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—¿¡NO TIENEN UNA PUTA ANESTESIA!? ¡MALDITA SEA! —ese grito se escuchó por todo el pasillo de la agencia mientras Choi YeonJun sentía por primera vez los dolores de un parto.
—Le colocaremos la epidural, pero debe esperar un momento por el anestesiólogo...
—¿¡Y QUÉ CARAJOS ESTÁ HACIENDO ESE ANESTESIÓLOGO!? ¡TRAIGANLO! —gritó adolorido y enfurecido, se levantó como pudo, intentó salir de la habitación pero las enfermeras lo tomaron de los brazos.
—¿A dónde va?
—¡A BUSCAR A ESE PUTO ANESTESIÓLOGO!
—Soy el puto anestesiólogo, buenas tardes —habló un alfa entrando a la habitación, con uniforme médico, YeonJun lo observó con el ceño fruncido.
—¿¡BUENAS TARDES!? ¿¡CREES QUE ESTAMOS EN UN PUTO ALMUERZO!? ¡CARAJO, ME ESTOY DESGARRANDO POR DENTRO!
—Que amable es usted —opinó el alfa que le dió una pequeña sonrisa, empezando su trabajo con paciencia y dedicación, YeonJun obedeció a todo, quejándose cuando el alfa le colocó la anestesia.
Suspiró pasando sus manos por su cara, sintiendo como su dolor se calmaba un poco.
—Iremos a quirófano —avisó la enfermera, YeonJun asintió en la camilla.
En segundos antes de empezar la cesárea, se desmayó, del cansancio y el dolor. Tal vez por la anestesia igualmente.
Sólo despertó cuando estuvo en la habitación nuevamente, con un suero en el dorso, además de un aparato que media sus signos vitales.
Una enfermera estuvo atenta a él y a su bebé, y se apresuró en llevarlo cuando el omega despertó.
—Está sano, es un niño sano y con mucha energía —bromeó la enfermera tomando con cuidado al bebé envuelto en una manta blanca, YeonJun lo recibió con el mismo cuidado, abriendo sus ojos de más al ver a su bebé por primera vez.
Inevitablemente, empezó a llorar, mirando como movía sus manos, como se removía dentro de esa manta, rió con emoción pero a la vez lloró abrazándolo a su pecho.
Había sido difícil, había estado sólo, había llorado y gritado del dolor.
Pero había valido la pena cuando veía esas mejillas rosadas y unos ojos pequeñitos y achinados.
—SeoJun... Hola, mi pequeño SeoJun... —le susurró acercando su dedo a las manos del bebé que en reflejo, envolvió el dedo del omega que sonrió.
Ahora ese era su nuevo mundo, su nueva vida estaba ahí en sus brazos.
Y lo atesoraba muchísimo, lo amaría con todo el corazón y pasaría la página para tener completa dedicación a su bebé.
Para darle la buena vida que merecía.
5:00 AM.
2 semanas después.
La máquina de café emitió un pitido, avisando que ya el café estaba listo, YeonJun suspiró tomando la taza, café negro, bien cargado.
Lo bebió con lentidud, apoyándose de la encimera, sintió pesadez en el cuerpo, así como cansancio. No había dormido bien la noche anterior, siquiera podía considerar que durmió.
Escuchó un llanto agudo venir de la habitación, dejó la taza en su lugar de inmediato para ir, asomándose en la cuna bien armada y adornada.
—¿Qué ocurre, mi pequeño? Acabas de dormirte —le habló al bebé de apenas dos semanas de nacido, que lloraba a mares, despertando luego de que el omega había tardado horas en dormirlo.
Una pequeña sonrisa se formó en su rostro, a pesar del cansancio y las ojeras, levantó al bebé que soltó pequeños ruidos, hecho bolita y aminorando su llanto cuando el omega lo levantó, el aroma a limón estaba más dulce y cubría casi todo en la habitación, YeonJun soltó una pequeña risa al escuchar los pequeños ruiditos que soltaba el bebé, volviendo a calmarse en su hombro.
—Tengo que hacerme el desayuno y me da mucho miedo hacerlo mientras te levanto, puedo quemarte, salpicarte de algo y ensuciar tu ropa...—le explicó al pequeño que se quedó tranquilo y adormecido mientras el omega hablaba y caminaba de nuevo a la cocina para terminar su café.
La especialista le había explicado que era totalmente normal, su bebé necesitaba ese contacto y el calor del omega las primeras semanas de nacido, y YeonJun se había dado cuenta de eso.
Ya no había guardias en su puerta, ya no tenía una tobillera con rastreo, estaba libre, no tenía antecedentes.
Como si nada hubiera pasado.
—Nos quedaremos aquí... —le murmuró al bebé mientras tomaba asiento en el sillón, dejó al pequeño SeoJun en sus piernas, mirando al bebé que tenía los ojos cerrados, tenía los ojos pequeños, y la forma de sus labios tenía una forma característica, como SooBin.
Negó con la cabeza y una risa, no quería sacar parecidos tan aproximados, su bebé aún estaba pequeño.
—Shhh, shh... Estoy aquí, SeoJunnie... —le habló al bebé cuando lloriqueó de nuevo, le acomodó la ropa y revisó su pañal, siendo lo más delicado que podía, no quería lastimarlo.
Además, el bebé era demasiado pálido, cualquier rasguño se notaba, o que apretara su piel.
Se inclinó, oliendo a su bebé, olía delicioso, era una mezcla de talco con limón, le dió un beso en la mejilla antes de arrullarlo para dormir.
Estaba solo, en las madrugadas que lloraba por el pañal o por hambre, para darle un baño, cambiar y lavar ropa, tenerlo siempre en brazos y a la vez tener que alimentarse a sí mismo y mantener todo ordenado, porque si no, sería peor.
Pero estaba bien, estaba cansado pero podía con eso, no pensaba en más que SeoJun, en su cuidado, era primerizo y el miedo de lastimarlo o hacer algo mal, siempre estaba latente.
Miró su teléfono a un lado, lo tomó para revisar los números telefónicos.
Suspiró sintiendo a su bebé dormido en el pecho, le acarició la espalda con suavidad, mirando el contacto principal.
Ya estaba libre, y además, según su calendario, SooBin desde hace tres semanas podía recibir visitas junto a llamadas a cualquier hora.
Relamió sus labios, miró la hora.
Su bebé normalmente hacia su toma a las seis, así que no dormiría mucho.
Se sintió ansioso cuando presionó el botón de llamar, lo colocó en altavoz para dejar el teléfono sobre sus rodillas, abrazó por completo a SeoJun, acariciando su espalda, el bebé estaba con la mejilla aplastada a su pecho, dormido profundamente, había caído de inmediato, escuchando el corazón del omega.
—Buenos días, penitenciario, ¿Qué desea? —contestó un hombre con seriedad, YeonJun relamió sus labios, mirando a su bebé en su pecho.
—Buenos días... Quiero hablar con... Un recluso.
—Nombre del recluso.
—Choi SooBin —contestó, quedándose en silencio y esperando lo que debía esperar, el asesor solamente lo colocó en espera para pasar la llamada a los teléfonos de adentro, dar la información a los oficiales y buscar al recluso para llevarlo a la zona de llamadas.
En todo ese tiempo, YeonJun se cuestionó si era correcto llamarlo, mordió su labio inferior, dándole unas palmadas en la espalda a SeoJun cuando se removió.
¿Qué le diría? ¿Qué haría? ¿Qué le diría SooBin?
—¿Sigue en línea? —preguntó otra voz, se sintió ansioso, emocionado, también nervioso.
—Si...
—¿Cuál es su nombre?
—Choi YeonJun...
—Bien, en un momento remitiré la llamada...
—Gracias... —murmuró acomodando al bebé, apoyó su mejilla con cuidado sobre la cabeza de su hijo. Lo que había esperando por nueve meses se había hecho realidad al fin, lo tenía en sus brazos, y nada de lo que alguna vez SooBin le gritó en la cara era realidad.
Ese bebé no estaba curando sus adiciones, no lo estaba usando de excusa y tampoco para restregarle su sentido de la responsabilidad a alguien, no veía a SeoJun como un trofeo.
Era su hijo, su compañía, algo que él había hecho con muchísimo amor y que cuidaría de la mejor manera posible, así como lo educaría con todos los valores que él no tuvo, con muchísimo amor.
Sólo era su hijo, no lo veía como algo material, como la demostración de algo, nunca usaría a su pequeño para eso.
—¿Hola? —abrió los ojos cuando escuchó la voz del teléfono, alzó la mirada, escuchó después de tanto tiempo la voz de SooBin, un poco más ronca tal vez por el despertar.
Sintió un escalofrío, relamió sus labios aguantando una sonrisa, sus ojos se cristalizaron y su corazón se agitó en respuesta.
—Hola... —murmuró, del otro lado, SooBin se irgió en su lugar, cambiando su expresión a una de sorpresa.
—¿YeonJun? YeonJun, ¿Cómo estás?
—A-ah... Bien, estoy bien... —contestó soltando una pequeña risa, derramó un par de lágrimas que secó con sus manos, sin querer hacer mucho ruido o movimiento para no despertar a SeoJun— ¿Tú? ¿T-tú cómo estás?
—Ahora estoy bien... No he hecho muchas cosas aquí... Solamente leer...
—¿Q-qué lees? —preguntó relamiendo sus labios, pasó su mano por sus ojos, quitando las lágrimas.
—Stephen King... —murmuró la respuesta— Extrañé tu voz... Te extraño...
—Yo también... Yo también te extraño mucho, SooBin... —soltó un lloriqueo, sin quererlo, haciendo qué su pecho subiera y bajara, el bebé se quejó antes de lloriquear.
Ese lloriqueo se escuchó del otro lado del teléfono, SooBin apretó el teléfono, abriendo de más los ojos. Escuchó como el omega le siseó al bebé para calmarlo.
SooBin tragó grueso, escuchando apenas ese sonido.
—¿C-cuándo nació?
—Hace dos semanas... —contestó mordiendo su labio inferior cuando el alfa se quedó en silencio— SooBi-...
—¿Cómo se llama? ¿Es una niña o un niño? —preguntó con la voz en un tono normal, pero del otro lado, tenía la cabeza gacha, su mano libre en su frente, sintiendo un nudo en su garganta.
—Es un niño... Se llama Choi SeoJun... —YeonJun murmuró la respuesta, SooBin se quedó aún más tenso.
Mucho antes de que su relación se hiciera oficial y más intensa, habían corrido con la mala suerte de un condón roto, pero las pastillas anticonceptivas no lo dejaron pasar a más.
Pero las bromas de un hijo no se hicieron esperar, en medio de algo de borrachera y sustancias ilícitas los primos habían decidido que su hijo se llamaría SeoJun.
—¿Y te aseguras que será un niño? —preguntó YeonJun con una risa, vaciando lo que quedaba de cocaína en la mesa de noche, empezó a hacer la línea con una tarjeta de banco.
—Estoy muy seguro que sería un niño, necesito un heredero igual de fuerte e inteligente...
—¿Las niñas no son inteligentes y fuertes?
—Lo son, pero en este mundo no creo que sea lo mejor... Además, prefiero tener un hijo... Diría que es mi sueño —confesó mirando al omega oler por completo la línea antes de suspirar, soltó una risa.
—Bien... Vamos a practicar como se hace ese heredero —propuso sintiendo su nariz arder, rió sintiendo poco a poco cómo hacía efecto.
Y en la actualidad, su hijo, un varón, llevaba el nombre que habían decidido de broma.
—Tu... ¿Fue difícil? C-como...
—¿Te refieres al parto?
—Si...
—Fué... Doloroso, me desmayé... Aunque fue una cesárea sencilla...
—¿Cuando... Vendrás? —preguntó, YeonJun tragó grueso.
En ese momento debía aplicar todo lo que había pensando en esos meses y lo que había decidido.
No iba a priorizar a SooBin por sobre su hijo.
SeoJun iba a primero, tenía dos semanas de nacido y por mucho que quisiera tomar las cosas e irse a la cárcel a ver a SooBin, no podía ni lo iba ser, su bebé estaba pequeño, era delicado sacarlo de casa tan pequeño.
Por eso, respondió con decisión.
—Cuando SeoJun esté más grande... Mínimo que cumpla un mes... Apenas tiene dos semanas... Es pequeño de tamaño...
—¿Qué tanto?
—Me cubre el pecho apenas...
—Pero... Yo soy... alto... —murmuró, YeonJun inevitablemente sonrió besando la coronilla de su bebé dormido, el bebé respiraba pausado, con la mejilla aplastada en su pecho, las manitos hechas puño.
—Si... Pero con el tiempo veremos su altura, hace nada nació y bueno... Es pequeño... Pero está sano... Es un bebé sano —asintió con orgullo, apoyando su mejilla con cuidado en la cabeza de su bebé, abrazándolo con cariño y cuidado.
—¿Vas a traerlo cuando vengas? —preguntó sintiendo un pequeño alivio al escuchar sobre la salud del bebé.
—¿Quieres verlo? —preguntó de vuelta, SooBin relamió sus labios— Mira... Tu eres el padre, si, pero no te voy a obligar a quererlo o a criarlo cuando tengas la oportunidad, prefiero que no cumplas tus responsabilidades como padre si las vas a hacer por compromiso y bueno... Si cuando salgas de ahí no quieres hacerte cargo de él o estar presente en su vida, no voy a molestarme por eso...
—Quiero conocerlo... —murmuró teniendo un pequeño choque al escuchar a YeonJun hablarle así, era un tono seguro, se notaba demasiado decidido. Y jamás esperó escuchar esas palabras del omega.
Pero claro, YeonJun ya no era el omega que le suplicó que escaparan del hospital.
—Lo llevaré cuando cumpla un mes... Pero mis palabras siguen intactas...
—Bien...
—¿No te has metido en problemas?
—Soy alguien que dejó los problemas, YeonJun... Sólo duermo, leo... Y salgo a comer y ducharme, no hago más nada...
—Escuché que tú compañero era Oh...
—Si, pero... Él murió, hace cinco meses... —confesó, YeonJun alzó las cejas sin saber eso.
—Tu... ¿Lo mataste? —preguntó con el ceño fruncido.
—No, YeonJun —mintió con un suspiro— Murió de asfixia, se dieron cuenta dos días después...
—Bien, no quiero saber más —cortó con un suspiro.
—Ahora estoy sólo...
—Yo-... —se vió cortado por el lloriqueo del bebé que despertó para su toma, YeonJun acomodó a su bebé para arrullarlo— Hace meses... Le trajeron cosas, una cuna, peluches y pañales.... La mayoría de cosas —contó acomodando al bebé que se calmó cuando estuvo haciendo su toma, YeonJun tomó su teléfono para acercarlo más a él.
—¿Quién? —preguntó haciéndose el que no sabía de eso, fingiendo que no había matado a Oh para obtener todo eso.
—Un agente... Lo trajo por agradecimiento.
—Eso es... Maravilloso...
—Si...
—YeonJun...
—¿Uhm?
—Te amo —soltó pasando su mano por su cara— Te amo mucho... —murmuró, YeonJun mordió su labio inferior sintiendo esas palabras atravesarle el corazón.
Escucharlo no tenía precio para él.
—Yo también te amo... Te amo, SooBin...
Pero no más que a mi bebé. Pensó mirando a su bebé adormecerse, los ojitos pequeños y achinados.
Opinión?
The_Dark_Diamond04
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