Prologo
Antes de empezar la historia dejo unos detalles a tener en cuenta:
*Tu nombre en la historia es Millen
*Tienes 17 años, tu cabello posee reflejos de color azul
-No siempre obtendrás todo lo que deseas- dijiste mientras te mirabas frente al espejo de aquel viejo baño.
Estabas atónita, tu deseo siempre había sido ser diseñadora, habías dado todo por tus sueños, habías arriesgado lo que creías mas importante ¿y así era como te pagaban?
Después de haber escapado de casa trataste de seguir aquel tan inalcanzable deseo. Trabajaste duro para poder comprar aquel boleto que te llevaría a París, sacaste de la ruina a la "peor" banda del lugar ayudándolos, arreglándolos y transformándolos y, cuando finalmente llegaron a la cima, se olvidaron completamente de ti. Te expulsaron del equipo, siendo ya inútil para ellos, incluso robaron varios diseños de ropa, y canciones, que habías creado con esfuerzo, para nombrarlas como suyas. Pero eso no importaba, nunca te importo tanto, como el hecho que descubriste, que habías vivido en una gran mentira. Dos años de tu vida habían sido robados, y eso, era lo que en verdad te dolía perder.
(...)
Caminabas a paso lento de regreso a Japón estabas asustada ¿como enfrentarías a tus padres?
Inalaste hondo y lentamente abriste la puerta de tu antigua casa ¡claro! Aquel lugar nunca podría ser llamado hogar
-Estoy en casa... ¿Madre? ¿Papá? - caminaste por la casa, hasta encontrarte con una vieja foto colgada en la pared de la que era tu alcoba/habitación. La miraste con recelo, extrañabas aquellos días en los que todo era más fácil, aun cuando sabias que solo los consentían porque se sacrificarían por la familia, pero no importaba, todos tenían asumido esa responsabilidad futura. No importaba cuantos fuesen, cada uno sabia el papel que ocuparían. Lo admites, extrañaste a tus hermanos Lucy, la dulce hermana mayor, Jason, el primogénito, Jennifer, la tercera heredera, Pamela y Peter tus adorados gemelos menores, y tu; la cuarta. Era obvio que jamas los olvidarías, pero seguir tus sueños de forma rebelde fue culpa de tu madre, ¡ella no entendía! Tu no serias otra de sus muñecas! Tal vez tus hermanos y hermanos lo soportaban, pero tu no lo harías.
-Quiero perseguir mis propios sueños-
Y... Mirate ahora, sola y derrotada.
-¿Hay alguien? ¡He vuelto!- gritaste, pero solo el silencio te recibió.
Recorriste la casa notando la falta de mueble, adornos, incluso los armarios de cada habitación estaban vacíos. Únicamente encontraste unas pocas cosas que permanecían igual, la cocina seguía como antes (con la diferencia que su heladera estaba vacía tal como los estantes) y, como era de esperarse, tu habitación no había sido invadida, exactamente como la ultima vez que la viste pero con mas polvo.
Una tristeza grande te inundaba ¡pero no llorarías! Si algo habías aprendido en Francia era que no debías llorar, y no porque deseabas parecer una niña dura y fuerte, sabias perfectamente que TU no eras así, la razón era simple las lágrimas son demasiadas valiosas, nunca debías desperdiciarlas por cualquier cosa o persona. Sin embargo aun dolían escuchar tus propias suposiciones.
-Se han ido, Millen...- escuchaste a tu espalda, conocias perfectamente a la dueña de esa voz ¿como no hacerlo? Ella sufría el mismo drama que tu, una niña de familia rica, fría y egoísta. La única diferencia entre ambas era simple, ella tenia menos oportunidades que tu.
-Yurena...- nombraste a tu prima
-Tu padre consiguió una mejor oferta para su empresa en Inglaterra, todos se han ido. Lo lamento...
Lo sabias... Sabias perfectamente que siempre fuiste la piedra en su camino, al huir de casa les diste la soñada oportunidad de escapar de ti, pero no te arrepentirías, seguirías adelante, lo superarías y desmentirías a los que siempre te quisieron destruir y lastimar, tus padres.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top