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El martillo era azotado contra la mesa de madera repetidas veces a la vez que la voz de un hombre mayor ordenaba con enfado que se estableciera orden y silencio, los murmullos seguían en el aire mientras se tomaba la decisión de si Tsukasa Shishio era culpable o no de violar a un omega menor de edad y dejarlo embarazado. Los Shishio ni se inmutaban por el resultado, después de todo ellos tenían ciertas facilidades y conectes.
— Se declara al acusado... Inocente.
Byakuya frunció más el entrecejo y miró con odio puro al joven de dieciocho años el cual observaba desde la distancia a padre e hijo, el Ishigami mayor se levantó de su silla y tomó del brazo a Senkuu para ponerlo de un lado seguro teniendo al más viejo como barrera, por si el alfa león se le ocurría hacer algo; ambos salieron rápidamente seguidos de su abogado que no sabía donde meter la cara.
— ¡Señor Ishigami!
— Mozu — se giró rápidamente quedando cara a cara con el cambiaformas cuervo — hablamos después.
Una vez fuera del tribunal, la prensa ya estaba lista para hacer las preguntas, no siempre se tiene la oportunidad de oro como esa de poner en tela de juicio a alfas tan intachables como los Shishio.
— ¿Puede responder unas preguntas?
— ¿Cuál fue el resultado?
— ¿Es verdad que su hijo fue quién provocó al alfa?
Byakuya detuvo su paso y un fuerte y áspero gruñido de advertencia escapó desde su garganta, su mirada se volvió fiera y tan rojiza como lo fue la de Senkuu alguna vez y su cabello se crispó volviéndose más alborotado dando un aspecto primitivo y salvaje. Los reporteros se alejaron unos pasos por miedo de ser heridos por el cambiaformas tigre, aunque algunos empezaban a especular sandeces como que el hombre solo intentaba sacarle dinero a los Shishio y estaba enfadado porque perdió o que había sido él el que violó al menor e intentaba echarle la culpa a Tsukasa.
El mayor se alejó rápidamente del lugar con su hijo a su lado para llevarlo a donde estaría su auto — No saben nada, no te preocupes Senkuu, saldremos de esto, te lo prometo — le sonrió cálidamente a la vez que sacaba las llaves pero se detuvo cuando vio a un cambiaformas aproximarse a ellos, y no precisamente su favorito — ¡¿Qué quieres?!
— ¡Espere por favor! — Tsukasa se paró rápidamente frente a él, a lo que Byakuya tomó a Senkuu y lo alejó — quiero hablar con ustedes.
— Pues sigue queriendo — arrastras llevó a su hijo al otro lado del auto con la intensión de meterlo en él, así si algo grave pasaba al menos la carroza de metal sería una pequeña barrera protectora.
— ¡Señor Ishigami, escuche lo que tengo que decirle!
— ¿Eso fue una orden? ¿Con quién crees que hablas eh? Puedo ser un viejo tigre pero hasta un león como tú se vuelve un simple gato si llegas a imponerte, en especial al padre del omega que violaste — estaba de más decir que usó su voz de alfa.
— No quiero pelear — ahora estaba persiguiéndolos alrededor del auto, Byakuya iba a un lado y Tsukasa se acercaba, luego corría hacia el otro y el león hacía lo mismo, parecía que estaban jugando, aunque para el Ishigami mayor no era ningún juego — necesito que se detenga un segundo.
— ¡Ya basta! — un gruñido gutural vibró desde su garganta a la vez que sus garras salían de sus dedos, Tsukasa podía ser un león fuerte, pero seguía siendo joven e inexperto por lo que se detuvo en el acto y miró al alfa frente a él — ¿a qué estás jugando? Ya ganaste ¿qué más quieres?
— Hablar... Sé que están afectados, pero yo también salí mal de todo esto.
— Es verdad... Definitivamente los aruñones en tu cara son más serios que esto — habló con sarcasmo y enfado a la vez que señalaba el vientre del menor — pobre Tsukasa, que un omega le clavara las uñas debió ser mucho más doloroso que violar al omega en sí.
— No me refería a-... Quiero hacerme cargo, llevar a su hijo a vivir en un lugar donde recibirá las mejores atenciones.
— ¿Quieres que te dé a Senkuu para llevártelo lejos de mí? ¿Pretendes que le dé mi hijo a su violador como si nada? No me parece que seas muy listo, chico... Ya deja de molestar.
— Haré hasta lo imposible por ganarme su confianza y el cariño de Senkuu — su tono de voz fue decidido a lo que Byakuya puso una cara de enfado y lanzó un gruñido de advertencia.
— Suerte con eso.
Por fin pudo abrir la puerta del copiloto donde hizo entrar a Senkuu, quien no parecía estar muy consciente de lo que estaba pasando; Byakuya rodeó el auto y entró en éste, se masajeó el tabique buscando calma cuando de la nada sintió una mano suave y gentil sobre su hombro, miró rápidamente a su hijo pero él sólo seguía mirando al frente y al parecer ni se había movido. El cambiaformas tigre sonrió conmovido pero más calmado.
— Gracias... Lillian.
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