Capítulo 3. Maestra y Discípulo
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La noche había caído y la luna se encontraba iluminando el río que se encontraba en frente suyo. Vestida con otra túnica de tonos azules, con su característico cinturón fino en su cintura que colgaba pequeños petalos plateados que brillaban con la luz de la luna y que con cada movimiento éstos sonaban, más tapada por lo largo que eran la vestidura y que claramente no tenían ninguna rasgadura, observó con cuidado a su alrededor en búsqueda de energía fuera de lo normal, solamente pudiéndolo percibir en el agua como los residentes del pueblo le habían dicho.
Dio un paso hacia adelante, sintiendo en la planta de su pie ya que siempre iba descalza, el frío de la roca que le provocó escalofríos sin embargo no esperó que estuviera resbaladizo causando que cayera hacia atrás.
Esperó el duro golpe cuando sintió una mano, fría, rodear su muñeca y con una gran fuerza evitó que cayera, estabilizándola. Parpadeó sorprendida ante la rapidez de esa persona y fijó su mirada en el agarre encontrandose una mano pálida de dedos finos y prolijos. Sus orbes oscuros se apartaron de allí y los clavó en el dueño de aquella extremidad, encontrándose con unos hermosos ojos tono amanecer, tan cálidos como el sol que... la miraban con irritación.
—Eh...— soltó una risita nerviosa al ser soltada, llegando ya al muelle, pisando para su alivio la madera.— soy... algo torpe.
—¿Solo algo?— cuestionó con burla, mirándola de reojo.
—¡Oye!— le agarró una de las mejillas y le comenzó a tironear.— Soy tu Maestra, tenme más respeto.— le reprochó que al notar su accionar y los orbes sorprendidos del muchacho, lo apartó rápidamente soltando una risita de incomodidad.— je, agarro confianza rápidamente... y mi cerebro realmente te tomó como mi discípulo aunque no lo seas en realidad... Y ahora que lo recuerdo... no te he pagado por la habitación y tampoco te he agradecido por haberme ayudado con el dueño de la posada.
—Olvídalo.
—¿Eh?
—¿Conoce a la Inmortal Baoshan Sanren?
—¿Yo?— se señaló tensa y soltando una risita fingida.— ¿Yo? ¿Conocerla? Pff... ¿Cómo esta cultivadora errante puede conocerla? Para nada.
La castaña cerró la boca inmediatamente antes de que se le escapara algo más y más la mirada confundida del menor que la miraba como si estuviera loca.
—Yo decía si la ha escuchado.— explicó lentamente.
—Ohhhh.— exageró, con su boca abierta en O mientras asentía con la cabeza.— Si, obvio, todo el mundo escuchó de ella... si, por supuesto.
—Bueno...— continuó mirándola seriamente.— A partir de ahora eres mi Shizun.
—¿Que?
—Que vas a ser mi Maestra.
—Y... eso, ¿Por qué o qué?
—Verá Maestra.— comenzó a explicar.— Mi antepasado conoció a la Maestra, la Inmortal Baoshan Sanren... y aunque a ninguno de mi familia le ha interesado el cultivo, a mi sí y aquí estoy, aprendiendo por mi mismo.
》Sin embargo, mi padre preocupado por mi, le ha enviado un mensaje a la Gran Maestra, rogándole de su enseñanza.— explicó.— Que, como respuesta dijo que en el camino me encontraría con la sabiduría... y eso, es usted Maestra.《
—¿Cómo sabes que soy yo?— preguntó sorprendida y confundida, más ante la mención de la Gran Inmortal y que la relacionaran con ella. Sabía que Baoshan Sanren estaba en una montaña encerrada, todo el mundo de la cultivación lo sabía pero nadie sabía donde era ese lugar, y ahora, que el joven le dijera que el padre le mandó un mensaje a ella y que ésta respondió, es bastante difícil de creer. Pensó un poco más con seriedad al oír aquella información, debido que también se escuchaba que la Gran Maestra solo oía los asuntos del exterior por algunos momentos y para salvar algún que otro niño huérfano, interpretó que por ahí, el antecesor de este joven fue algún niño que salvó la Gran Inmortal y por eso lo ayudó. Pero, ahora, que Baoshan Sanren le respondiera y que la mencionara a ella no le gustaba para nada. Es más, le ponía un poco nerviosa ya que ella no tenia las mismas intenciones que sus hermanos, ella se fue de su hogar para cumplir una promesa pasada y que esperaba que no fuese demasiado tarde. Además, que no le gustaba ayudar a las otras personas, si fuera por ella los dejaría morir, ella tenía un objetivo que cumplir y no se iba a permitir distracciones, en eso era diferente a sus hermanos que dejaron su hogar por querer ayudar y explorar el mundo. Sin embargo, volviendo al adolescente en frente suyo, notó la seguridad que tenía en sus ojos sobre ella. Tan convencido en las palabras de la Inmortal que no se pudo resistir a su corazón de mamá pollo por los niños. Aunque, insistió un poco más, quería saber que respuesta le daría el menor.— ¿Por qué crees que soy la respuesta que te dio la Gran Inmortal?
—Confío en mi juicio.— respondió.
—Mmm...— entrecerró sus ojos y se colocó en frente de éste, analizándolo con una mano en su mentón y rodeándolo de un lado a otro, era un poquito más bajo que ella pero pronto daría el estirón, su postura era recta y parecía estar muy convencido que era ella. Lo pensó bastante, no le gustaba decepcionar a los niños y este joven no parece que la distraerá en su viaje, y seguro si la acompaña, aprenderá un montón. Por eso, decidida, dijo.— Solo soy una Cultivadora Errante, tengo un poco de conocimiento y me gusta enseñar.
》Entonces, por ahora te tomaré como mi discípulo.— sonrió de oreja a oreja, llevando una de sus manos a su cintura y la otra hacia la mejilla del menor que comenzó a tironear otra vez.— Además, me encantan los niños y tú eres adorable... ¡Hasta tienes piel de bebé! Que tierno...《
—Maestra, no se tome tanta confianza.— masculló con la mandíbula tensa.— y tengo quince años.
—Lo lamento, lo lamento.— soltó una risita divertida, sin lamentarlo.— y para mí, esa edad es de un niño.
El joven de cabellos negros rodó los ojos y le dio la espalda a la mayor al oír las quejas de unos pueblerinos en el muelle que se encontraban esperando el bote.
—¿Qué hora es?
—¿Cómo es que el barco todavía no está aquí?
—¡Exactamente!— se quejó otro, que ignoraban la presencia de la mujer de cabellos castaños que intentaba hacer reír al bebé que lloraba en los brazos de la madre estando detrás de la dama de túnicas azules un joven apuesto de mirada intimidante mirando de reojo a la mujer.— Ya hemos estado esperando por tanto tiempo.
—¡Está aquí, está aquí!
El grito de emoción llamó la atención de la gente, notando en la lejanía como un gran bote se acercaba hacia el muelle.
—¡Aquí viene el barco!
—¡Empaquen sus cosas y prepárense!
—Atento.— susurró Xiaoyu al joven que éste asintió con la cabeza.
—Pero... ¡¿Que está pasando?!
Xiaoyu entrecerró los ojos al notar como las aguas se agitaban con violencia provocando que el barco se moviera con fuerza de un lado a otro. Se preparó para saltar y salvar a esas personas dentro del bote cuando se sorprende ver unas túnicas azules adelantarse. La Maestra parpadeó varias veces al ver cómo su discípulo volvía hacia el muelle como un ave, sosteniendo entre sus dos brazos a dos hombres que cayó suave y perfectamente de pie, como una pluma hasta tirar con desagrado a las personas.
—Wow...— exclamaron sorprendidos los aldeanos al ver el aspecto del joven y más lo impecable que fue al salvar a las dos personas dentro del bote que justo se destrozó en miles de pedazos.
—Bien hecho.— felicitó Xiaoyu con una sonrisa suave en sus labios, recibiendo un asentimiento de cabeza de su discípulo, que rió divertida al notar lo serio y precavido que es.— No creo que deba enseñarte nada, actuaste muy bien.
—Tonterías.
Xiaoyu soltó otra risita cuando los gritos desesperados de las personas causó que volviera a atender la situación.
—¡Miren, miren!
—¡Es un fantasma de agua!
—¡No es un fantasma de agua, no se comportan así!
—¡¿Que haremos?!
La Maestra Chen se volvió seria al ver cómo tres remolinos de agua se levantaban hacia los cielos y la energía de aquella criatura incrementaba. Rápidamente actuó al ver cómo el muelle cedía ante la fuerza de la bestia, sacando de su bolsa de almacenamiento cuatro canicas, las lanzó en el aire, quedando cada una en una punta de la madera bajo sus pies y con unos movimientos de sus dedos, transmitiendo su qi espiritual, éstas se iluminaron de dorado que de ellas una capa cálida y traslucida los envolvió, siendo un escudo, protegiéndolos ante las fuertes olas que impactaban hacia ellos.
—Quédate aquí, el escudo no se desactivará.— ordenó ignorando las exclamaciones de sorpresa de los pueblerinos y miró a su discípulo que éste se mantenía bastante calmado, recibiendo como respuesta un asentimiento de cabeza.— Me encargaré del abismo.
—¡El Clan Wen está aquí para depurar el mal! ¡Nosotros nos encargaremos! ¡A sus posiciones!
—¿Eh?— se quedó en el lugar y parpadeó varias veces al ver cómo unos ocho o nueve cultivadores volaban sobre sus cabezas hasta colocarse encima de la bestia. Xiaoyu decidió quedarse en su lugar y observar lo que harían esos cultivadores, notando como cada uno formaba una matriz hasta luego unirse y crear una gigante, causando que esos tres remolinos se unieran y formaran una en desesperación de huir de aquella matriz. La fuerza del agua incrementó, mandando una gigante ola hacia ellos, que con una sacudida de mano en horizontal, el agua se cortó por la mitad como si fuera una espada.
—¿Estás bien?— preguntó preocupada por su discípulo que asintió con la cabeza, miró detrás de él y notó que todas esas personas miraban emocionados hacia esa secta. Rodó los ojos y volvió su atención hacia la bestia, frunciendo el ceño al ver cómo el remolino había desaparecido en el agua, quedando el río tranquilo.
—¡Ya está hecho!— gritó un anciano Wen, llamando la atención de Xiaoyu que entrecerró su mirada mientras desactivaba rápidamente el escudo.— Ya pueden pasar sin peligro.
—¡Gracias Maestros!
—¡Gracias por salvarnos la vida!
—¿Maestra?
El llamado de su discípulo logró apartar su mirada de esos Wen, de túnicas rojas y blancas, para mirar su lindo y joven alumno que la miraba con curiosidad.
Xiaoyu sonrió de oreja a oreja y colocando sus manos en su cintura, dijo.
—Tu primer lección del día... o de la noche...
—¿Si?
—¿Qué es lo que acaban de hacer esa secta de cuarta?— le preguntó a su discípulo, que éste la miró para luego mirar al río y volver su atención a su Maestra.
—No lo destruyeron.
—¡Bien! Así es.— aplaudió contenta.— ¿Y cómo te diste cuenta?
—Sigue habiendo energía resentida de la bestia en el lugar.— explicó.— No hay indicios de purificación.
—¡Bien, muy bien!— acarició la cabeza del menor, feliz.— Entonces, en conclusión solamente fueron unos inútiles.
—Maestra.
—Perdón, perdón... seguro que en un futuro te gustaría unirte a una secta, mala mía.— respondió encogiéndose de hombros.— Bien, volviendo al caso de la bestia... ¿Supiste que clase de criatura es?
—No es un fantasma de agua.
—No.
—Lo lamento Maestra.— hizo una reverencia.— pero este discípulo no lo sabe.
—Ya, no tienes porque saberlo todo.— le respondió con una sonrisa cálida en sus labios.— es un abismo maligno, una criatura que tiene demasiado resentimiento y cadáveres, y que es muy difícil de exterminar.
》Se necesitarían una buena cantidad de cultivadores o un cultivador que esté en la etapa alma Naciente o Inmortal o...《
—¿O?
—O un cultivador que sepa usar la energía resentida.
—Oh...
—Si, oh...— sonrió divertida.— Ahora, con esa matriz... ¿Que fue lo que hicieron?
—La empujaron, la obligaron a que se moviera.
—¡Eso es!— volvió a aplaudir contenta de que su discípulo realmente supiera de muchas cosas, hasta casi le daban ganas de llorar.— ¡Y lo empujaron hacia el norte!
—Ese es el sur Maestra.
—Ah... si, bueno el sur.— respondió avergonzada, que rápidamente se acercó a uno de los pueblerinos que seguían allí y le preguntó.—¿A dónde lleva el río abajo?
—Hacia el pueblo de Caiyi.— explicó.— Allí hay otra secta.
—¿Ah sí?— inclinó su cabeza hacia un lado.— ¿Y cuál es?
—La secta Lan.
—Gracias por responder mis dudas.— agradeció con una reverencia, que le respondió de la misma manera.— espero que su viaje sea próspero y sin peligro.
—Muchas gracias Maestra.— saludó el hombre para luego alejarse de ella.
—Iremos allí, ¿No es así?
Xiaoyu miró sobre su hombro hacia Ming que la miraba seriamente y le sonrió ladinamente.
—Así es.— le respondió.— veremos que hace esa secta y si no lo destruye... lo haré yo.
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