Pues son muy exóticas para ser vendidas en tiendas comunes, además no creo que te las estés auto dedicando.

—U-Un momento ¿Dijiste dedicando? —los ojos azules de Kirby se abrieron impactados al escuchar eso, el príncipe soltó una pequeña risilla al ver su reacción —Por supuesto bobito, ¿No te has dado cuenta?

El rosado negó con la cabeza haciendo que Taranza se ría aun más —¡¡No te rías, n-no es gracioso!!

—¡Jajajaja aaay chico eres un caso serio! —Taranza se cubrió un poco la boca para detener su risa y de su bandolera saco un libro para mostrárselo a su acompañante.

—¿El lenguaje de las flores?... —Kirby tomo el libro al mismo tiempo que leía el título.

—Exactamente y creo que te será muy útil∽ —el peliblanco juntó dos de sus manos alegremente mientras que con las otras cerraba la bandolera.

El príncipe se tomo el agua de un sorbo y dejo el vaso en la mesa —Por si no lo sabías las flores no son un banal regalo cualquiera, cuando quieres otorgarle unas a alguien debes de escoger las más indicadas e impecables de entre todas las que existen.

—... —el ojiazul se quedó pensativo por todo lo que le dijo —Entiendo, pero... ¿Por qué traías este libro?

El peliblanco se encogió de hombros —Gobierno un país de flores, es mi deber conocerlas todas —camino en dirección hacia la salida y giro la perilla.

—Te podría decir que significan cada una, pero creo que es mejor que lo descubras por ti mismo∽ —el tono de voz del moreno sonaba pícaro, abrió la puerta y tomo su paraguas. —Lo siento mucho tengo trabajo que hacer, pero igual la lectura es más gratificante cuando estás solo, fue un gusto volver a verte.

—¿Hey cuándo te lo devuelvo? —Kirby miro a la puerta y el príncipe le dio una sonrisa —Es tuyo, te lo regalo.

—¡Nos vemos!∽ —finalmente Taranza se fue dejando al joven rosado parado en medio de su sala...

Esperando dejo de escuchar los pasos de la araña para empezar a correr y tomando las primeras flores que veía, sentándose en el suelo abrió ansiosamente el libro pasando entre las páginas dándoles una vista rápida hasta encontrar una foto de la que tenía más cerca. —A ver... Rosa de los Alpes.

Leyendo había muchos datos sobre esa flor, detallando su color violeta y su singular forma, hasta por fin hallar su significado —En el lenguaje de las flores significa "Quiero ser digno para ti"

Extrañado volvió a leer y se dio cuenta que no era un error... Paso de página encontrándose con la foto de otra de las flores que tenía —Madreselva su significado es "Estamos hechos el uno para el otro"

Ensimismado recorría entre las páginas del libro sin parar de leer, incluso releyendo para ver si en realidad no se estaba equivocando —Violeta de Parma significa "Déjame amarte"

—Rosa lavanda "Flechazo, me he enamorado de ti"

—Amapola "Estemos juntos lo antes posible"

—Camelias "Te querré por siempre"

—Acedera significa "Paciencia" ... Como va acompañada con unas begonias su significado completo sería "Paciencia, tendré lealtad en el amor"

—Dalia violeta "Mi amor por ti es fuerte y crece cada día"

—Glicinia "Me aferró a ti..."

Repentinamente cerró el libro y lo afincó contra su pecho, miraba a la nada lleno de pensamientos que lo estaban asfixiando, ya ni sentía que estaba respirando... Cerró con firmeza sus dedos en los laterales de la pasta del grueso libro hasta doblar unas cuantas hojas. Llevaba minutos en medio de su casa, el sonido de las fuertes gotas de lluvia se convertía en un martirio que reprimían su alma.

Levantándose se dirigió a su habitación para tomar el ramo de las coloridas flores con el que pasó toda la noche, nuevamente abrió el libro y cito textualmente en voz alta:

—Centaurea cyanus, llamado popularmente aciano, conocidas por su peculiar forma además de tener diferentes utilidades, en el lenguaje de las flores significa "Mi amor es puro y limpio" pero también tiene otro significado y es "No me atrevo a confesarte mi amor" es la flor perfecta para los tímidos...

Soltó el libro dejándolo caer cerca de sus pies, se echó en su cama y con las almohadas tapaba su rostro, tenía los ojos rojos, su pecho estaba a punto de estallar por las millones de emociones que sentía, parecía que iba a llorar en cualquier momento... Acostándose de lado no dejaba de abrazar la almohada, su vista estaba fija en el ramo de acianos, sus pétalos estaban desperdigados por todo el colchón y adornando con sus colores que destacaban del blanco manto.

Extendiendo una mano sostenía todas las que podía, aunque las observaba su mente andaba perdida recordando todos los momentos que pasó con Galacta, como lo conoció, sus primeras batallas, cuando empezaron a llevarse bien, los divertidos juegos de su infancia, sus tormentosas discusiones; era como si toda la vida que han compartido juntos se reflejaba a través de sus diamantes azules que ahora estaban llenos de lágrimas en las que adornaban sus rosadas pestañas.

—... ¿C-Cómo pude ser tan idiota? No me había dado cuenta, s-sospechaba que se me estaba confesando, pero... No imaginé que de esta forma —eran tantos sentimientos al mismo tiempo que su pecho no los podía aguantar, las ganas de llorar le eran insoportable -¡El colmo es que he sido muy grosero con él!

Respiro profundamente y con brevedad soltó su aliento —Cálmate... Llorar no solucionará nada...

Sentándose en el borde, reposaba su cabeza entre la pared que apoyaba la cabecera de su cama, aún sostenía las flores y mirando sus pétalos divagaba entre todas las emociones que sentía en ese preciso instante.

Bruscamente salto de su cama yendo directo a un escritorio pequeño que estaba en la esquina de su habitación, tiro toda la ropa y objetos acumulados que tenía encima para buscar entre las gavetas una tarjeta y un sobre, sujetando un lápiz se puso a escribir rápidamente todo lo que tenía en mente antes de que se le olvidará.

Estando a punto de meter la tarjeta dentro del sobre se detuvo —N-No sé si hacerlo... Es demasiado vergonzoso —le ardían las mejillas por todo lo que había escrito.

Mordió su labio inferior y coloco la tarjeta dentro —Por Nova no seas una marica Kirby... De por sí esto ya es demasiado gay.

Se dio una bofetada por las barbaridades que dijo —¡AGH MALDI- Quiero decir... Estúpido Galacta al pegarme sus groserías!

Sello el sobre con una pegatina, escribió en la parte de atrás una dirección mientras pensaba que ojalá no se vaya a arrepentir al final de todo.

Pero ya era demasiado tarde para echarse atrás.

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≻· Pétalos de cerezo se hundían en las majestuosas aguas de la fuente de los sueños, los frondosos bosques estaban cubiertos en un festival de tonos rosados, en el aire se respiraba la nostálgica brisa primaveral siendo un bello obsequio produciendo plenitud a la llegada del mes de abril.

Las sublimes corrientes pastelosas se veían aún más hermosas con aquellas flores que ornamentaba sus cristalinas aguas, tus largos cabellos magentas bailaban junto al viento, meciendo las plumas de tus imponentes alas y entre una de tus manos colgaba una carta de reunión en ese sitio.

En el brillo de tu armadura se reflejaba la luz del sol y las joyas doradas hacían juego con tus ropajes, estabas nervioso por no saber que te diría aquel cautivador muchacho quien había conquistado tu corazón, observas tu borrosa imagen en las aguas de la fuente... Y de pronto se distinguió otro borroso reflejo.

Ahí estaba ante ti el chico de cortos cabellos, sus desaliñados mechones combinaban bien con los cerezos, cayendo sobre su cabeza pequeños pétalos que se confundían entre sus hilos rosados...

Los dos no se podían ver fijamente a los ojos, ni siquiera tenías el valor de quitarte la máscara al creer que se iba a mofar de tu sonrojo. Extendiste tu mano enseñándole una rosa roja sin espinas, al principio Kirby se sorprendido, para luego cambiar a una expresión de tristeza al ver que tu mano derecha estaba cubierta de vendajes mal puestos y manchados de escasa sangre.

El joven se percató rápidamente del mensaje, las rosas rojas son conocidas universalmente por su tan popular significado, comprendió en que Galacta le estaba diciendo "Te amo"

El guerrero de las estrellas levanto con timidez una mano tomando la rosa que le estaban regalando —Gracias no tenías que hacerlo, tus manos se ven adoloridas...

—No es nada, haría lo que sea por ti —en cualquier momento creías en que te ibas a desmayar por el intenso dolor en tu pecho, callado esperaste a una respuesta del chico, este se inclinó un poco para tomar suavemente tu mano y depositar un tierno beso en está.

Tu asombro es indescriptible por tal acción, Kirby te soltó y en un rápido movimiento saco relucir lo que escondía a sus espaldas, siendo un gran ramo de crisantemos blancos acompañados con violetas dobles, ahora con sus dos manos el ojiazul extendió sus brazos ofreciéndote aquellas preciosas flores.

Impactado creíste que el tiempo se detuvo, estabas pasmado por lo que sucedía, pensaste que estabas soñando por lo irreal del momento, entendiste claramente el mensaje... Los crisantemos blancos significan "Sinceridad y verdad" mientras que las violetas dobles complementaban el mensaje diciendo "Comparto tu amor".

—¿O-Oye se me están cansado los brazos ¿Ya podrías tomarlo? —al terminar de hablar atrapaste a Kirby entre tus brazos, envolviéndolo con tus alas, agachándote para apoyar tu rostro enmascarado en el hombro izquierdo del muchacho —Galacta... ¿Pensaste que te iba a rechazar?

—Si... En serio no sabes lo conmovido que me siento —le susurrabas al oído con una temblorosa voz que se mezclaba con felicidad y alteración, escuchaste como los broches de tu máscara se desprendían, exponiendo tu cara y encontrándote con la mirada del contrarió.

—Estuve reflexionando cuando entendí el mensaje que me dabas con las flores, al principio no podía creérmelo, pero...

—¿Entonces quieres decir qué? —Kirby pidió que guardarás silenció, dándote una amable sonrisa.

—Aceptó tu confesión —el unir de sus labios fue el pacto que se hicieron confirmando su amor, cerraste tus ojos disfrutando del momento, el dulce aroma de los árboles de cerezo convertían esa escena en un mágico espectáculo, guardando sus memorias en el ejemplar de las místicas aguas de ensueño bendiciendo aquel amor.

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━━ 🌸「Dos años después」🌸 ━━

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≻· Con tus ojos cerrados alzabas tu rostro para sentir las placenteras brisas, a tu costado se encontraba tirado en la manta del picnic un chico de cabellos rosados teniendo sus mejillas manchadas de tanta comida —¿Gali en que andas pensando?

—¿Mmmmmm?... Ah solo ando recordando el pasado, aquí fue donde nos confesamos —abriste tus ojos solo para apreciar a tu joven pareja, este se acomodó a la vez que esbozo una sonrisa burlona —Jeje es cierto y ahora que lo mencionas creo recordar que casi te desmayas luego de nuestro primer beso∽

—Si si también que te asustaste al pensar que me mataste -le acariciabas la carita para limpiar sus mejillas. —¡¿CÓMO NO ME IBA A ASUSTAR AL VER QUE NO RESPONDÍAS?!

La mirada de Kirby se puso pálida al tener un flashback de ese acontecimiento —Cariño tranquilízate, estoy bien.

—AY ES QUE... *suspiró* Está bien, ya pasó y lo bueno es que sigues aquí —el ojiazul ladeó su cabeza haciendo que casi se le cayera su corona de flores, alzaste tus manos para arreglársela.

—Que no se te caigan, sería una lastima que se dañaran _al terminar de acomodarlo intentaste tomar el último trozo de flan pero Kirby te lo quitó —Perdóname señorito pero el primero que lo ve se lo queda∽

El pelirosado te sacó la lengua, pero aprovechaste para robarle un beso francés, Kirby se quedó en shock, no pensó que ibas a hacer eso, pero después de un rato se separaron por la falta de aire, uniéndoles un hilo de saliva. El muchacho tapo sus labios y con sus manos cubría su ruborizado rostro.

—E-Eres cruel... —te hizo un puchero para luego reírte a carcajadas -Eso mismo dices en la cama.

—¡¡GALACTAAAAAAAAAAAAAAAAA!! —si ya estaba rojo ahora Kirby se había prendido en fuego por tu comentario.

—Aunque debo admitir que tus gemidos son lindos —al no soportarlo el rosado te dio un golpecito en la frente —¡Joder y eso por qué!

—Gali malo, muy malo, malo malo malo malo malo —por cada malo recibías un nuevo golpecito, le tomaste de un brazo para detenerlo, acostándote para luego colocarlo encima de ti —Malo y todo pero así me quieres.

—¡Hpmm! Pues eso no lo niego —el héroe cambio su expresión de enojo a una tímida, este te acariciaba una mejilla en donde tenías una vieja cicatriz.

La corona de dalias le quedaban muy bien a Kirby, tu también llevabas una, siendo las perfectas para un aniversario, dentro tuyo venían el montón de pensamiento de anhelos que le tenías, para tus ojos él es la persona más hermosa que hayas conocido, su amor se convirtió en tu pan de cada día y estarías dispuesto en hacer lo que sea por recibirlo.

—Te amo —le susurraste al oído el chico se estremeció y le volviste a robar un beso, correspondiente te abrazaba para no soltarte y al separarse te respondió —Yo también te amo.

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Las flores no son eternas, su belleza se limita en el tiempo que se le es dado, al final ellas terminan muriendo, marchitando sus tiernos pétalos y ennegreciendo sus matices. Pero ellas insisten y luchan por sobrevivir, como unas delicadas damas desfallecen para renacer como guerreras, con tenacidad se aferran a la vida y siguiendo con el ciclo para nunca sucumbir a la muerte.

Así mismo es el amor, frágil como las flores, pero sus raíces se convierten en su amparo, luchando contra la marea, las tormentas, el odio y sufrimiento para al final poder alcanzar a la ansiada felicidad.

Guerrero de la luz codiciabas la alegría que se te fue negada, te rendiste pensando que jamás lo conseguirías, pero el destino te a otorgado una nueva oportunidad.

Serás un ángel guardián hasta el final de tus días, el bienestar de tu amado será tu resguardo, no importa lo que suceda harás lo que sea para proteger a tu amor, ensuciaras tus manos sin importar lo que pase, matarías a quien sea que le haga daño y le darás tu vida si es necesario.

Dichoso vivirás una ilusión hecha realidad y ahora es tu deber preservar tu felicidad.

Que la galaxia resplandezca tu apasionante amor.

Melody ~ დ

Cantidad de palabras: 7473

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