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Lo peor que podía pasarle a una persona que bebió toda la noche, era recibir un rayo de sol directamente a la cara.
Y esa era la situación de Kang TaeHyun.
-Que molesto... -gruñó cubriendo su cara entera con su cobija, aún tenía la ropa de la noche anterior, el aroma a alcohol, también a cigarrillo por el ambiente, los aromas mezclados.
Tenía meses sin beber y ahora tenía resaca.
Todo por aceptarle las cervezas al trabajador de ojos bonitos.
Aunque bueno, técnicamente él fue quien pidió las cervezas, doce cervezas en total que el trabajador les destapó con coquetería y delicadeza.
-Uhm... -se quejó de nuevo abriendo los ojos a duras penas, levantándose de su cama con otro quejido.
Pasó sus manos por su cara, apretando sus ojos.
Es hermoso. Pensó recordando la cara del empleado que había pasado con él gran parte de la noche.
Se levantó para cepillar sus dientes, mirándose en el espejo del baño, revisando por costumbre y curiosidad su cuello, no recordaba casi nada de la noche anterior y no lograba recordar si el empleado había hecho algo con él más allá de un beso y toques.
Peinó su cabello con sus manos húmedas y salió del baño, buscando su teléfono.
-Pensé que volverías al club -habló su hermano mayor en un sillón, con pijama aún, y un té en su mano derecha, la izquierda usando su teléfono, TaeHyun negó con la cabeza.
-No...
-Vi que dejaste algo pendiente con uno de los trabajadores sexuales de allí -señaló con una sonrisa, TaeHyun frunció el ceño.
-¿Cómo sabes?
-Bueno, no estaba tan ebrio, era mi despedida de soltero pero aún así respeto a mi mujer -señaló con una risa, TaeHyun rodó los ojos con fastidio- Soy el único que sabe, relájate -hizo de menos con un gesto. TaeHyun se arrojó al sillón a su lado, pasando su mano por su cabello, mirando de reojo a una de las betas de servicio acercarse a él, con una expresión amable.
-Buenas tardes, señor Kang, ¿Quisiera una taza de té con una pastilla para el dolor de cabeza? -preguntó recibiendo un asentimiento del alfa que revisó sus redes por encima, sin estar tan interesado en lo que le aparecía.
Su hermano lo codeó un poco, con una sonrisa.
-¿Qué? -preguntó harto, con el ceño fruncido y un dolor de cabeza que se intensificaba cada vez más.
-¿Vas a volver al club?
-Probablemente -contestó con un asentimiento, su hermano rió.
-Ah~ así que te gustó el bailarín -bromeó bebiendo su taza de té, mirando como su menor de hastiaba de la conversación.
TaeHyun era reservado, muy reservado con su familia, no le gustaba hablar de temas personales, lo que hiciera o no con su vida amorosa y sexual, y a pesar de que con su hermano había un poco más de confianza, no le gustaba.
-Me gustó su cuerpo, más nada. Y deja de hablar de eso, me tienes harto.
-Que humor de perros, detective -rió muy acostumbrado al humor de su hermano.
Kang TaeHyun es menor que él por tres años, aún así, no había la típica relación de "hyung y Dongsaeng" que la mayoría de hermanos tenían, los dos se trataban por igual, de tú a tú.
-No soy detective -negó TaeHyun recibiendo la taza de té y la pastilla que le ofreció el servicio. Suspiró sintiendo el caliente en su garganta, era delicioso.
A pesar de ser más joven que su hermano, TaeHyun había logrado sacar una carrera universitaria más rápido que su mayor.
Al inicio, se iba a ir por ser un policía, pero, luego de pensar y pensar y revisar varios conceptos y páginas de internet que específicaban su campo de trabajo, llegó a la conclusión de que su carrera ideal era ser Agente de Inteligencia Nacional.
Gracias a su rendimiento, sus calificaciones de excelencia, y la facilidad de adelantar las actividades en vacaciones, se graduó exitosamente hace dos años atrás. Con veintitrés años se graduó exitosamente y en el cuadro de honor.
Ahora, con veinticinco años ya tenía más experiencia en el campo laboral, y además, seguía estudiando para mejorar su rendimiento, y por exigencia natural de su campo de trabajo.
Debe ser más joven que yo... Se veía joven. Pensó mientras bebía el té, teniendo algo borroso los recuerdos con el empleado, recordaba su cara, también recordaba un poco su voz, aunque sonaba un poco distorsionada en su cabeza.
Definitivamente, debía volver a ese club, sólo.
Debía aprovechar sus vacaciones, tenía dos meses libre y no tenía ninguna relación, no tenía alguien con quien salir o tener relaciones, no tenía ese tipo de vínculos con alguien, su trabajo influía en ello por el poco tiempo que tenía libre.
Pero ahora de vacaciones, podía ser un poco más social, convivir con su familia y disfrutar.
Y uno de sus disfrutes estaba esperando en el club.
No había nada de malo, era un hombre independiente, soltero y con mucha frustración, y del otro lado, un trabajador dispuesto a hacer lo que fuera por dinero.
Era sencillo.
[...]
-Buenos días... -saludó BeomGyu con voz ronca y baja, mirando el peluche de oso a un lado de sus almohadas, sonrió pasando los dedos por el pelaje de felpa, por detrás de las orejas.
Le dolía el cuerpo, los talones, un poco la cabeza por los aromas de toda la noche.
Aún así, estaba aliviado.
No tuvo que acostarse con nadie, nada más soportar un par de toques con el supuesto TaeHyun, besos y más nada.
Luego de que él se había ido, se había dedicado a las cervezas, las bebidas que pedían y a fingir coquetería con alguno de los alfas ebrios.
Miró su mesa de noche, dos fajos de billetes gruesos y apretados con una liga.
Se levantó de su cama, dejando al peluche en el centro con cuidado. Tomó los billetes y los sacó de la ligas, empezando a contar y a separar por partes.
Una parte para el alquiler, otra para comida, otro de servicios, otro de transporte, y lo que le sobraba, quedaba para sus gustos propios. Todo era en buenas cantidades, le había quedado dinero de sobra luego de pagar lo básico.
Había salido de los pagos del mes con el pago de una sola noche. Así que lo demás que ganara en ese mes quedaría para él, sus ahorros.
-Carajo... Ya no hay -se quejó revisando la cajetilla de cigarrillos a un lado de su cama, caminó a la cocina, pasando por la sala de estar, abrió un gabinete y sacó otra caja de cigarrillos nuevo, sacó uno y lo encendió rápidamente, ansioso por tener su primer cigarrillo del día.
Suspiró sintiendo el humo llenar sus pulmones, su primer consumo en la mañana. No había siquiera desayunado, y ya tenía un cigarro en la mano.
Caminó descalzo por la sala de estar, miró la mochila del trabajo, dejó el cigarro en sus labios mientras sacaba la ropa que tenía allí, los dos trajes que había usado la noche anterior. Los sujetó ambos con una mano por lo pequeños que eran, se sacó el cigarro de la boca para olerlo. Frunció el ceño.
Canela. Ese aroma estaba impregnado en su ropa, la llevó directo a lavar pensando en el alfa que lo había besado la noche anterior.
Ojalá no vuelva. Pensó colocando las funciones necesarias a la lavadora para lavar sus trajes y un par de prendas que tenía en el cesto.
Se notaba que el alfa estaba dispuesto a tener sexo con él esa noche, solo que había sido salvado por la campana y habían interrumpido el momento para que luego se fuera, aún así, esperaba que ese alfa estuviera tan borracho que no recordara su cara y no volviera a terminar lo que empezó.
Si bien, no era un trabajador sexual, se notaba que TaeHyun es un hombre de dinero, viene de una familia de dinero y si era tan degenerado como los clientes que había conocido a lo largo del tiempo, si pagaba lo suficiente no le quedaría opción de acostarse con él.
Y no porque necesitara el dinero.
Era porque SooBin lo obligaría a ello.
Normalmente, las finanzas del club se manejan en un sesenta y cuarenta, cuarenta por ciento para el club, y sesenta por ciento para los empleados. Por muy extraño que fuera, los empleados tenían el diez por ciento más de las ganancias y eso tiene una razón.
El club no se hace cargo de heridas, caídas, muertes por sobredosis o cualquier práctica sexual, no se hace cargo de nada que tenga que ver con salud, y por eso, un diez por ciento más.
Pero claro, eso solo se aplica en los bailarines, los bartenders, personal de servicio y cualquier otro que no fuera un trabajador sexual.
Con los trabajadores sexuales... Era otro asunto.
Obviamente lss tarifas son más altas, cada empleado tiene su precio y los aumentan a conveniencia, pero al momento de la paga, el club se queda con el setenta por ciento y al empleado le corresponde el treinta por ciento.
Claro, ese treinta por ciento seguía siendo una muy buena suma y una paga por la cual los trabajadores optaban por ese puesto. Y las razones por la cual ganaban tan poco porcentaje era por el hecho de que el empleado estaba teniendo un disfrute propio en horas laborales.
Era una razón sin sentido, pero así se había aplicado desde que estaba allí, y no había nadie que reclamara ello. Todos estaban conformes con sus pagas, después de todo.
No está de más mencionar que el club es un sitio clandestino, un local sin leyes, dónde una denuncia no tenía lugar y regirse por la ley era algo que no tenía pies ni cabeza.
-Hoy entras más tarde, sales a las cinco -avisó el jefe por teléfono, BeomGyu rodó los ojos apagando su cigarrillo casi terminado en la mesa de madera, dejando otra marcha más en ella.
-Ujum -fue lo único que dijo antes de colgar, dejando su teléfono en la misma mesa.
Ese día estaba libre de su otro trabajo, el restaurante.
¿Para qué trabajaba ahí si con el club ganaba todo lo que quisiera? ¿Para qué seguía asistiendo a lavar platos y atender clientes groseros pudiendo estar descansando para solo trabajar en las noches?
-Hay que lavarte a ti también, bonito -le habló al peluche de oso con una pequeña sonrisa, lo tomó y lo llevó consigo al cuarto de lavado.
Había alquilado ese apartamento, con todas las comodidades posibles gracias a sus ganancias en el club, con el sueldo del restaurante apenas y logró comprar el refrigerador luego de dos meses reuniendo su sueldo de allí.
¿Qué hacía en un trabajo que no le daba ni la cuarta parte de lo que ganaba en el club?
-Con cuidado... -murmuró abriendo al osito para sacar la felpa, junto con una caja de voz, lo dejó todo a un lado con sumo cuidado y metió a lavar el tierno peluche.
Pasó su dedo por la caja de voz, quedándose perdido en sus pensamientos por unos segundos.
Debía seguir como siempre, debía seguir el patrón que había construido en ese largo tiempo, soportar a los clientes, los toques, las miradas y las palabras con morbo por unas cuantas horas y volver a su casa a dormir con su pequeño peluche.
Lo peor que le podía pasar era que el supuesto Kang volviera, pero no lo hizo.
No fue ese día, tampoco tres días después. No fue en una semana, y eso fue suficiente para que dejara de preocuparse por ello y trabajara con normalidad, sin la incomodidad de que fuera ese alfa a reclamar un servicio sexual que no pensaba darle.
Hasta que llegó un sábado en la noche.
-Dame una cerveza, ojitos lindos -escuchó a sus espaldas, BeomGyu se volteó, sintiendo algo de disgusto cuando vió al alfa en la barra, apoyado en su codo y observándolo fijamente.
-Buenas noches -saludó tomando una cerveza para destaparla y entregarla al alfa que lo observó.
-¿A qué hora sales? -preguntó bebiendo de su cerveza, luciendo un reloj costoso, BeomGyu tomó otra bebida y destapó la lata para servirla en un vaso para otro cliente. Sonrió mirando al alfa.
-No le deben importar mis horarios -negó apoyando los codos en la barra, TaeHyun sonrió dejando la botella en medio de los dos.
-Quiero un servicio.
-¿De qué tipo? -preguntó ladeando la cabeza, sintiendo disgusto, fastidio, algo de miedo incluso.
¿Cuánto es capaz de pagar ese alfa por acostarse con él?
-Uhm... Quiero un baile tuyo -decidió el alfa terminando con su cerveza- La hora entera.
-No bailo más de treinta minutos -negó dándole la vuelta a la barra, mostrando por completo su vestuario al alfa, tenía una camisa de seda de color vino, transparente, y debajo unos shorts ajustados y alicrados que se unían a sus muslos con un ligero de color negro.
TaeHyun lo observó fijamente, sabía que ir a ese club iba a ser divertido.
Y no sólo por el ambiente, la música o los servicios de licor.
Por el bonito empleado que tenía enfrente.
-Pago dos servicios de media hora y es una hora, ¿No crees, bonito? -preguntó con una sonrisa coqueta, BeomGyu relamió sus labios acercándose al alfa.
Sólo sería un baile, más nada.
-Entonces, acompáñame -pidió en un tono suave, jalando de la muñeca al alfa que se dejó llevar.
Al final si vino. Lamentó BeomGyu empujando la puerta de una de las salas para bailes privados.
Sólo espero que vea y no toque. Deseó sabiendo que era algo vacío e incierto y mucho menos cuando el alfa ya lo había besado y lo había tocado como quiso en la despedida de soltero.
Sólo esperaba que ese alfa no volviera después de ese día.
Sorry si hay algún error! Estaré revisando de nuevo en la mañana! Espero les guste mucho!
The_Dark_Diamond04
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