44 : cold night with a broken heart




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TWO YOUNG HEARTS
noche fría con un corazón roto
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El sol se había ocultado por completo detrás del horizonte trayendo consigo la noche estrellada, tan hermosa que Meredith se sentó un momento, alejada de los demás, frente a un fuego que Oliver había creado para ella y así para poder apreciar la cantidad de constelaciones nuevas que había sobre ellos, era un espectáculo hermoso y digno de apreciar.

— Hey— Saludó Edmund sentándose a su lado pero Meredith solo se limitó a mirarlo.

Su mirada llena de avaricia y su espada apuntándole a Caspian aún se repetía en su mente infinidad de veces causando que la presión en su pecho aumentara con cada segundo que pasaba cerca de él, y por supuesto que aquellas no eran las únicas razones por las cuales se sentía dolida.

» ¿Estás enojada?— El Pevensie preguntó después de un rato de silencio.

— No— murmuró abrazando sus piernas.

— A mi me parece que si— Edmund no apartó su vista de ella a pesar de que los ojos celestes de Meredith estaban posados en las olas melódicas del mar.

Jamás en su vida Meredith había tenido una charla sobre amor con nadie, como se sentía o como tenía que actuar ante ciertas situaciones estando en una relación pues tener una pareja amorosa nunca estuvo en sus planes, ni siquiera pasó por su cabeza el tener sentimientos románticos por alguien. Había pensado que toda su vida estaría cuidando de Narnia hasta que su tiempo de trascender llegara, claro aquello fue antes de que su parte mortal se desprendiera de su cuerpo. Ahora que necesitaba hablar sobre algo importante con Edmund no sabía cómo hacerlo o cuál era la mejor manera de resolverlo sin que salieran lastimados.

— ¿Mery?— El azabache posó su mano sobre la de ella sacándola de sus pensamientos.

Finalmente sus miradas se cruzaron demostrando la intensidad de su amor, pero nada es completamente lindo o bueno, aquella mirada transmitía la fisura que comenzaba a aparecer en aquella relación que prometía ser funcional.

— Estando en la cueva... —se detuvo antes de seguir hablando, sabía que tenía que compartirlo con Edmund antes de que las cosas empeoraran—... me di cuenta que queremos ambos queremos cosas distintas.

— ¿A qué te refieres?— La sonrisa plasmada en los labios de Edmund se asimilaba más a una mueca de confusión.

— Aunque no lo parezca o aunque lo niegues lo que más anhelas es el poder— Las lágrimas se acumularon en las perlas celestes de Meredith haciéndolos parecer más brillantes bajo el crepitante fuego

— No entiendo porque eso te molesta tanto— dijo confundido

— Porque solo a uno de los dos en verdad le importa la relación.— su tono de voz se elevó haciéndole saber a Edmund la frustración que ella sentía— Tú anhelas el poder mientras que yo quisiera formar una familia contigo, ¿pero sabes que? no puedo, no puedo salir de Narnia, no podemos estar juntos

Aquellas palabras habían tomado desprevenido a Edmund que había sentido como si alguien clavara una daga en su corazón y la retorciera de una manera cruel. Por supuesto que Meredith no había sido insensible a la hora de hablar, solo expresaba lo que sentía y tenía razón, Edmund lo sabía y se sentía culpable al oír su deseo más desesperado mientras que el había actuado como un demente bajo la tentación de la niebla.

Verla derramar cantidad de lágrimas siendo el un factor culpable de su llanto lo hacía sentir mal. Él había querido ser el motivo de las sonrisas de Meredith pero lo único que lograba hacer era hacerla sentir mal, enojada e incluso hacerla llorar.

A Edmund jamás se le había venido a la mente tener un familia, no se había puesto pensar a aquello aún teniendo a Meredith a su lado. Aquello también le trajo a pensamiento que ella ya había sido tentada por la niebla, tentada por algo hermoso y aún así había tenido la fuerza de voluntad por no dejarse influenciar.

— Buscaremos una forma.— dijo de una manera desesperada a lo que Meredith negó con la cabeza— Puedes... podemos pedirle a Aslan una oportunidad

Por un momento la razón de Meredith titubeó dejándose llevar de nuevo por la emoción del momento, sin embargo, segundos después sintió como si Aslan estuviera hablando a su oído recordándole las palabras que le había dicho a sus hermanos y a ella hacia un buen tiempo.

Ningún elemento puede proexistir sin otro que lo ayude así como ustedes se complementan entre sí, los cuatro son un pilar necesario para mantener estable a Narnia, necesitan de los otros para seguir en pie.

— No se puede.— fue lo único que la voz rota de la guardiana logró emitir.— Te amo, pero no quiero que detengas tu vida por mi, cuando vuelvas a tu mundo quiero que seas feliz —su voz quebrada hacía que la presión en el pecho de Edmund creciera con cada palabra.

— Pero quiero ser feliz contigo— Edmund sollozó en silencio pues el llanto no había tardado en llegar.

Meredith tomó las manos de Edmund entre las de ella transmitiéndole el calor ausente de aquella noche.

— Muy en el fondo... ambos sabíamos que esto no podía ser real— sollozó intentando contener las lágrimas— pero ninguno de los dos quería aceptarlo, Edmund tienes que ver la realidad como es... —El pelinegro negó apartando sus manos de ella

— No... —sacudió la cabeza entrando en la etapa de negación que sólo hacía sentir culpable a Meredith pues no quería verlo sufrir—... habrá alguna manera

— Ed...— dijo insistente—... debemos ser realistas, no la hay,— Las lágrimas pesadas resbalaban por las mejillas coloradas de Meredith hasta mezclarse con la arena— no quiero aferrarme a algo imposible.— susurró con dolor antes de levantarse de su lugar y caminar hacia donde Nicholas estaba recostado.

Aquella noche se sintió como si fuera la más fría ante la ausencia del calor de Edmund a su lado.

Dormir en la arena nunca sería una experiencia agradable pues al despertar por los gritos emocionado des Lucy y Gael, el cuerpo de Meredith dolía, pero nada se compraba con la presión creciente en su pecho.

— ¡Oigan todos! —La voz de Lucy llegó a los canales auditivos de los demás— ¡Despierten! ¡Es la estrella azul!

A lo alto sobre el cielo azul mañanero podían ver un destello celeste sobresalir de lo demás.

— Todos suban al barco— Zephyr ordenó alzando la voz.

Nicholas apagó el fuego y todos subieron a la canoa que los llevaría al Viajero del Alba a excepción de Meredith que miraba el océano brillante pensando en meterse hasta lo más fondo y no volver pero sus pensamientos se lo negaron pues no podía huir como una cobarde, a pesar de todo era guardiana de Narnia y había una misión que cumplir.

— ¿Estás bien?— Caspian preguntó deteniendo a Meredith pues podía sentir la ausencia de su alegría y la tristeza desbordando sus ojos cristalinos.

— ¿Fue fácil para ti olvidar tus sentimientos por Susan?— preguntó con voz rota

Aquella pregunta fue suficiente para que Caspian entendiera la situación, ahora entendía porque había sentido cierta incomodidad entre Edmund y Meredith.

No tenía palabras para su consuelo pues lo único que logró hacer fue envolverla en sus brazos, un acto que fue más que suficiente para alivianar un poco el sufrimiento de Meredith.

— Tenemos que irnos— Oliver habló con suavidad acercándose a ambos sabiendo que algo andaba mal con su hermana.

En conjunto caminaron hacia la canoa, el transcurso al barco fue silenciosos pues nadie se atrevía a hablar. Los ojos de Meredith se paseaban por cualquier lugar menos en Edmund pues la culpa la carcomía pensando que había hecho algo incorrecto.

Sin embargo, tenía que centrarse en la nueva prioridad que era salvar a Narnia de aquella niebla amenazante.

Tenía que volver a su puesto de guardiana que había abandonado.


nunca pongo notas de autor pero quería colocar una aquí pues esta historia ya está muy cerca del final yeiii

quiero agradecerle a todas/ todos/ todes por quedarse hasta aquí <3

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