11. ¡Meredith!

Cerré la puerta del auto y froté mis manos sobre la ranura del aire acondicionado, intentando quitarme un poco el frío. Haberle devuelto la campera a Harry no había sido una buena idea, pero tampoco quería que él se congelara.

Se colocó el cinturón de seguridad y me miró sonriente, apoyando su mano izquierda en mi pierna.

- ¿Puedo preguntarte algo? -dijo arrancando el motor. Contesté con un simple "mmhm"- ¿Por qué te trabaste al darle tu usuario de Twitter a mi hermana? Cuando nos tomó la foto.

Tragué saliva al recordar el momento y mi estúpido tartamudeo. Pensaba que no se había dado cuenta, y no sabía cómo contestarle sin quedar como una idiota.

-Eh... Es que -carraspeé.

"Todavía no quiero mostrarme públicamente contigo" no. Definitivamente no le diría eso... O si, pero debía encontrar la manera adecuada para hacerlo, no estaba dispuesta a correr el riesgo de que se enojara conmigo.

Más tarde tendría que debatir con mi yo interno todo lo que estaba pasándome, o me volvería loca cada vez que pensara en esto, mis nuevas amistades.

-No sé cómo tomará Daisy que yo esté juntándome con ustedes, o si quiera si lo tolerará, o... No sé, todavía no lanzamos la campaña y... No lo sé.

Retiró su mano de mi pierna y se sintió como una daga atravesada en el medio de mi pecho. Se había enojado. Genial, Veronica. Sigue así.

- ¿Te enojaste?

-No, Ronnie. Te entiendo. Supuse que era algo así. Pero no era la gran cosa, sólo eso.

Su tono era áspero y por la manera en que se había encogido de hombros, se notaba que le había molestado. Probablemente para él no había sido la gran cosa, pero para mí sí. Gemma había subido una foto en la que estábamos él, yo, ella y Nick, tras haberlo finalmente conocido. Y me había etiquetado, lo que significaba que sus miles de seguidores se enterarían de mi existencia.

No sabía qué significaba eso para mí y todo lo relacionado con Daisy Knights, si es que significaba algo, pero me aterraba. ¿Qué había de malo en eso?

Luego de un gran e incómodo, incomodísimo silencio, frenó a la altura de mi edificio. Estaba por inclinarme a besar su mejilla cuando murmuró un "Adiós" y destrabó las puertas del vehículo sin hacer ningún tipo de contacto visual conmigo. Tensé mi mandíbula sin poder creerlo y bufé.

¿En qué me metí?

-Vale. -solté enojada, bajándome y empezando a caminar hacia la entrada. Escuché cómo se abría y cerraba la puerta del auto, pero no volteé a ver. Entré al hall y al intentar cerrar el portón una mano lo impidió- ¿Qué?

No me contestó, simplemente entró y se apoyó contra la puerta. No lo miré por el simple hecho de que si lo hacía su apariencia me distraería y olvidaría lo enojada que estaba. No, más que enojada, estaba decepcionada. Había dicho que me entendía, sin embargo demostraba lo contrario.

-Perdón -sujetó mi rostro con ambas manos y rozó suavemente nuestros labios haciéndome sonreír. Débil, extremadamente débil.

-Está bien, Harry. Quizás exageré un poco, pero tenme paciencia, ¿sí? Estoy rompiendo mi moral y mis códigos, no me es fácil -bromeé y abracé su cuello. Él puso los ojos en blanco y depositó muchos besos cortos en mis mejillas, labios y la punta de la nariz, provocándome cosquillas.

Lo arrastré hacia el ascensor sin siquiera darme cuenta que estaba por subirme a uno, pero no veía muy cómodo subir con él por escaleras hasta mi piso.

Y no estaba pensando específicamente en mi fobia que digamos.

Al entrar me acorraló contra el espejo y me besó con desenfreno, casi sin dejarme respirar. Mis manos se habían sumergido en su cabello y se entretenían jugueteando con éste, mientras que las suyas acariciaban mi cintura. El ascensor se detuvo en un santiamén y se separó de mí esperando que las puertas se abrieran. Busqué en mi pequeño bolso las llaves del departamento y entré, esperando que estuviese mínimamente presentable, después de todo, era Harry Styles el que me visitaba. No podía permitirme que la casa estuviera desordenada.

Cerró la puerta detrás de él y una vez más me agarró por la cintura para estamparme en la fría madera. Capturó mi labio inferior y lo mordió delicadamente con una sonrisa.

Un ruido en la sala nos asustó y Harry se colocó delante de mí, dándome la espalda.

-Eh... No... Sigan, ya me iba... -carraspeó Meredith increíblemente nerviosa. Me fue inevitable estallar en risas al ver el estado de shock en que se encontraba. Harry pasó una mano por su pelo y soltó una risa nerviosa.

-No, está bien, dejé el auto en doble fila -explicó Styles, tratando de tranquilizar a Mer- ¿Bajas? -se dirigió a mí.

Asentí y abrí la puerta para que saliese, no sin antes fulminar a Meredith con la mirada, bromeando. Harry la saludó con un simple gesto con la mano y ella le pidió perdón, él rió y sacudió la cabeza asegurándole que no había ningún problema.

- ¿Te molesta bajar por las escaleras? -le pregunté, casi rogando, mientras él apretaba el botón del elevador. Como yo ya tenía los pies en la tierra no iba a resistir el viaje, y muchísimo menos con la falta de aire que había tenido la última vez- no soy fan de los ascensores...

-No parecía así hace un rato -dijo con una sonrisa burlona y tomó mi mano para dirigirnos hacia las escaleras. Me sonrojé una vez más, sin poder comprender cómo hacía para hacerme ruborizar tanto, en tan poco tiempo y con un simple comentario.

Se despidió con un corto pero prometedor beso, de esos que casi te aseguran que va a haber más. Y no, no quería ilusionarme ni nada por el estilo, primero y principal porque yo no era de esas chicas, sabía diferenciar la fantasía de la realidad.

Pero dentro mío sentía la necesidad de conocer a fondo a Harry Styles, que parecía encantar a cada persona que se cruzaba en su camino.

Definitivamente a mí sí me había encantado, pero también necesitaba poner orden en mi mente.

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Otra vez gracias por todo! 

MAR ♥

PD: en el vínculo externo les dejo un libro en el que están todas las voces en off (narraciones) de Casi Ángeles, una serie argentina que es básicamente mi adolescencia y la AMO. Es muy reflectiva y recomiendo mucho que pasen a leerla! :) 

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