Parte I
Sonó la alarma. Se levantó con pesadez dirigiéndose al baño para lavarse los dientes, mientras lo hacía miraba al vacío... nada. Se enjuago la boca, se la secó y mirándose al espejo peinó su cabello negro con delicadeza. Amaba su cabello, era lo más preciado para ella.
Fue a su armario sacando un conjunto sencillo para su día en el instituto. Jeans grises un poco rotos, blusa azul zafiro con una sudadera gris holgada.
Sencillo. Para su cabeza un gorrito gris que combinara con su atuendo. Tennis converce azules un poco sucios. ¡Y listo! Estaba completo su atuendo.
Ella no era una chica que le gustaba mostrar su feminidad. Prefería pasar desapercibida a llamar la atención. Parecía mas un hombre que una mujer, si no tuviera el pelo un poco largo nadie se daría cuenta.
Se miró al espejo para acomodar de nuevo el atuendo. Esos ojos. No le gustaban mucho sus ojos. Eran diferentes, raros... mutantes. Con el izquierdo azul, un azul tan fuerte que podía parecer casi negro; y el derecho café brillante como rojizo hacía que fuera más diferente de lo que ya era.
No le gustaban, llegó hasta odiarlos.
Tomó su mochila bajando las escaleras rumbo a la cocina. Ahí estaba su madre terminando de hacer el desayuno.
-¡Buenos días Ann!-dijo emocionada sirviendo los platos de huevo sobre la mesa viendo a su hija con una sonrisa.
-Buenos días mamá.-contestó con una sonrisa sin muchas ganas.
-¿Cómo dormiste?
Ambas tomaron asiento y comenzaron a comer.
-Bien.
No preguntó nada más. Sabía perfectamente que las palabras cortas de su hija significaban que no quería hablar de nada. Continuaron comiendo en silencio absoluto. La morena terminó su desayuno, se paró y lavó el plato colocándolo en su lugar después.
-¡Que te valla bien en la escuela!-abrazó a su hija con entusiasmo.
-Gracias. Que te valla bien en el trabajo.-le dedicó una sonrisa y después se fue de allí rumbo a la escuela.
No era que el camino fuera demasiado largo pero tampoco era tan corto. Le gustaba caminar, así que lo disfrutaba mucho. Del bolsillo de su pantalón sacó sus audífonos colocándolos en su reproductor de música. De inmediato empezó a sonar "Imaginary" de Evanescence, esa era su canción favorita; la inspiraba de muchas maneras.
Durante el camino jugaba con sus dedos en sus piernas al ritmo de la musica. Pasaba el rato. Llegó al instituto, fue directamente a su locker sacando los libros y cuadernos correspondientes. Entró al aula sentándose hasta al fondo apoyando su barbilla en su mano viendo hacia la ventana.
El timbre sonó y las clases comenzaron. Sin novedad, trabajo, esperar, trabajo, esperar, trabajo...
De nuevo sonó el timbre. Ella había sido la encargada de recoger las libretas y llevarlas a la oficina del maestro. Recogió todas y se dispuso a salir, en el pasillo iba con dificultad por el peso de las libretas. Escuchó voces adelante, quiso evitarlas...
No funcionó.
Solamente sintió como chocó contra un chico y la caída que tuvo. Todas las libretas quedaron regadas por el pasillo y varias le calleron en la cabeza.
-¡Ah!-se quejó una voz masculina.-¡Fíjate por dónde vas!
Miró a la chica soltando una carcajada.
-¡Pero si eres tú mutante!-dijo el chico riendo.-Aparte de mutante ¡tonta!
La chica bajó la mirada recogiendo las libretas.
-¿Qué llevas ahí mutante?-le quitó una libreta.-Ah las libretas, si que eres tonta para tirarlas.
-Bryan ya basta.-dijo otro chico que apenas estaba llegando.
-¡Por favor Luke! Solo es diversión. Mira a esta mutante, se lo merece.
-¡Ya Bryan! Vámonos.-ordenó el chico conocido como Luke. Bryan lo siguió mas unas cuantas chicas.
-¿Por qué te enojas Luke?-preguntó rascándose un poco la cabeza.
-No es correcto que trates así a una chica.-dijo sin mirarlo totalmente serio.
-No te afecta. Ni siquiera la conocen todos.
-¿Quién es?
-Se llama Anette Collins, no sé en que grado va pero es como un año menor que nosotros.
-No había oído hablar de ella.
-¿Ves? Es porque ella se hizo invisible para todos.
-Por algo será.-siguió caminando sin prestar atención a las miradas que las chicas le prestaban, ni siquiera se paraba a hablar con nadie.
Anette recogió todas las libretas y las llevó a la oficina. Sonó de nuevo el timbre y fue a su locker a guardar todas sus cosas. Terminó y salió del instituto. Muchas chicas la empujaron a la salida haciéndola caer.
-¡Fíjate mutante!
-¡Con esos ojos apenas si ves!
La morena no les hizo caso. Recogió sus cosas con cuidado, varias personas las pisaban y aventaban haciendo más difícil la tarea de levantarlas.
Luke la vio de lejos.
"¿Ella es la chica que llaman Anette?" pensó.
Vio toda la escena, sintió pena por ella. Pena por que la molestaban. Se acercó a ella con tranquilidad. Agachándose la ayudó a recoger un último cuaderno.
-Deberías de decirles que paren de molestarte.-dijo dándole la libreta.-Haría más fácil las cosas, ¿no crees?
Ella tomó la libreta sin decirle nada. Se paró si dirigirle la mirada acomodando sus cosas en su mochila y poniéndola sobre su hombro de nuevo.
-Un "gracias" sonaría bien.
Ella no contestó.
-Soy Luke, tú eres Anette ¿verdad?
De nuevo, no dijo nada. Se fue de ahí caminando lo más rápido que pudo para alejarse de él. Luke sonrió al verla irse.
-Adiós... Anette...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top