Nunca nadie sabra lo que dolio su partida, me habia dejado destrozada el alma y el corazon con un hueco, justo en medio; justo ahi, donde sabes que no pudes vivir.
Esa noche llore, llore como nunca habia llorado, podria jurar que mis ojos quemaban ya a cada lagrima, pero nadie lo sabia, nadie me escuchaba.
La cabeza me dolia cada vez mas diciendo ¿Que fue lo que hise mal?
En que falle..
Mi mente me gritaba que ya no me preocupara, que todo estaria bien.
Puedo jurar que lo que tenia en ese momento, fuese gripe, temperatura; no me importaba.
Lloraba, lloraba porque habia dejado ir a lo que mas amaba, como una completa cobarde me habia ido de su lado, todo para que; segun yo El fuera feliz.
Le habia dicho miles y cientas de barvaridades y a mi me habian dolido mas que El, al escribirle, las lagrimas no paraban de salir.
El siempre creyo que no era lo suficiente, pero ¿para mi?, El era todo eso y mucho mas.
Le habia pedido perdon a Dios mil veces, porque estaba renunciando y a mi jamas me ha gustado hacerlo.
Esa noche llore... llore sin sesar hasta quedarme dormida sintiendo que algo me faltaba, y dolia; dolia saber que era El.
Se que nada es para siempre, y ahora con mucho pesar lo entiendo.
Pero juro, juro por todo lo que tengo que me habia visto a su lado, me habia visto a su lado hasta el final de mis dias.
Habia aprendido de la peor manera.
Que sus y mis acciones tenian concecuencias.
Y esa concecuencia, fue que nos hayamos perdido el uno al otro.