34. ¿Cómo la soportas?
Quedaban seis minutos restantes del partido y el equipo de Louis iba un punto abajo del rival de camiseta verde, del cual no me había molestado en recordar su nombre. Podía sentir la frustración de Lou al ver cómo suspiraba y sacudía la cabeza corriendo con ambas manos en la cintura, desganado y a punto de rendirse al cien por ciento.
Pasó tan rápido que casi no llegué a verlo: un gigantesco rival apareció a su lado corriendo con la pelota velozmente en dirección hacia el arco de los Rovers, claramente con el objetivo de sacar aún más ventaja.
"No otro más" rogué internamente.
Louis no tardó en correr tan rápido como pudo para seguirle el paso y arrebatar la pelota de entre sus pies, abandonando su fijo lugar de mediocampista y corriendo hacia el otro extremo. Levantó la mirada antes de continuar y logró llegar casi hasta el área de arco del equipo color verde. Pateó un increíble centro al número 10 y lograron anotar el último gol del partido, empatando 2 a 2.
Todos en el palco comenzamos a saltar y a gritar de la emoción mientras veíamos la enorme sonrisa en el rostro de Louis al festejar con sus compañeros, a los que seguramente admiraba.
Eleanor y las hermanas aplaudieron sin poder creerlo, Niall y su amigo se abrazaron como si acabasen de ganar la copa mundial. Por mi parte, volteé a ver a Harry y tal era mi felicidad que di un pequeño salto para abrazar su cuello y besar rápidamente su mejilla. Él, casi tan sorprendido como yo por mi repentina acción, me abrazó lo más fuerte que pudo y se inclinó más de lo normal —debido a mi falta de tacones— para dejar un largo beso en mi frente.
—No cuenten monedas delante de los pobres, par de tortolitos —gruñó Niall intentando parecer serio hasta que se le escapó una carcajada. Harry puso los ojos en blanco y se colocó detrás mío para empezar a seguir a todos, que estaban saliendo del palco para ir a felicitar a Louis.
Seguíamos los pasos de las rubias que más tarde descubrí eran las hermanas de Louis, Lottie y Fizzy.
—Se ve que de verdad le gustas —me codeó suavemente la mamá de Tommo, hablando casi en susurros. No había notado su presencia a mi lado hasta ese instante. Me sonrojé y bajé la mirada, sin saber realmente qué contestarle— ¿Cuán tierna es? ¿Nos la quedamos?
—Tenemos suficiente con siete hijos, amor. Sin ofender —se burló el hombre y abrazó a la mujer que ahora hacía puchero.
— ¿¡Siete?! ¡Y yo no tengo ningún hermano! ¿Les importaría hacerme una donación? Preferentemente Louis.
—No, para nada. Pero no te enviaré a Louis, si no a las mellizas. Los ocho años son como los dieciséis en esta época moderna.
Acepté gustosa la oferta y continuamos bajando los enormes escalones hasta llegar a la cancha. Harry seguía detrás de mí abrazándome por los hombros mientras reía burlándose de las incoherencias que decíamos con Johanna.
Finalmente pisamos el sintético cesped y la primera en correr hacia el casi-goleador de la tarde fue Eleanor, que contó hasta tres, advirtiendo a su novio que saltaría encima de él. Tommo, siendo tan... Él mismo, estuvo a punto de no atrapar correctamente a su novia y casi cayeron tumbados al piso. Todos reímos ante esta divertidísima escena y con Styles esperamos nuestro turno para saludarlo mientras caminábamos alrededor del campo de juego tomados de la mano.
Siendo casi las ocho de la noche el cielo estaba parcialmente oscuro y, tan típico como en Londres, comenzó a caer una leve llovizna sobre nosotros. A pesar de estar a varios metros de distancia de los demás, pude escucharlos quejarse del molesto clima.
— ¿Te han besado bajo la lluvia? —Preguntó Harry con una pícara sonrisa, estirando de mi mano y atrayéndome a él. Nunca me cansaría de esa maldita sonrisa, eso era seguro.
—Esto es Inglaterra, Styles. Sería raro no haber besado bajo ella.
—No te cansas de arruinar momentos, ¿verdad? Tenías un único trabajo, y era decir que no —sacudió la cabeza como si estuviera molesto y carcajeó, pero más que una risa pareció un bufido.
—Vale, lo siento, lo siento. Pregúntame otra vez. —Reí y coloqué una mano en su mejilla, acercándolo poco a poco hacia mí.
—No, vamos a saludar a Louis.
Resoplé ante su infantil actitud, aunque en verdad lo que quería hacer era reír estrenduosamente. Louis nos vio acercarnos a él y se abrió de brazos tan ampliamente como si de dos ballenas se tratara. Con Harry nos miramos confundidos, pero supimos perfectamente qué era lo que nuestro amigo quería hacer. Trotamos hacia él y nos unimos los tres en un fuerte abrazo que no duró más de dos segundos porque me aplastaron de tal manera que estuve al borde de la asfixia.
Demasiado amor.
—Gracias por venir, Weasley —dijo el ojiazul y besó mi mejilla.
—Deja de llamarme así o lo único que agradecerás será que haya dejado de golpearte... Cuando te golpee y me detenga. —Lo acusé con el dedo índice reprimiendo una risa por lo estúpida que había sonado mi amenaza. Él puso los ojos en blanco.
— ¿Cómo la soportas? —Preguntó mirando incrédulamente a Styles y yo hice lo mismo pero fulminándolo, expectante por su respuesta.
—A mí no me metan —alzó los brazos librándose de toda culpa y se fue de nuestro lado, intentando evitar la pelea que veía venir.
— ¿Ves lo que haces?
—Cierra el pico, Baldwin. Vamos, que nos congelaremos.
No me había dado cuenta de que éramos los últimos dos que quedábamos en el pasto, todavía había varias personas en las tribunas. Entramos por un gran túnel y volvimos a encontrarnos con todos en un gran salón repleto de trofeos y fotos de la evolución del estadio. Hablaban animadamente sobre cierta fiesta de esa noche.
"¿Fiesta?" me pregunté. Harry no había mencionado nada sobre ningún tipo de celebración.
Me relajé al ver que él parecía igual de confundido que yo.
—Harold, te envié un mensaje —refunfuñó Niall cuando el de rulos le preguntó de qué estaban hablando. Harry se veía tan arrepentido y tierno que quise saltar sobre él y besarlo, pero eso hubiese estado extremadamente fuera de lugar. Me abstuve de hacerlo.
—No lo sé, hermano, quizás perdí la señal en la ruta, porque nunca me llegó ningún texto. —Dijo revisando una y otra vez su móvil.
—No importa, ¿vendrán?
—Eh, no lo sé, Ronnie tiene mañana... —me miró dudoso, preguntando si podía hablar de ello. Asentí segura— un almuerzo con los padres y prometí llevarla hoy.
Niall no ocultó lo decepcionado que estaba y se encogió de hombros mirándome con tristeza. Quizás extrañaba pasar tiempo con sus amigos y me sentí culpable por ser quien irrumpiera sus planes.
—Está bien, supongo que podremos quedarnos un rato.
Mientras que nos quedáramos sólo una o dos horas, no había ningún tipo de problema, aunque sumando las tres horas de viaje llegaríamos a Londres a eso de las... ¿2 de la mañana? Mierda.
—Eres lo máximo, Ron. —Me abrazó con entusiasmo.
Era oficial: primero, ya no podía retractarme de nuestra asistencia a la fiesta. Segundo, Niall era la perfecta definición de un nene de siete años.
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Holaa! Antes de olvidarme, quería agradecer a todas por lo que aumentaron las leídas y los votos estos últimos días, simplemente no puedo creerlo ♡♡
Segundo, nooooo se imaginan qué pasa el capítulo que viene. No se lo imaginan. Va a haber un dramita... #Problems
¿Qué creen que sea?
Y mmm.. Este cap está muy poco interesting, lo sé, es especie relleno... :(
Igualmente no se olviden de comentar lo que les pareció ♡♡♡♡
Love you!
MAR
PD: PASEN POR OBSESSED PLEEEASE!!! :) MAÑANA SUBO NUEVO CAPITULO
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