XI: Iron Maiden - Parte II

Volvía a soñar.

Siempre le pasaba cuando caía al mar, siendo arrastrado por la gravedad del planeta hacia el fondo. Siempre tuvo cadenas que rodeaban su cuerpo, cadenas invisibles que lo ataban al mundo, cadenas que él mismo se había impuesto para seguir con los pies en la Tierra pero, esas mismas cadenas eran estáticas cuando caminaba por la tierra salvo en el mar.

En el mar, esas cadenas parecían tener vida propia con el propósito de arrastrarlo lo más que pudiesen hasta ahogarlo. Era algo irónico en verdad, en vez de él querer liberarse de las cadenas, eran las cadenas las que se querían liberar de él.

Un recuerdo de su niñez llegó hasta su mente.

En él, corría lo más rápido que podía en dirección hacia un acantilado. Detrás suyo, una mujer adulta le perseguía intentando alcanzarle pero no le era posible y, cuando pudo, ya era demasiado tarde. Johan había saltado del acantilado hacia el mar, sin embargo, no tenía una expresión de terror o cercana a ella, sino, una de tranquilidad, calma y de lo que para él en ese entonces significaba amor.

Tal vez haya sido su imaginación o no pero, cuanto más caía, la cadena en su cuello se hacía más y más apretada cuanto más se aproximaba al mar.

Cayó de cabeza, sintiendo como si hubiese golpeado y roto una placa metálica con la misma.

"¡¿JOHAN?!" Gritó en completa incredulidad la mujer de rodillas en el acantilado.

Se remangó la camisa muy molesta y agarró carrerilla y saltó, zambulléndose de la forma que se debe hacer.

Johan es ciego, de eso no cabe duda, pero solamente en el sentido normal ya que él siempre ha podido ver más allá de lo humanamente posible. Con los ojos abiertos o cerrados, su percepción no cambia.

Así que aún cuando su muerte se acerca, era capaz de saber que una mano se acercaba a él para abrazarlo mientras intentaba nadar hacia arriba, sin embargo el choque contra las rocas bajo el acantilado eran muy feroces.

Su madre había ido tras él. Esto había formado una mueca de confusión en él, ya que, después de todo . . .

Ella había dicho que deseaba que él nunca hubiera nacido.

Y ahora, de nuevo, otra mano extraña se volvía a acercar a él. No era de humana ni cálida como su madre, esta era metálica y fría pero, le era de igual forma familiar y sobretodo, reconfortante. Esta mano metálica era lo suficientemente grande como para tener a JoJo en su palma.

Desde el helicóptero donde llevaban a Álvaro todo el mundo era expectante de esta escena. Frente a la base de TKT, el crucero oceánico que había llegado, le salían brazos metálicos desde los costados.

Cuando Dio lanzó su ola de cuchillos sin control a Sam y Merry para asesinarlos, una estructura de metal, específicamente de titanio, se construyó a tiempo real en dirección a donde Dio estaba parado, haciendo una pared también en el proceso para proteger a Sam y Merry de la lluvia de cuchillos de Way to Paradise.

De la punta del "brazo" se había formado un muy bien detallado puño que Dio esquivó pero no lo suficientemente rápido ya que impactó en su hombro derecho, dislocándolo y, además, lo sacó volando hasta donde él y Johan había peleado previamente, la estructura se retrajo dentro del barco desde un agujero que se cerró inmediatamente después.

Tal vez era cosa de la tensión del momento o porque el calor del sol le estaba dando de más pero Dio, sentía su cuerpo muy caliente en ese momento, estando rojo como un tomate y sudando más de lo que debería y, sus manos, partiendo de sus muñecas hasta las puntas de sus dedos se sentían como si las hubiera metido en agua hirviendo por más tiempo del que debería. Aunque el cambio había sido tan progresivo que se había acostumbrado, pese a eso, sus manos no paraban de sudar y estaban muy resbalosas.

«Es acaso este . . . ¡¿ES ACASO ESTE UN HANDICAP?!» La mueca de furia de Dio se acentuó más aún por su color rojo vivo a diferencia de cuando era casi que pálido. «¡Da igual! ¡Esto no puede pararme a MÍ, DIO!»

Por otra parte, a la vista de todo el mundo, una mano enorme de titanio emergió del mar, llevando a Johan con disfraz de fantasma barato muriéndose por el cuchillo en su cuello. A su vez, otras manos emergían para subir a bordo al par de Usuarios Stand sobre la proa. Al ver esto, Dio corrió y saltó al agua con su temperatura corporal ardiendo y su hombro fuera de lugar.

Del crucero salieron muchas más estructuras de titanio intentando detener a Dio en el agua, sin embargo, él esquivó, agarró y clavó un cuchillo de Way to Paradise en la estructura. El cuchillo ya no era como de costumbre, había atravesado el titanio con moderada facilidad y lo estaba derritiendo debido a que ahora, el cuchillo estaba al rojo vivo como Dio.

El crucero mandó un puño directo a la cara de Dio a toda velocidad pero este, no solo esquivó ese puño, al pasar de largo, se apoyó en él para subir la estructura de titanio que había agarrado justo antes. Así, corrió por encima de la estructura de titanio sin caerse todo lo que pudo para llegar a la estructura donde Johan se encontraba y era llevado a la proa.

—Exasperante —Suspiró Sam molesto apretando un puño cerca de su sien—. Ese americano me tiene algo harto. ¡Hey, Usuario Stand escondido en alguna parte de aquí! ¡Acerca a mí la próxima estructura que vayas a lanzarle! —Ordenó haciendo un gesto con sus manos, una palma en vertical y la otra chocándola repetidamente en horizontal. Unos tablones de madera detrás de él se movieron sonoramente—.

Mientras tanto, en el helicóptero donde llevaban a Álvaro, él se veía demasiado ansioso e impotente por lo que pasaba cerca de la base, a diferencia de Sylvie, quien se le veía espectando con la palma en la mejilla ciertamente interesada.

—Sylvie, ¿Qué está pasando? —Preguntó Mikhail sobre los demás agentes que no eran capaces de creer lo que veían—.

—"L'affection nuit à la raison" —Le respondió sin más, dejando a Mikhail molesto, puesto que nadie más salvo Sylvie hablaba francés y ella lo sabía bien—.

—No es momento de que presumas Rosebelle, inglés o español por favor —Ciertamente Mikhail había dicho lo que Álvaro pensaba en ese momento—.

Sylvie Rosebelle volteó a ver primero a Álvaro y luego a Mikhail con el ceño fruncido.

—La afición nubla la razón.

Dio se encontraba riendo eufóricamente mientras estaba clavado en la mano gigante donde se encontraba Johan, haciendo un intento de escalarla. Por más estructuras que salían de esta misma, no era capaz de quitarse de encima de Dio y, al estar donde la vida de Johan pendía de un hilo no podía perder el tiempo alejando la estructura del crucero.

Es entonces que una nueva estructura salió hacia él, esta vez con Sam encima suya a una velocidad vertiginosa, haciendo que su cabello negro sea mandado hacia atrás. Al estar apunto de llegar con él, Dio quiso hacer el amago de lanzarse a por Sam, sin embargo, él se lanzó primero.

Sam se agarró de la estructura de titanio y usando la inercia que llevaba, hizo una patada con giro aprovechando el repentino freno de la estructura, dio de lleno en el cráneo de Dio que, al estrellarse con la estructura de titanio con Johan arriba, hizo un cómico sonido metálico antes de rodar los ojos por sus cuencas y perder la fuerza en sus extremidades, sin embargo, una inmutable sonrisa se había formado en su rostro. Cuando estuvo cayendo, otra estructura de titanio del crucero se estrelló contra él como un tren hasta mandarlo de vuelta al interior de la base de TKT.

Quedando sentado en el suelo con agua cubriendo casi todo su cuerpo con una mueca siniestra sonriente, un hematoma en la frente y un río de sangre proveniente de su nariz que acompañaba la sangre que estaba estancada entre sus dientes.

Era totalmente irreconocible al Dio pulcro y limpio que había estado esa mañana, ahora tenía un color más vivo de piel y el cabello erizado casi como un león, con sus ojos dorados en un éxtasis de deseo. El deseo irrefrenable de querer matar algo, el verdadero Dio estaba a plena luz del día y él no se podía sentir más vivo que nunca.

Sam era de vuelto junto con Johan a bordo del crucero. Sonrió internamente al ver que junto al Usuario Stand del crucero se habían deshecho de ese demente, mientras, el cuerpo de JoJo era dejado gentilmente cerca de ellos. Los tablones de madera hicieron un chirrido mientras se levantaban del suelo de una forma que solo se podría describir como tristeza al tiempo que toda estructura que había salido del crucero se había regresado a su interior, volviendo a parecer un crucero normal y corriente.

Merry se acercó a Johan, sacando el mantel y cuchillo, haciendo que Johan empezase a tener una hemorragia severa, mientras la sangre se filtraba por los tablones de madera, estos se movieron erráticamente, haciendo que todas las cosas en el crucero temblaran en terror, contrastando, el sereno rostro de Johan.

—Carajo —Maldijo, recibiendo una mirada de Merry—. Odio las deudas.

Sam era, sin duda, alguien que se limitaba y no decía las cosas que en verdad quería decir. La única persona capaz de ver detrás de las contradicciones de Sam, era la misma Merry. Sam se puso enfrente de Merry al lado de Johan y puso sus manos en su pecho viendo a Merry.

Entonces mordió a Johan, activando la habilidad de Belanova.

Seguía soñando.

Su madre no era capaz de salvarlos a ambos, las corrientes cerca del acantilado eran caóticas y sus chances de sobrevivir eran cada vez menores.

"¡Honeypie!" Gritó entre una bocanada de aire que pudo la mujer.

El crucero no tardó ni un solo segundo en llegar y sacarlos del agua, al realizarle los primeros auxilios a su hijo y revisar que estaba bien, lo abofeteó. Johan desconocía que había hecho mal. Qué era lo bueno y qué, lo malo. Pensaba que su vida misma era un pecado y por eso la quiso terminar pero, aún así, su madre le había salvado su vida igualmente.

Cuando él preguntó, ella respondió.

"Aún si tu vida es un pecado, quitártela no ayudará ni enmendará nada. Haz que valga la pena. Haz de tu vida un milagro".

Él no tenía ninguna forma de describir lo que sentía, salvo decir que . . .

Al recobrar la consciencia, Johan apartó a Sam escupiendo el agua que había quedado en sus pulmones, sin embargo, sintió un hormigueo en su antebrazo, se sentía ciertamente cálido y un poco húmedo. Al interpretar lo que pasaba a su alrededor, se percató de que Merry tenía su boca y dientes en su antebrazo.

—¡E-eh! —Johan apartó a Merry de él y él de Merry, estando notablemente sonrojado. Se sobó para quitarse la saliva de Merry de su brazo—. ¡E-esas cosas son luego del ma-matrimonio!

Al sobarse, notó unas muescas en forma de ópalo. Cuando estuvo apunto de quejarse, sintió que se estaban cerrando, asimismo, el dolor constante en su hombro y dedos faltantes había desaparecido.

Se quitó la venda en su mano izquierda, tanteando los muñones de sus dedos meñique y anular.

—¿Cicatrizó? —Preguntó completamente sorprendido. Tras lo que tocó su cuello, dándose cuenta de que no había nada más que su piel intacta y lisa, a los ojos de Merry y Sam él tenía una línea roja en el lugar donde Dio le había clavado el cuchillo, aunque Merry le veía con más intensidad—. ¿De verdad, me . . . salvaron?

Sam ladeó los ojos en un suspiro con los brazos cruzados.

—*Ejem* —Aclaró la garganta y volteó a ver a la base de TKT en la distancia, entrecerrando los ojos—. Entonces, ¿Le pides ya al capitán del buque que nos saqué de aquí?

Johan se sobresaltó un poco al darse cuenta de que ya estaba a bordo, empezando a sobar con mimo los tablones del barco.

—¡Oh! Así que tú también ayudaste, ¿No es cierto, Honeypie? —Los tablones alrededor de la mano de Johan tronaban sonoramente intentando pegarse a la mano de Johan sin mucho éxito, haciendo reír como un infante a JoJo—.

—¿Qu-qué? ¿Dónde está el Usuario que está haciendo eso? —Preguntó al tiempo que Merry también sobaba el suelo de la proa, recibiendo una respuesta similar a la de Johan, sus ojos brillaron con ilusión por un momento—.

—Supongo que también le agradas —Le dijo a Merry mientras se levantaba del suelo con dificultad al lado de Sam—. Respondiéndote, lo estás viendo.

Johan pasó al lado de Sam en dirección hacia a la popa a paso rápido. El par le siguió, viendo desde las ventanas del costado (De babor) demasiadas habitaciones para invitados, y eso solo era en una sola planta. Al llegar a la popa, las ventanas que se podían ver ahora mostraban salas de actividades como un restaurante, bar, gimnasio y comedor. Al llegar al final de todo el pasillo había una escalera para ir a una planta superior y a su lado, enfrente del grupo, una puerta cerrada con una manija plateada.

—A todo esto, quiero saber sus nombres —Mencionaba Johan mientras ponía su mano en la manija, que, al toque se volvió una llave que Johan quitó para abrir el, ahora, pomo de la puerta—.

Sam pasó primero antes de Merry, quien se quedó viendo como la llave del pomo se unía hasta volverse de nuevo una manija.

—Es que acaso, el mismo barco . . . —Sam se preguntaba al tiempo que encontraba el interruptor en medio de la oscuridad—.

—Es cierto, Honeypie, prende la luz para nuestros invitados —Dijo Johan entre la oscuridad para que al siguiente momento se le viera y, con él, la habitación entera, su habitación—. Hmmm, entiendo . . .

La habitación de Johan era inesperadamente ordenada. Su cama era pequeña pero bien acolchada, con una única cobija roja con la que se tapaba. Su armario estaba debajo de esta misma. Al lado de la almohada había una librería con libros y cuadernos de diversos temas referentes a materias escolares. Justo enfrente de ella estaba un escritorio amplio con la impresora, radio y unos platos con restos de comida y, un sobresaliente cuaderno de cuero rojizo con un candado en forma de esfera plateada. Dentro del escritorio (en el sentido de que estaba guardada) había una silla de madera acolchada también.

Johan sostenía una hoja frente a la impresora, pasando los dedos por la hoja. Puso una mueca sorprendida que tranquilizó al voltear a la dirección de Sam y Merry.

—No los puedo llamar "Marcada" y "Amigo de la Marcada" simplemente, ¿Saben? Aparte, me gustaría saber quienes salvaron mi vida.

—Samuel Amadori, ella es Merry —Los ojos de Johan brillaron—.

—Amadori, ¿Cómo el físico italiano, Mario Amadori? Increíble —Comentó poniendo la hoja en el escritorio, moviéndose ella sola mientras los puntos de la hoja se restablecían dejando la hoja como nueva y entraba en la resma de hojas en la impresora—. Y "Merry" . . . "Alegría". Vaya par tan curioso, soy Johan Bon Jovi. Jon, Bon Jovi, Jovi; pueden llamarme como gusten —Decía pasando entre ambos Usuarios Stand mientras salía al exterior, empezando a subir, estando en una sección con una piscina al sol—. Me gustaría conocerlos más a fondo pero ahora hay me debo encargar de nuestro intruso. A todo esto, ya le deben conocer pero, este agradable crucero es Honeypie —En una radio cerca de la piscina, justo por donde iban pasando, sonó un solo de guitarra—.

—Johan "Bon Jovi", ¿Italiano? —Johan negó con la cabeza—. En fin, así que era verdad, el crucero es el mismo Usuario Stand. Espera, ¿Intruso?

—Honeypie, inicia el curso hacia altamar —Al instante, varios mecanismos se empezaron a mover, comenzando el crucero a moverse, virando a estribor, alejándose de la base de TKT—. Debo pedirles algo . . .

Habían cruzado el crucero de un extremo a otro, ahora bajando por otra escalera encontrando una puerta idéntica a la del cuarto de Johan. Sam y Merry iban un poco más lentos que JoJo al tiempo que Honeypie se movía, con cuidado de no caer al suelo.

—Amadori, Merry e incluso, tú, Honeypie. Déjenme esto a mí, solo.

—Espera un momento, Bon Jovi —Sam puso su mano en el hombro de Johan—. ¿De quién se trata?

—Si es que no olvidé como leer braille, se trata de un hombre herido de un brazo, de quien tú y Honeypie se encargaron pero de alguna forma llegó hasta aquí. Si tuviera que adivinar, seguro es el hombre que casi me mata, Dirisio Brando.

—¿Qué? ¿Ese americano? ¿Cómo? Estaba en esa base, medio muerto, no es posible que haya llegado hasta aquí —Johan se encogió de hombros—.

—No sé mucho de los acontecimientos mientras estaba moribundo.

—Igualmente, ir tú solo contra alguien que casi te mata no es la cosa más prudente del mundo —Le reprochó bastante molesto—.

—Ciertamente tienes razón Amadori, ¡Sin embargo . . . ! —apuntó al cielo con una sonrisa—. ¡ . . . Es lo menos que puedo hacer, un Bon Jovi salda sus deudas! —Sam le vio escéptico y ciertamente, decepcionado—.

—Sabes, Belanova usa el oxígeno en tu cuerpo para acelerar la cicatrización de tus heridas. Por mucha actitud positiva que tengas, no estás para nada recuperado.

—Ah, mira. Eso tiene sentido . . . —Johan tocó con sus nudillos su mentón meditando—. Con razón al despertarme estaba mareado y cansado . . .

—¿Y aún así planeabas ir por él a un 1 contra 1?

Johan se quedó con una mueca tonta.

—Si. No, bueno si, a ver. Estaba así al principio pero ya no, me siento como nuevo ahora mismo. Cuando me ocupe de esto, podremos hablar con libertad de todo esto. Pero —Tomó con sus manos la mano de Sam—. Por favor por favor no entren, hay sitios de ocio de sobra aquí, son libres de ir por donde sea excepto mi habitación en la esquina inferior a la izquierda donde hay una caja metálica para nada sospechosa —Dejó la mano de Sam con una sonrisilla bufona y pasó con Merry, sobando su hombro derecho levemente—. Están seguros aquí, en serio —De pie en el umbral antes de entrar de lleno en la oscuridad, volteó la cabeza de reojo—. Agradezco tu sorpresiva preocupación por mí Amadori, pero así he decidido que sea mi vida, es ahora o nunca. Sé que no viviré para siempre y por eso quiero vivir mientras estoy vivo*.

Tras cerrar la puerta tras de él, el barco surcó una ola y Merry, quien había tenido la mirada fija en Johan todo este tiempo, perdió la estabilidad y habría caído de no ser por Sam que la agarró de la cintura antes.

—Cuidado.

Merry le observó fijamente antes de que Sam la recompusiera e intentara abrir la puerta por donde se había ido Johan pero se encontraba bloqueada, por si las dudas, Honeypie hizo sonar una trompeta en sentido de negación.

Esto hizo que se apoyara en el barandal viendo el océano. Suspiró molesto.

—Es por esto que odio las deudas. La gente se vuelve idiota e idealista con tal de cumplirlas.

Merry se puso a su lado, ahora viendo el horizonte con el sol acercándose mientras el crucero seguía su curso. Atrapada en su cabeza, sentía como si ella se iba quedando atrás mientras el crucero con Sam y Johan seguía avanzando, volteó a ver a arriba.

—Él tiene . . . muchas ganas de vivir . . . —Sam volteó a verla prestando toda su atención a ella—. Es como yo . . . y aún así . . . quiere vivir . . . —Un repentino aire hizo revolotear la ropa de ambos, en especial de Merry del que sus mangas pudieron verse parte de sus brazos pálidos con piel tierna pero llenos de heridas y cicatrices. En especial, en sus muñecas, donde sus venas tenían cicatrices tanto verticales y horizontales, en forma de cruz—. ¿Podré encontrar . . . un motivo tan . . . maravilloso? . . . ¿Podré ser . . . como él? . . . 

Mientras tanto, Johan pasó por debajo de varios tubos metálicos de los que salían vapor de vez en cuando alojados a lo largo de los pasillos, estaba completamente a oscuras y cálido. Tras caminar durante un rato en línea recta, giró a la izquierda, dando lugar a una ramificación de pasillos.

Luego de pisar y sentir algo húmedo, se agachó y tocó el suelo, tocando un líquido cálido que al llevarlo a su nariz era casi inodoro. Casi, debido a que un muy sutil olor metálico provenía de ese líquido.

Tras avanzar un poco más, siguiendo el rastro de sangre, a unos cuantos pasos por delante suyo, se encontraba alguien, dando paso a paso, avanzando a la dirección opuesta de Johan apoyado contra la pared.

—¡DIO! —La figura se detuvo en seco, volteando poco a poco hacia la dirección de Johan, con el brazo izquierdo sosteniendo el hombro opuesto. Estando ahora en el centro del pasillo viendo en dirección de Johan—. Nos volvemos a encontrar.

—JoJo . . . —Su voz sonaba más fría y tranquila así como filosa, igual de filoso que el cuchillo que inesperadamente lanzó a Johan pero que él esquivó por muy poco, rozando su pecho, su respiración agitada demostraba que seguía con vida—. Hmp, estás en tu elemento ahora mismo, maldito negro. Pero no te servirá de nada, descubrí la verdadera habilidad de Way to paradise.

Su voz resonaba en eco por todos los pasillos, sobrepasando el sonido del vapor por las tuberías. Ante esto, Johan rio risueñamente a lo que poco a poco Dirisio le siguió el juego con una risilla por lo contagiosa que era la risa de JoJo.

—Ay, Dio —JoJo hizo una pose similar a la del rezo—. Si es así, entonces yo tendré que abrir la Doncella de hierro*.

Continuará en "Iron Maiden - Parte III".

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top