06 : powers?
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TWO YOUNG HEARTS
❝ ¿poderes? ❞
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Desde que Jadis se había ido de la habitación Meredith no le había dirigido la palabra ni la mirada al chico. Incluso le había devuelto el suéter que Edmund le había prestado. Era más su enojo que el frío, aunque se estaba volviendo más débil le importó poco.
En esos momentos el chico había preferido que la rubia lo insultara a que lo ignorara. Aunque hacia lo posible por llamar la atención de la chica ella seguía sin voltear a verlo, el silencio abrumador inundaba la habitación y Edmund estaba cansándose de eso.
—Vamos no me puedes ignorar por siempre— insistió Edmund
—¿Por qué lo hiciste?— murmuró
—Entre en pánico— dijo triste —, lo siento
—Nunca debes de confiar en ella ¿de acuerdo?— se acercó a él —lo siento por hablarte mal, tal vez fui un poco dura contigo— hizo una mueca
—¿Tú qué haces aquí? Quiero decir ¿Cómo llegaste y por qué el fauno te conoce?— Meredith suspiro y apretó sus labios, observó por un momento al chico y decidió hablar
—Yo nací aquí al igual que mis tres hermanos nos nombraron los guardianes de Narnia, pero antes de recibir ese título cometí un error de confiar en Jadis
—¿Jadis?
—Ella, La Bruja Blanca
—¿y porque dijiste que no podía acercarse a ti?
—Es parte del error que cometí— le dio una sonrisa débil
Él entendió que no quería hablar de eso y se mantuvo callado, Edmund colocó nuevamente el suéter sobre los hombros de la chica con algo de timidez. Meredith le sonrió y siguió con la tarea de tratar de derretir el hielo pero fue en vano puesto que cada que lo intentaba se debilitaba más pero tenía que sacarlos de ahí.
—Y cuéntame de ti, Irritante ¿Cómo llegaron aquí?— lo volteo a ver con su mano posada en la pared de hielo
—Lucy mi hermana pequeña fue la que entro primero mientras jugábamos a las escondidas, entro por un ropero ninguno le creyó
—Recuerdo cuando les dije a mis hermanos que tenía el don de controlar el agua— soltó una risa —tampoco me creyeron, eso sufrimos los menores, jamás nos creen— Edmund abrió la boca asombrado al igual que sus ojos, Meredith reía por su reacción mientras seguía recorriendo las paredes
—¿Cómo dijiste?— exclamó el chico a lo que Meredith río aún más
—Sigue con tu historia— le sonrió y siguió con su tarea
—La siguiente vez que entró yo la seguí y cuando regresamos les dije a mis hermanos que había fingido con ella...
—Que gran hermano— se burló la rubia
—Ni lo digas— bufo —al siguiente día rompí una ventana..
—Chico problemático— la chica enarcó una ceja con una sonrisa burlona
—¿Dejarás de interrumpirme?— pregunto fastidiado el chico
—Probablemente— se giró nuevamente a la pared
—Rompí un vidrio y nos tuvimos que esconder en aquel ropero y luego hola tierra desconocida— se recargó en la pared
—Gran historia— el chico la miro serio —de verdad, es más interesante de lo que creí
Meredith seguía tocando y caminando por toda la celda tratando de derretir el hielo, estaba comenzando a frustrarse. Sus fuerzas comenzaban a agotarse.
—¿Podrías dejar de hacer eso? Comienzas a irritarme
—Quiero sacarnos de aquí antes de que ella regrese— señaló la entrada a la prisión de hielo
—¿Cómo lo harás? No tienes nada para romper el hielo
—Todo sería más fácil si Oliver estuviera aquí— se dejó caer en el suelo soltando un bufido
—¿Oliver?— pregunto curioso el niño
—Si, mi hermano— ella abrazó sus piernas
—¿Por qué sería más fácil si él estuviera aquí?— se acercó un poco a ella
Meredith lo volteó a ver, sus cuerpos estaban separados por unos centímetros y desde esa distancia pudo observarlo bien, su piel pálida, las pecas que adornaban sus pómulos y sus ojos cafés, sus labios partidos y rojos por el frío, le parecía lindo.
—¿Por qué me miras tanto?— la llamó el chico
—Él podría derretir el hielo en menos de diez segundos— se encogió de hombros separándose un poco
—¿Cómo lo haría? Estamos cubiertos de hielo
—Oh, bueno el puede crear fuego lo hace nacer de sus manos— sonrió recordando aquellos tiempos en los que jugaban en la playa
—¿Cómo dices?— Edmund estaba sorprendido había escuchado y visto de todo en aquella extraña y mágica tierra pero ¿Un humano con poderes? —¿Él tiene poderes?— mencionó difícilmente
—Son dones, mis hermanos y yo los tenemos cada uno un elemento Zhepyr aire, Nick tierra, Oliver fuego y yo agua
—¿Los obtuvieron cuando entraron?— Edmund seguía sorprendido, Meredith soltó una risa y negó con la cabeza
—No, nosotros nacimos con ellos ¿Olvidaste la parte en la que te dije que nacimos aquí?
—Eso es increíble— exclamó —Espera si tienes el don del agua ¿Por qué no derrites el hielo?
Meredith enarcó una ceja, se cruzó de brazos, le dió una mirada de incredulidad y después golpeó su frente con la palma de su mano.
—¿Cómo no se me ocurrió antes?¿Qué crees que estuve intentando todo este tiempo? ¿Creíste que era una loca que adoraba tocar paredes?— frunció el entrecejo
—A decir verdad si— Edmund le dio una mirada apenado
La rubia rodó los ojos mientras negaba con la cabeza y se giraba nuevamente a la pared.
—¿Por qué no puedes derretir el hielo?
—Eres muy preguntón— volteó a ver al chico
—Lo siento— murmuro. La chica suspiro y lo volteó a ver nuevamente
—Nunca logre desarrollar mi don perfectamente no puedo controlar los estados del agua solamente el líquido además de que el hielo me debilita
Meredith se sentó nuevamente a su lado, abrazó sus rodillas y escondió su cabeza entre ella.
—oye ¿estás bien?— Edmund se acercó un poco más a la chica
Ella asintió aún con la cabeza metida entre sus piernas, sintió algo cálido encima de sus manos y levantó la cabeza se encontró con la mirada de Edmund
—Puedes confiar en mi— la chica soltó una carcajada dejando confundido al pecoso
—¿Y se lo irás a decir a la Bruja Blanca?— ella negó con la cabeza rodando los ojos
—¿Es en serio? Yo solo trato de ser amable
—Y yo razonable no debiste decirle lo de Aslan, ni lo del señor Tummus ni lo de tus hermanos a cambio de que...¿golosinas?
—Ya se que me equivoque no tienes que restregármelo en la cara cada que puedes— elevo la voz —¡ERES INSOPORTABLE!
—¡Y TÚ UN ODIOSO NIÑO EGOÍSTA! Solo te sigo protegiendo porque Aslan los espera y si es para que seas el Rey de Narnia me atrevo a decir que Aslan está muy equivocado— le dio una mala mirada y se fue a sentar al otro extremo de la celda dejando a un Edmund dolido y confundido
Él estaba muy arrepentido por haber confiado en la Bruja Blanca y haber traicionado a sus hermanos, cada que Meredith se lo recordaba le dolía y más por el comportamiento de la chica.
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