Las dos caras del amor

La de arriba es la versión con subtítulos. Y la que les dejo aquí es el PV original de la canción, con subtítulos en inglés. Por si acaso quieren ver los dos se los dejo.


Disfruten del Fic! ^^

☘☘☘☘

Siento como mis pies dejan de correr. Al fin puedo descansar. Alzo la vista de mis ojos verdes hacia adelante. No sé por qué ni a qué quiero ver, pero entonces siento como todo mi ser comienza a sentir un calor interno, mientras mi mayor órgano vital comienza a latir a mil por segundo.

¿Qué me sucede? Nunca me había pasado esto.
El sudor comienza a salir de mi piel. Mi piel quiere aire. Quiere respirar.

No puedo moverme.
De repente, siento como mis mejillas arden de a poco a más intenso. Las toco sin comprender.

¿Qué me ocurre?
Están ardiendo.

Unos dulces comienzan a venir en mi dirección. Al pasar por al lado mío, pintan todo de un lugar hermoso. Un bello prado donde no se ve nada de contaminación ambiental, mayormente causada por la mano de mi raza, los hombres.
Se ve hermoso completamente.

—Esto Lila, es el amor. Es la representación del amor.— una dulce voz me dice a mis espaldas. Al darme vuelta, veo a una chica parecida a mí. Me sonríe dulcemente.

—¿El amor?— nunca lo he sentido. O bueno, sí. Pero en pocas medidas. Nunca me he enamorado realmente.

—Sip. El amor romántico es hermoso, ¿no crees?— a la vez que habla, observo todo a mi alrededor. Al escuchar su pregunta solo asiento embobada con el entorno. —Incluso te puede hacer sentir el cielo.— me asombro ante esa afirmación. No sabía que ese tema tan tocado en las novelas podía ser tan dulce y tierno. Es genial. —Pero no debes olvidar que- — siento como todo de repente se desvanece a la vez que abro los ojos, dejándome ver...
Mi cuarto.

Era un sueño...
Toco mi pecho con mi mano.

Ah, era un hermoso y bello sueño.
Era un sueño tan perfecto.

El amor... ¿Lo que vi es cómo se siente estar enamorado? ¿Es tan hermoso? Seguramente sí.
Siempre he visto en las películas la felicidad de las personas una vez encuentran el amor.

¿Así seré yo algún día?
¿Yo también tendré mi boda con bellas decoraciones y la felicidad en el aire? ¿Con mi hermoso vestido soñado y mis seres queridos dándome apoyo?

Ah, de tan solo imaginarlo... comienzo a sonreír de forma tan boba que serviría para comedia.

.
.
.
.
.

Pobre ingenua niña fui.

Aún recuerdo ese día.
Miguel me había advertido acerca Alessandro.
Me dijo que no me confiara demasiado con él.

Evelina me dijo que no fuera tan obvia a la hora de ocultar mis deseos profundos. Me enseñó cómo alguien debería mentir, así podría decirle que no.

María se dedicaba a decirme que mantuviera mi mente fría. Que pensara con el cerebro, y no con el corazón.

Lo siento chicos...
Deben estar decepcionados.


Aún recuerdo ese día

—Lila.— un chico de cabellera castaña oscura al igual que ojos marrones me miraba de atrás. Llevaba lentes y la chaqueta que usó en nuestra primera cita de pareja, la cual era roja oscura.

—Oh, Alessandro, hola.— le sonrío sinceramente, mientras acomodo mis libros sobre biología en mi bolso. Mis padres estaban pensando la idea de irse a Francia.
Y yo podía decidir si ir o no.
Obviamente no iba a ir, ya que en Italia estaba todo lo que amaba.

Pero actualmente vivo aquí. Aunque eso será para más tarde.

—Sabes, la clase de biología nos mandó un proyecto.

—Sí, lo sé. No soy tan distraída como para no escuchar algo que dijo la profesora. Ni que tuviera un problema en el oído.— sonrío divertida, a veces pienso que ese chico solo inventa excusas para hablarme.
No me equivocaba del todo.

Soltó una risa divertida antes de continuar hablando. —Me preguntaba si podríamos hacerlo juntos. Me gustaría mucho hacer un trabajo con mi hermosa novia.— me sonríe de una manera encantadora, haciendo que mis pómulos se tiñan de carmín y que baje la mirada. —¡Hey, no sabía que eras tan atrevida!

¡¿Atrevida?!

—¿A-Atrevida? ¡¿E-En qué parte soy atrevida?!— si bien es cierto que suelo ser coqueta y bromista, hay veces dónde quiero ser tímida.

—¿En qué parte? ¿Acaso no recuerdas cuando me diste ese delicioso beso francés frente a todos para declarar a medio mundo que soy tu novio?

—Touché De Luca.— mi rostro mostró una sonrisa juguetona y maliciosa, dando así terminada nuestra hermosa conversación de pareja. —Y sí, haremos el trabajo juntos.

El trabajo trata sobre la evolución. Es un tema interesante. Sinceramente muchos –incluída yo– pidieron el tema de la reproducción. Pero en el sorteo terminó ganando la evolución de las especies a través de los siglos.

Recibí un mensaje. Era de Evelina.

Evelina:
Así que van a hacer el trabajo juntos. ¡Yeeey! ¡Cada día mi Ship tiene más y más fuerza! TwT

Lila:
Sí, sí, lo que tú digas... ¡Y sí, vamos a hacer el trabajo juntos! ^///^ ¡Estoy emocionada!

Evelina:

¡Yeeey! Pero recuerda...

Lila:
Sí, lo sé. Que por si acaso mienta.

Evelina:
Eres mi mayor orgullo TwT

Lila:
Aww ❤, gracias! ¡Bueno, tengo que irme 😆! Nos vemos!

.
.
.
.
.

Y allí terminó nuestra charla.
Debí haber mentido.

Tal vez así me hubiera ahorrado posibles problemas como estos.
Siento como todo cambiará. Lo siento en mi vientre, que crece más cada día.

Releo la conversación de ese día una y otra vez. No dejo de pensar en que podría haber terminado de otra manera. Que este error podría haberse evitado.
De mis labios se escapa un suspiro de resignación, realmente soy estúpida por pensar en los “si”. Lo hecho hecho está, no se puede hacer nada ya.

—Evelina... ¿le habrás dicho por fin lo que pensabas sobre nuestra situación como pareja? O... ¿estarás feliz como quisiste a su lado?— no sería malo en todo caso, después de todo él no le hizo nada a ella.

Escucho como alguien toca la puerta de mi habitación suavemente, no queriendo forzarme a responder.
—¿Mi bella? ¿Estás bien?— escucho como tiene algo que podría romperse en una especie de bandeja. No sabe mi situación, lo cual solo hace que sea más difícil. —Por favor, responde. Te traje algo de té.

—Sí mamá estoy bien. Déjalo en la mesa por favor.— al terminar de decir eso veo como entra a mi recamara y deja la bandeja con mi merienda en la mesita de luz más cercana a la entrada.

—¿No se te ofrece nada?

—No gracias mamá. Ya hiciste varias cosas y tienes que irte a trabajar. Yo puedo quedarme sola.— le sonrío a lo que ella parece calmarse un poco. —No te preocupes.

—De acuerdo, nos vemos mi bella.— me da un beso en la frente antes de retirarse. Ese beso estaba lleno de amor maternal.
Mi padre no está en casa, está trabajando.
Dijo que iba a pasar comprando medicinas.

Al ver como cierra la puerta y la oigo irse de la casa doy un suspiro a punto de llorar nuevamente.
¿Por qué tus besos pueden disfrazarse tan bien?

—Bueno, entonces, Darwin realizó su viaje por distintas regiones del mun- — me detengo al darme cuenta que mi novio no estaba prestándome atención alguna a lo que estaba diciendo. —Alessandro, ¿me estás escuchando?— me mira fijamente, y a pesar de que asiente repetidas veces de una manera muy creíble, se me ocurre algo para saber si miente o no. —De acuerdo, entonces... ¿puedes decirme en qué parte de Darwin estábamos?— veo como su rostro palidece y comienza a rascarse el cuero cabelludo para tratar de responderme algo que tenga que ver con este hombre –porque conociéndolo es capaz de salir hasta con la Francia del siglo XVIII en vez de con Darwin–. —Vamos, dímelo, ¿o acaso no estabas prestando atención?— me inclino un poco sobre él para parecer amenazante, aunque para él parece ser todo lo contrario.

—Sin duda tengo a una hermosa y bien formada novia...— sonríe pícaro mientras yo solo me alejo de él, sin entender demasiado bien a qué viene eso. —Eres tan hermosa que no me molestaría besarte ahora.— y eso fue lo que hizo, sin esperar respuesta de mi parte.
Yo solo correspondo algo sorprendida al principio, pero luego acepté sus deliciosos labios sobre los míos, como siempre.

Una vez nos separamos nos sonreímos.

—¿Ahora recuerdas de lo que estábamos hablando, Alessandro?— lo miro divertida y pícara al mismo tiempo mientras en mi mano izquierda muevo mi portaminas de arriba a abajo en mis dedos. —¿O acaso quieres que vuelva a explicarlo por ENÉSIMA VEZ?— mi tono fue bajando de amable hasta volverse uno mucho más frío y molesto hasta terminar en uno típico de una madre cuando sus hijos no hacen la tarea.

—E-Eh, ya... No hace falta que nos pongamos así amor...— a pesar de sus palabras relajadas, se nota a leguas que está nervioso y trata de sacar un tema de conversación. —Menos cuando estamos en mi terreno.— su semblante nervioso pasa a uno mucho más confiado y atrevido, como si quisiera retarme.
Debido a mis hormonas que sólo quieren arruinarme la vida no puedo evitar mirar sus labios que saben tan bien cada que los pruebo. Luego mis ojos van a su pecho dónde puedo ver su camiseta negra con un dibujo del logo de un cantante francés bastante famoso, llamado Jagged Stone –el cuál fue un regalo de mi parte–. Mirar su pecho solo hace que sienta algo extraño en mi ser, que nunca había sentido antes, y que quiera relamerme los labios. Mi vista luego se dirige a sus hombros, dónde se puede apreciar que lleva la chaqueta bordo que me encanta y que usó en nuestra primera cita de pareja, hace ya unos cinco meses.
Sus lentes de marco y patas oscuras contrarrestan y combinan a la perfección con su piel pálida, y sus orbes marrones hacen juego con su cabello castaño oscuro.

Sin duda, me encanta este hombre.

Suelto una risa sarcástica, que busca seguir su juego.
—¿Tu terreno? ¿No serías tan amable de explicarme?— tengo los párpados cayendo sobre parte de mis ojos, dándome una aura divertida y seductora, mientras que una sonrisa se posa en mis labios. Mi ropa es un mono negro con algunos puntos blancos, que en sus mangas es como una musculosa con escote; y a eso lo cubre una chaqueta roja. Tengo el cabello castaño recogido en una coleta alta.

—Por supuesto. Te diré que en mi casa... tengo el control, prácticamente.

—¡Ja! ¡Me gustaría verlo! Si tuvieras el control, podrías perfectamente prestar atención a lo que estamos leyendo, ¿sabes amore?— mis ojos aceituna se clavan en los suyos, que son puestos luego de un cristal transparente, tratando de persuadirlo mediante la mirada.

—No me refería a ese sentido. Me refiero a— en ese momento se acerca sin previo aviso a mí, apoyando sus manos en la mesa de estudio que formamos en su habitación, y su cabeza hace reposo en el espacio entre mi hombro derecho y mi cuello, para acercarse a mi oreja. —ese terreno.— y al decir eso, sopló aire caliente en mi oído, haciéndome sentir escalofríos y los pelos de punta ante el contacto de ese aire con mi piel. Se aleja lentamente de mí, con la esperanza que yo quiera detenerlo. Trato de no caer ante la tentación de querer mantenerlo entre ese espacio, teniendo en cuenta que solo tenemos 15 años.
Una vez ya estamos cara a cara –tan cerca que puedo sentir y escuchar su suave respiración entrar y salir de su cuerpo para los pulmones– hace que nuestras narices choquen, sin nada de objeción de mi parte. Su extremidad izquierda llamada mano se acerca a mi mejilla derecha, mientras que la otra va hacia atrás para agarrar mis mechones de cabello, llevándolos a sus pómulos para acariciarse con ellos –lo cual no me molesta, ya que mi cabello es largo–.

—¿Ese terreno...?— no soy idiota, sé perfectamente de qué ““terreno”” habla. Pero simplemente trato de luchar con mi corazón palpitante y usar mi uso de razón para decirle que se detenga; y aún así no logro hacerlo. —Aless, tú...

—¿Por qué no hablamos de otro tema en Biología, amore mio?— su mirada representa un total rompecabezas que yo sé armar, y que al hacerlo puedo ver de una forma demasiado clara sus intenciones. —Uno que... ambos queríamos.— con su mano aún en mis mechones de cabello lo lleva a sus labios para besarlos.

—¿Un tema... que ambos queríamos...?— me pregunto si él estará de la misma manera que yo me siento, con toda su cabeza a punto de explotar debido al proceso de la información.

—Sí, ya sabes, el de la... riproduzione.

Lo alejo con algo de temblor en mis manos. Lo enfrento con los ojos, encontrándose café y verde opacado uno contra otro para saber quién ganará en esta situación.

—Tenemos que terminar nuestro trabajo.

“Recuerda, miente.”

“Si trata algo dile que no.”

“Mantén al cerebro funcionando. El corazón nunca da buenos consejos.”

Las palabras de mis amigos vienen a mi mente, apoyando a mi cerebro de que no debo dejarme caer.

—¿Oh? ¿Estabas presentando atención al trabajo desde que comenzamos a ponernos así?— no. No estaba pensando en el trabajo. Pero debo mentir. TENGO que mentir.
Evelina me enseñó a mentir. Debo tener en cuenta sus palabras.

“No debes dejar cabos sueltos nunca. Tienes que cubrir tantas posibilidades como se te permita, y tienen que ser al menos la mayoría. Tienes que mirar a los ojos o decirlo con un tono dulce o triste. Esos dos tonos son los que más pegan a la gente. ¿De acuerdo? Tendrás que aprender a mentir, y yo te enseñaré.”

Miente, miente, miente...
—No.— ¡Serás estúpida Lila Rossi! ¡Esto no puede ser posible!

—¿Ves? Ambos estamos pensando en lo mismo, creas o no. La reproducción es un tema interesante, ¿no es así?

Miente, miente, miente...
—Sí.

—¿Y sabes lo que estoy pensando con respecto a eso? Que el apareamiento es una de las partes más emocionantes.— sus dientes blancos se muestran en esa curvatura de labios que conocemos como sonrisa, pero una juguetona y seductora.

Suelo ser fuerte ante estos temas, pero ahora no sé si debería dejarme llevar o ponerle fin a nuestro “juego” de una buena vez.
Me quedo unos momentos rápidos en silencio, y acabo lanzando un suspiro mientras vuelvo a posar mi atención en el libro.
—¿Por qué no te tomas este trabajo en serio? Por mí puedes reprobar y perfectamente yo pasaré este semestre.— coloco mi portaminas en su mentón, para señalarle que se aleje.

Me mira desilusionado y suelta un bufido, claramente molesto. Sonrío para mis adentros. Aunque, puedo sentir como en mi interior todo comienza a romperse y a hacerme desconcentrar otra vez del libro. Miro sus brazos que se pueden apreciar vagamente debajo de su ropa, pero aún así siento como si me abrazaran con una total fuerza y seguridad de que no me dejarán ir ni me lastimarán nunca. Mi pecho comienza a pedirme más, que lo aprecie más, como si fuera una estrella de cine. Y en efecto, eso hago.
Observo atentamente el sudor en sus mejillas y frente, haciéndome tener más deseos de tenerlo sobre mí.

Muevo la cabeza en señal de negación. ¡¿Cómo voy a pensar eso cuando tengo 14 años?! ¡No, es imposible para mí pensar en eso! Pero... mi vista me traiciona, dirigiéndose a sus labios naturales y devorandolos con mi mirada y en mi subconsciente. Esto me está matando. Disimulo con mi libro frente a mi cara, pero esconderme solo hace que me sonroje y quiera apreciarlo más. Más. Mucho más. Quisiera ver y apreciar todo de él, de la persona que amo.

Tal vez... solo tal vez... deba obedecer a mis impulsos, incluso si mi cabeza me pide que lo recapacite.

—Hey,— al sentir mi voz llamándole, Alessandro levanta su cabeza para verme a los ojos. Me golpeo mentalmente por un segundo. ¡¿Lo llamé en contra de mi voluntad?!
Busco el significado de mis intenciones en esos iris cafés... ¿Realmente podría ser capaz de sentir el amor si cedo? ¿Después de hacer muchísimas cosas juntos... sería capaz de ser realmente feliz con esto?
Mi corazón está dividido entre dos variables; la más sensata, que es dejar esta relación cómo está y avanzar de al ritmo que ambos queramos, sin presiones y sin inseguridades; o la que cumplirá con mis deseos actuales y me hará caer ante la tentación que toda persona siente en algún momento de su vida.
Quiero golpearme para poder elegir con rapidez. En estos momentos es cuando quisiera un manual o un profesor que enseñe sobre el amor. Al pensar en todo esto al mismo tiempo a una velocidad altísima no caigo en qué momento digo las palabras que me hacen curvar mis labios en una sonrisa pícara. —¿nuestros cuerpos desean lo mismo, no es así?

Cuando me doy cuenta, el cuerpo de mi amado novio me hace soltar mi portaminas y hace que los libros de Biología caigan al suelo con las hojas boca abajo... pero aún así dejando ver en qué sección estábamos: Anatomía.

Nuestros labios se unen rápidamente, buscándose con frenesí y casi necesidad. Sé que ambos queremos lo mismo. Sé que ambos nos entregaremos en cuerpo y alma.

Sé que ambos... nos amaremos.

Los jadeos –y gemidos– no tardan presentarse. Mi cabello pasa a estar suelto y sus lentes en el suelo, con cuidado de que no se rompieran.

Nos tocamos por instintos, pero realmente no hay nada que tengamos que decirnos, y solo hay que fijarnos en la realidad...
En un momento comienza a doler. Pero luego de unos momentos eso pasa a segundo plano.

Finalmente pude sentir que toqué el cielo, junto a mi gran amada persona. Ese sueño no mentía.

Reviso todo. Izquierda a derecha. De derecha a izquierda. Arriba a abajo. Abajo a arriba. Adentro a afuera. Y solo pude llegar a una respuesta, la cual me hizo gritar.

¿Acaso hay algo bueno en todo este mundo lleno de errores que nosotros cometemos? Me pregunto a mí y al resto de mi alrededor al encontrarme llorando en medio de la calle y terminar en un grito.
—¡AHHHHH!

.
.
.
.
.

Acaricio mi vientre mientras largo un suspiro.
Tendría que forzarnos a estar juntos. Después de todo, lo que llevo en unos meses va a respirar, y va a empezar a extenderse desde mi diafragma hasta mi cadera.

Después de todo lo que hicimos ese día, solo acabó con un: Adiós, mi amor.
Y yo seguía enamorada locamente de ti, Alessandro.

—Hola señor...— abro la puerta encontrándome con un hombre que lleva una bata blanca y debajo una ropa de color azul. Sus ojos verdes se clavan en mí y me da una sonrisa que trata de darme confianza.
No le dije a mis padres sobre que iría al médico local. Ni que pudieran acompañarme además. —¿Cómo están mis resultados?

Me indica que tome asiento delante de su escritorio, y eso hago.
¿Por qué siento que algo horrible va a suceder?

—Le tengo que informar que no tiene nada extraño señorita.— su voz me hace relajarme por un momento, a pesar de mi gran confusión. Yo puedo asegurar que tenía horribles náuseas; que hasta mi comida favorita, la tarta, me daba asco y ganas de vomitar; que mi cuerpo estaba empezando a cambiar de repente; que tenía antojos de cualquier cosa existente, incluso si antes eso me daba repugnancia; e incluso que iba al baño a orinar tres veces más que de costumbre. Lo miro con los ojos abiertos como platos, sin poder creerlo. —Solo a una nueva vida creciendo dentro de usted.— al escucharlo decir eso, no pude evitar preguntarle si no me estaba jugando una broma. No puede ser cierto. Esa maldita sospecha que yo había tenido no podía ser cierta. Tenía que darme esperanza. Por favor... —Yo no bromeo con esto, señorita Rossi. Cómo le dije, está embarazada, y ya lleva dos semanas.

Veo como su mano me extiende los documentos y papeles con los estudios que me hice, y antes de recogerlos salgo a toda prisa de ese lugar, sintiendo dolor en mi estómago por la fuerza que estoy haciendo.
Me detengo luego de unos segundos, cuando ya estoy en la planta baja.

Me lanzo a llorar.

Todo... TODO porque nos tocamos por instinto...
Todo...

—¡AHHH!

Alessandro ha prometido ayudarme con nuestro bebé. Me siento tan... vacía. Todo se acabó para mí. Para ambos.

—Amor, ¿se te ofrece algo?— me pregunta el padre de la criatura que llevo en mi interior. Yo le miro y le respondo con un “No, gracias”. Esta es la tercera vez en cinco minutos que me ha preguntado lo mismo.
Aunque sea egoísta, adoro que tanto yo como el bebé le importemos.

—Solo quiero descansar...— no es broma. Un síntoma de el embarazo es tener mucho sueño y cansancio.

—Lo sé...— lo noto desanimado. A pesar de que insisto, no me responde por qué y solo esquiva la pregunta.

Está mintiendo. Evelina me enseñó tan bien que sé identificar mentirosos.

.
.
.
.
.

Mis lágrimas vuelven a traicionarme y vuelven a salir. Cuando noté que me engañaba, ya se había alejado tanto que ni siquiera giraba para verme. Todo... ¡TODO lo que pasamos lo tiró a la basura! ¡Absolutamente todo!

Aún recuerdo ese sueño del cual desperté hace poco, fue una horrenda pesadilla.
Y el sentimiento de amor seguía en mi interior.

Seguía y seguía.


Hasta que yo misma lo volví una burla.

—Eres libre de amar otra vez, Alessandro De Luca, incluso si eso es con mi mejor amiga... Al igual que yo, con quién quiera pasar un buen rato conmigo...

Mi abuela siempre me dijo algo: “Pájaro que come vuela, recuerda eso mi bella Lila.”

Ahora la comprendo.
Luego de un año, decidí ir con mis padres a Francia.

Al principio, solo me dedicaba a ver qué chicos idiotas podrían caer en mi red para luego abandonarlos.
Mi bebé fue mandado a mis tíos que no podían tener hijos. Nunca se enterará que fue un error de mi parte.

El amor y los amantes no van de la mano. Son cosas separadas.

Y eso es lo que le enseñaré a Marinette Dupain-Cheng. Te aseguro que estarás feliz una vez sepas que tu forma de amar no es la correcta...

☘☘☘☘

¡Hola! Okey, admito que está algo... ¿Cómo decirlo...? Choto este One-shot, pero bueno, no se me ocurría más.

¿Les gustó que esta vez usara a Lila? *le tiran un montón de tomates* Creo que eso es un no... ¡Pero bueno!

¡Espero les haya gustado! Sí, lo sé, tardé más de lo que se suponía que tardaría... Pero no se me venía la inspiración, ¿okey? No me juzguen ;-;

Espero el próximo traerlo más... Rápido, y que esté mejor escrito, narrado, y todo eso que siento que le salió mal a este 😅

Ahora sí, ¡hasta luego!







Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top