VIII: Way to Paradise - Parte II
Hace un par de horas.
En una habitación pequeña, con 4 paredes de hormigón rodeando a 4 hombres excéntricos sentados en una mesa de madera circular mientras el sudor pasaba por sus frentes debido al calor de el único foco que los iluminaba encima suyo al centro iluminando como el premio de 1,750 pesos en juego en esta partida de UNO.
En un momento, a uno de los hombres suena el timbre de notificación de su teléfono, cuando pensaba revisarlo, los demás le vieron con recelo.
—Sin ninguna trampa, Lou. Ya que estás jugando por Yaca, al menos sé honorable —Decía uno de los hombres, era moreno y el único que traía traje entre los que estaban ahí. Lo que le diferenciaba era que tenía un estampado de llamas—.
—Ya bueno, dale Chandra, te toca. Es un 4 amarillo —Mencionó Lou, quien tenía en su costado una guitarra, su cabello negro estaba tirado hacia atrás y de alguna forma se mantenía así, eso junto a su barba descuidada de unos días y su gabardina beige le daban unos tintes de detective—. Y no voy a hacer trampa ni nada de eso Byron Fire —Le respondió al que le habló—.
Chandra, un hombre de ropa gris que combinaba con su cabello ceniciento miró de mala gana a Lou, dio una última calada al cigarro que tenía en la boca para luego sacar el humo donde no había ninguno de sus compañeros, finalmente alargando su mano hasta empezar a comer cartas.
—Como te encanta tragar, eh —Le albureó otro de los presentes, era rubio decolorado, lampiño y parecía ser el más joven dentro de lo que cabía entre los hombres presentes ahí—.
—Calla Vanillio. No juegas —Replicó poniendo un No juega amarillo sobre el 4 amarillo para luego dar una calada a su cigarro con una sonrisilla satisfecha viendo a Vanillio con el ceño fruncido—.
Vanillio suspiró derrotado poniendo la mano con sus cartas bocabajo en la mesa mientras que reposaba la cabeza con el puño en la mejilla.
El hombre de flamas levantó muy dramáticamente la carta que pondría a continuación, siendo esta un reversa.
—Nadie aquí se queda sin jugar, sin excepción.
—Sabes que le tocaría de nuevo después de mí, ¿Cierto? —Replicó Chandra exasperado—. Es decir, solo fue un turno.
—Que te calles, ¡Es momento de retribución! —Vanillio había puesto una carta comodín de +4 viendo a Chandra, quien tenía la misma mirada de mala gana y molestia de siempre, sosteniendo en una comisura de sus labios el cigarro dejando ver un poco de sus dientes. De repente, este sonrió con malicia descomponiendo el rostro de Vanillio—. ¡E-espera! ¡Incluiste si tienes +2 da igual ya que lo mantendré en amarillo porque no tienes ese color!
—Si, ese es un razonamiento lógico, Van. Sin embargo . . . —Exhaló humo a un lado para luego devolverle la mirada a Vanillio con socarronería y malicia—. . . Yo no seré el que coma aquí —Dijo para finalmente poner otro comodín de +4. Añadiendo así una suma de 8 cartas para comer. Chandra echó el cuerpo atrás en la silla, satisfecho y agradecido con él mismo de no haber gastado ese comodín en el momento que le salió—. Y lo cambio a azul.
Al ver que ese era el único color que no tenía, Vanillio estampó su frente y luego su puño en la mesa, salpicando lo que parecía helado de vainilla en ambos choques.
—¡Hey! Vanillio, controla a Snowman —Reprimió Lou a Vanillio, quien parecía estar empezando a derretirse y chorrear por la mesa—.
—Carajo -Maldijo volviendo a estar . . . ¿"Fresco"? ¿"De carne y hueso"? Lo que quiero decir es que estaba como originalmente y con el celo fruncido—. «Por esto es que no me gusta jugar UNO con estos tipos»
—¿Acaso buscas desfogar tu ira con el pobre Van? Digo, estás jodidito ahora mismo —Chandra le sonrió con una sonrisa que se podría comparar a la de un lagarto a Lou—.
—No me hables como a un simple —Le dedicó una mirada vacía para luego poner un +2 de color azul poniendo un cargo de 10 cartas—.
10 cartas que Byron sintió hasta en los huesos como también la mirada de Vanillio, Lou y Chandra en ese momento en él, miradas que se clavaban cómo dagas en su rostro, expectantes por saber lo siguiente que haría.
Cuándo una gota de sudor cruzó por su frente, Chandra explotó en una vil risa.
—¡Irónico! ¿No te parece? Vas y le pones un reversa para que seguramente se vengue él por ti porque me comí tu sandwich ayer, ¡No te creas que no vi tus intenciones, eres como un puto libro abierto Byron! Y por hacer eso provocaste literalmente una bola de nieve y ahora está por arrollarte. Con tu dramática personalidad, ¿No creerás de casualidad en el karma? —Se posicionó de forma que la luz del foco forma una sombras perturbadores en su rostro que hacían parecer ambos de sus ojos abismos de los que la propia luz era incapaz de salir y de su boca, un precipicio que emitía miasma—.
—Cielos, cierra la boca que te va a entrar una mosca en la boca joder —Le reprimió Vanillio molesto—.
Byron bajó la mirada, resignado a comer 10 cartas pero en el momento que estaba por comer, un movimiento brusco de Lou alertó a los presentes. Al voltear a verlo, él estaba revisando su celular con una expresión incrédula. Cuándo la curiosidad estaba por atacar, él se adelantó.
—¿Je . . . Fe? Es el jefe . . .
—¿E-el señor . . . ? —Chandra miró detrás suyo y debajo de la mesa antes de siquiera abrir la boca—. ¿ . . . Joaquín Richard Jordan?
Lou frunció el ceño sin separar la vista del mensaje de texto. El mensaje decía textualmente:
"Levy. Te hablo desde un número de un conocido.
Encontré a Joaquín y tuvimos un enfrentamiento, él me dejó en Ciudad Juárez así que necesito que le digas a Magdalena que llame a Zapata para que me recoja y me lleve para la entrada del CDMX.
Y por si queda duda y no confías en mí, que no se te olvide que te vi embriagando a tu prima en aquella noche, cómo te dije pienso llevármelo hasta la tumba si no te atreves a hacerlo de nuevo y por respeto a nuestra amistad. Pero lo digo para demostrarte que soy yo, Levy."
Lou no lo sabía en ese mismo momento pero el mensaje de respuesta que le mando tras leer su mensaje nunca le había llegado a Álvaro ya que este, por su lado, había roto ya el celular de Sam. Al final no había sido para no ser rastreados, sino por el contenido de dicho mensaje.
Luego de que Lou moviese su vista del celular se encontró con que los demás le observaban fijamente. Vanillio tenía su mano cubriendo parte de su barbilla y boca con sus ojos marrones fijos en Lou. Chandra había perdido toda la chulada que llevaba encima y solo se le veía mínimamente aliviado de que no se trataba del jefe del jefe, Joaquín Richard Jordan. Por último, Byron Fire con su estoica expresión y seria le miraba con una cara que decía "¿Qué dijo?".
—Al parecer, se encontró con Joaquín y tuvieron un enfrentamiento. Ahora debo decirle a María que llame a Emilio y los recoja.
—¿Se llamaba Emilio el que estaba en Juárez? —Preguntó Vanillio—. ¿Qué no ese era el de Aguascalientes?
—No, Emilio es de Juárez, Emmanuel es el de Aguascalientes —Respondió Chandra—.
—Ah, ya . . .
Lou suspiró para luego levantarse pero Byron le siguió viendo severamente.
—Afuera está hecho un desastre, parece que habrá un guerra o algo así . . . ¿Seguro que quieres salir?
—Solo es cuestión de que encuentre a María y haga la llamada, no hay mayor complicación. Sobretodo porque lo traeremos aquí.
Byron hizo un mueca resignada haciéndose a un lado para que Lou pasase, cuando lo hizo y ya iba saliendo de la habitación, Byron le detuvo. Al voltear a ver Lou se encontró con que Byron le estaba queriendo pasar su guitarra, ante esto, Lou dió una media sonrisa.
—No vayas a la guerra . . .
—Sin fusil —Completó Lou tomando su guitarra y colgándola en su hombro—.
Cuándo se iba Byron volteó a ver a Vanillio y Chandra, con una mueca incómoda.
—Bueno, voy al baño rápido —Dijo dejando sus cartas en la mesa e irse—.
Vanillio y Chandra se vieron un momento antes de ir a ver las cartas de Byron.
Lou caminó por los pasillos de la verdadera TKT. Los pasillos eran de un blanco impío, con las paredes metálicas soldadas para proteger la presión que ejercía el océano. Porque si, la base de TKT era acuática y se encontraba en una parte del Golfo de México. Lou vio al lado y se encontró con un grupo de peces pasando al frente de la ventana y más allá, la oscuridad abisal del mar.
La estructura del lugar era similar a lo que verías siendo una estación espacial de una película de ciencia ficción, siendo enorme, con muchas salas extensas. Un gimnasio, comedor, sala recreativa, bar, sala de conferencias, enfermería, sala de estar y . . . Habitación de cultivos, por decirlo así.
La verdad era que gracias al anterior jefe, el padre de Joaquín Richard Jordan, la verdadera base de TKT aún seguía vigente. Puertas en diversas partes del país estaban conectadas a otras puertas en la base submarina, así como fuentes de recursos estaban conectados dónde se necesitaban. El agua y electricidad, por ejemplo. Ese hombre junto al padre de Álvaro habían decidido mover el centro desde donde manejaría los hilos a un sitio al que nadie pudiera llegar bajo ningún concepto. Tanto la mujer que desmanteló MISSIO como también los liberales.
El Stand capaz de realizar esta tarea se llamaba "Cielito Lindo" y el nombre que tenía ese hombre era Jorge R. R. Jordan.
Y, varias personas dentro de esta organización que lo conocieron están de acuerdo en un sola cosa.
"Si don Jorge estuviera aquí, estaría decepcionado de él. De un Vagabundo como él".
A su vez, por otro lado estaba otro sector de la organización, un sector que veían en Joaquín, ese llamado "Vagabundo" a un hombre carismático y sobretodo libre de cualquier atadura por buscar su propio camino.
"Si don Jorge estuviera aquí, estaría orgulloso de él. De un supuesto Vagabundo como él".
Sin embargo, para Lou, Byron, Vanillio y Chandra todo este tema interno no les podría importar menos ya que para ellos, Álvaro era su jefe. Si bien Joaquín era formalmente el jefe de verdad, nunca lo habían visto realizar algo como Álvaro, ya sea ocupándose de las acciones, mantenimiento de la base, silenciado a aquellos que intentaban sacar a la luz los trapos sucios del Estado.
Total, Lou giró a ver el bar, en el que grupos adversos de opiniones de Joaquín marcaban su territorio al tener el grabado de unos ojos color esmeralda en el brazo. Ignorando eso, Lou alcanzó a ver a una mujer de cabello rizado color caramelo de espaldas en la barra.
¿Sabes eso de que las señoras tienen ojos en la nuca? Nunca lo dudes porque es verdad. Magdalena volteó a verle, su rostro era puntiagudo y sus mirada se acentuaba con sus anteojos y ojeras. Era una mirada cansada. Pero cansada del tipo "Vine a desestresarme un poco y viene . . . "
Magdalena volteó a ver al bartender y este miró a Lou que se acercaba, buscando alguna clase de respuesta en lo que sucedía por la expresiones de Magdalena se percató de que ella negó resignada con la cabeza tras suspirar. Fue entonces que el bartender se marchó para servir a otro miembro de TKT.
—¿Qué quieres Lou? Estoy en mi descanso.
—Se trata solamente de una llamada María, aparte es por el jefe —Magdalena volteó a verle y le jaló del cuello de la gabardina para acercarlo cerca de ella—.
—No digas eso en voz alta, imbécil —Dijo para lo cual, miró disimuladamente a los bandos internos quienes tenían clavadas sus miradas en Lou—. Mira que venir y hacer el tarambolo . . . —Agachó la cabeza y empujó a Lou para irse. Cuándo Lou pensó que la había cagado, Magdalena le volteó a ver desde el umbral de la entrada con una cara de "¿Te vas a quedar ahí parado?" Lou entendió y la siguió—. Hago la llamada e inmediatamente me compras una copa de vodka eh, Lou.
—Al final solo se resume en qué quieres beber gratis.
—Obviamente, tarambolo —Al girar una esquina y dar unos pasos más, estaba una habitación que tenía el letrero de "Sala de Comunicaciones"—. ¿Speedwagon te dijo dónde estaba?
—Si, está en Juárez —Respondió a la que entraban a la sala—.
Luego de que Magdalena hiciese lo que debía, ella y Lou volvieron al bar en el que este cumplió con lo que le había dicho. Aprovechando, Lou también se pidió una copa.
—Que dolor de cabeza, primero lo del japonés italiano raro ese para conseguir una llave y ahora esto —Tragó vino para luego mirar al vacío con una sonrisa vacua—. Nos caemos a pedazos . . . Y Yaca, ¿Aún no ha vuelto de recoger el paquete de la llave? —Cambió la cara al decir esto último—.
—No, lo que me parece raro en verdad. Pero en fin, en unas horas llegará Álvaro y yo tengo una partida de UNO pendiente, nos vemos luego.
Tras pasar un rato, Lou se despidió de Magdalena mientras ella se despedía con un amago de su mano sin voltear a verle.
—«Dios, Yaca, espero y vuelvas»
Y, mientras Lou pensaba eso, a su lado estaban pasando un dúo de personajes que ciertamente desentonaban en ese lugar. Lou volteó a verles un momento pero ya habían pasado de lejos.
Había visto a un güero y un negro que juraba no haber visto rondar por ahí nunca, rápidamente fue a ver la entrada de Veracruz por la que Yaca se había ido. Ahí, un grupo de 9 personas se encontraban en el suelo. Se acercó casi derrapando en el suelo comprobando el estado de los guardias, cinco estaban muertos con sus cuerpos tirados por todos lados y los otros 4 restantes, inconscientes y casi que ordenados todos en fila y sin muchos daños más allá de un fuerte golpe en la cabeza.
Byron que estaba buscando a Lou que no regresaba, se le ocurrió ver si de casualidad veía si Yaca regresaba, encontrando justamente a Lou, verificando el estado de los cuerpos. Lou volteó a ver al sentir que alguien le veía y era así. Byron a escasos centímetros suyos le veía desconcertado.
—Lou.
—Llegué y estaban así Byron, sé tan poco como tú ahora mismo . . . Bueno, no. Cuando iba de regreso vi pasar a un güero y negro que jamás había visto.
Byron chasqueó la lengua.
—Chingados topos.
Lou miró el ascensor que llevaba a Veracruz y corrió hacia él para subir a Veracruz. Byron pensó en detenerlo pero la idea de lo que le podría haber pasado a Yaca, también le pareció coherente la idea, a la que pensó en eso, arrancó en carrera hacia la sala de comunicaciones para avisar de lo ocurrido.
Nada más se abría la puerta del ascensor, Lou intentaba ver cuanto podía en lo que las puertas del ascensor se abrían, alcanzando ver algo de sangre. Fue que su corazón y estómago sintieron un fuerte tirón que metió sus dedos por entre las puertas y él mismo las abrió con fuerza a los lados para apurarse a ver.
Entonces esprintó hacia el cuerpo de Yaca, muerto. Le habían acuchillado una cantidad insana de veces en el torso y en la cabeza, deformándole el rostro y no le hubiera podido reconocer, sino fuera por la vestimenta y el collar dorado en el que guardaba una foto de su hija.
Unos finos ríos de plata comenzaron a nacer de sus ojos a la que él mismo se reprimía sus sentimientos apretando la mandíbula, al no poder aguantar más sus sentimientos tuvo que desahogarse de forma inmediata, golpeando el suelo con tanta fuerza que el eco resonó por toda la habitación de armas.
Mientras, Byron al llegar a la sala de comunicaciones se percató de que alguien había cortado las comunicaciones para dar la emergencia, así también como las alarmas.
—Oye wey, ¿Y el jefecito? —Jovi se le acercó a un Seguidor de Joaquín en el bar, haciendo el acento más mexicano posible y la verdad, funcionó. De alguna manera—.
—El señor Joaquín se marchó a perseguir su sueño prietito, ¿Es que acaso no reconoces al único y verdadero jefe de TKT?
Jovi quedó confuso un momento antes de levantarse de donde estaba sentado rascándose la cabeza. Dirisio, que estaba a su lado también se levantó.
—Pensaba que habían noticias de donde estaba, jeje.
Tras alejarse, Dirisio le puso la mano en el hombro para llamar su atención, Jovi giró un poco la cabeza para darle a entender que le ponía atención.
—No llames tanto la atención hablando así, ahora sígueme —Dijo para irse a la barra, con Magdalena. Una María Magdalena ebria por supuesto—.
Ella se encontraba encorvada viendo fijamente a la copa de vodka, al escuchar pasos detrás suya no volteó a ver, pero apoyó su cabeza sobre un puño en la mejilla.
—Espero que hayas venido junto con Yaca, Lou. A ver si Álvaro una vez llegue también viene a . . . —Dijo para luego empezar a voltear a verles, al hacerlo, se percató de que no eran ellos—.
Algo curioso a notar era que la expresión de Dirisio era impasible con una mirada apática mientras que Jovi desvió el rostro a un lado con una mueca incómoda, sin embargo, ambos habían escuchcado lo que buscaban. Magdalena entrecerró los ojos y cuando estaba por abrir la boca, Lou junto a Byron, Chandra y Vanillio llegaron al umbral del bar.
Byron murmuró algo muy largo, invocando a unos guantes espectrales color negro con calaveras de esas épicas de google en el dorso. Tras hacerlo, chasqueó los dedos en lo que por el tejado salieron flamas formando una pintoresca pintura de dragones volando que al final, explotaron.
Llamando así la atención de todos los ahí presentes.
—Atención TKT. ¡Al parecer tenemos invitados no deseados!
Continuará en "Way to Paradise - Parte III" . . .
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