03. Memories.

La joven no tardó en bajar con su "armadura" puesta. Ella mentiría si decía que verdaderamente no estaba emocionada por ser útil. Estaba cansada de entrenar y no poder hacer nada al respecto. De hecho, siempre que entrenaba, recordaba su primer charla con Peter Parker.

      —Oncología infantil—ella se adelantó a
      responder antes de que el enmascarado
      preguntara—. Quiero especializarme en
      oncología infantil—recordaba que dijo
      cuando el chico posó su mirada
sobre ella.

      —¿Por qué?—él le regresó su cuaderno
      y ella simplemente lo volvió a guardar
      en su bolso.

      —¿Por qué salvas gente de ser asaltada,
robada o lastimada?

      —Porque quiero ayudar.

      —He ahí tu respuesta. Yo a diferencia de ti,
      no tengo la valentía de ir salvando gente en
      la calle, así que he preferido ayudar a la
      gente en un hospital, especialmente a niños
      que sufren—dijo y le regaló una sonrisa.
    

    Recordar todo aquello le lastimaba un poco, pero ese recuerdo específico le hacía querer ser mas que solo una chica encerrada entrenando.

Respecto a Peter, ella verdaderamente había tenido sentimientos genuinos por el joven chico. Tal vez incluso, si su padre no le hubiese prohibido volver a salir, lo habría ido a buscar. En parte no solo porque se había enfrentado a Rupert sin ayuda, sino porque ambos se debían una charla. Explicar porque el joven le había estado mintiendo. Sin embargo, su padre le había dicho que Peter lo había visitado y le había dicho que lo mejor era no volver a verse. Aquello ayudo a la mudanza de Maryannick, así ya no tendría que verlo mientras iba por sus cosas, su padre se encargó de todo.

    Cuando todo aquello ocurrió, ella pretendió estar bien, sobre todo frente a su padre, en las noches, sola en su habitación, no podía evitar llorar, ella había arriesgado su vida por el joven y éste simplemente decidió dejarla por medio de su padre. El acto que había cometido aquella vez no fue valentía, había sido un acto de amor, pero tal parecía Peter Parker no lo había entendido.

El muchacho la había tomado con brusquedad
de los brazos y arrebató de su mano la jeringa,
la cuál estaba completamente vacía.

—¿Qué mierda hiciste? ¿Dónde está?—le
preguntó volviendo a tomar a la chica y
moviéndola con brusquedad. Aquello la
mareó mucho más de lo que esperaba,
probablemente por culpa de aquella
sustancia que comenzaba a hacer efecto
en su torrente sanguíneo.

—Lo dijiste antes, tengo talento. Nunca
descuides a un médico con talento y una
jeringa en su mano, puede inyectarse sola sin
que te des cuenta—recordaba haber dicho con
una sonrisa victoriosa.

Miró detrás de Rupert y notó al menor
reincorporado pero no dijo nada o se podría
olvidar del "elemento sorpresa". Cuando Peter
estuvo cerca, golpeó a Rupert con la fuerza
necesaria para hacer al muchacho desmayar.
Como era de esperarse el muchacho se
desplomó en el suelo por fin soltándola

Peter fue lo suficientemente rápido para
que en el momento en el que Rupert soltó
a Maryannick, él reemplazará el agarre pero
de una manera dulce y suave. Fue entonces
cuando Maryannick le permitió a sus piernas
fallar, desde que se inyectó sintió todo tan
doloroso, pero no iba a mostrar debilidad
teniendo la atención de Rupert sobre ella,
primero debía asegurarse que Peter se
había reincorporado.

Los ojos le ardían y lo más probable es que
estuvieran cristalizados, tenía miedo, pero
fue un riesgo que decidió correr por Peter.
Muchos pensamientos arremolinaron en su
mente mientras todo parecía pasar más lento
y sus ojos pesaban descomunalmente, pero
evitó mirar otra cosa que no fuera Peter, a
pesar de llevar la máscara puesta.

—Por favor no—dijo y finalmente retiró la
mascara de su cara. Sus ojos y nariz
completamente enrojecidas—. No quiero
perderte—recordaba que había dicho, en
aquel momento pensó que Peter sentía
tantas cosas diciendo aquello, pero lo
terminó interpretando a sus acciones
posteriores a todo eso, podía decir que era
la culpa hablándole.

Aquellos recuerdos le dolían cada vez que pensaba en ellos, pero si aquel día vinieron a su cabeza, debía existir una razón. Era como si algo dentro de ella quisiera decirle que debía ser valiente como aquella vez que ayudó a Peter, que incluso lo había salvado, y para que abriera los ojos y entendiera que con sus habilidades podría ayudar a gente incluso fuera del hospital.

—Lindo traje, Mujer Maravilla—dijo Stark.

—Gracias, Señor.

—Le hace falta un par de...

—Concéntrense—exigió Strange mientras salía de la edificación con los demás siguiéndolo.

Fuera todo era un verdadero caos. Gente corriendo, empujando, gritando con miedo.

Una mujer cayó frente a ellos, Stark se iba a arrodillar para ayudarla, pero la chica se adelantó.

—¿Estas bien?—la mujer asintió y cuando estuvo de nuevo de pie, se alejó corriendo.

—¡Ayúdalo!—gritó Stark y Wong se dirigió a ayudar a un hombre—. Friday, ¿qué estoy mirando?—escuchó Maryannick que el hombre decía, no escuchaba la respuesta pero sabía que no era nada bueno

—Maryannick, conmigo—gritó Strange.

—Pero...

—¡Hey! Quizá quieras poner esa gema del tiempo en tu bolsillo trasero, Doc—gritó Stark sobre el bullicio.

—Quizá quiera usarla—dijo mostrando sus poderes—. Maryannick, detrás de mi, no lo pediré de nuevo.

—Pero puedo ayudar.

—Señorita, hágalo—pidió Wong.

—Bien—dijo de mala gana y fue detrás de su mentor—. Esto no significa que esté de acuerdo.

—O que yo esté de acuerdo que estés aquí, solo obedece. No quiero ponerte en peligro.

—No sé si no prestaste atención, pero el universo entero está en peligro—dijo siguiéndolo hasta llegar a la calle donde se podía ver mejor que ocurría.

Lo que parecía ser un enorme anillo flotaba sobre la ciudad con un sonido que aturdía. Era una clase de zumbido molesto.

Peter venía en em camión con el resto de su grupo. Venían de una pequeña excursión, a la cual su profesor de historia los había llevado, todo parecía tranquilo hasta que sintió un escalofrío que ocasionó que los bellos de sus brazos se pusieran de punta. Algo andaba mal.

Al mirar por la ventana y encontrarse con un anillo en el panorama en lugar de cualquier tarde normal en Nueva York, sabía que debía irse de ahí lo antes posible. Primero se aseguró de que nadie se hubiese dado cuenta y después golpeó a su amigo, quien estaba un asiento delante de él.

—Ned, hey. Necesito que causes una distracción—susurró.

—Santa mierda—susurró al igual—. ¡Todos vamos a morir!—ahora gritó mientras se levantaba y se dirigía al fondo del camión—. Hay una nave espacial. ¡Por Dios!

Todos comenzaron a comentar con pánico sobre lo que alcanzaban a ver. Mientras tanto, Peter de su mochila sacó uno de sus dispara telarañas, el cuál puso en su muñeca y apuntó a la salida de emergencia paralela a él, abriéndola, después salió por esta, adhiriéndose al costado mientras se ponía la máscara. Ya seguro con aquello, tomó su mochila y se alejó para ver de qué se trataba.

    Maryannick no sabía exactamente si había sido el anillo o el hecho de que los poderes de Strange no hicieran nada en contra de él que hicieron que la chica se quedará con la boca abierta, decir que estaba sorprendida era poco.

    Cuando una luz desprendió de la nave, supo que las cosas irían peor, por lo cual sacó su arco y flecha.

    —Tenemos uno de los tuyos en el equipo—dijo Stark clad mane de refiriéndose a Barton.

    —Hasta donde yo sé, Clint está retirado—dijo apuntando a la nada mientras esperaba a que alguien saliera. Todos avanzaron para encontrarse con las criaturas.

    —Escúchenme y regocíjense. Están por morir a manos de los hijos de Thanos. Den las gracias porque sus insignificantes vidas ahora contribuirán a...

    —Lo siento. la Tieraa está cerrada hoy—le gritó de vuelta Tony—. Recojan sus cosas y lárguense.

    —Lo escuchaste, Jar Jar. Estamos cerrados—dijo sin bajar la flecha.

    —Guardian de la Gema. ¿Acaso estos animales parlantes hablan por ti?

    —Ciertamente no. Yo hablo por mi mismo—dijo y nuevamente, tras hacer un par de movimientos con las manos y golpear sus puños, se podía apreciar a simple vista el poder de Strange—. Están siendo intrusos en esta ciudad y este planeta—, dijo y Wong imitó a Strange.

    —Lo que quiere decir es que te pierdas, Calamardo.

    —Él me agota—dijo y el más grande hablo en su propio idioma extraterrestre—. Tráiganme la Gema—. El enorme lo exigió en su idioma.

    —Banner, ¿quieres un pedazo?

    —Mmm, no, no realmente. Pero, ¿cuándo tengo lo que quiero? De acuerdo, puja—dijo y Maryannick lo miró de reojo notando que solo el cuello se tornaba verde y las venas se exaltaban—. Ha sido un buen tiempo.

    —Va a ser bueno tenerte, amigo.

    —Okay. Shhhh. Déjame solo... necesito concentrarme un segundo. Vamos, vamos, hombre—el tipo enorme gruñó—. ¡Dios!

    —¿Dónde está tu hombre?

    —No lo sé. Nosotros hemos estado teniendo una cosa.

    —No hay tiempo para su cosa—dijo Maryannick apuntando al grandote que se acercaba.

    —Vamos—lo animó Tony y Bruce comenzó a intentar hacer salir a Hulk, sin embargo, a pesar de que aquel alienígena daba pasos seguros hacia ellos, no parecía que ocurriría nada.

—Me estás avergonzando.

—Tony, lo siento. Pasa que no puedo o él no lo hará.

—Lo entiendo. No pasa nada. ¿Échale un ojo?—le pidió a Wong y este asintió—. Gracias.

—Lo tengo.

—Demonios.

—Todo bien, doctor Banner. Después veremos qué ocurre. Lo arreglaremos.

—Si, seguro. Gracias, niña.

Stark por su parte avanzó un par de pasos y tocó en el centro de su pecho, haciendo que su traje apareciera cubriéndolo de pies a cabeza.

—Wow, eso... eso es un buen traje—dijo Maryannick fascinada por lo que acababa de ver.

El alienígena se acercó donde ellos con rapidez con intención de golpearlo, por aquella razón, Stark hizo que su traje le generara un escudo para protegerse del golpe, después sacando alguna clase de propulsores con los que disparó contra la enorme criatura alejándola de ellos.

—¿De donde vino eso?—preguntó Banner.

—Es nanotecnología. ¿Te gusta? Un poco y...

—¡Cuidado!—gritó Maryannick al ver cómo estaban por atracarlos.

—Maryannick, detrás de mi—ordenó nuevamente Strange buscando protegerla—. Doctor Banner, si el resto de su amigo verde no se va a unir...—abrió un portal e hizo que cayera en otro lado de la ciudad, golpeándose en un brazo y con la mitad de un taxi cayendo a su lado—. Tu turno, Maryannick.

—Yo no me voy. Si no está mi padre, me quedo contigo.

—Bien—dijo entre dientes el hombre y se giró a ayudar a Tony.

Maryannick, si aquella criatura no tuviera la habilidad de destruir lo que se acercaba a él, lo podría haber herirlo exitosamente con sus flechas.

—Hay que sacar esa gema de aquí. Ahora—dijo Stark con seguridad.

—Se queda conmigo.

—Para la Gema no lo dudas y a mi me quieres mandar... solo tú sabes donde—susurró la joven.

—Exactamente. Adiós—dijo y el hombre trató de alejarse, sin embargo, no lo hizo exitosamente ya que la enorme criatura de antes, le lanzó algo golpeándolo lejos.

—¿Es todo? ¿No harás nada al respecto?

—Él no quería nuestra ayuda. Ahora lo importante es la Gema.

—Entonces, tú encárgate de la Gema. Yo iré por el señor Stark.

—No, tu te vas a quedar aquí.

—Lo siento, Stephen. No puedo quedarme de brazos cruzados. Abre un portal, de cualquier manera no me querías aquí.

El mayor lo pensó unos segundos y tras analizar quién era quien estaba más en peligro accedió abriendo el portal.

—Ten cuidado—pidió y la chica asintió pasando a través del portal sin despegar la mirada de su mentor. Cuando el portal finalmente se cerró se giró a ver donde estaba y notó que si la había enviado donde se encontraba Stark, solo que a muchos metros de distancia—. Te odio—gruño y comenzó a correr donde el hombre—. Anda, aparece allá—se exigió a sí misma, sin embargo, a pesar de las miles de prácticas que tuvo con Strange, aquel día no quería funcionar como debía, por lo cual siguió corriendo.

    A lo lejos notó que Banner estaba con él, lo cual considero que era una desventaja al no poder traer al sujeto verde, pero aún contaban con su gran mente lo cual podría llegar a servir. Tony se reincorporó y esta vez fue Bruce quien necesitaba ayuda, ya que Tony estaba peleando, de nuevo, con el grandote de antes y Bruce estaba en aprietos. La chica se desvió y corrió donde él otro hombre.

    —Lo ayudó Doctor.

    —¿Donde está Strange?

    —Se quedó con Wong y Jar Jar. Ellos se encargarán de él y la Gema—dijo tratando de aplicar todas sus fuerzas a levantar aquel árbol que estaba sobre del hombre, en aquel momentos deseaba tener súper fuerza.

    —¿Y tú qué haces aquí?—preguntó una vez que salió de debajo de aquel enorme árbol

    —Vine a ayudar. Pero nos vendría bien su ayuda también.

    —Tienes razón—dijo arrodillándose y comenzó a abofetearse a sí mismo con fuerza—. Vamos. Sal de ahí. Sal de ahí. Sal de ahí—Maryannick tuvo que retroceder cuando la cabeza de Bruce se transformó a una gigante, color verde que gritó—. ¡No!— y se esfumó.

    —Creo que no quiere—hizo una mueca y Bruce se dejó caer al suelo.

    —¿A que te refieres con no?—gritó prácticamente abatido.

    Maryannick desvío su mirada de aquel hombre, y observando todo sobre su hombro vio que algo terrible estaba por ocurrir.

    —¡Señor Stark, cuidado!—gritó desde lejos para que el hombre pudiera defenderse antes de quedar completamente aplastado—. Doctor Banner, Debo ayudar—dijo y el hombre sin levantarse del suelo le indicó que se fuera.

    Maryannick corrió y a pesar de imaginar que ocurriría lo peor se detuvo, ya estando mucho más cerca. No se detuvo específicamente porque creyó que ya no se podía hacer nada, sino, porque algo detuvo la enorme cosa de metal que estaba por aplastar a Tony Stark. Entonces lo vio. Después de tanto tiempo, se encontraba de nuevo con el enmascarado.

    —Hola, hombre. ¿Qué tal Señor Stark?

    —Niño, ¿de dónde saliste?

    —De una excursión al MoMA—dijo antes de que la enorme criatura lanzará al joven hasta que quedó a un lado de Maryannick. El chico levantó la mirada y al verla se desconcertó—. ¿Maryannick?—. No podía creer que estuviera viva, Jean le había dado a entender todo lo contrario.

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