(14)
En la Guarida
—¿acaso estás loco?—expresó la rubia de mechones rojos—¿y que harás con el beyblade?
—entrenar, mis decisiones no deben ser de tu incumbencia
—te seguí para corretear a Aiger, no me digas que no, a mi también me preocupa Taka, pero es muy peligroso y cansado
—para eso está la organización—comentó Leonardo—si aprendes a organizar tus horarios, tendrás tiempo para todo, créeme
Mientras la bola de muchachos discutían, cierto chico salió del lugar muy sigilosamente; corrió por las oscuras alcantarillas hasta llegar a la tapa.
Salió nuevamente, asegurándose de que ningún robot con cerebro anduviera por ahí y quisiera comérselo o lo que fuera a hacerle. Tras asegurarse, trató de seguir un pequeño rastro que encontró de Takane. En un callejón encontró uno de los palos de hockey de Casey.
—esto está mal..—sumergido en sus pensamientos, no se dió cuenta de que estaba siendo seguido por uno de aquellos robots—
—Krank encontró lo que Krank buscaba, Krank debe de investigar esa energía extraña que Krank encontró ayer—disparó—
Afortunadamente tuvo buenos reflejos, subió las escaleras que estaban por ahí de un edificio alto y corrió, al no saber si saltar por el solo hecho de caer y morir o tratar de sobrevivir, recodó cómo saltaba de árbol en árbol por el bosque de su casa. Tomó impulso y saltó del edificio, en el aire rezaba por no caer y morir estrellado en el suelo.
Llegó a la punta del edificio, y trató de equilibrarse con el torso y los brazos, al hacerlo se sonrió a él mismo por el logro, pero solo hubo un pequeño inconveniente, se olvidó del Krank. El robot lo divisó desde el otro techo, preparó su arma y disparó hacia el chico. Aiger sufrió una quemadura por el láser en el hombro izquierdo.
Bajó por las escaleras del edificio, y corrió a toda velocidad a la alcantarilla, pero no sin antes observar los lugares con ventanas o agudizar su oído por si algún grito se llegara a escuchar. Bajando a la alcantarilla, hizo el intento por cubrir esa herida de su brazo y entrar como si nada hubiera pasado.
—¿Que haces, chico?—Mikey, lo tomó por sorpresa—
—yo..paseaba—movió su brazo de en círculos para fingir que calentaba músculos, aunque, era una tortura para él—
—¿Y encontraste pizza en el camino?—se ilusionó, brillándole los ojos—
—ah..claro—sonrió, nervioso—por allá—señaló con el brazo herido—
—mmm..—se acercó un poco más, le incomodó tal cercanía—¡Genial!—fue rápidamente hacia aquella dirección—
—uff..estuvo cerca
Sin levantar sospecha alguna, se dirigió rumbo a la cocina a lavarse la herida con agua; se sentó en la mesa y pensó en las palabras que decía Krank. Su brazo pudo sacarlo de su concentración al estar reciente la herida, no sabía cómo podía cubrirla y que las tortugas o sus acompañantes lo descubrieran.
En el Dojo
—oye, creo que deberías de pensar bien las cosas—Ichika, seguía tratando de convencer al muchacho, quien se colocaba su banda en la frente—por favor, Arman
—no insistan—se comenzaba a cansar de la actitud de sus compañeros—
—¿De verdad crees que con entrenar unos días, vas a poder vencer a Destructor?, no seas incrédulo—R
—déjalo, Raph—la mirada del mayor de los cuatro mutantes, se dirigió al chico—escucha, no dominarás técnicas que nos tomó años hacerlo en cuestión de días, necesitarás demasiado entrenamiento
—no lo haré en cuestión de días, lo haré en tan solo unas horas—todos, quedaron perplejos antes esas palabras—
—¿Estás loco? Ni siquiera podrás tomar agua, te estás excediendo demasiado, no estás pensando correctamente—I
—no me importa—les dió la espalda—ahora, si no van a aportarme nada útil respecto al entrenamiento, háganme el favor de largarse de aquí
—¿Nos estás diciendo inútiles?—K
—yo nunca dije eso—apuntó a la entrada del Dojo—adiós
Salieron de ahí, quedándose solo con el maestro Splinter.
—iremos a buscar señales sobre el niño—mencionó el líder—
—pero, Leo, es de día, no podemos salir sin que la gente nos note—D
—no lo harán—dijo, dirigiendole la mirada al menor de éstos—Mikey, ya sabes que hacer
—¡Si, disfraces!—M
Inmediatamente, salieron de las alcantarillas por diferentes calles de New York, vestidos con largos sacos de detectives nada sospechosos.
El de cabello granate escuchó todo desde adentro de la cocina.
—¿Qué pasó?—preguntó en susurros al chico de cabello azul—
—Arman estará en su entrenamiento, y las tortugas fueron a buscar señales de Taka—hablando en el mismo tono—¿Por qué saliste, otra vez?—preguntó con seriedad—
—¿Mm?—se hizo el desentendido, aunque su corazón latía con fuerza y la frente le comenzó a sudar—¿De que hablas?
—te ví—respondió—te estoy observando, Aiger, no creas que no me doy cuenta de lo que haces—suvisó más la voz, y ladeó un poco los labios—ya, dime, ¿Por qué lo hiciste?
—quería buscar a Achilles—contestó, mirando a otro lado y con el ceño fruncido—ya, ¿Feliz? No puedo quedarme aquí sin hacer nada
—hiciste suficiente la vez pasada—Delta, se metió a la conversación, había escuchado todo desde su lugar—
—tú, cállate—lo miró el de ojos turquesas, con cierto enfado—
—oigan, oigan, tranquilos—el mayor, se movió de lugar, a estar en medio de los dos—si, estamos pasando un momento difícil, pero lo único que podemos hacer, es apoyar, ¿Queda claro?—nadie asintió a su pregunta—lo tomaré como un "si"—rodeó con sus brazos a ambos chicos, lastimando al Akabane—
Éste, solo se quejó internamente.
Clan del pie
—maestro Destructor, ¿Qué hará con el mocoso que le trajimos?—garra de tigre, se dirigió al villano—
—si no sirve como carnada, tendré que eliminarlo—decía, mientras estaba sentado en su trono—
—padre, puedo hacer que hable si así lo deseas—la chica, ingresó al salón—un niño como él, no puede hacer mucho por defenderse, déjamelo a mí y te traeré a las tortugas
—Karai, no te metas en esto
—por favor, padre, será pan comido—insistía—
Por la insistencia de su hija, terminó aceptando la propuesta de la misma.
—pero si no ayuda en nada, será ejecutado—advirtió—y, Bradford irá contigo a vigilarte
—si, padre..—disgustada se fue, yéndose al calabozo—
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