47 : last battle together




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TWO YOUNG HEARTS
ultima batalla juntos
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El barco avanzaba lentamente hacia la isla introduciéndose en la densa neblina que la rodeaba, se podía sentir el nerviosismo y tensión de todos en el ambiente. Meredith miraba fijamente cada detalle de aquella misteriosa y escalofriante tierra intentando prepararse para lo que fuera que se irían a enfrentar.

— Tengo miedo— Admitió en voz alta cuando Caspian se posó a su lado.

— Tú y tus hermanos son inmortales— le recordó mostrándole una sonrisa genuina.

— Si pero tú y el resto de la tripulación no.— habló mirándolo a los ojos— Hemos lidiado con guerras anteriormente y nunca me acostumbraré pero esto no se trata de una simple guerra, —pauso para dirigir su vista hacia los arcos de la isla— es una lucha contra nuestras peores pesadillas, es algo nuevo.

— Se que lograremos vencer a lo que sea que nos enfrentemos— Animó posando su mano sobre la de Meredith.

— ¡Eustace!— Oliver gritó convirtiéndose en fuego y alcanzando al dragón que estaba por escapar debido al terror que sentía.

— Alguien le ha tomado cariño a Eustace— el Rey bromeó haciendo sonreír a Meredith alivianando su tensión.

— Creo que le cae mejor siendo un dragon

Tras compartir unos segundos de risa, Caspian se dirigió hacia el timón del barco llamando la atención de la tripulación.

— Pase lo que pase, quienes están ante mi han ganado su lugar— Caspian habló con voz fuerte y clara— en la tripulación del Viajero del Alba. Juntos, hemos viajado lejos, enfrentamos la adversidad. Podemos volver a hacerlo— la mayoría asintió estando de acuerdo con lo que su rey recitaba— No es el momento de sucumbir a tentación del miedo ¡Sean fuertes! ¡Nunca cedan! —se tomó una pausa para recuperar aire— Nuestro mundo y nuestra vida narniana depende de eso. Piensen en las almas que vinimos a salvar. Piensen en Aslan. Piensen en Narnia.

— ¡Por Narnia!— la tripulación gritó a coro alzando vítores

— Mery,— Al escuchar aquel apodo un escalofrío recorrió el cuerpo de la rubia, al voltear se encontró con Edmund— se que no es el momento, ni tendría que decírtelo pero... si algo sale mal... si algo pasa...

— Todo saldrá bien— Meredith lo interrumpió intentando convencer a Edmund y a sí misma de que aquello era verdad.

— Si, pero si algo pasa quiero saber que lo dije.— Edmund tomó delicadamente su mano— Te amo y te seguiría hasta el fin de la tierra sin dudarlo, estoy muy feliz de haberte conocido.

Las lágrimas se acumularon en los ojos de Meredith pues en verdad estaba asustada de lo que pudiera pasar en aquel lugar, si bien, se había enfrentado a variedad de guerras, pero esa era una nueva, no sabia lo que le esperaba ahí adentro y la sola idea de que había una posibilidad de que Edmund muriera la hacía quebrarse. Pues a pesar de ya no estar juntos, la flama de su amor aún crepitaba con intensidad.

Entonces Meredith se lanzó a abrazarlo con tanta fuerza demostrándole cuanto lo necesitaba en ese momento.

El barco entró a la cueva trayendo una brisa frívola y una extraña vibra proveniente del mar siendo Meredith la única que lo sintió. Edmund entrelazó su mano con la de la rubia al ver los hilos de niebla verde acercarse y deslizarse por el barco entre la multitud.

— ¡Mery!— un susurro llegó a los oídos de Meredith que giró hacia todos lados buscando la fuente de aquel sonido. La niebla había tomado la forma física de Edmund.— Fue divertido verte sufrir, llorar, jamás te amé... solo fuiste un juego para mi.

— No eres real— Los ojos de la rubia se apretaron con fuerza, intentó no escuchar lo que decía la figura y obligó a su mente a cerrarse.

Al abrir los ojos nuevamente la niebla frente a ella había desaparecido, giró a mirar al Edmund real a su lado que miraba fijamente el hilo de niebla frente a él.

— Estás muerta— dijo en voz alta.

— No se que es lo que estas viendo— Meredith tomó su rostro entre sus manos obligándolo a verla— pero tú eres más fuerte que eso, no dejes influenciarte.

— ¡Cállate!— Zephyr tapaba sus oídos con fuerza, su grito llamó la atención de varios. Nicholas se acercó rápidamente hacia ella

— Phyr,— Meredith se hincó a su lado junto a su hermano— Phyr, tranquila

— Puedes vencerlo.— Nicholas animó.

Poco a poco el temblor del cuerpo de Zephyr disminuyó, Meredith no se atrevió a preguntar que es lo que la atormentaba pues no era el momento indicado para hacerlo.

— ¡No se acerquen!— un grito proveniente de entre la neblina se escuchó aparcando la atención de la tripulación

— ¿Quién anda ahí?

— ¡No le tenemos miedo!

— Ni yo a ustedes— respondió aquella voz. Edmund tomó su lámpara alumbrando el panorama buscando la fuente de aquel misterioso ser.— ¡No se acerquen!

Gracias a la luz que emitía la linterna pudieron ver a un hombre desnutrido, de barba larga y ropas andrajosas. Cuando se acercaron más lograron notar su mirada enloquecida y sus ojos hundidos con unas ojeras marcadas bajo ellos.

— No nos iremos— Caspian respondió.

— ¡No me vencerán!— Exclamó el hombre

— Caspian— Meredith lo llamó— ¡Caspian, su espada!

— ¡Lord Rhoop!— exclamó el de cabello largo —Bajen las armas, tráiganlo a bordo, rápido— ordenó a sus hombres.

Antes de que la tripulación lograra hacer algo, Eustace apareció junto a Reepicheep y Oliver montados en su lomo, el dragón tomó al hombre entre sus patas antes de lanzarlo a la proa.

— No venimos a lastimarlo.— Caspian intentó tranquilizar al Lord— Yo soy su rey, Caspian.

— ¿Caspian?— cuestionó sin creerlo— ¡Señor!— exclamó acercando su mano al rostro del rey— ¡No deberían haber venido! ¡No hay salida de aquí! ¡Regresen antes de que sea demasiado tarde!

— Tenemos la espada, vámonos— Exclamó Edmund.

— Damos la vuelta, Drinian— Caspian ordenó

— ¡No piense!— el hombre exclamó enloquecido— ¡No rebele sus mayores miedos! ¡O se convertirá en ellos!

— Ay no— Edmund se quejó cerrando los ojos.

— Edmund, ¿en qué pensaste?— Lucy preguntó.

Antes de oír la respuesta Meredith giró hacia el mar sintiendo una nueva presencia amenazante rondando cerca de ellos. Una fuerte sacudida al barco provocó que la Guardiana (y gran parte de la tripulación) cayera hacia atrás golpeándose con el mástil.

— ¿Qué es eso?— cuestionó Nicholas ayudándola a levantarse.

— Carajo— Meredith murmuró al ver a la criatura ondear en el agua.

— Es demasiado tarde— escucharon decir al Lord— ¡Es demasiado tarde!

— ¡Está debajo del barco!— Meredith anunció sintiendo la presencia de la serpiente acuática.

— ¡Gael!— el grito desgarrador de Lucy llamó la atención de los dos guardianes.

Del fondo del mar la serpiente se levantó causando una ola, la criatura era horrenda, tenía escamas en su cabeza, unos ojos diminutos, el color verdoso abundaba por su piel escamosa y la cantidad de dientes filosos que mostraba te hacían estremece.

— ¡Ven aquí!— Lucy exclamó tomando a la niña en sus brazos.

Dos ráfagas de fuego impactaron contra la serpiente, Eustace y Oliver habían sido los causantes de aquello pasando a gran velocidad. Esa acción provocó que la serpiente se estrellara contra el barco fracturando sus costados y sacudiendo a la tripulación.

Cuando el movimiento se estabilizó lograron ver a Eustace colgado de la trompa de la serpiente, Oliver se sacudía ferozmente por los movimientos bruscos de la serpiente en la que estaba montada.

— ¡Oliver!— Meredith chilló corriendo hacia el lado contrario del barco intentando acercarse a la serpiente.

Llevándose por sus impulsos se lanzó al mar al ver que la serpiente se sumergía en el agua junto al Dragón y a Oliver.

— ¡Meredith, no!— Gritó Edmund intentando detenerla pero fue en vano.

Concentró toda su energía en localizar a su hermano o a Eustace pero las fuertes mareas le hacían la tarea difícil pues sentía como si un torbellino se había formado a su al rededor.

Nadó hacia la superficie sintiéndose abrumada por la extraña vibra de aquellas aguas. La desesperación no tardó en llegar a ella al pensar que su hermano se había perdido entre el mar. Vio a Eustace salir volando fuera de la Isla y a la tripulación gritar.

— ¡Meredith, vuelve aquí!— Edmund ordenó asomándose por la borda

— ¡No encuentro a Oliver!— gritó desesperada.

Antes de poder decir otra cosa, la serpiente se lanzó sobre el barco enrollándolo y causando daños graves. La mente de Meredith quedó en blanco al sentir el estrés e impotencia crecer.

— Concéntrate, concéntrate— se pidió a sí misma.

Reunió toda su energía y concentración en mover las corrientes para impulsar a que el barco saliera de ahí más pronto.

— ¡Meredith, qué haces!— Zephyr gritó al ver a su hermana elevarse en un torbellino de agua.

— ¡Ayudarlos a salir de aquí!— gritó de vuelta.

El barco se movía con lentitud pues las aguas respondían con dificultad al llamado de Meredith. Toda su concentración se desvaneció al ver a Edmund enfrentarse a la serpiente en la punta del barco, su amenaza atacó peligrosamente al chico.

— ¡Edmund!— gritó

Alzó una ola de agua estampándola ferozmente contra la serpiente impidiéndole volver a atacar a Edmund, con su otra mano logró formar un lazo de agua que sostuvo en el aire al chico salvándolo de una caída grave.

— ¡Zephyr, intenta soplar las velas!— Caspian ordenó.

Zephyr se elevó por los aires flotando en ellos, se colocó frente a la gran tela y cerró los ojos ignorando los pensamientos negativos que la isla le hacía tener y obligó a que el viento la obedeciera. Al estirar sus manos un torbellino leve impulsó al barco impactándolo con la serpiente que fue aplastada por contra una gran roca que había sido creada por Nicholas.

Meredith cometió el error de pensar que todo había terminado al ver el resplandor que la serpiente emitió, pues después de eso de sumergió entre las turbulentas aguas en busca de su hermano del cual no había ninguna señal. Cuando sintió que colapsaría pudo ver el cuerpo de Oliver suspendido en el agua no muy lejos de donde ella estaba, obligó a que las aguas la llevaran más rápido con él para llevarlo a la superficie.

Al salir, Oliver tosió repetidas veces intentando capturar el aire.

— ¿Dónde está Eustace?— fue lo primero que preguntó al recuperarse

— Se fue— anunció.

— ¡Santa Madre de Aslan! —Oliver exclamó horrorizado.

Cuando Meredith volteó observó a la serpiente teniendo un peor aspecto que antes, tenía púas sobresaliendo a lo largo de su cuerpo. El barco amenazaba con volcarse pues la serpiente se aferraba a la vela.

— ¿Cómo en los viejos tiempos?— esa sonrisa bromista que tanto lo caracterizaba se asomó en sus labios.

— Como en los viejos tiempos— Meredith afirmó.

Oliver subió a lo alto de una roca creando fuego de sus manos y enrollando a la serpiente en un aro de fuego, Meredith hizo el siguiente movimiento lanzando una gran masa de agua al rostro de la serpiente para desconcertarla, una ola de lanzas proveniente de la tripulación de impacto contra el pecho de la criatura acorralándola entre las sogas, rocas gigantes creadas por Nicholas golpeaban el cuerpo de su amenaza debilitándola con cada impacto y Zephyr se encargaba de mantener los vientos a favor del barco para que no se volcara.

— ¡Edmund!— Escuchó el grito de Caspian— ¡Mátala!

— ¡Edmund!— Meredith gritó— No otra vez— se quejó al ver la niebla verde flotar frente a él influenciándole.

Sabía que tenía que dejar que él enfrentara solo a aquella pesadilla pero la tripulación tenía problemas con dominar a la serpiente. Los cuatro Brown se sincronizaron inconscientemente formando una soga hecha de su elemento para capturar a su enemigo formando un agarre más fuerte.

Pues en algo tenían razón, un elemento solo era fácil de derrotar pero los cuatro unidos se volvían fuertes.

— ¡Edmund, hazlo!— Zephyr gritó formando una gran ráfaga de aire al rededor de la serpiente, los cuatro guardianes podían sentir en cansancio apoderarse de su cuerpo.

— ¡Vamos, Edmund!— Nicholas apoyó incrementando el tamaño de las rocas que apalabraban al invertebrado impidiéndole moverse.

La espada del Pevensie emitió un brillo azul intenso que iluminaba sobre la oscuridad de aquella isla lúgubre. La serpiente con mucha dificultad de abalanzó sobre él pero antes de poder devorarlo, Edmund clavó su espada en su paladar soltando un grito de guerra. Rayos azules cubrieron la cabeza del reptil provocando que se electrificara antes de caer al mar y desintegrarse.

Meredith y Oliver se dejaron caer agotados sobre la roca antes de juntar sus puños felicitándose por su esfuerzo.

La luz del día comenzó a filtrarse entre la niebla permitiendo tener una mejor visión del panorama. Minutos más tarde toda la isla se había desintegrado dejándolos en medio del mar. No muy lejos pudieron ver a varios barcos aparecer llenos de la gente Narnana que había desaparecido tiempo atrás.

— Ganamos— Meredith anuncio con emoción.

La parte más difícil de aquella misión había terminado... o eso es lo que Meredith creía.

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