24. No te vayas

Tras escuchar la puerta principal cerrarse, apagué todas las luces conforme avanzaba y me dirigí a mi cuarto dispuesta a dormir toda la noche sin ningún tipo de interrupción, hasta que fuese hora de levantarme e ir a trabajar.

Meredith había estado por lo menos una hora eligiendo qué ponerse para la fiesta de Harry, y terminé cediéndole el vestido que había reservado para mí si llegaba a asistir. Lou y ella insistieron una gran cantidad de veces para que las acompañara, pero mi decisión estaba tomada.

Esperaba que Harry pasara una gran noche y me apenaba no poder compartirla con él, y seguramente esa era la razón por la cual en ese momento no podía pegar un ojo. Mi mirada estaba clavada en el techo hacía ya bastante tiempo y en lo único que podía pensar era en lo bien que todos la pasarían. Sin mí.

"¿Cuál es la diferencia, si de todas maneras no estoy durmiendo?" pensé y vi la hora en el pequeño reloj de mi mesita de luz. Doce y cuarenta. La fiesta había comenzado a eso de las diez, y si me preparaba rápidamente llegaría, con suerte, antes de las dos. "¿Qué más da?"

Busqué algo formal en mi armario, lo primero que encontré fue un vestido negro de mangas largas y varias partes de encaje. Lo combiné con un blazer de color coral y zapatos negros. Vale, no se parecía nada al perfecto vestido azul marino que había elegido en un principio, pero podía llegar a funcionar. Honestamente, no tenía mucho tiempo para debatir mi atuendo.

Me miré una vez más al espejo y me maquillé levemente mientras alisaba al completo mi cabello.

Ya que había tomado la decisión a último minuto, no avisé a nadie que iba para sorprender a Styles. Coloqué una bufanda alrededor de mi cuello y salí rápidamente de mi departamento, corriendo hacia el estacionamiento del edificio. No tardé mucho más de media hora, como había calculado. Me quité la bufanda y dejé el auto a unas cuadras del ya conocido funky buddha y caminé hacia la entrada.

Estaba muchísimo más concurrido que la última vez, supuse que era porque corrían rumores sobre el cumpleaños de Harry. Decenas de chicas que probablemente no tenían edad suficiente para entrar esperaban emocionadas fuera del pub, incluso divisé a varios paparazzis discutiendo con los guardias de seguridad del lugar.

No sabía cómo hacer para avanzar hasta la entrada, por lo que empecé a deslizarme por entre el tumulto de gente haciendo fila, ganándome incontables miradas asesinas. —E insultos—. Creí escuchar mi nombre pero hice caso omiso y finalmente llegué no tan sana y salva hacia el gorila de la entrada.

Había olvidado lo temerosos que eran.

—Ronnie Baldwin, debería estar en la lista —sonreí y el guardia asintió haciéndose a un costado para que yo pasara.

La música retumbaba en mis oídos de tal manera que casi no podía escuchar mis propios pensamientos. La cantidad de personas era infernal.

Recordé el camino hacia el sector vip y después de que la misma chica de la primera vez colocó la pulsera en mi muñeca, me dispuse a buscar una cabellera grisácea, fuese la de Mer, Lou, o incluso la de Gemma.

— ¡Ronnie! —Escuché por detrás de mi en un particular acento irlandés— Pensamos que no vendrías.

—Y yo también, pero no podía dormir. —Le contesté y lo abracé tan fuerte que creo lo dejé sin aire. Lo había extrañado.

—Pues me alegro. Harry va a estar contento —sonrió dejando salir una carcajada, lo que me permitió sentir el olor a alcohol proveniente de su boca.

—Woah, Niall, ¿acaso has tomado? Y yo que te creía responsable —bromeé y sacudí la cabeza.

—Ven, ven, déjame presentarte a unos amigos. —Estiró de mi brazo (sin piedad alguna) y me arrastró hacia la barra, donde lo esperaban dos chicos, uno rubio casi tan alto como Harry y el otro más o menos de la altura de Niall, de cabello castaño— Ronnie, Luke y Ashton. Luke, Ashton, ella es Ronnie, nuestra... —pensó por unos segundos mientras los tres nos mirábamos burlones. Niall ebrio era todo un personaje. Bueno, aunque ya lo era sobrio— Eh, no sé qué eres, pero sé que eres mi amiga.

—Gusto en conocerte, Ronnie, amiga de Niall. —Rió el rubio y nos estrechamos de manos.

—Eh, ha sido un gusto también. Tengo que irme, cuiden de este idiota, por favor —les sonreí y ambos asintieron. Horan puso cara de ofendido pero se distrajo al ver una chica pasar por su lado. Hormonas.

Seguí la misión que no debió haber sido interrumpida: encontrar a mis amigas. En el camino hacia los sillones creí reconocer varios rostros famosos y no me podía creer que me encontraba entre celebridades. Encontré a Gemma y a Lou, y las asusté por detrás e hice que saltaran disparadas del asiento.

— ¡Veronica Baldwin! No vuelvas a hacer eso —me acusó con el dedo índice y yo no podía dejar de reír— ¡Hey! ¡Viniste!

Me abrazó y me presentó a las demás que estaban allí sentadas: Gemma —que ya la conocía—, Eleanor, Sophia y Perrie, novias de Louis, Liam y Zayn, respectivamente.

Cada una de ellas era más preciosa que la otra y nunca me había sentido tan fuera de lugar, yo no pertenecía ahí. De hecho me parecía que la novia de Zayn era también famosa, su rostro se me hacía muy familiar.

—Eh, ¿han visto a Mer? —Carraspeé después de severos minutos en los que no había logrado sentirme cómoda.

—Creo que está con Louis y Liam. —Contestó Lou, la única que la conocía— ¿por la barra? Creo.

Vaya ayuda.

Una vez más, me sumergí en la odisea que era el bendito lugar —ya me estaba cansando— y gracias a dios logré encontrar a Louis, Liam y Mer más rápido de lo que había supuesto.

— ¡Weasley! —Exclamó Louis al verme. Revoleé los ojos y dejé que me abrazara y revuelva mi cabello.

—No me digas así, tonto. —Refunfuñé y me crucé de brazos.

— ¿Gruñendo desde tan temprano, preciosa? La noche recién empieza. —Negó con su cabeza y comencé a reír.

— ¿Así que cambiaste de opinión, eh, pequeña Baldwin? —se acercó Liam y besó mi cabello.

—No pude resistirme a salir de fiesta con ustedes, me descubrieron —alcé los brazos y ellos rieron comenzando a bailar, dejándome sin otra opción que hacerlo también.

Meredith no se sorprendió al verme, según ella "soy demasiado predecible y era obvio que me arrepentiría". No había persona que me conociera más que mi mejor amiga, eso estaba comprobado. Pasé un buen rato junto a ellos, pero aún no tenía señal de Styles y sentía la inmensa necesidad de verlo antes de tener que irme.

¿Cuál había sido el punto de ir si no había ni rastros del de rulos?

Quería abrazarlo, besarlo y no soltarl... ¿Qué rayos me pasaba? Diablos, tenía que calmarme.

— ¿Han visto a Styles? —Pregunté tratando de sonar lo más calmada posible.

—Hasta que preguntas, Ron. —Gritó Meredith y señaló hacia la otra pista— la última vez que lo vi estaba ahí... ¡Con Ed Sheeran!

Resoplé ante la voz de fangirl de mi amiga y sin decir nada me metí otra maldita vez entre la gente.

Lo vi reírse a lo lejos con un colorado que efectivamente era el famoso Ed.

Harry vestía una camisa oscura repleta con corazones blancos, jeans negros y sus típicas botas negras. Una corona de princesa adornaba su cabello y sacudí la cabeza al ver lo tonto que se veía, sin comprender como hacía para verse extremedamente sexy, con corona y todo.

Me acerqué a él practicamente dando saltitos con la intención de asustarlo, pero volteó antes de que pudiera hacerlo, sorprendiéndose al verme... Pero no de la manera que quería, si no que se había sorprendido como si hubiese visto un fantasma.

La sonrisa que estaba plasmada en mi rostro se desvanecía conforme se acercaba a mí sin quitar la expresión de espanto.

—Por dios, ¡Ronnie! —Me abrazó casi estrujándome y levantándome unos centímetros del suelo, pero mis ánimos ya no estaban a tope— ¡Pensé que no vendrías!

—Sí, yo también. De hecho estoy a punto de irme, vine por un rato y te quería saludar. —Grité por sobre encima de la música.

—No, no te vayas. No aún. —Suplicó tomándome por los hombros y comenzamos a caminar. Frenamos ante un guardia de seguridad que cuidaba una puerta. El balcón. — ¿Recuerdas, verdad?

Una de sus manos se trasladó desde mi hombro hacia mi cintura mientras que con la otra abría la puerta hacia el frío balcón.

¿Cómo podría olvidarlo?

Me apoyé contra la baranda dándole la espalda, pero él tiró suavemente de mi brazo y obligó a que lo enfrentara. Me daba vergüenza mirarlo. Había pensado que ir y sorprenderlo era una buena idea, y estaba arrepintiéndome de eso.

— ¿Qué pasa? —Intentó besarme, pero corrí mi rostro y me separé de él.

—Es tarde. Creo que debo irme —susurré y bajé la mirada.

—Bueno, no lo harás. —Ordenó y en cuanto abrí mi boca para protestar, me besó con urgencia y desenfreno.

Sus (enormes, perfectas) manos recorrían todo lo largo de mi espalda y yo había posicionado las mías en su nuca, dedicándome a despeinar sus perfectos rulos.

El beso se intensificó en un santiamén y nuestros labios se movían con tanta sincronización que no creía poder separarme nunca.

Giró sobre nuestro eje y me estampó en la fría puerta para que nadie más pudiera entrar. ¿O salir? Daba igual.

—Espera, Styles —dije casi sin despegar nuestros labios, tratando de recuperar el habla. Comenzó a dejar besos cortos en mi cuello e, indudablemente, me volví loca— No... Harry...

Más que un quejido pareció una súplica, y me arrepentí de haber hablado. Había colocado su mano en mi muslo y la subía lentamente sin abandonar mi cuello y succionando en varios sectores, provocando que soltara un pequeño gemido.

—Por favor... —dije empujándolo por los hombros, tratando de que se separase de mí. No podía estar haciéndome eso, no sabiendo que de verdad debía irme.

Me estaba provocando y si decía algo más terminaría por convencerme.

—Ven conmigo esta noche —susurró en mi oído y besó suavemente el lóbulo de mi oreja.

—No puedo, amor. —Dije con pena y volví a besarlo, esta vez más calmada— ¿Por qué me haces esto? Eres malvado.

— ¿Yo a ti? —Carcajeó separándose y miró disimuladamente su entrepierna, haciéndome reír a mí también— Tú y tu maldito tengo que irme —gruñó tratando de imitar mi voz.

—Primero, yo no sueno así. Y segundo, ¡yo te lo dije! Tú eres el que se puso toquetón de todas maneras —le reclamé, aún sin poder dejar de reír.

Nuestras desesperadas hormonas se calmaron y pudimos —eventualmente— mantener una conversación sin sorprender al otro con un beso. Jugueteé un rato con la ridícula corona y terminé colocándola en mi cabeza, afirmando que me quedaba mejor a mí después de que me sacara una foto. Eran casi las cinco de la mañana cuando volvimos a entrar, pero parecía que el lugar estaba incluso más lleno que antes. Me estaba yendo en el mejor momento de la fiesta.

— ¿Ronnie? —Preguntó la quinta vez que nos despedimos, casi en la puerta del boliche.

— ¿Qué? 

—Me gustas.

#     .      #      .       #      .      #

Wowowo. ¡Hello! ¿Como andan este dia tan horrible? (Llueve y la lluvia no me gusta para otra cosa que no sea dormir)

Bueno, este capítulo es LARGUISIMO, así que no pueden quejarse, eh. Es que quería que sea perfecto y bueno, algo que me pasa es que nunca me conformo con nada pero espero que a ustedes les guste jajaja

No se olviden de comentar qué les pareció! 

Love youuu

Mar. Xx

-5 dias para WWAT ♡♥

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top