𔓕 . O19


Los fastidiosos rayos solares mañaneros le amenazaban desde la ventana, al sentir esa luz ir directo a sus párpados no pudo evitar fruncir el entrecejo y desatar un gruñido contenido. No quería levantarse por nada en el mundo.

Aún así sabía que tenía que hacerlo. Se levantó a regañadientes, arrastrando sus piernas hacía el suelo.

Sus mechones naranjas estaban totalmente desordenados, no se molestó en si quiera arreglarse de forma mínima después de la pelea.
Se agarró la cabeza con una mano soltando un quejido tenue, sus dedos haciendo tacto con su pelo liso y descuidado. Un severo dolor de cabeza al despertar fue lo primero que experimentó.

Normal con todo el estrés que estaba sobrellevando.

Varias curitas y vendas encima de su piel con hematomas decoraban su cuerpo, especialmente su rostro. Si alguien lo viese por la calle creerían que se fugó de un hospital psiquiátrico.

Apenas se había despertado ya quería morirse.

Al ser recogidos por los chicos el día anterior no habló con Purple en ningún momento, ni durmió con él como normalmente lo hacía. Los chicos los mantuvieron separados en todo momento, no querían más problemas de los que ya habían.

No estaban en casa de los chicos. Se habían perdido en el bosque y ya se encontraba atardeciendo como para ir a casa a tiempo. De milagro encontraron una playa a las afueras del bosque donde habitaba un hotel enfrente, así que decidieron pasar la noche ahí.

Second, el otro naranja con el que se lleva mejor y es el más cercano a él de todo el Color gang se encargó de cuidarlo, incluído curar esas heridas como sea posible.
Eso incluyó una pequeña charla entre los dos a mitad de la noche.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

Me ayudarías más si te quedarás quieto. —sugirió Coming sosteniendo un trapo mojado en alcohol, poniendo concentración en una de las heridas del más alto, específicamente la del rostro—. Esto dolerá.

Lo miró fijamente en advertencia, ambos habían tomado asiento en el borde de la cama.

Aguante los putazos de Purple, esto no es nada. —minimizó King sin ninguna preocupación notoria en su semblante, decidido.

Como sea.

Second sostuvo su cachete con la otra mano, y le colocó el trapo en el moretón sin más rodeos.

Un grito inundó la habitación en cuánto el alcohol hizo tacto con el hematoma.

¡LA PUTA MADRE! —agonizó dándole un leve empujón al más bajo.

Deja de llorar, carajo. Despertarás a los demás. —ignoró el empujón y dolor que expresaba el contrario, solo para continuar aplicando el alcohol con el pequeño trapo— ¿Me dirás que carajo pasó?

Mientras sostenía el paño húmedo cuestionó con suma curiosidad. Solo recibió un corto silencio por parte de King.

...Una vez me contaste tu pelea con Red...en el desierto ¿No es así? —recordó de la nada ese suceso, haciendo que Second levantará una ceja por la pregunta repentina.

Uhm... Sí ¿Por qué?

Bueno...Ocurrió algo así con Purple...solo que fue mil veces peor —apartó su mirada al recordarlo.

Oh. —pestañeó.

Coming notó que el estado de ánimo de King se deterioró al instante de recordarlo. Se alejó un poco y dejó que el más alto sostuviera el trapo por su voluntad, apoyando sus dos manos en el borde de la cama.

Se que es duro pasar por este tipo de pelea al grado de decirse verdades a la cara, pero tienes que arreglar las cosas con él al amanecer.

¿Por qué? Fue un hijo de puta. —confesó el naranja lleno de moretones frunciendo levemente su ceño. Aún sintiendo irá y tristeza combinada en su pecho del simple hecho de recordarlo.

Lo sé. —cerró los ojos y exhaló—. Red también era bien terco y un desquiciado, y aún lo sigue siendo.

Otra vez el silencio acorraló a la habitación, King ponía toda su atención a las palabras de Second.

Pero...aún así, siempre nos reconciliamos, no importa que tan grande sea la discusión. —explicó el bajito—. Se que ahora mismo el resentimiento y el odio temporal te consume, lo mismo le está pasando a Purple. Pero a pesar de sus diferencias deberían de hablar más de ello. Ábrete a él.

¿En serio me estás pidiendo que me abra con alguien cómo Purple? —alzó una ceja sin tragarse ni una sola palabra del adverso.

Los enanos suelen ser muy dificiles de tratar, peor que las mujeres incluso —se encogió de hombros—. Pero créeme, habla con él y dile lo que verdad sientes con todo esta situación.

¿Lo que en verdad sentía? Lo pensó un momento. Solo podía identificar irá, coraje, odio, y resentimiento.

Pero...En el fondo de su corazón no era tan así. Esas palabras del naranja comenzaron a hacer eco en su subconsciente. Reconoce que fue muy rudo con Purple.
Sin embargo estaba harto de estas discusiones constantes y la incapacidad de entenderse el uno al otro. Había veces que solo quería destrozarle el rostro a ese enano terco en el fondo de sus pensamientos.

Era cierto, aunque...Sentía otro cosa...Muchas veces sentía que su estómago daba vueltas una infinidad de veces como una montaña rusa al ver algo tan insignificante de él, como la sonrisa de Purple. No era un sentimiento desagradable o doloroso, le gustaba por alguna razón, no era muy fácil de explicar. Odiaba muchas cosas de él pero nunca se molestó en hablar de eso correctamente... Aún así...de alguna u otra forma...lo amaba.

Si bien le dolió la palabras de Purple aunque no quisiese admitirlo, estaba seguro que a Purple le dolía de igual manera lo que también le dijo. Pero era consciente de que ambos no estaban pensando correctamente.

Pensativo, no alargó más la conversación.

Está bien, intentaré hablarle mañana. —dirigió nuevamente su mirada al naranja que reposaba en la cama, una sonrisa tenue dibujaba su semblante.

¡Genial! —sonrió Second—. No vayas a moler su rostro con más golpes, por favor.

King rodó sus ojos. Se supone que esa advertencia normalmente era dirigida al morado.

No te preocupes.

Bien. Buenas noches...Descansa. —le sonrió nuevamente y se levantó de la cama, abandonando el cuarto del hotel al cumplir su tarea propuesta.

En cuánto el más bajo lo dejó sólo, tiró todo su cuerpo en la suave cama de esa habitación.
Había carencia de iluminación y solo le acompañaba la luz de la luna, silencioso y nostálgico.

Quedó mirando el blanco techo un buen rato, sin poder cerrar los ojos sin que una ola de pensamientos le inunden la mente.

¿Hablar...con él? Antes no tenía problema de dirigirle la palabra, pero después de este suceso no podía verle a la cara.

Nunca se había enojado a tal grado con alguien en su miserable vida. No obstante a la vez, Purple era el que más le ofrecía apoyo a pesar de ser un dolor en el ano. Le caía bien su otra parte... lo amaba.

Al final, dejó todos esos ansiosos pensamientos de lado y dejó caer sus exhaustos párpados, cayendo en un profundo sueño anhelado.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

Al recordar eso en la mañana solo quería acabar con su vida, por fortuna se encontraba en una habitación considerablemente alta par tirarse de allí mismo.

Tallando sus somnolientos ojos echó un vistazo a la ventana con escasa facilidad por la luz solar.

Logró apreciar a los chicos coloridos jugando con la pelota en la arena, en trajes de baño. Si bien se notaba la diversión que pasaban, Purple no se hallaba ahí.
Le pareció algo extraño, no lo encontraba en el restringido plano que la ventana le ofrecía.
Era aún más impropio que los chicos jugarán tan temprano en la mañana. No había nadie en la playa aparte de ellos.

Espiró y comenzó a preparar su imágen física, colocándose una chaqueta cualquiera, pues hacía mucho frío en la mañana. No quería meterse al agua, por ahora.

Bajó rápidamente, no tenía planeado desayunar pronto, solo quería encontrar a ese desgraciado y tratar de arreglar las cosas.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

—¡Lo estamos logrando! —exclamó Green en su traje de baño, juntando sus antebrazos en posición básica y golpeó el balón con estos mismos.

Una malla dividía a los cuatro; Red y Yellow, y en la restante Blue y Green.

Yellow devolvió el balón hacía el lado de Green y Blue con un golpe de dedos.

El azul lo bloqueó nuevamente, devolviendo el balón. Sin embargo al momento en que Red golpea la pelota con sus dedos en un intento de bloquearlo, esta sale disparada con mucha velocidad hacía una ventana ajena.

—¡Puta madre, Red! —rabió el  amarillo—. Nunca podemos jugar Voleibol contigo sin que destruyas una ventana.

El rojo dispuso a colocar los ojos en blanco ante la infinidad de quejas.

—No es mi culpa ser más fuerte que ustedes, fracasados. —comenzó a ingerir de una botella de agua, para luego echarse el líquido mencionado encima por el ambiente caluroso.

Yellow resopló.

—No se usa fuerza bruta, son golpes leves y calmados, maldito psicópata.

—Si ese balón llega a rozarme los cago a palo, eh. —amenazó Second, quién solo se relajaba en una silla de playa, con sus típicas gafas solares.

—Lo que sea, viejo. —Green rodó sus pupilas, en cuánto Blue iba a buscar la pelota para seguir otra partida.

Aveces se estresan mucho mutuamente al jugar este tipo de juegos. Quién diría que son tan competitivos.

Una figura alta hace aparición en la escena interrumpiendo la conversación; era King.

—Buenos días. —saludó este sonriente—. ¿Saben donde está Purple? No lo veo ni en pintura.

—Hola King —Red devolvió el saludo—. Le ofrecimos jugar pero nos dijo que mejor se iría hacía la costa. Está allá.

Señaló con su dedo dónde Purple reposaba.

—Será mejor que le hables, haz lo que nosotros no pudimos —sugirió el rojo—, de verdad es bien complicado de tratar, y eso que te lo digo yo.

—Gracias, voy a eso. Y cuidado le rompen el tarrazo a Second. —rió levemente mientras se alejaba del grupo en dirección hacía el morado.

—Si eso llega a pasar no vivirán para contarlo. —respondió el naranja más bajito, su expresión poco notoria por las gafas oscuras.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

Llegó al lugar indicado en unos segundos debido a que Purple no se alejó mucho de los chicos; solo se encontraba sentado en la orilla del mar observando el cielo mañanero. No se había percatado de la presencia de King a los primeros segundos.

El naranja soltó un suspiro tomando valor, y se acercó al contrario.

—Hola... Purple. —saludó observando al mencionado, quién no despegaba la vista del horizonte lo suficientemente entretenido.

No se molestó en responder, solo apartó la mirada hacía el lado contrario en cuánto King tomó asiento a su lado.

Miró al morado de reojo; al parecer él tampoco se molestó en ponerse traje de baño, sufría de grandes ojeras decorando los párpados inferiores de sus ojos. Luego de esa vista descuidada, implantó su atención a lo que tenían enfrente.

El cielo mañanero desde ahí era una vista increíble, podía ver a las gaviotas mover sus alas desde allí, le daba una sensación un tanto peculiar y nostálgica. El lugar se encontraba silencioso, solo con el ruido de la marea acercarse a la orilla, encogiéndose en el proceso.

La arena abajo de ellos ensuciaba sus manos y  pantalones, incluso la camisa.
Pudo oír un audible suspiro que dejó escapar el morado.

El tampoco la había pasado tan bien esa noche...

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

¡¿Cómo carajo se atreve?! —rabió Purple casi entrando en la locura. Tiró un objeto hacía la pared mientras Red solo hacía de espectador, ciertamente perturbado.

...¿Así me veo yo cuando me enojo? Tengo miedo de mi mismo... —musitó Red para que Purple no lo escuchara, cosa que afortunadamente no pasó.

Suspiró buscando paciencia.

Purpy tienes que calmarte... —lo agarró de la mano y lo sentó en el borde la cama, repitiendo esa última acción.

¿Cómo carajo quieres que me calme? ¡Me odia! Y yo también. —cuestionó con su ceño fruncido y brazos cruzados, vendas y curitas siendo lo único que resaltaba de él.

Mira...Se que quieres ir y cometer un homicidio pero tienes que escucharme —dijo con una voz un tanto autoritaria. Y suspiró nuevamente cuando captó la atención del morado, calmando también su persona para preparar sus palabras—. King no te odia, de eso segurísimo. Y tu tampoco, deja de decir estupideces. Solo uhm...se pasaron de la raya, es todo...

Purple lo miró fijamente un momento, y luego desvío su mirada dudando, pensativo.
El rojo sujetó sus dos manos.

Creeme, todo va estar bien. Piensan eso porque es...la primera “pelea”, si sabes a lo que me refiero —era obvio que no era la primera pelea, sino la primera que es tan violenta— Acepta que también dijiste cosas muy hirientes. Sólo tienes que...hablar con él. Como una persona civilizada.

En parte tenía que agradecer que Red le decía esas palabras, era muy raro que él tuviese sentido común y hablara como una verdadera persona “civilizada”.

Pronto la irá y estrés casi desaparecen, solo tornándose en pensamientos ansiosos.
¿Hablar con él? Ni loco. No quería hablarle por nada en el mundo después de esto.
Pero en lo más profundo de su ser sentía arrepentimiento y miedo. “King no te odia” es eso realmente cierto? Sentía inquietud y miedo de ser abandonado por él a pesar de hacerse el difícil y evitar la charla. Mordió la uña de su pulgar, cada vez más nervioso de su propio subconsciente.

El discurso novato de Red rebotaba y se estrellaba con su orgullo y verdaderas opiniones. No tenía el valor de hablarle a King.

No lo odiaba realmente... Él apareció en sus peores momentos, y fue mutuo...Odiaba mostrarse débil en la parte emocional, tenía miedo de ser abandonado al verse así, por eso tenía una personalidad un tanto peculiar y explosiva. ¿Debería abrirse a él? ¿Y si sale mal? Era mucha presión ¿Cómo pasó de estar enojado profundamente a estar muy nervioso e inseguro? Quería morirse también a este punto.

Pasaron unos minutos desde que finalizó la conversación y Red lo dejó en su recámara, deseándole buenas noches.

Se la pasó pensando en todo eso, esas palabras. Se movía de forma inquieta en su cómoda, desordenando las sabanas e incluso tirando la almohada por ahí.

No iba hablarle tan pronto... Tenía que pensar más...Frente a la playa... Sí, mirar el horizonte a las cuatro de la mañana vendría bien...O quizá más tardecito...Podría escaparse ahora mismo e ir allá sin rodeos.

Realmente no durmió nada, en términos reales.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

Ahora solo se encontraba justo al lado del tipo del cual que pensó toda la noche y trató de evitar.

—¿Qué quieres? —cuestionó en un tono tranquilo pero sin signos de sonar contento, devolviendo su mirada hacía las aguas celestes.

—Disculparme.

—Qué mal, porque no las acepto. Eres libre de marcharte ahora. —dijo brevemente, agarrando una pequeña piedra, lanzando esta misma hacía la marea. No estaba listo para esto.

King exhaló de nuevo, no recordaba que tratar con él era tan difícil.

—Bien uhm... —desvió su mirada tímidamente, luego la colocó nuevamente en el morado—. Está bien, seré sincero contigo.

Esto intrigó a Purple, pero no lo suficiente como para despegar su vista del paisaje.

—Es obvio que no tienes ninguna intención de volver a dirigirme la palabra por ahora, ni mucho menos verme, pero no ocurre lo mismo conmigo. —hizo una breve pausa— Sé que...la embarré. Te hablé horrible de temas que no debí tocar. Tu también lo hiciste, los dos tenemos la culpa, y lo acepto.

Purple solo mantenía la compostura, en su lugar, tirando una que otra piedra aleatoria solo para escuchar como esta se hunde en el agua.

—Me odias ahora mismo...Y también dije que era mutuo. Pero, no es del todo así.

Esas palabras hicieron que el morado finalmente le volteara a mirar, con una ceja levantada.

—Mi intención nunca fue hacerte sentir mal, solo perdí el control de mi mismo...No te odio, Purple —reafirmó una vez más, y esta vez se levantó y tomó la mano de Purple, haciéndolo reincorporarse de igual manera.

Sujetó sus dos manos; gélidas y suaves, tal y como las recordaba, ese tacto frío, pero que irónicamente le proporcionaba calor, contacto que extrañaba con todo su ser.

Purple pestañeó varias veces, confundido por la acción repentina. Sin darse cuenta se hallaban viéndose a los ojos, esas miradas profundamente llenas de sentimiento. No hizo ninguna protesta, se dejó llevar por esas palabras casi en shock.

—Sí, admito que no me gustan cosas de tu personalidad, aveces me dan ganas de acabar con mi vida al oírte. —confesó observando fijamente esos ojos violeta—. Sin embargo, eres la misma razón por la que elegí vivir, Purple. Detesto esa parte de tu personalidad, pero eso no me impide amarte como eres.

Entrelazaron sus dedos; Purple podía sentir las manos cálidas del otro; lo hacía sentir bien.
Embelesado por esas palabras, un brillo renace en sus pupilas, solo reservándose a guardar silencio.

—Amo todo de tí, tu sonrisa, tus ojos, tu nariz, tus mejillas, y sobretodo la gelidez de tus manos —se acercó más a su rostro perdido—. No me importa cuántos defectos te cargues, si eres insoportable, estúpido, e incluso inmaduro. Todo eso te hace ser tú, y yo te amo a tí. Si llegarías a actuar diferente por inseguridad, no me gustaría, ya que no serias la persona con defectos de la que me enamoré.

—King...

Musitó. ¿Debería sentirse halagado, amado o insultado? No tenía idea, solo seguía viéndolo a los ojos como todo un idiota. Pero de alguna forma, oír esas palabras aliviaba su alma. Su irá y resentimiento desaparecían lentamente solo para convertirse en la nada. Nunca nadie le había dicho algo como eso, estaba en el borde de la incredulidad.

Su corazón comenzaba a latir ferozmente al sentir la cercanía, su respiración era cada vez más difícil de regular, era tan pesada que creía que iba morir asfixiado.

Este sentimiento inexplicable no lo había sentido desde los primeros días de conocerlo. Creía que se habían extinguido, nunca creyó que fuese posible tal enamoramiento, decidido por dejarlo en el olvido en su momento. Nadie jamás le correspondería, era consciente de eso, no era tan estúpido como King lo relataba. En el fondo era una persona muy insegura.

Nunca se sintió lo suficientemente amado, por eso nunca supo como actuar cuando estos nuevos sentimientos llenos de rareza y misterio.

Había algo en King que lo hacía destacar. Era muy comprensivo y aportador. Siempre mantuvo una posición incrédula ante esto ¿Qué carajo se hacía al recibir afecto?

Todas esas verdades eran simplemente...ciertas. Era un necesitado, sin duda. Creía que con King solo se sentía seguro, más no enamorado, pero ver esos ojos inundados de amor y perdón le hacian darse cuenta de que no tanto como pensaba.

Estaban tan cerca que alcanzaban a sentir la respiración del otro, una acalorada y pesada.

—Te amo, Purple. —miró esos labios contrarios y no pudo contenerse.

Acercó sus labios con los del morado; plantando un cálido y apasionado, desesperado beso, lleno de sentimientos confusos y desconocidos, pero placenteros, un tacto que ambos necesitaban y anhelaban del cuál sus cuerpos y alma suplicaban desde hace tiempo sin realmente darse cuenta. Bajó sus manos hasta alcanzar la cintura del más bajo, sujetando a esta con firmeza.

Las mejillas de Purple ardían como un volcán; un color rosado intenso se adornaban en ellas. Seguía incrédulo, más no dudo en rodear el cuello de King con sus brazos para aumentar la cercanía como fuese posible.

Esos corazones desesperados y confundidos, con miedo e irá por fin se unían en uno solo, desvaneciendo esas angustias y dudas internas.

No querían separarse por nada en el mundo, esta sensación los hacía sentir muy bien, no querían parar, quedarse así hasta que su cuerpo se los impida.

Cada vez presionaban más sus labios aumentando la intensidad, sensación cálida que proporcionaba desahogo indirecto. Por primera vez olvidaron todos esos golpes e insultos, incluso palabras dolorosas. Solo se centraban en no romper esta cercanía especial.

El viento golpeaba sus pieles delicadas, esta vez gélidas por la mañanera. Solo oyendo el reconocible ruido de la marea moviéndose ferozmente.

Se separaron por falta de aire, y se dirigieron una mirada recíproca, una que mostraba total embeleso, donde participaban sus respiraciones pesadas y el feroz viento de espectador.
Creían que el corazón se les iba a salir del pecho.

El morado después de tanto tiempo, la comisura de sus labios se contrajo en una sonrisa genuina; esa característica sonrisa boba con mejillas rosadas de la que King se enamoró.

Purple sonrió más ampliamente y no se aguantó; acunó las mejillas con hematomas del naranja aplicando roze delicado usando sus manos, para plantarle lindos y diminutos besos breves por toda la cara; cachetes, nariz, frente y al final, labios.

Una acción que pasó muy rápido a los ojos de King, pero que lo hizo sonreír tontamente; soltando una que otra risita mientras se dejaba llevar.

Disfrutaban del tacto del otro, era tan agradable que se empezaba a volver adictivo. Nisiquiera creían lo que estaban viviendo, parecía un sueño del cuál solo seguían la corriente.

—Esto es muy gay... —mencionó Purple al segundo después de besarle.

—Lo sé, pero no lo arruines.

Purple le sonrió con gracia y volvió a unir su boca con la del contrario, gozando de este preciado momento.

Sin embargo una pelota a toda velocidad impactó en la cabeza del más bajo.

—¡CARAJO! —soltó una maldición separándose del naranja, agarrando su cabeza con las dos manos intentando aliviar el dolor.

King se volteó hacía el lugar donde provino el balón con el ceño fruncido por la interrupción.

—¡Lo siento jotos! Casquen a Red, a nosotros no —gritó Green desde el otro lado.

Bueno...Fue lindo mientras duró.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

—Bien, ¿ya está todo? —cuestionó el naranja más alto de allí, observando  como Second iniciaba una lucha con una maleta—. Ya terminé con las demás.

Hace varias horas que habían abandonado el hotel. Para ser exactos, fueron echados y prohibidos en la propiedad por destructores de ventanas y golpeadores de tarros. Red estuvo a un pelo de ser arrestado, no obstante todo se arregló.
Pero para sus desgracias, ya en casa de los chicos, tenían que irse a su hogar nuevamente.

—S...sí...Claro. —se sentó rápidamente encima de la maleta, evitando que salga disparada por la habitación. Sonrío nerviosamente— ¿De verdad se tienen que ir? ¡Las cosas se estaban poniendo divertidas!

—Purple hasta casi me llora para que volvamos a casa, extraña muchas cosas de allá —se rascó la nuca apartando su mirada—. De igual manera, fue muy entretenido pasar las vacaciones con ustedes.

—Lo mismo digo, pero por favor...usen lubrican... —un golpe fuerte en el hombro calló al sapo de Second, acompañado de un quejido tenue.

—Deberias medir tus palabras, de no voy y me robo los anillos de Purple y te dejo tremendas hostias en la puta cara.

—Sí, lo que sea —soltó unas risas—. Por cierto ¿Que carajo llevan aquí dentro? No sabía que tenían el equipo del FBI.

—Solo es ropa de Purple, ni sé porque tiene tanta, no lo veo usando una mierda. —miró las maletas a punto de explotar con detenimiento—. No debí dejarlo traer tanta cosa —reflexionó sus decisiones un momento.

—El amor duele y cuesta, incluso cobra caro. Ya te acostumbrarás si de verdad amas con tanta intensidad.

Siempre se preguntó cómo carajo Second sabía tanto de relaciones y se soltaba ese tipo de comentarios. Siendo sinceros, aún muchas preguntas atacaban su subconsciente.

—Cambiando de tema, aún no lo puedo creer...¿cómo es que hiciste que Purple te perdonara? Amigo, creí que jamás se volverían a hablar —reflexionó Second al recordar como Red narró su estancia con Purple la noche anterior en un intento fallido de consolarlo. Casi destruye propiedad del hotel.

—Tampoco tengo idea. Sólo...hice lo que dijiste, hablé desde el fondo de mi corazón —desvió su mirada cuando la imágen del beso volvió a sus recuerdos, acompañado de un tenue sonrojo rosa.

—Eso es tan gay ¿Estás seguro que yo te dije eso? Debí estar borracho anoche, quién sabe —pensó unos segundos—. Pero estoy contento de que por fin arreglaron las cosas.

King soltó una risita.

—Sobrio o ebrio, tus consejos me sirvieron de mucho, gracias Sec —agradeció profundamente.

—Es un placer. —sonrió— Bueno, vamos bajando.

⏝⏝ | ♡ | ⏝⏝

—¡Te extrañaré, Purple! Por favor recuérdame —lloriqueó el rojo con ojos húmedos, abrazando con lágrimas al mencionado.

—Te aseguro que si lo haré —también dejó escapar una de que otra lágrima rebelde de sus ojos, palmeando la espalda del contrario.

—Son unos dramáticos, literalmente se ven todos los fines de semana. —Green rodó sus ojos ante la innecesaria y dramática escena.

—¡Cállate Green! No lo entenderías... —exclamó Red señalando, para luego limpiar sus penas con la manga de su sueter.

Purple y King se despidieron de los demás y agradecieron su estancia allí.

Hubo un silencio cuando desaparición de sus vistas en un auto, hasta que Second inició un escándalo cuando por fin estaban solos.

—¡GANÉ LA APUESTA, GILES! —exclamó al unisono, haciéndole burla a Green y Red, para luego ejercer un baile de victoria.

—¿Y este qué? —Blue alzó una ceja muy intrigado del asunto.

—Green inició una apuesta de quién tomaría la iniciativa; King o Purple. Para la poca suerte de Red y Green ellos apostaron por Purple —explicó Yellow acomodando sus gafas—. Solo un pendejo apostaría por Purple si analizas bien la situación.

—¿Iniciativa? ¿Desde cuando se gustan? —seguia con el cuestionario el pobre desactualizado.

—Era muy obvio.

Green gruñó.

—Lo que sea, toma tu mierda —desvió su mirada pasándole el dinero. Second lo contó.

—Uhm...Aquí falta alguien —buscó con la mirada al rojo, quién ya se estaba escapando sigilosamente de puntillas— ¡RED! no seas marica y acepta tu derrota.

—Carajo...

Con el orgullo en el suelo solo paga el dinero cabizbajo, casi arrastrando sus pies.

—Nisiquiera es justo, tú pudiste hablar con él y animarle. Con Purple apenas y pude entrar a su habitación —protestó Red.

—Pues qué mal, que sean novatos en apuestas es otro tema, bebé.

—¿Yo novato? ¡Vas te vale que te retractes Second! —se unió Green a la conversación, totalmente ofendido.

—Aquí vamos de nuevo... —expresó Blue al borde de la locura soltando un largo suspiro. Ahora que King y Purple no estan comenzarán sus típicas discusiones diarias insignificantes.

🎣

Les juro que me sentí de lo más gay escribiendo esto XDDD Pero valió la pena...cada maldito segundo.
e

spero hayan gozao de esta wea pq me costó un huevo escribirlo sin fallar en el intento

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top