25. Ulianov

Apagué el despertador insultando por lo bajo y me dirigí directamente a la ducha. Apenas había logrado conciliar el sueño durante las tres horas que estuve en mi cama desde que había llegado de la fiesta.

¿Cómo pude haber sido tan idiota? Harry me había confesado que le gustaba y yo no hice nada, absolutamente nada. Lo saludé y huí como la gran cobarde que era.

A mi también me gustaba. ¡Y cuánto me gustaba!

¿Por qué no se lo había dicho?

Refunfuñé mientras me vestía, mientras me peinaba, desayunando y también mientras manejaba hacia el centro de la ciudad de Londres. No podía dejar de reprocharme a mí misma por no haberle contestado. Incluso consideré decírselo via mensaje de texto pero eso demostraría que no sólo era cobarde, si no que también era patética.

¿Y quién sabía hasta qué hora tendría que esperar para volver a verlo? Ellos podían llegar a la hora que quisieran, hacían un par de fotos, firmaban autógrafos y su trabajo estaba hecho. Yo debía estar ahí desde la primera hora hasta la última, probablemente moviéndome sin parar dado a la cantidad de trabajo que me daría Daisy considerando mi situación con ella. Estaba segura de que me asignaría millones de tareas con tal de que no interactúe con los chicos mientras estuviesen ahí.

Me resultó casi imposible movilizarme en el enorme centro comercial debido a la cantidad de gente que había. Antes de llegar al showroom de Daisy Knights pasé por marcas como Burberry, Chanel, Marc Jacobs, Dior y muchísimas más. No podía creer lo lejos que habíamos llegado con DK en tan poco tiempo, ¡pensar que habíamos estado a punto de perder el lugar en la semana de la moda! Estaba demasiado feliz, tan feliz que me olvidé por completo de Harry. Casi.

— ¡Ronnie! ¡Qué bueno que estés aquí! —Exclamó Daisy al verme, extrañamente amable.

—Casi no lo logro. ¡Hay muchísima gente! Sigo sin poder creerlo

—Yo tampoco —contestó mirándome con ternura. Estaba tan emocionada que se olvidó de ignorarme. Punto para Ronnie.

Miré a mi alrededor y casi estallo en risas, por no ponerme a llorar. Las paredes estaban repletas de imágenes de los chicos vistiendo la nueva colección. No había visto las fotos hasta ese momento, y debo admitir que eran geniales. Sí, había presenciado la sesión, pero era distinto verlos en las paredes del showroom.

Mi mente se trasladó de vuelta a ese día, el día en que me desmayé, en el que los chicos me compraron comida, que conocí a Lou... Que rechacé a Harry.

Mierda, Harry.

La lista de cosas para hacer ya estaba en mis manos y la releí unas cuantas veces, analizando cada una de las tareas y su dificultad.

No eran ni muy difíciles ni tantas, a decir verdad mayormente lo que iba a hacer era mandonear al resto, pero con tres simples horas de sueño, iba a costarme. Mucho.

"Lady Daisy". Ese era el nombre de la línea de ropa de mujer. Las modelos llegarían a la misma hora que los modelos de One Knight, a las doce del mediodía. Yo era la encargada de recibirlos —no podía creerlo cuando lo leí, no sólo me trataba bien si no que también me asignaba tareas con ellos. ¿Qué estaba pasando?— y también a toda la gente que entraba al showroom.

Quizás me había puesto a mí para recibir a One Direction porque ya los conocía y eso haría que se sintiesen más cómodos, pero de todas maneras era raro y no podía dejar de darle vueltas a ese asunto.

—Bienvenidos a Daisy Knights, espero que disfruten la exposición. —Dije por milésima vez en lo que iba de la mañana y entregué sonriente dos catálogos a la joven pareja.

Mi celular vibró y traté de ver rápidamente el mensaje antes de que llegara alguien más al salón.

"Te ves bieeeeeeeen. Xx" -Harry

Sonreí de oreja a oreja. Sin molestarme en contestar el mensaje levanté la vista y miré hacia todos lados en busca de la razón por la que no había dormido. Era tanta la cantidad de gente paseando por los distintos showrooms de las marcas más importantes del mundo que no pude divisarlo y me sentí un poco desilusionada.

—Bienvenidos a Daisy Knights, espero que disfruten la exposición  —repetí aún sin dejar de buscar a Harry.

—No necesito el catálogo amor, ¿me ves? Estoy en las paredes —escuché decir a una voz demasiado chillona para mi gusto y me giré a ver quién era.

— ¿Tu nombre es...? —Pregunté alzando una ceja y miré a la chica que estaba frente a mí. Me llevaba varios de centímetros de ventaja, sus piernas eran larguísimas y ni hablar de lo esbelta que era su figura y su perfecto cabello castaño. Sentí rabia de tan sólo verla, de haberme tratado mejor hubiese sido simplemente una modelo más, pero ya era personal.

—Collins. Collins Ulianov.

Su tono autoritario y egocéntrico no me gustaba para nada. ¿Quién se creía que era? ¿Y qué clase de nombre era Collins Ulianov?

La busqué en la lista y, efectivamente, ella era una de las modelos. Le expliqué lo que haría y la acompañé a donde Daisy y más modelos que habían llegado antes estaban. Revoleé los ojos al escucharla agradecerme falsamente y volví a mi puesto en la puerta.

— ¿Por qué la cara larga, Weasley?

Todo rastro de "cara larga" que podría haber tenido se desvaneció completamente al escuchar la voz de mi amigo.

— ¡Louis! —Chillé emocionada y lo abracé. Él revolvió mi pelo como acostumbraba a hacer y besé su mejilla. A su lado estaba Zayn y cuando quise saludarlo corrió la cara.

—No, Baldwin. Estoy muy, muy enojado. —Me aseguró. Su cara demostraba lo contrario y di un saltito para abrazar su cuello.

No, no era la manera más profesional de recibirlos, pero estaba tan emocionada por verlos que no pude evitarlo. Miré de reojo hacia Daisy y exactamente en el mismo instante, ella miró hacia mí y aunque intentó, no ocultó su mínima expresión de desaprobación.

—No me saludaste ayer. Y luego desapareciste a hacer quién sabe qué cosas con Styles. Te saldrá caro —me acusó con el dedo índice, la sonrisa malvada aún presente en su rostro. Estaba tan avergonzada que tuve que bajar la mirada.

— ¿Sonrojada desde tan temprano, Baldwin? —Preguntó la rasposa y lenta voz que tanto me gustaba.

—Me llamo Veronica, ¿es muy difícil de aprender? —Reclamé cruzándome de brazos mientras Harry se acercaba a mí.

"Qué bien que se ve" pensé. Recordé que la mirada de Daisy estaba puesta en nosotros y me aseguré de tomar una distancia prudente de él para saludarlo. Justo lo que necesitaba...

Niall se veía como si estuviese pasando la resaca más insoportable de toda su vida, pero su buen humor seguía ahí, y me costaba entender cómo hacía para no mandar al diablo a cualquier persona que se le cruzara. Liam hablaba sin parar como siempre, y en los diez minutos que estuve con ellos me resumió toda su noche y el estado de ebriedad en el que había terminado.

—Oh por dios, ¿¡¿Harry?!? —Exclamó la tal Collins cuando llegamos a los sillones en los que ella y las demás modelos se encontraban. Mi sonrisa se desvaneció y observé a Styles saludarla como si la conociera de toda la vida.

De todas las que estaban ahí, ¿justo ella era la que tuvo que hablar? ¿Justo a Harry tuvo que nombrar?

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Ok. Son casi las dos de la mañana así que no me voy a extender mucho.

¡Nuevo personaje! Quiero sus opiniones al respecto muajajaj.

Besotes love you! No se olviden de comentar ♡♥♡

MAR

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