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4:00 AM.
Luego de una espera larga en la que no dejó de pedir que dejaran ver a su novio, TaeHyun fue pasado a la Unidad de cuidados intensivos y solamente podía entrar una persona por el momento.
BeomGyu, claramente.
—Le apuñalaron la garganta y la fisura es profunda y cruza por todo el cuello, tiene dificultades para respirar por eso el inhalador, no sabemos si tenga problemas para la deglución o incluso para hablar, eso lo veremos cuando despierte —explicó el médico, BeomGyu observó el objeto, le cubría la nariz y la boca, era grande— Sufrió un golpe en la cabeza que ya fue tratado pero hay que realizarle tomografías para descartar algún otro daño, tiene heridas superficiales, así como presenta apuñalamiento en el muslo...
—¿Cuando... Va a despertar? —preguntó con un nudo en la garganta, mirando el estado de su novio, inconsciente.
—No es algo que sepamos con exactitud... Estuvo inconsciente desde que entraron a la ambulancia... No quisiera darle un momento exacto para no crear expectativas... Será a su tiempo —asintió el médico, BeomGyu asintió también escuchando como se iba, dejándolo sólo en la feria habitación.
Se acercó con cautela y manos temblorosas, mirando a su novio fijamente.
Sintió el nudo en su garganta agrandarse más, su aroma a fresas fue agrio, pero lo suficientemente fuerte como para envolver al alfa en segundos.
—T-tyun... Despierta... —le susurró acercando su mano con cuidado a la cabellera del alfa, le habían quitado los restos de polvo y escombros, miró el vendaje en su cuello, como su pecho subía y bajaba con lentidud, el respirador haciendo su trabajo— Despierta, por favor... —susurró empezando a llorar, lágrima tras lágrima cayendo por sus mejillas— No me puedes hacer esto... V-vamos a comer hamburguesas... Te compraré todas las que quieras... —le habló acariciando con su pulgar la cien del alfa, peinando sus cejas con delicadeza y ternura.
El no saber exactamente cuando despertaría, era tortuoso, le daba una ansiedad inexplicable.
¿Y si no despertaba?
Soltó un sollozo mientras seguía peinando el cabello del alfa.
—No me puedes dejar sólo... E-eres lo único que tengo... —susurró acomodando con delicadeza el respirador cuando se movió un poco— Tú y Príncipe... N-no puedes dejar a Príncipe sin papá, ¿Bien? —le preguntó soltando una risa luego en medio de su llanto.
Estaba desesperado, angustiado, con ansiedad, solamente podía pensar en TaeHyun en ese momento, escuchaba el pitido de la máquina indicar los latidos de su corazón, eso lo aliviaba de cierta forma.
Tomó la mano del alfa, solamente tenía un aparato en su índice, cuidó no moverlo, recostó su cabeza en el hombro del alfa, cerró los ojos acercando la mano inerte del alfa en su mejilla sintiendo una lágrima caer por el puente de su nariz.
La mano no se movía, la mantuvo ahí, sintiendo una opresión en el pecho.
—Tienes... Tienes que despertar... T-te llevaré a comer pizza... ¿No querías pizza, Tyun? —preguntó mordiendo su labio inferior para aguantar un sollozo— M-me voy a gastar toda tu tarjeta si no despiertas... —amenazó sorbiendo su nariz, acarició el dorso de la mano ajena, sintiendo que estaba fría, se levantó de su lugar y acomodó al alfa, tomó una manta más gruesa en el borde de la cama, y la abrió mientras sorbía su nariz.
La dejó sobre el alfa, cubriendo sus brazos, hasta su pecho con total cuidado, asegurándose de que no estuviera tan frío.
Se inclinó dejando un suave beso en su frente.
De eso ya habían pasado tres días, había dormido y apenas comido en esa habitación, en tres días no se había movido de ahí.
TaeHyun no había despertado en tres días.
Le habían colocado intravenosa y habían hecho los exámenes necesarios, pero todos arrojaban un mismo resultado, estaba igual, no había avance en su estado y los médicos no podían hacer más, solamente esperar su evolución.
—¿Cuándo piensas despertar, Tyun? —preguntó el omega pasando una toalla húmeda por lo que podía de la cara del alfa, para limpiarlo, suspiró pasando la toalla por sus brazos— N-necesito que despiertes... —tartamudeó sintiendo sus ojos cristalizados, en esos tres días no había dejado de llorar, la situación no era la más tranquila o favorable, pasó la toalla húmeda por los brazos del alfa con cuidado, limpiando— Tu me dijiste... Que el color de los ojos se va si lloras mucho... —recordó soltando una risa, evitando llorar, sorbió su nariz alzando la mirada para contener las lágrimas— ¿Me vas a quitar el color de los ojos, baboso? He llorar tanto por tu culpa... Tonto —murmuró antes de dejar de evitar que las lágrimas cayeran, las dejó caer, pasando su brazo por sus ojos, se levantó de la silla para ir a limpiar el otro brazo.
Por mucho que le habían ofrecido ayuda, incluso un relevo para que descansara como era debido, había negado la ayuda, solamente pidiendo a Kai que cuidara a Príncipe.
Él peinaba a TaeHyun todos los días, lo limpiaba con toallas húmedas, se quedaba con él, lo abrigaba incluso.
—¿No... No quieres verme otra vez? —preguntó cuando estuvo sentado en la silla, recostó su barbilla en sus brazos cruzados, mirando la cara del alfa— ¿No quieres ver a tus ojitos?... —preguntó en un susurro, sintió sueño, los ojos pesarle, estiró su mano y acarició la oreja del alfa con distracción— Tal vez... Parezca chiste o que no le tomé mucha importancia esa vez... Pero es verdad, Tyun... Mis ojos son tuyos... —afirmó con una media sonrisa— Sólo te ven a ti... Sólo brillan contigo... No puedes dejar que dejen de brillar, ¿Verdad?... Tienes que despertar, mi Tyun... —susurró pasando su índice por la mejilla ajena, dió un salto en su lugar cuando la máquina que marcaba los latidos empezó a sonar con más fuerza y continuidad, varios aparatos empezaron a aumentar sus pitidos.
Se alarmó levantándose de inmediato, salió de sopetón.
—¡HEY, AYUDA! —gritó mirando como de inmediato los enfermeros y el médico iban a atenderlo, apurandose a controlar la situación.
BeomGyu se quedó en la salida, mirando fijamente al alfa, apenas y su cuerpo se tensó involuntariamente.
—¡Principio de paro cardíaco! —avisó el médico empezando a pedir lo necesario, BeomGyu tragó grueso desviando la mirada mientras escuchaba lo que pasaba.
Sus manos temblaron, inevitablemente empezó a llorar de nuevo, se asustó cuando sintió que lo tomaron del hombro.
—¿Qué ocurre? —preguntó Kai apareciendo con una bolsa en la mano, el almuerzo del omega, BeomGyu volteó a verlo con los ojos empañados.
—U-un... Principio de paro cardíaco —informó acercándose a su amigo, apoyó su frente en el hombro de Kai, soltando un sollozo mientras se abrazaba a sí mismo— N-no... No quiero que se vaya... —susurró con miedo, dolor era lo único que transmitía, Kai alzó su mano libre, acariciando su cabello.
De todos los agentes que habían ido a la misión, TaeHyun era quien tenía el peor estado, era el único en cuidados intensivos.
ChangBin tenía lesiones y heridas, pero nada tan grave, tenía consciencia.
—No se va a ir... —prometió Kai volteando a ver a la habitación, el personal haciendo su trabajo, estabilizando a Kang.
—N-no quiero... No quiero quedar sólo... Y-yo no... Yo no quiero-... —sollozó abrazándose con más fuerza, llorando.
—No pasará, estoy seguro... —afirmó Kai, él tenía un nivel más alto de control, así como la sangre fría, no era tan sentimental y a pesar de que le dolía y preocupaba ver a su amigo de esa forma, mantenía su fortaleza— Hay que avisarle a la familia... —habló relamiendo sus labios, BeomGyu alzó la mirada— Sé que no es el mejor momento... Pero hoy se cumplen los tres días del contrato para decirle a la familia su estado...
—E-está bien... —asintió pasando sus manos por su cara.
—Al ser su pareja, la agencia considera que eres más allegado a la familia. Yo sé que no es así, así que si necesitas mi compañía...
—No, yo iré hoy... Sólo, quiero verlo estable —murmuró volteando a ver a TaeHyun, escuchó el pitido más regular, como volvían a arroparlo y seguían revisando algunas cosas.
Kai se quedó a su lado todo ese rato, ofreciéndole agua y comida, pero BeomGyu negó todo eso, solamente preocupado por el bienestar de su novio.
¿Y si se quedaba así para siempre? ¿Y si al despertar no era el mismo y tenía limitaciones?
Eso no era algo que le importara, él se quedaría a su lado, día y noche, sea como sea.
No lo dejaría sólo.
[...]
Mansión Kang.
A pesar de que había negado la compañía de Kai, había sido llevado a la mansión por dos agentes, uno se quedó en el auto y el otro lo acompañó a una distancia moderada a la entrada de la mansión.
—Buenas tardes, ¿Qué desea? —le preguntó con educación un personal del servicio. BeomGyu no tenía tiempo ni ganas para detallar lo lujoso de la mansión.
—Quiero hablar con la señora Kang, con el señor Kang también, es urgente...
—Oh, pase a la oficina y-...
—No tengo tiempo para pasar, diles que vengan, por favor —pidió cruzando los brazos, la mujer asintió pidiéndoles esperar un momento mientras iba por los esposos.
BeomGyu no quería entrar ni por casualidad, si ya de por si que él estuviera ahí era algo inusual, no quería imaginar la reacción y la palabrería si lo dejaban pasar.
Aunque ser acusado de ladrón era lo último que le interesaba en ese momento.
—¿Qué haces aquí? —preguntó la mujer arqueando una ceja, el padre también lo observó de forma despectiva.
—Vengo a decirles algo de TaeHyun, no es por gusto —negó tomando aire para decir la noticia.
En el camino los agentes le habían explicado que no debía decir que había sido una misión y todos los hechos como en realidad eran, no debía revelar que fueran agentes de inteligencia nacional.
—¿Y ese quién es? ¿Un matón? —preguntó la mujer mirando al hombre que estaba a unos metros de BeomGyu, los agentes lo habían llevado, pero de civiles, solamente armados pero con vestimenta casual.
—No le interesa, necesito que sepa qué-...
—Escucha, puta barata-...
—Una puta que su marido no dudaría en pagar teniendo semejante renacuajo como mujer —cortó de una vez, la mujer abrió la boca indignada, se puso adelante de su esposo recordando lo que el omega le había dicho la última vez.
—¡Tu-...
—TaeHyun está en coma —soltó como pudo, sin querer pelear, porque entre tantas cosas que sentía sabía que no dudaría en irse encima de esa mujer y dejar obsoleta la obvia rinoplastia que tenía.
El padre hizo una expresión de sorpresa, cambiando su actitud de inmediato.
—¿Él... Cómo?
—¿¡Qué le hiciste!? —preguntó la mujer dando un paso hacia adelante alterada, el agente reaccionó de inmediato, estirando una mano.
—Mantengase alejada, por favor —pidió con una expresión seria, pero un tono firme que hizo a la mujer quedarse en su lugar.
—Tiene heridas en el cuello y en el muslo, está inconsciente, todo sucedió en un altercado del trabajo... Está recibiendo atención médica, yo he estado con él estos días...
—¿Días? ¿Cuántos días lleva así? —preguntó el hombre preocupado, la mujer frunció aún más el ceño.
—¿¡TIENES QUE ESPERAR A QUE MI HIJO SE MUERA PARA DECIRME, MALDITA PERRA!?
—Por reglas de la misma empresa y orden de los médicos decidieron darles las noticias tres días después... Cuando estuviera más estable —explicó relamiendo sus labios, conteniendose— Hoy tuvo un principio de paro cardíaco, ya está estable y puede ser visitado...
—Somos sus padres, debimos haber sabido primero —opinó el hombre, pero pidiendo al servicio su saco para ir a ver a su hijo. No le agradaba BeomGyu y tampoco su presencia, se mantenía distante y reacio a verlo con siquiera respeto, pero estaban hablando de su hijo que estaba en un estado delicado de salud.
BeomGyu relamió sus labios mirando a los ojos a la mujer que se sintió intimidada por la mirada ajena, los ojos azules viéndose más intensos por la luz del sol. Se veían más claros e intimidaban más.
—Cada uno de los empleados tiene derecho a poner número de contacto y nombre de la persona que quieran como principal ayuda para emergencias, algunos ponen a sus madres o padres, en cambio... —dejó las palabras en el aire, sintió un pequeño gusto cuando la cara de la mujer se transformó en una de rabia total, arqueó una ceja— Él me eligió a mí —terminó relamiendo sus labios para aguantar una sonrisa.
Tal vez no era el momento, pero tenía todo para poner su puesto frente a esos dos, y lo iba a aprovechar.
—Vengan conmigo, la hora de la visita acaba en cuatro horas —avisó dándose la vuelta para ir a la furgoneta, los otros dos lo siguieron para ir.
Los dos iban en total silencio, sin responder a nada del omega que cruzó los brazos.
—Yo tenía la voluntad de no decirles nada y no perder el tiempo viniendo hasta aquí —aclaró volteando a ver a los dos— Están sabiendo de su hijo solamente porque yo quise, y solamente porque sé lo delicado que está, lo hago por él y no por ustedes, puesto que no me importan una mierda... Pude haberme dado la vuelta apenas empezaste a gritarme en la puerta, piénsalo —le señaló a la mujer que sólo arqueó una ceja— No quiero que ni tú ni tu marido vuelvan a faltarme el respeto, si quieren gritar, griten en otro lado, si quieren insultar, insulten a otro que no sea yo, porque no tengo que aguantarme mierdas de dos personas que siquiera pudieron ganarse el amor de su hijo... Yo soy el responsable de TaeHyun en este momento por reglamento de la empresa, y por obviedad soy quien les estará diciendo sobre su avance, y si me llegan a faltar el respeto una sola vez, una sola maldita vez, les juro que no van a volver a saber nada hasta que TaeHyun despierte y él mismo los llame —amenazó, los padres tomaron expresiones asombradas, siquiera sabían a dónde iban por los vidrios ahumados, estaban separados del chófer también.
Siquiera sabían a qué lugar en específico iban.
—Yo no merezco que me traten de esta forma, no tengo porqué aclarar de mi vida o mi relación con TaeHyun, pero yo no estoy en el mejor momento y no voy a aguantar a dos imbéciles que no saben lo que es el respeto —finalizó sintiendo que la furgoneta se detenía, esperó a que el agente abriera y bajó con confianza, los dos padres lo siguieron, la mujer manteniendo a su marido a su lado, lejos de BeomGyu.
—¿Necesitas dinero para algún tratamiento o la estadía de aquí? —preguntó la mujer entre dientes, BeomGyu negó con la cabeza.
—Todo lo cubre la empresa —contestó entrando al elevador, marcó el piso exacto.
—¿Y tú? —preguntó de la nada el hombre, la señora Kang volteó a verlo con el ceño fruncido, molesta por esa preocupación.
BeomGyu volteó a ver al hombre.
Está mejor el hijo. Pensó con burla, mirando que la mujer se había tomado en serio lo de quitarle el marido.
—No necesito dinero, gracias.
—Podemos enviar a alguien del servicio para que te ayude y-...
—No, está bien, yo puedo hacer todo sin problemas —afirmó llegando a la habitación, la abrió con cuidado, dejando pasar a los adultos primero, que soltaron sonidos de impresión, mirando a su hijo.
BeomGyu hizo un gesto de impresión al mirar el cambio de respirador a uno más pequeño, de cuerda que estaba sujeto tras sus orejas.
Se acercó y bajó la manta un poco puesto que estaba muy arriba, reveló el vendaje de la herida de la garganta en silencio.
Hizo un espacio, dejando a los padres con su hijo, respetando el momento de padres e hijo.
Él jamás dejaría sin información a los padres de Kang, le parecía de mal gusto, ellos como padres tenían derecho de saber.
Pero esa mentira le conseguiría por lo menos que la situación fuera llevadera con los Kang.
Porque no sabían hasta cuándo estaría así.
Opiniones?
No me odien jeje
The_Dark_Diamond04
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