37 : new mission





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TWO YOUNG HEARTS
nueva misión
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La cantidad de veces que habían golpeado a Meredith en la cabeza había sido suficiente para matar a alguien mortal, suerte que ella era un espíritu y no sufrió consecuencias graves, pero ¡Santo Aslan! El dolor punzante que sintió en la cabeza cuando despertó la última vez era infernal, la piel de su cuello y muñecas quemaba, después de que su vista se enfocara cayó en cuenta que estaba atada al igual que el resto pero a diferencia de los demás las cadenas que la mantenían presa eran de hielo. Intento quitarlas, evaporarlas, pero nada funcionó, el pánico subió por su pecho ocasionando una fuerte presión en él, su respiración se volvió cada vez más acelerada al igual que sus latidos y una fina capa de sudor cubrió su cuerpo.

— Meredith, oye —Lucy intento llamarla— tranquila, mírame —ordenó—, tranquila

Cuando sus ojos se conectaron Meredith sintió paz, el aura de Lucy era tan pacifica que se lo transmitía a la rubia a la que poco a poco su respiración se fue regulando.

— No... no puedo... —murmuró moviendo sus manos intentando quitar las cadenas de hielo— ¿Cómo lo sabrían? —cuestionó jadeando— El hielo nos hace débiles... Oliver, Edmund... Caspian

Antes de que Lucy pudiera decir al un hombre se acercó a donde se encontraban desatando a Lucy y Eustace de sus respectivas cadenas llevándoselos entre jalones y empujones.

— ¡Hey, maldito bastardo! —Meredith gruñó intentando zafarse de sus cadenas— ¡Suéltalos!

Claramente sus gritos e insultos fueron ignorados por aquel hombre, dio un vistazo rápido a su al rededor, un hombre se acercaba dando pasos firmes, Meredith lo miro retándolo cuando alzó la vara que llevaba, la rubia dio media vuelta haciendo que golpee el suelo en su lugar, se acercó a la pared detrás de ella y golpeó con fuerza sus manos contra ella rompiendo inmediatamente las cadenas de hielo. Al girar pudo ver la mirada llena de terror del hombre que comenzó a retroceder torpemente.

La rubia creó un brazo de agua que se apretó al rededor del hombre para después ser lanzado a lo más lejos del mar.

Meredith volteó hacia los demás que estaban atados, no había tiempo para liberarlos a todos, quien sabe que le harían a Lucy y a Eustace.

— Volveré por ustedes —dijo hacia los capturados.

Comenzó a correr en dirección a donde había visto que su amiga y el rubio habían sido llevados. Antes de doblar la esquina hecho un vistazo desde la esquina, había una multitud de hombres riendo, al centro había una plataforma donde Eustace estaba de pie con la mirada asustada e indignada hacia los hombres.

— ¡Alguien ofrece algo! —dijo el hombre a su lado

— Una subasta —susurró Meredith; estiró sus manos comenzando a invocar la salada agua del mar

— Yo me los quedó —dijo un hombre encapuchado caminando hacia la plataforma— ¡De hecho me los llevaré a todos!

Al destapar su rostro vio a Drinian con Reepicheep en el hombro, más soldados Narnianos se unieron a la batalla destapando sus rostros cubiertos por capuchas.

— ¡Por Narnia!— Gritaron a la par. Aquella fue una señal para Meredith, apresuró las aguas e hizo lo mismo que con el otro hombre, tomó a los soldados enemigos enviándolos a lo más profundo del mar.

— ¡Lucy! —exclamó corriendo hacia su amiga— ¿Estás bien?

— ¿Tú lo estás? —Meredith asintió

— Déjeme ayudarle, su majestad —Reepicheep apareció frente a ellas sobre la mesa

En un par de movimientos ágiles con su espada, las esposas de Lucy se abrieron dejándola libre.

— Gracias por venir, sabia que nos salvarías —Lucy agradeció al ratón con una sonrisa— Agáchate —ordenó a la rubia

Meredith acato las órdenes de la chica, giro aún hincada en el suelo y vio como Lucy golpeaba con un saco a un hombre dispuesto a atacarlas dejándolo inconsciente. La rubia tomó un tarro que se encontraba sobre la mesa a su lado y lo estampó con fuerza en la cabeza de otro hombre deteniendo un posible ataque a su amiga.

— ¿Dónde están Caspian, Edmund y Oliver? —preguntó Meredith lanzando ataques de agua hacia los enemigos

— ¡No lo sé! —Lucy respondió

En medio de la batalla Meredith se dio cuenta que Eustace no estaba, cuando giró a preguntarle a Lucy ella tampoco estaba a su lado, la vio luchando con un hombre metros más adelante. Pronto sintió una ventisca fuerte y el suelo temblar bajó sus pies.

Zephyr y Nicholas se materializaron en medio del campo de batalla, Meredith compartió una mirada con ellos.

— ¿Dónde esta Oliver? —preguntó la mayor atacando a los enemigos

— No lo sé, los llevaron a un lugar aparte —comentó Meredith cubriendo la espalda de su hermana

Poco a poco el ejército Narniano fue derrotando a los hombres que tenían esclavisadas aquellas islas. Cuando no quedaron más Meredith corrió hacia Edmund a envolverlo en un fuerte abrazo dejando a Oliver sin sus brazos estirados.

— Me duele lo rápido que me cambias —murmuró yéndose de ahí con un enojo fingido

— ¿Estás bien? —preguntó la pareja a la vez

— Estoy bien —Edmund respondió besando la cabeza de Meredith que hizo una mueca— ¿Qué te hicieron? —preguntó al ver el moretón en su frente

— Me golpeaban cada de despertaba —dijo sin importancia—, vámonos —comenzó a caminar pero Edmund la detuvo

— Eso no se ve bien —dijo apartando su cabello del rostro—, vamos a que alguien te revise

— Me recuperaré, en serio, te sorprendería ver lo rápido que se curan mis heridas —sonrió. Edmund no estaba muy convencido pero dejó pasarlo conociendo lo terca que era su novia

Caminaron hasta llegar a donde el otro par de los Brown se encontraba saludando a Lucy.

— Es bueno volver a verlos —Edmund comento abrazando cortamente a Nicholas y Zephyr

— Lo mismo digo —habló el pelinegro compartiendo una sonrisa

El ejército desfiló por más calles recibiendo vítores de parte de la población de las islas.

— ¡Su majestad, su majestad! —un hombre intentó acercarse pero fue detenido por Drinian— ¡Mi esposa fue capturada esta mañana! —exclamó forcejeando

— Está bien, Drinian —dijo Capian, de inmediato soltó a aquel hombre

— Lléveme con usted —pidió

— ¡Yo quiero ir! —exclamó una niña de vestido rosa, parecía ser su hija

— No, quédate con tu tía —ordenó su padre

— Ten —Nicholas hizo crecer una flor en su mano, la niña apartó su vista de su padre centrándose en el chico—, ve con tu tía, obedece a tu papá

— Gracias —la aceptó tímidamente

— Deberíamos llevarla con nosotros —sugirió Oliver a sus hermanos

— Es peligroso —comentó Zephyr mirando como la niña corría hacia su padre

— Es mejor que estén juntos a que esta sea la última vez que se vean ¿no creen? —Oliver insistió

— Volverá con ella, nosotros nos aseguraremos de eso —Nicholas afirmó antes de seguir caminando

Meredith se quedó estática en su lugar mirando como las lágrimas se desbordaban por el rostro de la niña que era obligada pro su tía a irse de ahí. Lucy también estaba observando la escena. Sintió un nudo en el estómago y un sentimiento de tristeza y pena con la simple idea de que esa niña pensaba que no volvería a ver a su padre.

— Será mejor que sigamos —comentó la rubia hacia su amiga

Juntas trotaron hasta la cabeza de la fila a reunirse con Caspian.

— ¡Mi rey! —un hombre andrajoso se acercaba con algo en manos— Su padre me dio esto. La escondí en una cueva todos estos años —al mirar de cerca se percataron que era una espada llena de suciedad

— Es una espada narniana —comentó Edmund

— Es de su Edad de Oro —habló el hombre de barba larga—. Hay siete de estas espadas, regalos de Aslan para proteger Narnia. Su padre nos las confió —explicó hacia Caspian—. Ande, tómela

Caspian la tomó entre sus manos causando aplausos y gritos de felicidad de parte de la multitud.

— Gracias, Señor —agradeció hacia el hombre—, encontraremos a sus ciudadanos perdidos —caminaron un par de pasos antes de que Caspian se detuviera—. Edmund —lo llamó

Entregó la espada la cual el Pevensie admiró asombrado, Meredith llegó a su lado dándole un codazo amistoso.

— Tienes que limpiarla muy bien —comentó con una sonrisa— ¿Listo para una nueva misión probablemente peligrosa?

— Si es contigo, si —sonrió entrelazando sus manos antes de caminar hacia el barco.

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