9. Enviado

La noche terminó más rápido de lo que esperaba. Es lo que dicen, el tiempo pasa volando cuando uno la pasa bien. Todo se basó en risas, risas y más risas. Hacía meses no disfrutaba una noche así, en donde no hablaba ni del trabajo, ni de los estudios. Simplemente hablábamos de incoherencias y recuerdos mientras tomábamos tragos, nos tomábamos fotos tontas y nos hacíamos preguntas aleatorias para conocernos entre todos.

Y pasarla al lado de Harry fue la cereza del postre. No sólo por cuán apuesto era, si no por sus anécdotas, sus chistes malos, su risa y su mínimo (aunque constante) coqueteo conmigo.

Primero estaba sentado normalmente a mi lado, pero a medida de que las horas pasaban íbamos acercándonos más y más, como resultado: él me abrazaba por la espalda y yo tenía la cabeza apoyada en su hombro. No estaba segura de cómo habíamos terminado así exactamente, pero no me molestaba en absoluto.

-Ron, acabas de pasarte tu edificio... -me informó Meredith señalando por la ventana. Estaba tan metida en mis pensamientos que podía manejar mil kilómetros más sin darme cuenta. Hice una maniobra probablemente ilegal y estacioné el auto- ¿Estabas pensando en ya sabes quién?

-Suenas como una nena de primaria, Mer. -Reí abriendo la puerta del edificio- tengo tanto que contarte...

-Puedo imaginarlo... ¡Hey! ¡No! Son las cinco de la mañana, tengo tacos. Ni lo pienses -exclamó al verme ir hacia las escaleras en lugar de esperar el ascensor. Le saqué la lengua y continué mi camino, de todas maneras nos encontraríamos arriba.

Al llegar al departamento quité inmediatamente los zapatos de mis pies y corrí a mi cuarto a buscar una gran remera para dormir. Minutos después escuché entrar a Mer, que hizo lo mismo que yo.

- ¿Dónde estaban? ¿Cómo fue el beso? ¿Es tierno? ¿Te gusta? ¿Le gustas? ¿Se gustan? -preguntó en menos de un segundo.

- ¡Meredith! -la empujé por los hombros, haciendo que se sentara en la cama- Estábamos en el balcón, ¡no nos besamos! No me gusta, no le gusto... No nos gustamos.

- ¿No se besaron? -Se lo acababa de decir y preguntaba igual. Como hablarle a una pared. Negué con la cabeza- ¿Por qué tardaron tanto? Y déjame decirte, le gustas. Y te gusta, admítelo Veronica. Por favor.

-Casi nos besamos... -confesé y tapé mi cara con una almohada, sentándome al lado de ella- ¿está mal?

Me miró desconcertada, como si le hubiera dicho la cosa más ofensiva de todos los tiempos.

- ¿Mal? ¿De verdad preguntas? -asentí y ella arqueó una ceja- No, amiga. No está mal. ¿Lo frenaste tú, verdad?

-Estás haciéndome muchas preguntas y me voy a volver loca. Sí, algo así. No lo frené pero como que arruiné el momento... No lo sé, no es que me gusta pero... Tú me entiendes, siento ese no-sé-qué cuando me mira o me abraza y agh, me siento adolescente.

-Es química, Ronnie. Y créeme que se les nota de lejos que la tienen.

Sonreí al escucharla decir eso, y mi sonrisa se amplió al volver a pensar en Harry y en cómo nos habíamos mirado durante toda esa noche.

- ¿Qué harás?

Me paré a apagar la luz y a cerrar las cortinas para dormir en completa oscuridad. Murmuré un "no lo sé" y me acosté junto a ella, esperando que algún sueño despeje mi mente para así poder dejar de pensar sobre eso. Quizás necesitaba simplemente dejarlo ser.

"La pasé genial hoy, Ronnie. Deberíamos hacerlo de nuevo.

Y sí, le robé tu número a Lou.

Byyeeeeee .xxxxx -H"

Releí el mensaje por décima vez, aún sin saber qué contestar o dudando si debía contestar. Meredith bromeaba con que debía ponerle cuán decepcionada estaba porque no me había dado un beso de despedida y que quería verlo al día siguiente.

Tomé un sorbo de café y visualicé la hora en que había sido enviado, tan sólo unos minutos después de que me acostara.

-No puedo creer que de verdad los conozca -me dijo con la boca llena.

-Sí, apuesto a que querrías que te vieran así -carcajeé- ¿y qué tal?

-Ya sabes, es como si ya los conociera, pero que me conozcan es lo genial. Bueno, no los cinco. Zayn me dijo que Niall estaba con los papás y que Liam tenía una cita.

- ¡Oh! Había olvidado que quería saber eso. Ellos son geniales también.

-Lo sé, Veronica. Duh. -revoleó los ojos señalando su remera, que decía "One Direction". Aunque no lo crean, ella también tenía 20 años- ¡Contéstale a Harry!

Inhalé y exhalé profundamente y agarré el móvil, dispuesta a contestarle de una vez por todas.

"Woah! Chico malo, me agrada. La pasé muy muy bien. Acabo de despertar y recién vi el mensaje, perdón por contestar ahora. Xx"

No esperaba que me contestase hasta más tarde, pero mi celular vibró casi al instante.

"¿Te gustan los chicos malos? Me decepcionas, Baldwin. ¡Yo soy bueno! ¿Hay algún espacio para mí en tu ocupada agenda el día de hoy? .Xx"

- ¡Meredith! -grité y le mostré el mensaje. Ella gritó aún más fuerte y lo arrebató de mis manos para leerlo una vez más.

-Eres una maldita suertuda, Veronica Baldwin. ¡Harry Styles! -exclamó sorprendida y me devolvió el aparato. Revoleé los ojos y lo miré indecisa- espero que estés pensando en la mejor manera para decirle que sí y no en cualquier otra idiotez, pequeña.

Asentí mordiéndome la uña del dedo meñique, tal como lo hacía cada vez que me ponía realmente nerviosa.

Sí, quería verlo. ¿Pero qué pasaba con toda la moral que me había planteado tan sólo una semana atrás?

Pensé en Daisy Knights una vez más, convenciéndome de que podía hacer esto, podía mezclar los negocios y la vida personal...

¿Podría?

"¿Cuál es tu plan? ☺ X"

Enviado.

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Gracias otra vez, las adorororo <3

Mar ♥

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