3. El acuerdo

Iban pasándose entre ellos las fotos de la línea. Por suerte, no eran para nada como Rachel; podía notar si les gustaba lo que veían o no a partir de sus expresiones. Todos parecían conformes pero aún así no muy convencidos, aunque esto último fue una simple deducción mía. No es que no estuviese segura de la línea y muchísimo menos de la marca, pero no veía una razón totalmente coherente por la cual la banda más famosa del mundo, mejor conocidos como "no hacemos publicidad", haría una excepción con Daisy Knights.

Fijé mi atención en Harry, quien parecía ser el más interesado en la campaña. Tenía la mano izquierda apoyada en su hombro derecho y con la otra hojeaba las fotografías, sonriendo de tanto en tanto. Probablemente notó que me había quedado mirándolo y desvió su mirada de las hojas para posarla en mí por tan sólo unos segundos. Sonrió pícaramente y continuó su tarea. Sacudí mi cabeza, queriendo esconder el hecho de que me había sonrojado.

-Realmente me gusta este conjunto -dijo Zayn pasándole una foto a Louis- es de tu estilo.

-Los trajes son geniales -me habló Niall soltando una leve carcajada. Comenzaba a notar que era una persona muy alegre, a pesar de haber cruzado solamente unas palabras con él- tenemos que hacer esto, chicos.

Sus compañeros lo miraron sorprendidos. Supuse que no tenían que decir nada al respecto, no aún. Miré a John, quien cerró los ojos como si los párpados le pesaran, clara señal de desaprobación. Niall susurró "perdón" y todos sacudieron la cabeza.

Definitivamente no es la primera vez que este chico piensa en voz alta

-Bueno, no estábamos supuestos a confirmar o negar todavía -anunció Liam y le lanzó una mirada de "te-mataré" a Niall- pero ya que él empezó, seguiré yo. Creo que es una gran colección.

-También yo, y apuesto que será divertido trabajar con ustedes -lo siguió Louis, intercambiando una mirada cómplice con Harry. Zayn asintió repetidamente- Pueden contar con nosotros.

A este punto de la conversación mi sonrisa era inmensa. La felicidad que sentía era indescriptible, había logrado que One Direction dijera que sí. ¡Incluso a los agentes les había gustado la propuesta!

Aún nos quedaba debatir los horarios y cláusulas, pero yo estaba en las nubes. Los chicos se despidieron de mí tal como me habían saludado al principio, estrechando las manos, pero esta vez con un "nos vemos". Bendito seas, "nos vemos".

Después de estar por lo menos dos horas arreglando horarios y precios, que déjenme admitir al principio eran altísimos, llegamos a un acuerdo.

La campaña publicitaria era de la temporada 2014 de Primavera/Verano. El punto más importante del contrato era la sesión de fotos que harían de la colección, en la que John había especificado que cada uno elegiría sus atuendos con el fin de "que sea real": promocionarían ropa que de verdad les gustaba. Ellos debían publicitar la línea por la mayor cantidad de redes sociales posible. Asistirían a los distintos eventos de la semana de la moda utilizando por lo menos una prenda de la marca.

Tenía muchísimos más puntos de los que podrían imaginarse, y algunos eran absurdos, como por ejemplo el plazo en el que debíamos tener la campaña lista: Dos semanas. Sí, las promociones eran durante toda la temporada, ¡pero nos daban dos malditas semanas para las sesiones de fotos, los videos y demás cosas! Por mucho que traté de alargar el plazo, Rachel se excusó explicando que los chicos estaban en un receso y que ese era el tiempo que estaban dispuestos a trabajar. Ya me veía corriendo de aquí para allá sin siquiera un minuto libre.

"¿En qué me metí?" pensé, chequeando por una última vez el modelo de contrato. Sería firmado al día siguiente por los respectivos abogados de cada una de las partes, y por supuesto, Daisy y One Direction. Agradecí que al menos para eso no necesitaran de mí y tendría por fin un día libre... En el que probablemente estudiaría. ¿Vida social? ¿Qué es eso?

Llegué a mi departamento -prestado por mis padres- casi a las 7 de la tarde, exhausta por la montaña rusa de emociones que había sido mi día. Me aseguré de mandar el modelo de contrato y todos los datos de la reunión a la que debería asistir Daisy al otro día, y sin siquiera cenar caí rendida en mi cama dispuesta a dormir mínimo 12 horas, las necesitaba para reponer energía.

- ¿Podrías levantarte, corazón? -más que pregunta fue una orden de mi mejor amiga, Meredith, quien después de 3 intentos fallidos de levantarme ya estaba empezando a perder la paciencia.

-En estos momentos me arrepiento de haberte dado una llave de mi casa -bufé lanzando una almohada hacia ella- ¿Qué hora es?

-Las ocho. ¿Cómo te ha ido ayer? Te mandé millones de mensajes y no fuiste capaz de contestarme. Como para llamarte si estoy en algún aprieto, Ronnie. -dijo sarcásticamente.

-Lo siento, estaba muerta. Esos tipos son más complicados de lo que pensé, pero aceptaron.

- ¿Y One Direction? -preguntó sentándose en mi cama, sonriendo cual adolescente fanática.

-Están buenísimos, Mer. -confesé, sabiendo que eso era lo que en realidad estaba preguntándome y ambas estallamos en risas.

Meredith se quedó hasta después del almuerzo conmigo, nuestros temas de conversación durante toda la mañana fueron los finales de la universidad. Porque sí, mi vida podía ser aún más estresante y complicada. Por suerte nos graduábamos ese año y el único dolor de cabeza que tendría a partir de abril, sería mi trabajo. O eso esperaba. 

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Gracias otra vez!

Mar ♥

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