XVIII - FIN -


Los rayos de aquella mañana te despertaron con insistente molestia, los breves segundos que tardaste en desperezarte fueron completamente perfectos, si, ¿Quién no ama esa sensación de ser inconciente de la realidad que lo rodea? Sentirse único y sin preocupaciones en un mundo tan loco como el que conocemos?

Tus manos palmearon con suavidad la cama en busca del calor que no encontrarías, con lentitud, buscaste su cuerpo, y finalmente, recordaste la ausencia de él. Esa semana, no se habían comunicado, ninguna visita, llamada o un misero mensaje, ni una señal de vida. Karamatsu estaba totalmente desaparecido.

Un mal presentimiento, una mañana intranquila, tu respiraicon se sentia pesada llegando al extremo de casi sentirte asfixiada, el nudo que se formaba en tu garganta y la extraña necesidad por llorar te indicaban que el momento había llegado, necesitabas verlo, necesitabas saber que él, aquél que tanto querías estaba bien.

-KyT-

El avión aterrizó en Tokio, con cansancio estiraste tu cuerpo, intentando quitar el sueño que aún permanecía dentro de ti, las fuertes ventíscas callejeras anunciaban la próxima llegada de una tormenta, qué irónico -pensaste-.

Con un último suspiro, te concentraste en el urbano paisaje a través de las ventanas de aquel taxi, intentando despejar tu mente y ahuyentar tus últimos malos pensamientos nada malo podría pasar, ¿o si? Para suerte tuya -o quizás para la del pobre taxista- El viaje estaba cercano a terminar, pero el nerviosismo aun recorría tu cuerpo, sin dudar era tarde, hacía más de una semana que Karamatsu había abandonado California y no te había contactado. Sabías que el debía trabajar y mudarse a Tokio, sin embargo aún te sentías inquieta por su falta de comunicación.

-KyT-

La gran casa frente a ti se notaba fría y fúnebre, padecía imposible, ¿En donde había quedado toda esa vida que habías conocido en tu última visita?

Los pasos cansados y livianos al abrir La puerta terminaron aquella ingrata sorpresa ¿Quién era ella? Esa NO era la señora Matsuyo, pues esta, esta impostora -parecida a la mujer llena de vida y jovialidad- ahora vestía una sombra de preocupaciones y vejez. Su historia, fue creíble, estúpida pero no fue suficiente para traer tranquilidad, la mujer sufría...

Desde la llegada de su segundo retoño y sus nuevas Notícias, Su casa había llamado a un nuevo monstruo conocido cómo orgullo y miedo. ¡Que mala combinación!

El comienzo de su estadía marco un punto en sus vidas cuando, el azul de los seis hermanos, conoció el infierno, pero lo no sabría es cómo llevarlo. Podía estar acostumbrado a aquellas peleas o "juegos" fraternales, pero ¡esto era extremo! Los insultos y golpes habían cambiado a la cruel ausencia, nadie le hablaba, miraba o tocaba, era un fantasma entre personas, un muerto entre seres vivos.

Fue la falta de experiencia y el control de sus emociones que limitó a Karamatsu a perderse, si ellos hubieran hablado, tal vez todo sería diferente.

-La semana pasada... Él se marchó a Tokyo para terminar su mudanza, debía volver hoy, en la mañana, pero... Aún no aparece.

Los ojos de la mujer mostraron dolor y decepción, no sólo le lastimaba la distancia que habían impuesto los mismos hermanos sino las consecuencias que esto traía. ¿Quién lo diría? Ella era bromista y encantadora, fingió un próximo divorcio aún cuando sabía que jamás podría separarse de tres de sus hijos pero, la costumbre a esos juegos u otras cuestiones que la vida les hacia pensar, provocó que todos Los integrantes de la gran familia olvidaran lo sobrecogedora y La gran "mamá gallina" que era.
Quizas el dolor era algo que formaría parte de su vida. Quizás tú simplemente fuiste un pequeño engaño que la orgullosa e insensible vida le dio. Un simple juego del destino, para mostrarle todo lo que se perdería y jamás sería capaz de obtener.

-KyT-


-El número solicitado se encuentra en un...-

Nuevamente buzón de voz, el reloj marcaba las seis de la tarde y por más que intentabas e intentabas él no te contestaba. Tu cuerpo se sentía tenso, algo malo estaba por pasar, lo sentías. ¿Donde Estaba? De repente la puerta de abrió, mostrando a los cinco hermanos del terror.

-¿¡Que Mierda les sucede?! ¿Son idiotas o que? Su hermano a desaparecido ¿y a ustedes no les molesta? ¡Karamatsu podría estar muerto y no hacen nada!

Tu mirada acusadora les calaba los huesos, el terror les invadió, sintiéndose amenazados.

-No importa... Aún si no me ayudan lo buscaré sola. Simplemente díganme ¿Realmente pueden odiar a su propia sangre?

-¡Tú no lo entiendes! No puedes exigirnos algo qu...

-¡CLARO QUE LO ENTIENDO! Sólo son unos egoístas, aún no entiendo como Karamatsu los aprecia y los aguantó por tanto tiempo...

Y sin importarte más, con ojos rojos por el llanto y la garganta ardiento por los gritos fuiste en busqueda de tu Príncipe.

-KyT-

Karamatsu miró por última vez el obscuro cielo nublado, sus piernas empezaban a doler y su estómago le exigía alimento, consecuencia de caminar todo el día sin descanso. Miró su teléfono, disfrutando aquél fondo en su teléfono donde ambos sonreían sonrojados, una gota mojó su pantalla y luego más vinieron, era lluvia, que cliché. Sus piernas se desvanecieron en una banqueta ubicada en medio de aquel puente que tanto solía visitar. Simplemente descansó, el ruido del agua corriendo con fuerza, gracias a la lluvia, volvió a animarle, y antes de darse cuenta ya estaba parado junto a las fuertes barreras de cemento que impedían el paso, lo pensó.

Con cuidado subió sobre el límite del puente balanceando su cuerpo en un juego cínico, dejando que las frias gotas de la lluvia lo cubrieran, no importaba, él era un hombre egoísta, pues sin importar lo que el destino le entregó y quitó, había sentido al menos una vez la felicidad, junto a ti.

Las siguientes escenas fueron tan lentas como los últimos sollozos que darías. El momento no fue el correcto, si tan sólo hubieras llegado un segundo antes, para evitar aquél vil acto de dolor y cobardía. Con terror, te aferraste a la fría mano de Kara mientras veías como el hombre que amabas saltaba de aquel puente, al tiempo perfecto para que tu lo abrazaras y se permitieran caer juntos a las fuertes corrientes del rio bajo ese maldito Puente.

Kara no era egoísta, él era alguien debil, la opinión ajena le afectaba, provocando que siempre se perdiera en un mundo de penumbra y sufrimiento, y su peor error fue considerar el dolor, por encima del amor que había conocido y vivido.

-KyT-

Calidez. Era la calidez maternal la que te sostenía en aquella incómoda cama de hospital, recibiendo con tristeza el recobrar de tu consciencia.

-Oh, Mi vida... Por fin te haz despertado. Tranquila, aún No te puedes esforzar, tu cuerpo está débil.

Intento tranquilizarte

-Tengo... Buenas y malas Noticias

Adivinó tus pensamientos

-KyT-

Los pasillos parecían infinitos, completamente desesperante para ti. Aún así, intentabas aparentar paciencia, No querías desesperar a la mujer a tu lado.

Karamatsu había sido internado en aquel hospital, ambos fueron ingresados aquella tarde de lluvia, con diferentes situaciones y traumatismos. Por un lado, los golpes recibidos obtuvieron una gran magnitud de diferencia en cada uno, tu consecuencia fue poca comparada a la contraria, ambos juzgados por el personal médico sin el poder de defenderse siendo punto de críticas, lástima e incluso repulsión.

_Esa tarde, la lluvia caía, junto a dos cuerpos que descansarían en las frias aguas del turbio río. El único hombre buscaba la muerte, su fiel enamorada su salvación. ¿El resultado? Arrepentimiento, angustia y culpa por no lograr contenerse como alguna vez lo habían prometido. Su cuerpo protegió el tuyo recibiendo toda consecuencia de la caída, tú cuerpo salvo al otro de ahogarse cuando en la inconsciencia su cuerpo pidió morir ahogado._

El grupo de hombres frente a la puerta corroboró Su llegada a la habitación correcta. El arrepentimiento ajeno había llegado muy tarde, pero no estaba en tu poder reclamarle. No cuando aquel día, después de ser encontrados en la orilla de aquel río bastante lejos de aquel puente, te aseguraste de provocar terror en los cinco culpables -en tu opinión- de todo ese drama. Si, Karamatsu sería capaz de perdonar a sus hermanos tanto en vida como en muerte, pero tú no lo harías nunca. No importaba el dolor en sus rostros, ni los rojos ojos que suplicaban piedad ante tu mirada, ya era tarde.

Consecuencias.

Para ti, tres días inconsciente (provocados por el desgaste psicológico y físico) más otros cuatro de recuperación y supervisión al descartar alguna contusión.

Para él, una costilla y una pierna rota junto a una contusión cerebral que provocó una breve pérdida de la función cerebral normal. Provocada al golpear su cabeza al caer al agua generó un repentino movimiento causante que su cerebro se golpee contra el cráneo, aunque esta no pondrían en riesgo su vida lo peor, fue después de despertar, cuando Karamatsu no mostró signos de poder reconocer a nadie más que su madre, diagnóstico: EPT, o Estrés Post-Traumático.

La memoria no se comporta como estamos habituados a creer. Esta, no es un bloque indiviso en el que se van grabando nuestras vivencias y permanecen ahí, hasta el día en que ya no las recordamos más. es volátil y no se puede decir que los recuerdos almacenan.

La señora Matsuno te había obligado a hablar con el doctor antes de reencontrar a su hijo, debías estar preparada para cualquier cosa, era simple: cada vez que recordamos algo, el cerebro forma ese recuerdo que dependen de las circunstancias en que volvemos a recordarlo, sobre todo nuestro estado emocional. En ese punto, las emociones negativas contribuirán al volver a recordar. La química del cerebro demostró que es posible eliminar un recuerdo doloroso permanentemente y sin afectar otras funciones cerebrales, Así como también recuperarlo.

Para su recuperación, debía tenerse en cuenta el cuidado fisico como dolor de cabeza, de cuello, náuseas, zumbidos en los oídos, mareos y cansancio. Sin olvidar El descanso mental, ya que ayudaría al cerebro a sanar. Limitando la actividad física o tareas que requieran concentrarse, como estudiar, trabajar en la computadora o jugar videojuegos. Para poder retomar sus actividades normales lentamente. Sin obligarlo a recordar, alejando al paciente de TODO recuerdo doloroso.

-KyT-

Con cuidado ingresaste a la habitación, observando con tristeza, el demacrado cuerpo y, con impotencia, al saber que todo su mundo había sido destrozado.

-Karamatsu... - lo llamaste

Su mirada se encontró con la tuya, perdida y confundida. Juzgando cada uno de tus limitados movientos desde su cama.

-¿Que ocurre, My Sweety Karamatsu Girl? Me siento solito aquí, ¿No vendrás a abrazarme?

No te habían olvidado.

-KyT-

Su carrera era lo primordial, ambos prepararon las últimas maletas antes de entrar al gran aeropuerto, bajo la sombría mirada de la mujer que le dio la vida. Triste por el resultado observaba a su hijo abandonar su hogar, ella sabía que su segundo hijo partiría pronto, pero nunca espero que fuera en esas condiciones, pues a Karamatsu se le había prohibido ver a sus hermanos, consecuencia por la cual ahora de mudaba a California a tu lado. Para aprender junto a aquel viejo actor quién le enseñaria el arte del teatro a tiempo completo. Tus cuidados serían su apoyo, sus metas sus mayores logros y, sus miedos, los mejores demonios a los cuáles enfrentarse, un nuevo capítulo comenzaría en su vida con la esperanza de recordar lo que alguna vez fue.

Este no era un final, era el comienzo de su nueva historia, un comienzo lejos de su familia, pero junto a la mujer que amaba.

Fin


La historia ha llegado a su fin, espero les haya gustado y me disculpo por tardar. Tal vez no sea lo que esperaban, pero creo que Karamatsu y Millen aún tienen una larga historia juntos y si las escribo como parte de la historia principal sería simple relleno, por eso he decidido publicar "extras" donde sabremos que tan alocada puede ser la vida de esta pareja sin olvidar a todos sus amigos (las votaciones para la pareja de Denisse sigue abierta). Sin más, me despido con un gran abrazo ¡MUCHAS GRACIAS! Nos leemos pronto

Un agradecimiento especial a HylianFF (quién me ayuda con la redacción y coherencia en mis escritos) y Choromxtsu_wife (quién sufre por mis horrores de ortografía y cohesión) dos chicas que me han ayudado con el capítulo y mis Bellas Betas!

-Moeko Kagami

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