39 : charm of a smile




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TWO YOUNG HEARTS
el encanto de una risa
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— ¡Carajo, Nick! —Oliver gimió al ver como el rostro de su hermano se volvía verdoso

— ¿Lo harás de nuevo? —cuestionó Meredith con una mueca de asco— En los últimos diez minutos has vomitado cinco... seis veces—corrigió cuando lo vio correr a un balde cerca de donde se encontraban a expulsar el desayuno de aquella mañana.

— Prefiero estar en tierra —comentó el azabache limpiando la saliva de sus labios—. Me siento más seguro ahi que en mar abierto

— Vas haciendo un buen trabajo, Lu —comentó Oliver hacia la Pevensie sentada a su lado.

Caspian le había prestado unas prendas para que estuviera acorde a la vestimenta de la tripulación, sin embargo, era tallas más grandes a la de ella, ahora se encontraba remendando el chaleco para que quedara amoldado a su figura.

— Me he pinchado el dedo un par de veces —sonrió colocando un mechón detrás de su oreja mirando a Oliver

Meredith frunció el ceño manteniendo una sonrisa, Lucy tenía ese tic desde que habían regresado y miraba mucho a Oliver ¿Acaso pasaba algo entre ellos y ella no se había enterado?

Su atención se desvió cuando escuchó bullicio a su espalda, el grupo de jóvenes giró su vista hacia Eustace que huía de Reepicheep quien lo desafiaba a un duelo.

— Pobre niño ingenuo —Oliver se burló cruzando sus brazos sobre su pecho

— Seguramente hizo algo para que Reepicheep lo desafiara —comentó Meredith siguiéndolos con la mirada

Mientras Oliver se burlaba del rubio, Nicholas le daba sermones sobre el porqué no debería hacer bromas hacia Eustace.

Cuando el menor dio una estocada con el machete hacia Reepicheep este tropezó hacia adelante tirando un contenedor, lo extraño fue que del interior se escuchó un grito agudo desconcertando a Meredith y Lucy que compartieron una mirada.

Se levantaron de sus asientos y caminaron hacia el contenedor tirado, del interior alguien se asomaba, una pequeña niña.

— Miren —Lucy habló deteniendo la ola de aplausos

Pronto todos centraron su vista a donde Meredith y Lucy miraban.

— ¿Gael? —cuestionó su padre acercándose a la niña— ¿Qué haces aquí? —la niña se colocó de pie— Ven —la apegó a su cuerpo uniéndose en un abrazo

La mirada de los tres Brown se posó en Oliver que miraba igual de sorprendidos que todos, al sentir las miradas intensas de sus hermanos los miró de uno a uno.

— ¡Yo no lo hice! —alzó sus manos mostrando inocencia— ¡Lo juró!

— Lo discutiremos más tarde —regañó Zephyr.

— Pero... ¡Mer dile que yo no hice nada! —protestó con un puchero

— Él no hizo nada —Meredith lo defendió sin saber si aquella información era verídica.

— Tenemos a alguien nuevo en la tripulación —Drinian se acercó hacia Gael escondida detrás de su padre. Le extendió una naranja que la niña aceptó gustosa

— Bienvenida a bordo —Lucy comentó colocándose de pie frente a ella.

— Su majestad —la niña hizo una reverencia

— ¡No me dejes solo con esa fiera! —Un gemido escapó de los labios de Oliver mientras tomaba a Meredith del brazo.

— Tú te metiste en esto, Olive —la rubia intentó quitárselo de encima

— Como ahora ya no eres una florecita ya no ayudas al inocente de tu hermano —dramatizó

— ¡Oliver! —regañó

Por supuesto que Oliver lo sabía, Meredith le contaba todo, no podía ocultarle algo tan importante como aquello. Pero segundos después Meredith deseo jamás habérselo confesado, siempre dramatizaba o hacia bromas sobre aquello, aunque claro no la molestaban igual le causaban gracia.

— ¿A caso miento? —fingió inocencia

— Cállate y ve con Phyr antes de que se enoje más —advirtió mientas seguía su camino

— ¡Pero yo no hice que Gael subiera al barco! ¡Lo juro! —protestó

— Tendrás que convencer a Zephyr, no a mi —se encogió de hombros. Se paseó por la borda hasta toparse con Eustace—. Fue un buen duelo —comentó exaltando al chico—, con un poco más de práctica lograrás vencer a Reepicheep

— Fue por el mal balance que tenía —habló con propiedad—, si no, yo le hubiera ganado

— Lo que digas —le sonrío amablemente antes de retirarse

Pronto se acercaron a un tierra donde los rodeaban pequeñas colinas tupidas con arbustos y árboles.

Meredith caminó hasta llegar a la punta del barco donde estaban Edmund y Drinian junto a Caspian que se encontraba mirando a través de un telescopio. Se acercó a ellos y rodeó la cintura de Edmund por la espalda recargando su barbilla en el hombro del chico. Una sonrisa se instaló en el rostro del Pevensie que colocó sus manos sobre las de Meredith.

— Parece estar deshabitada —comentó el rey

— Hoy en día todas las islas lo parecen —Meredith habló atrayendo la atención de Caspian

— Si los lores siguieron la neblina, seguro pasaron aquí —explicó el de cabello largo

— Puede ser una trampa —Drinian opinó

— O puede tener algunas respuestas —Edmund contradijo —¿Caspian? —preguntó con la intención de obtener su opinión

— Pasaremos la noche en tierra y exploraremos mañana temprano —ordenó entregando su telescopio a Drinian

— Si, su majestad

— ¿Quieres adelantarte a los demás? —preguntó Meredith separándose de Edmund— Podemos recorrer la isla —propuso

— Sería una buena idea —respondió besando la nariz de la chica

Entrelazaron sus manos y caminaron a la borda, Meredith no se preocupó en avisar a dónde irían, verían la ola cuando ya estuvieran lejos y sabrían que se habían adelantado. Entonces saltaron juntos al agua pero esta ves sus pies se deslizaban por una ola creada por la Guardiana.

Aquello le traía recuerdos a Edmund, aún seguía fresca la memoria de cuando Meredith se lanzó al abismo ayudándolo a escapar de la Bruja. Ese día fue la primera vez que había escuchado a Meredith reír y desde ese entonces se había vuelto adicto a aquel sonido que lograba alegrarlo.

— ¿A dónde vamos? Podemos ir al Norte... o al Este... —comentó la rubia girando en distintas direcciones

— Oliver al Norte, Nicholas al Este, Meredith vayan al Oeste, yo vigilare la costa —ordenó Zephyr

Edmund dio un brinco ante la repentina aparición del resto de los Brown. Cuando la mayor se fue Oliver hizo muecas imitando a su hermana provocando una risa por parte de Meredith.

— Vamos —ella lo tomó de la mano guiándolo hacia el bosque frondoso

Más que vigilar ambos disfrutaron de la caminata silenciosa entre las maravillas de la naturaleza. El susurró de la corriente de un río llegó a los oídos de ambos, Edmund sonrío cómplice hacia Meredith quien negó con la cabeza.

— Se lo que estas pensando y es una mala idea

A Edmund le importo poco y tomó a Meredith colocándola sobre su hombro ganándose golpes y maldiciones de parte de la chica.

— Bájame, tenemos que examinar el perímetro —fingió enojo puesto que en realidad aquella situación le causaba gracia— ¡Edmund Pevensie bájame ahora! —protestó

— No —respondió con una sonrisa en el rostro

Cuando llegó a la orilla del río Meredith ya había dejado de batallar, antes de que pudiera hacer algo para salir de esa situación Edmund ya se había lanzado al agua tomándola desprevenida provocando que una sensación del frío del agua recorriera su cuerpo.

— ¡Pudiste haber avisado! —soltó un gemido sintiendo el agua empapar su vestido

— ¿Y qué tiene de divertido eso? —cuestionó acercándose a ella con una sonrisa.

Al ver sus intensiones la rubia comenzó a nadar quedando lejos del alcance de él, que la seguía por detrás. Soltando carcajadas porque Edmund era muy lento, Meredith siguió nadando hasta que volteó llevándose un susto al no verlo.

— Ed ya puedes salir, sabes que puedo sentir si estás debajo del agua —habló lo suficientemente alto para que lograra escucharla.

— Arruinas la diversión —bromeó apareciendo frente a ella. Meredith sonrío—. Me gusta tu risa —Admitió juntando sus frentes.

— ¿En serio? —preguntó Meredith cerrando los ojos permitiéndose disfrutar de la calidez del cuerpo de Edmund junto al suyo y de su voz melodiosa entrar en sus canales auditivos.

Había decidido dejar que el agua humedeciera su anatomía, quería disfrutar un momento con Edmund sin necesidad de utilizar sus dones, disfrutarlo como si fuera una adolescente normal.

— Me gusta estar contigo, me haces feliz

— A mi también

Sus labios se encontraron en un movimiento armonioso donde sus corazones vibraban en una misma sintonía, fue beso dulce y lleno de paz.

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