8. ¿Quiero?
-No hagas eso -le di un pequeño empujón por los hombros para que estemos a una distancia prudente.
- ¿Hacer qué?
Otra vez sonrió.
-Mirarme así... -miré hacia abajo tratando de ocultar lo sonrojada que estaba- ¡Tienes que conocer a mi amiga! Se caerá muerta.
Eso es. Cambia de tema.
El bufó y empezó a caminar obligándome a ir tras él, ya que seguía sosteniendo mi mano.
Nos cruzamos con uno de los temerosos guardias y Harry susurró -gritó- algo en su oído. Éste asintió y abrió una puerta que estaba detrás de él.
Me arrastró tras la puerta y sentí la helada brisa nocturna. A comparación de lo fuerte que estaba la música adentro, allí estaba silencioso.
-Harry, ¿estás loco? Nos moriremos de hipotermia. ¡Tengo vestido! -me quejé, zafándome de su agarre, dispuesta a volver a entrar.
-Sí, te queda lindo -no podía verlo, pero estaba segura de que esbozó una sonrisa maliciosa.
Me giré a verlo y, efectivamente, había acertado. Como si lo conociera hace años, aunque en realidad no había que conocerlo mucho como para adivinar qué diría o qué expresión pondría.
Nos encontrábamos en un gran balcón, completamente vacío excepto por un mini sillón en el que entraba una sola persona. Como no nos veía entrando en un buen rato, esa persona sería yo.
- ¿A caso no puedes estar parada más de diez minutos? -preguntó apoyándose de espalda en la baranda. Le mostré mis tacos y revoleó los ojos- ¿Cuál es tu miedo?
- ¿Mi miedo? -le dije desconcertada, mirándolo hacia arriba.
-La razón por la que crees que es inapropiado juntarte con nosotros -contestó, como si hubiese sido obvio que eso era lo que había querido preguntar.
Quedé en silencio por unos minutos, tratando de analizar las palabras que diría antes de abrir mi gran bocota. Él esperaba pacientemente, internamente agradecía eso.
-Eh... No sabes cuánto trabajé para... ¿conseguirlos? Perdón si eso suena mal -se rió- y no quiero que nada, absolutamente nada en el mundo arruine esto, la campaña. Y si yo llegara a arruinarla por cualquier razón, no me lo perdonaría nunca.
No me contestó. Probablemente quería que siguiera hablando, quizá no se había conformado con la respuesta. Pero no tenía nada más para decirle.
- ¿Podemos volver? Me congelo -dije titiritando falsamente. Él se dio vuelta y miró el paisaje de Londres, ignorándome completamente. Largué un gran suspiro y me puse a su lado, observando cómo las calles se vaciaban y los pubs se llenaban. No estábamos en uno de esos silencios incómodos, pero quería hablar. Deseaba que me hablara.
-No te desharás de nosotros -rió tras severos minutos de silencio- Y haces un buen trabajo, Ronnie. -besó mi mejilla.
-Gracias, Styles. -me enfrenté a él y besé la suya.
-No hay de qué, Baldwin. -volvió a besarme, pero esta vez lo hizo cerca de la comisura de mis labios.
Sin darme cuenta, había desatado un pequeño juego al que no estaba dispuesta a jugar, por lo que le insistí otra vez que volviéramos con nuestros amigos. Extendió las manos hacia mí y las tomé esperando que eso hiciera que volviéramos, pero en vez de dirigirse a la puerta, entrelazó nuestros dedos para apegarme una vez más hacia él y me tomó de la cintura.
Harry no tenía planes de entrar pronto.
- ¿Ronnie? -Levanté mi vista y me encontré con sus perfectos ojos verdes. Me miraba de una manera que no supe descifrar- Quiero besarte.
Cuando escuchas algo que no te imaginabas que podrías llegar a escuchar, quedarte en estado de shock es más que entendible, común. Pero yo sentía que no podía mover ni un solo músculo de todo mi cuerpo, y mucho menos pensar en una respuesta coherente para darle. ¿Acaso la frase "quiero besarte" no era ficticia, sólo de las películas?
No sé por cuánto tiempo estuve callada mirándolo, pero me arriesgo a decir que fueron unos 5 minutos, lo cual estando en completo silencio y a solas llegaba a ser algo incómodo. Y raro.
-Hubiese preferido que lo hicieras y ya -me animé a decir- ahora lo arruiné.
Harry carcajeó y sacudió la cabeza, y al no besarme de inmediato supe que de verdad había arruinado la beso-atmósfera. ¿Volvería a tener otra oportunidad?
Aunque la pregunta era en realidad si quería tener otra oportunidad.
Me soltó la cintura y pasó uno de sus brazos por mi hombro, comenzando a caminar hacia la salida. Antes de entrar a la ruidosa pista besó suavemente mi sien -lo que provocó chispas de electricidad a lo largo de toda mi espalda- y fuimos al sector de los sillones, esperando que todos siguieran ahí.
Meredith y Zayn estaban sentados y conversaban animadamente, mientras Louis, la chica a la que aún no me presentaban y Lou estaban parados observando cómo nos acercábamos hacia ellos.
Más tarde debía agradecerle a Mer por no haberse convertido en la fangirl que era y no acosar a los chicos, pero en ese momento en lo único que pensaba era que estaba a punto de conocer a su máximo ídolo, Styles.
- ¡Mer! ¡Mira a quién me encontré! -le grité emocionada señalando a Harry, y ella y Zayn se pararon.
-Y vaya que lo encontraste -acotó Louis acercándose a mí y retiró el brazo de Harry de mi espalda, lo que hizo que todos estallaran en risas. Todos menos yo. Sentía cómo el calor subía a mis mejillas y no pude lograr ocultarlo- Hazza, esta es Meredith, amiga de Ronnie. Muchísimo más divertida, te lo aseguro.
Golpeé en el brazo a Louis advirtiéndole con la mirada que iba a matarlo, y vi a Meredith dar un paso tímido hacia Harry, saludándolo con un beso en la mejilla. Volví a recodarme el agradecerle por actuar más que normal alrededor de ellos.
Todos volvieron a sentarse para seguir hablando, yo me senté junto a Lou y Harry y, por más que intenté, no podía dejar de observar al de rulos.
Se veía tan fascinado mientras hablaba de sus vacaciones en Los Ángeles que me provocaba alegría a mí, que simplemente estaba escuchándolo. Los ojos le brillaban de una manera increíble.
Confirmé que efectivamente, quería que me bese.
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Mar ♡
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