40. Es una cita

Miré mi reloj para comprobar su puntualidad. No habían pasado ni veinte minutos de su mensaje y ya estaba parado frente a mi edificio vistiendo sus típicos jeans negros y una chaqueta marrón, mientras que un beanie negro escondía sus rulos y lo protegía del frío.

Apartó la vista de su celular e hicimos contacto visual, el que rompí rápidamente volviendo a echar un vistazo al reloj. No podía mirarlo a los ojos: así de nerviosa estaba.

—Hey —me saludó con una débil sonrisa en cuanto estuvo delante mío, inclinándose para besarme. Por puro reflejo corrí mi rostro y sus labios aterrizaron en mi mejilla.
"Ahora pensará que no quieres besarlo. ¡Genial, Ronnie!" me regañó mi conciencia.

Comenzamos a caminar lenta e incómodamente hacia quién sabe dónde. Al parecer, ese día no andaba en auto y tampoco estaba acompañado por su guardaespaldas.

No sabía si debía tomar su mano o no, por lo que simplemente me crucé de brazos sin saber qué hacer con ellos.

— ¿Quieres ir a V-blue? —preguntó con su rasposa voz. Asentí recordando la vez que habíamos ido a comer con Liam y me acerqué un poco a él, ya que había exagerado la distancia entre nosotros y parecía que ni siquiera íbamos juntos— ¿Cómo estuvo tu día?

—Sorprendentemente bien, hasta ahora. Excepto... —no terminé mi oración. No, definitivamente no le hablaría sobre Collins.

— ¿Excepto qué? —Pasó su brazo por mis hombros y me apegó a él. Besó mi sien por unos segundos, relajándome completamente. Deshice mis brazos cruzados y lo abracé por la espalda.

—Nada, no tiene importancia. ¿Sabes qué? Ayer estaba almorzando con mis papás, y mi papá confesó haber visto This is Us para tener de qué hablar contigo.

— ¿De verdad? —Sonrió de oreja a oreja y soltó una carcajada— creo que lo amo. ¿Se enojaron conmigo porque no fui?

—No, no, para nada. Les conté... Eh, que nos habíamos peleado —carraspeé, sabiendo que estaba arruinando la atmósfera que apenas habíamos creado— pero de todas maneras quieren conocerte.

— ¿Tú quieres que los conozca?

Se detuvo en una esquina, por ende me detuve también. Pasé a estar frente a él y abracé su torso tan fuerte como pude reposando mi cabeza a la altura de su pecho. Su abrigo era tan suave que sentía que podía dormirme ahí mismo, en el medio de la calle, esperando que cambiara de color el semáforo para poder cruzar. Alcé la mirada y él tomó mi rostro entre sus manos. Podía ver en sus ojos la duda: no sabía si besarme o no.

Me paré en puntas de pie maldiciéndome internamente por haber elegido usar zapatillas en vez de botas o algún tipo de taco. Al tener su boca a menos de dos centímetros de la mía, murmuré "claro que quiero", provocando la aparición de otra inmensa sonrisa en su rostro, que se desvaneció en cuanto me separé de él y crucé la calle.

Caminé apresuradamente tratando que él no me alcanzara, y al cabo de unas cuadras parecíamos dos niños jugando a las atrapadas. Harry corría detrás de mí mientras que yo trataba de no chocar con tantas personas al escaparme de él.

En la entrada del restaurante, logró atraparme por la cintura e hizo que giráramos trescientos sesenta grados, ganando finalmente la atención de todas las personas que transitaban en la vereda.

—No dejaré que te vayas... Y lo digo literalmente. —Sonrió infantilmente antes de depositarme en el piso y unir suavemente nuestros labios, una y otra vez. Algunas personas no pudieron resistir la tentadora idea de sacarnos fotos: se habían acomodado alrededor nuestro a observar la pequeña "escena".

Tendrían fotos nuestras besándonos. "Aquí es donde realmente empieza todo" pensé. No había marcha atrás, no más "somos sólo amigos"... No más privacidad.

Nos ubicamos en una mesa aislada del resto, casi llegando al fondo del gran local. Harry ordenó crepés de verdura y dos porciones de ensalada que esperamos por más de treinta y dos minutos. Contados.

—No tenía hambre, pero que hayan demorado tanto abrió mi estómago —rió mientras masticaba. Revoleé los ojos a su falta de modales y me deslicé hacia la silla que estaba al lado suyo. Por alguna razón, no podía mantener la mesa entre nosotros.

—Te extrañé —dije y acaricié su nuca, lo que hizo que soltara el tenedor y girara a verme.

—Me viste ayer —sentenció sin mover un músculo de su rostro.

—Ok —lo solté y tomé su tenedor para tomar un bocado de su comida.

—Bromeo, amor.

Me encogí de hombros, resistiendo cuanto más podía para no sonreír mientras él acariciaba mi mejilla y mi cabello.

—Te extrañé aún más. —Besó la punta de mi nariz— ¿Podemos no pelear nunca, nunca más?

—Lo pensaré.

—Muy graciosa. Hey, estaba preguntándome si querías ir a un concierto mañana en la noche... ¿Te acuerdas de Luke? —Me irrité de sólo escuchar su numbre, pero asentí de todas maneras— su banda tocará y son todos muy amigos nuestros, ¿vamos? Son muy buenos.

—Es una cita.

—... Esto también lo es —dijo confundido.

—Sí, muy romántico.

— ¿Y desde cuándo te gusta lo romántico?

—Desde que tú me gustas, y eres asquerosamente cursi, quizás me contagiaste

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top