Aveces no te das cuenta cuando el aire comienza a faltar, cuando ya nisiquiera puedes respirar, cuando los pulmones se cierran pero quieres forzarlos a que sigan respirando aquel aire que quema por dentro diciendo ya basta.
Después, todo colapsa, el aire se acaba, tu mundo se desgarra y quedas tirad@ en el suelo, sol@, a duras penas levantas tu ser y continuas, sintiendo que has olvidado como respirar.
Aquella persona que era tu aire se aleja, así que debes aprender a respirar de diferente manera, mediante pasan las horas, los días, los meses, te das cuenta que el aire comienza a ser ligero y comienzas a ver la vida de diferente manera, comienzas a amar el tener nuevas experiencias, sin miedo a caer.
Tal vez después vuelves a caer y te vuelves a raspar dándote cuenta que no todas las personas son lo que parecen, pero te levantas, sin miedo, porque has aprendido a vivir por ti, no por alguien más.
Continuas y mediante vas por el sendero te das cuenta del porque de todo aquello.
Comienzas a tener nuevos recuerdos en los lugares de recuerdos viejos y los pones ahí, justo arriba de ellos, para no olvidarlos, pero tampoco para entristecerte cuando los recuerdes, algo así como una mezcla agridulce.
Agradeces a dios por ser bondadoso y mostrarte lo que te mostró.
Agradeces a aquella persona por enseñarte a ser más fuerte que ayer y hacerte valorar lo que tienes hoy, por aquellos recuerdos que te dejo.
Agradeces al tiempo por ayudarte a sanar la heridas y hacerte ver como eran las cosas en realidad.
Y agradeces a aquellas personas que te hisieron ver que tener nuevos recuerdos, nuevas experiencias, no era tan malo después de todo.
Agradeces que puedas tomar un poco de aire ya que en soledad parecías ahogarte, te das cuenta de que tratabas con tal fuerza que no te dabas cuenta de lo que pasaba.
Pero esta bien, todo esta bien como esta.
Cada uno en su tiempo, cada uno viviendo de diferente manera, pero ambos felices, viviendo nuevas experiencias y solo respirando...