17 : the sweet waves
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TWO YOUNG HEARTS
❝ las olas dulces ❞
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Habían pasado años desde que el reinado de la bruja blanca había caído, los Pevensie fueron coronados debidamente en Cair Paravel siendo acompañados por los tres Brown, hubo una ceremonia de conmemoración para Meredith la cual Edmund no logro soportar sin soltar algunas lágrimas. Zephyr, Oliver y Nicholas parecían más tranquilos y serenos, no habían derramado más lágrimas desde la última vez que vieron a su hermana.
La ausencia de Meredith aún dejaba marca en los presentes. En el balcón del gran salón se encontraba Edmund viendo como se movían las olas del mar recordando el loco momento en el que Meredith lo había hecho saltar desde un acantilado.
—Felicidades, Rey Edmund— escuchó el peli negro a su espalda, al voltear se encontró a Zephyr haciendo una reverencia
—Gracias— sonrió débilmente
—Estás pensando en ella ¿Cierto?— el ahora rey asintió con tristeza
—Debí obligarla a ir conmigo— murmuró el chico sin apartar la vista del mar
—Era muy testaruda nunca lo hubieras logrado— soltó una risita —, aunque sabíamos que pasaría tarde o temprano
—¿De qué hablas?— preguntó confundido el chico
—Compartían el corazón, si una moría la otra también durante muchos años Meredith intentó...— las palabras quedaron al aire debido a que a la rubia se le quebró la voz —...tomamos la decisión de que no haría nada ella hasta que encontráramos una solución
—Debía de haber una— comentó Edmund a lo que Zephyr negó
—No había modo de que se salvara una sin que muriera la otra
—Pero...¿en la mesa de piedra?
—Jadis no la mataría le quitaría el corazón para manipularla a su antojo, peor que la muerte— se acercó Nicholas
Al oír esas palabras un escalofrío recorrió el cuerpo de Edmund. Tan solo de pensar que la dulce y alegre Meredith intentó quitarse la vida múltiples veces se formaba un hueco en su estómago.
—Gracias por hacerla feliz— Oliver se unió a la platica colocando una mano en el hombro del chico
—Gracias a ella por mostrarme que era la verdadera felicidad— sonrió hacia el mar
—Tú y mi hermana hubieran hecho un gran equipo— dijo Nicholas —espero que tengan un gran reinado
Y esa fue la última platica que tuvo con los guardianes de Narnia puesto que después de la coronación los hermanos tuvieron que seguir con su tarea de mantener el control en el bosque, algunas veces ayudaban a los reyes con las disputas que había con los países cercanos, pero un día, dejaron de saber de los Brown sin más, es como si se hubieran esfumado sin dejar rastro.
En la bahía de Narnia se encontraba, como de costumbre, el Rey Edmund, ya adulto, vagando por la orilla del mar permitiendo que las pequeñas olas inundaran sus pies descalzos que también disfrutaba del tacto de la arena hundiendo sus pies.
—Hoy fue un día normal, Peter se vuelve más gruñón con el tiempo— soltó una risa —los pretendientes de Susan llegan a montones y Lucy— soltó un suspiro —ella me recuerda a ti con esa linda alegría que contagia a cualquiera
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, alzó la vista hacia el mar admirando el hermoso atardecer que se asomaba por el horizonte. Aún le parecía que la muerte de Meredith había sido apenas unos días atrás, aún le dolía no poder verla otra vez.
—Han pasado años desde tu partida y aún duele— las lágrimas comenzaron a brotar de sus orbes cafés —, fuiste la primer persona que me hizo realmente feliz, Mery
El Rey dio una patada al agua sintiendo el enojo crecer en su ser. Estaba siendo egoísta al desear que Meredith nunca haya dado su vida por salvar a Narnia. Se dejó caer a la arena haciendo que el agua empapara su vestimenta.
—Hoy iremos a capturar un ciervo blanco, nos concediera un deseo pediré que vuelvas a mi lado— se colocó en cuclillas —mi linda Mery, te extraño mucho
El rey se dio vuelta para volver junto a sus hermanos e ir en busca del ciervo, Edmund tenía esperanzas de que el deseo funcionara. Antes de comenzar a andar se dio vuelta hacia el mar y de su bolsillo sacó una concha de mar.
"Te quiero Mery y siempre lo haré"
Pensó antes de besar el objeto en su mano y lanzarlo al mar. Lo que no vio fue una figura que lo miraba alejarse.
Ese mismo día los cuatro reyes abandonaron Narnia sin dejar rastro al igual que los Guardianes dejando desolada a Narnia.
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