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Había tenido semanas, incluso hasta un mes o más para prepararse para ese momento, dándole vueltas al asunto, concentrándose y hasta hablando con su psicóloga que le dió todos los consejos que tenía dentro de sus manos.
Él estaba decidido, estaba nervioso, pero muy seguro de lo que estaba haciendo.
Esa sería su primera vez en años, y más importante, su primera vez luego de cierto suceso que no valía la pena recordar para él.
Quería seguir su vida, y quería disfrutar de una vida tranquila y debida con su novio.
—N-no lo estás haciendo por... P-por algo más, ¿No?...
—¿Qué quieres decir? —preguntó guiando al alfa a la habitación, ChangBin relamió sus labios.
—P-por presión o algo... ¡Y-yo puedo esperar, si! ¡Incluso años! —afirmó tomando asiento en la cama cuando el omega lo empujó por los hombros.
—Siempre que nos besamos por mucho tiempo se te hace una erección —señaló con los brazos cruzados, ChangBin tartamudeó unos segundos.
—¡Pero puedes ignorarla! N-no quiero obligarte a acostarte conmigo, ¿Bien? Es lo que menos deseo, y me odiaría toda la vida si lo estás haciendo porque te sientes presionado, yo puedo esperar lo que quieras, y-y... Y procuraré no tener erecciones si te incomoda, también-...
—ChangBin —lo cortó con una sonrisa, sintiéndose enamorado.
¿Qué alfa cuestionaba una propuesta para sexo?
Ah, por eso me gusta tanto...
—¿Si?
—No me siento presionado en hacerlo, no lo hago por obligación... Lo hago porque quiero, porque me siento listo... —sinceró relamiendo sus labios, a pesar de sentirse listo y sin presión, los nervios eran algo común.
ChangBin tomó su teléfono, escribiendo al repartidor que dejara el pedido fuera de la puerta, sin tocar la puerta o el timbre.
Estaría ocupado para abrir.
—No es necesario... Que llegues al final —habló levantándose para sacar de su mesa de noche un paquete de condones, el omega sólo los observó.
—Lo voy a hacer... —afirmó decidido.
—Puedo detenerme cuando quieras.
—ChangBin —suspiró mirando al alfa volver a su puesto, sentado en el borde de la cama— Hazlo como... Cómo si estuvieras con otra persona cualquiera, no pienses en lo que me pasó, solo somos dos personas a punto de tener sexo, y ya...
—No puedo verlo así —negó estirando su mano a su novio que la tomó, acercándose cuando el alfa lo atrajo más hacia él.
—¿Por... Qué? —preguntó algo desubicado, ChangBin lo atrajo de la cintura, dejándolo sentado en su regazo, a horcajadas.
—Porque para mí, tú no eres cualquier persona... —negó rozando sus narices, el otro relamió sus labios— Eres el novio que siempre he querido... Eres especial para mí y no quiero que tu primera vez conmigo sea algo que no quieras recordar...
—Que... Romántico —murmuró acunando las mejillas del alfa que sonrió.
—Así que iremos a tu ritmo... Si te quieres detener, lo haremos, si estás incómodo, dímelo... —pidió inclinándose a besar su mejilla, rozando su nariz por su mentón hasta llegar a su cuello, el aroma a piña estaba más concentrado, dulce.
—Sólo déjame estar arriba —murmuró relamiendo sus labios, ChangBin se separó de inmediato, mirándolo a los ojos.
—¿¡Arriba!? —preguntó, Kai asintió.
—Si, arriba...
—¿A qué te refieres con... Arriba? —preguntó, hubo un momento de silencio entre los dos, un contacto visual que se rompió cuando el omega soltó una carcajada, aferrándose a los hombros del alfa.
—¡ChangBin, eres un tarado! —carcajeó repartiendo besos en los labios del alfa, una y otra vez, riendo de nuevo.
—P-pero...
—Estar arriba no significa ser el activo —explicó, ChangBin sólo lo observó— Puedo estar arriba... Pero seguir recibiendo —completó con una sonrisa, ChangBin sólo lo observó.
Kai estaba sobre su regazo, cómodamente sentado, aún riendo por la situación, pero se detuvo cuando sintió cierta parte tener un cambio, sintió algo endurecerse bajo él.
—A-ah...
—Yo sé que... Qué significa que tú estés arriba, sólo que no pensé... Que lo harías así... La-... La primera vez...—balbuceó, el omega ladeó la cabeza, se inclinó al alfa, sus narices rozaron.
—¿Por qué te preocupa que esté arriba? —preguntó ladeando la cabeza con una sonrisa que ya no era de diversión, era coqueta.
ChangBin apoyó los codos en la cama, el omega sobre él paso la mano por su pecho.
—Y-yo...
—¿Te preocupa no aguantar el primer sentón? —preguntó sin vergüenza, con los nervios aún en él pero seguro de lo que hacía.
ChangBin relamió sus labios, ladeó la cabeza.
Es cierto, no veo fallas en su lógica...
—Sólo no querías que hicieras el trabajo tú... —excusó, el omega soltó una risa irguiéndose para quitar su camisa, dejándola a un lado, observó directamente a los ojos a su novio.
Era tenso, había nervios, miedo, muchísima emoción.
Pero también había deseo, había cuidado, había atención y muchísima comprensión el uno con el otro.
Kai entendía lo que quería y necesitaba ChangBin, y no lo juzgaba.
ChangBin entendía lo que quería y necesitaba Kai, y lo comprendía en su totalidad.
Los dos estaban en una misma sintonía, sabiendo qué hacer y que no, probando si estaban a gusto o no, era un momento silencioso, sólo de ellos, y con simples gestos podían darse cuenta de lo que sucedía.
No había necesidad de hablar, si podían tocarse.
No había necesidad de expresar en voz alta sus sentimientos, si sentía su toque.
No había necesidad de expresar sus más profundos anhelos o sentimientos, si estaban mostrándose en cuerpo y alma.
Tal vez para algunos era simple sexo, simple unión de cuerpos,con el único objetivo de llegar al climax.
Pero para ellos era más que eso.
—¿Te... Sientes bien? —preguntó el alfa, sin camisa, con los pantalones desabrochados, el omega sobre él, suspirando, tomándose la libertad de cerrar los ojos, sintiendo besos, lamidas y chupetones en su cuello.
—Si... Sigue —murmuró enredando sus dedos en el cabello del alfa que con gusto siguió haciendo su trabajo, el aroma a piña y menta empezó a fusionarse en segundos, el calor en la habitación empezó a subir, los jadeos y el sonido del movimiento de la cama no se hizo esperar.
Se volvieron a besar, más allá de los tiernos besos que compartían en la agencia, o en el mismo penthouse mientras veían una película.
No era un pequeño beso con timidez.
Estaban usando sus lenguas, succionando, jadeando en medio del beso, con las manos inquietas, tocando todo lo que tuvieran libre.
Se separaron en un chasquido, el omega respiró errático mirando a los ojos a su novio.
—Q-quítate los pantalones... —pidió antes de empezar a hacer lo mismo, ambos tenían erecciones, ambos estaban al mismo nivel de calentura y no había nada que pudiera detenerlos.
Siquiera el pedido de sushi, que llegó silenciosamente, dejando el pedido en la puerta tal como lo pidieron.
—¡A-ah! —el primer gemido que llegó a los oídos de ChangBin lo hizo separarse de donde estaba, mirando a su novio.
¿Había sido de dolor, de placer o de incomodidad?
—¿Te lastimé? ¿No te... Gusta?
—¡Carajo, ChangBin, tu sigue! —pidió acercando su pecho al alfa que sólo obedeció, pasando su lengua sobre su pezón antes de mordisquear un poco, succionando, asegurándose de dejar una marca, mientras sus manos pasaban por los muslos desnudos del otro.
Por otro lado, el omega volvió a gemir, sonriendo de por medio por la situación.
Ambos estaban calientes, ambos estaban buscando qué tocar, dónde tocar, buscando aliviar su deseo, y aún así, ChangBin se seguía preocupando por él.
Se tensó, enterrando las uñas en el hombro ajeno al sentir un dedo acercarse a su entrada.
Soltó un suspiro, tomó el mentón de su novio, besándolo mientras sentía esa irrupción, jadeó en medio del beso, sus labios hinchados y brillantes.
—¿Te duele? —preguntó con un susurro, el aroma a menta rodeó de inmediato al omega que mordió su labio inferior.
—No... —contestó con un susurro, sintiendo como sus respiraciones se mezclaban, el calor del cuerpo ajeno, observó más allá del rostro de ChangBin, relamió sus labios bajando por su pecho que era voluptuoso, sus abdominales marcados, más abajo del ombligo el inicio de un leve vello púbico, y luego...
Tenemos el premio grande~
Deja de ser... Tan pervertido.
Tu no te hagas el inocente, se te hizo agua la boca.
De inmediato, y con mucho ánimo empezó a besar el cuello de su novio, mordiendo y dejando una hilera de besos hasta llegar a su pecho, besando con gusto, gimiendo cuando un segundo dedo llegó a él.
—Dime si quieres... Que me... ¡Kai! —el alfa alzó la mirada sorprendido, jadeó tratando de concentrarse, sintiendo la mano del omega envolver su miembro con seguridad.
—¿No te gusta? —preguntó subiendo y bajando con suavidad, mordió su labio inferior, el lubricante natural empezó a escurrir por fuera de los dedos del alfa que tragó grueso.
—A-ah... Si —asintió pasando su lengua por el cuello del otro que jadeó.
Por primera vez, se estaban viendo desnudos a voluntad, se estaban tocando como y dónde querían, estaban teniendo el momento más ansiado, más esperado.
Y más perfecto no podía ser.
Hasta cierto punto, Kai se sintió avergonzado por lo rápida que fue la preparación puesto la cantidad de lubricante que empezó a producir, estaba excitado y no tenía manera de disimular aunque sea un poco.
Escuchó la rasgadura de un empaque, el alfa abrió el condón con cuidado, poniendo el látex como sabía, y asegurándose de que quedara completamente bien.
No querían accidentes.
—¿Listo, Agente? —preguntó el omega con una risa, el alfa se recostó por completo, dejando una almohada bajo su cabeza.
—¿Usted está listo? —preguntó, el omega se acomodó con una risa, mirándolo a los ojos, con una mano ayudándose para guiar el miembro ajeno a su entrada.
—Claro que lo estoy —contestó antes de bajar por toda la extensión, ambos gimieron al mismo tiempo, cada uno con diferentes sensaciones, el alfa sintió un rasguño en su abdomen, el omega sintió que la voz se le entrecortaba, sentía calor, su cuerpo tenso, cosquilleo en las piernas y en el abdomen, el alfa relamió sus labios tomando las muñecas del omega, dejándolas sobre su pecho antes de sujetarlo de la cintura.
Se miraron a los ojos, sonrieron antes de volver a besarse, el calor de sus cuerpos era demasiado, el placer y la excitación.
Tal vez habían hecho todo lento al inicio, con caricias, besos, preguntas sobre si estaba bien o no.
Pero justo ahora lo que menos quería era ser lento.
ChangBin soltó un gemido, apretando la cadera de su novio, sintiendo el escalofrío recorrer por su cuerpo al sentir al omega moverse con ánimo, gimiendo una y otra vez.
No, que humillación si me corro, hay que pensar en otra cosa, acabo de meterlo no puedo correrme, apenas es el primer sentón... a ver... Las facturas de la luz, ya las pagué... Las del agua, también...
—¡Ah! ¡Mmhg! ¡Bin! —el otro gimió, sintiendo su cuerpo sumamente sensible, moviéndose de adelante hacia atrás con insistencia, haciendo su trabajo de la mejor manera posible, encajó sus uñas en el pecho del alfa, apoyándose de ahí para subir y bajar.
Tengo que comprar verduras, también algo de carne...
El omega gimió con fuerza cuando el alfa alzó él mismo su cadera, llegando más profundo, golpeando su próstata.
—¡H-hazlo otra vez! —pidió el otro jadeando, el alfa le obedeció con un gemido.
La... La leche se me acabó, tengo que comprar también... Carajo, carajo, ya no puedo...
—Ah, ah... —escuchó a su novio jadear, lo observó cuando estuvieron cerca, sus narices se rozaron, sentían la respiración del otro chocar con sus caras, los jadeos, los gemidos,. ChangBin lo abrazó, pasando una mano por su espalda.
Empezaron a moverse con más rapidez, sintiendo sus orgasmos cerca, trataron de besarse, pero el omega no pudo seguir el ritmo, simplemente jadeó una y otra vez, dando un gemido más fuerte a la par que el alfa soltó un gemido más grueso, ambos teniendo un orgasmo casi al mismo tiempo, el alfa de inmediato salió, anudando dentro del condón, pero fuera del omega.
La respiración errática del omega chocó con la cara del alfa que suspiró, acariciando su espalda sudada, subiendo y tomando su nuca, peinando su cabello con cariño luego, le sonrió ladeando la cabeza.
El otro solamente trató de recuperar el aire, riendo cuando recibió un beso en la mejilla.
—Entonces... Agente Seo ChangBin... —habló el omega, aún con la respiración agitada— ¿Fue difícil aguantar?
—Deberá poner más esfuerzo la próxima vez —señaló con una sonrisa, fingiendo que no había pensando en sus facturas de la luz y el agua apenas llegó el primer sentón.
—¿Más esfuerzo? Bien... Lo tendré en cuenta —asintió acunando las mejillas del alfa, le sonrió sin sentir vergüenza, sin sentir miedo, sintiéndose seguro estando así, sintiendo como ambos abrían una nueva fase de su relación.
—¿Y usted, Agente? ¿Qué calificación le pone? —preguntó alzando su índice, pasándolo por el puente de la nariz ajena antes de tocar los lunares que había en su cara con sumo cuidado.
—Dicen que los musculosos lo tienen pequeño...
—No es mi caso...
—Uhm, diría que no... Pero tengo que ver qué más puede hacer... De nada sirve algo grande que no funciona —negó con una sonrisa, ChangBin arqueó una ceja.
—Si me das la oportunidad... Este temblor... —señaló sujetando los muslos del omega que tenían un leve temblor, por el esfuerzo y por el reciente orgasmo— Lo puedo multiplicar...
—¿Ah sí? —preguntó con coquetería, rozando sus labios con los de su novio que asintió— Lo averiguaré luego, ahora tengo hambre —señaló dejando un beso en sus comisuras antes de levantarse, mirando el abdomen marcado el alfa sucio.
ChangBin sólo lo observó con una sonrisa, mirando su cuerpo con libertad antes de que desapareciera en el baño.
Esa pijamada había sido la mejor.
¿Qué les pareció?
The_Dark_Diamond04
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