108
Sábado en la noche.
No hubo minifalda.
Se había decidido por algo más cubierto, pero manteniendo su estilo, mostrando su abdomen plano, junto a su ombligo.
—¿Ya podemos irnos?
—Un momento... —murmuró el omega frente al espejo aplicándose gloss, sintiendo al alfa abrazarlo por la cintura.
TaeHyun miró la ropa de su pareja, el pantalón de cuero que llevaba era de corte bajo, además tenía algunas aberturas que mostraban que debajo de ese pantalón tenía las famosas medias de red.
—Vamos —terminó el omega guardando sus cosas, se miró una última vez en el espejo, caminando a la salida— Mi Príncipe bonito~ Volvemos más tarde... O mañana —rió agachándose a acariciar a su mascota que lamió sus manos y jugueteó con él, ladrando y moviendo la colita— Cuida la casa —le pidió inclinándose a besar en medio de sus orejas, Príncipe ladró.
Irónicamente, el ambiente de una discoteca no le desagradaba a BeomGyu, había estado rodeado y metido en una discoteca la mitad o más de su vida, y a pesar de todo no tenía problemas en ir a una, tal vez no lo haría todos los fines de semana, pero una vez cada cierto tiempo, no hacía daño.
Además, era diferente, puesto que ahora iba con su novio, iban a disfrutar y sería una buena experiencia junto a él.
Y a pesar de haber tenido ese estilo de vida, BeomGyu no era extrovertido.
Por eso, al llegar al lugar, se quedó junto a TaeHyun y lo siguió a todos lados como un cachorro, saludando y diciendo su nombre cuando TaeHyun lo presentaba a todos sus amigos y conocidos, como su novio.
—¡Oh, viniste con el bonito! ¡Hola! —saludó Cecilia, BeomGyu le sonrió con amabilidad, saludando y felicitando a la mujer que agradeció.
Cecilia y TaeHyun habían sido amantes, estaba claro, pero eso no le molestaba o lo había actuar renuente con la mujer.
Cecilia era un amor definitivamente.
—¡Mira, las compré! —señaló sus pies, teniendo unas botas parecidas a las de BeomGyu, pero de color negro.
—Te quedan bonitas —opinó, la mujer agradeció invitándolos a tomar asiento en una mesa de dos, indicando que la barra era libre, todo allí corría por su cuenta.
Entre todas esas personas, tal vez Cecilia no había sido la única amante de TaeHyun, pero no le preocupaba.
Porque en una habitación con todos los amantes de TaeHyun y él, TaeHyun lo escogería a él.
Y sería igual con BeomGyu.
Si estuviera encerrado en una habitación con todos los hombres que han pasado por su vida, lo escogería a él, una y otra vez.
—¿Quieres alguna bebida sin licor? —preguntó TaeHyun, BeomGyu asintió.
—Piña colada —pidió mirando el local, era elegante, se notaba la diferencia social, el ambiente musical, las personas, la presentación de las bebidas. Todo.
—Si no te sientes cómodo, nos vamos —sentenció TaeHyun, prestando atención a cómo se sentía su novio en ese ambiente, BeomGyu rió asintiendo.
—Está bien, relájate... Por cierto, ¿Hay amantes tuyos aquí? —preguntó por pura curiosidad, TaeHyun tartamudeó, BeomGyu sonrió mirándolo fijamente.
El tema de los amantes hacía que TaeHyun se colocara nervioso, no lo había vuelto a hacer más, y había dejado en claro a todos sus amantes que tenía pareja, había cortado ese tipo de relaciones.
Pero le seguía poniendo nervioso.
—A-ah...
—Sé sincero —señaló el omega agradeciendo cuando les llevaron las bebidas— No me voy a enojar.
—Si hay... Unos... Cinco —sinceró, BeomGyu asintió mirando alrededor, tratando de identificarlos.
Las personas tendían a tener un patrón para seleccionar parejas, así sea una cosa mínima, había un patrón.
A veces son los lentes, otras veces el color de cabello, la contextura, incluso alguna ortodoncia.
Y BeomGyu había descubierto el patrón de su novio.
—Así que ojos claros... —murmuró bebiendo de su piña colada, estaba deliciosa y sin alcohol.
—¿Cómo?
—Que te gustan las personas con ojos claros —señaló, TaeHyun volteó a ver a todos, específicamente a los que fueron sus amantes.
—No todos tienen los ojos claros... —murmuró bebiendo de su cerveza, BeomGyu rió.
TaeHyun recapituló rápidamente su lista de amantes, y en efecto, la mayoría tenía los ojos claros, y su novio, tenía los ojos claros.
—¿Podemos dejar de hablar de amantes? —preguntó sacándole una risa al otro, en ese momento, un omega con vestimenta colorida se acercó a ellos.
—¡Con que ya tienes dueño, perrito! Al fin alguien te puso la correa —bromeó apoyándose de la mesa, con un vaso de vodka, BeomGyu lo observó, era un omega, con los ojos marrones claros, bebió de su piña colada en silencio.
—Deja de decir idioteces —rió TaeHyun chocando su cerveza con la bebida del omega, un amigo.
Y ex-amante.
—¡Claro que sí! Mira, era como un perrito de la calle, le dan un cariñito y ya se quería ir contigo —le habló a BeomGyu que sólo rió por la comparación.
—Tu eres igual —señaló, el omega alzó los hombros.
—A mí me encanta la vida loca —carcajeó bebiendo de su vodka, miró a BeomGyu— Agarra bien la correa del perrito —señaló a modo de broma, BeomGyu asintió.
—Si se me escapa, no hay nada que un kilo de azúcar no resuelva —contestó dejando a los otros dos con muecas confusas.
—¿Un kilo de azúcar? —preguntó el omega apoyando los codos interesado, BeomGyu asintió bebiendo de su piña colada para darle más suspenso al asunto.
—Si le pones un kilo de azúcar dentro del tanque de combustible, se derrite y obstruye las válvulas y los inyectores... Prácticamente arruinas el motor —explicó, asintiendo luego, TaeHyun quedó con la boca abierta, el omega sólo soltó una carcajada.
—¡Eres un genio! Gracias por el dato y tú... Cuida tu motor —señaló a TaeHyun que asintió, mirándolo irse, volteó a ver a BeomGyu que estaba bebiendo su piña colada tranquilo.
—¿Cómo sabes eso?
—Lo oí por ahí —alzó los hombros, riendo, TaeHyun asintió.
—Aléjate de mi auto, que miedo —señaló, el otro carcajeó.
—¡Sólo es un caso de emergencia! Ya sabes, que me mientas... Me seas infiel... Uhm, me violentes... Pero eso no va a pasar —negó, TaeHyun asintió varias veces, asegurándose que eso no iba a pasar.
—No va a pasar, ojitos, porque no lo mereces... Y porque amo mi auto —rió al final, el omega ladeó la cabeza.
—¿Y a mí no me amas?
—Te amo mucho, mi bonito —afirmó inclinándose a besarlo, BeomGyu sonrió recibiendo besos en la mejilla.
—¡Hey, tortolos! ¡Vamos a bailar! —animó Cecilia, pidiendo música al DJ que cumplió su petición, después de todo lo habían contratado para esa noche.
—Vamos —animó TaeHyun estirando una mano a él, BeomGyu le sonrió levantándose de la mesa para ir con él.
La diversión apenas y estaba empezando.
[...]
Mientras más avanzaba la noche, más iba subiendo el volumen de la música y el alcohol hacía más efecto.
—Ya vengo, voy al baño —avisó a su novio que estaba hablando con sus amigos, TaeHyun lo observó.
—Te acompaño.
—Puedo ir sólo, está bien...
—Pero te acompaño —rió sujetándolo de la cintura, caminando a los baños que en lugar de estar divididos en omegas y alfas, estaban divididos en hombres y mujeres.
Era algo complicado ese tema de los baños, algunos locales si tenían divisiones de omegas y alfas, pero otros de hombres y mujeres, no había una ley específica para eso aún, y el gobierno no tenía el foco puesto en ello.
Ambos entraron al baño, ya BeomGyu llevaba unas cuatro bebidas, necesitaba orinar con urgencia.
TaeHyun lo esperó con paciencia fuera del cubículo, mirándose en él espejo y tarareando la canción que sonaba fuera, escuchó un gemido, dió un salto en su lugar de la impresión, volteó a los cubículos, miró las partes de abajo, notó que uno de ellos en lugar de tener dos pies, tenía cuatro pies y en uno de ellos se podían ver los pantalones abajo.
Desvió la mirada, carraspeando un poco, su novio salió del cubículo de al lado, con las mejillas sonrojadas, el aroma a sexo era innegable para él que estaba justo en el cubículo de al lado.
Se lavó las manos con rapidez, y salieron de ahí, soltando una risa luego.
—¡Que vergüenza! —carcajeó el omega, sintiendo un cosquilleo en su vientre al imaginarse a ellos dos en esa situación.
—Ah, no te hagas —burló el alfa besando su cien, el otro sintió su cara caliente, rió volviendo a estar con el grupo, escuchando la conversación y a veces opinando.
Hasta que empezó un set de música nuevo, de un género bailable, un poco sucio dirían algunos.
Un género que BeomGyu sabía bailar a la perfección.
—No sabía que los ricos escuchaban y bailan eso —se burló, TaeHyun lo tomó de la muñeca con una risa, llevándolo a la pista de baile. Habían demasiadas personas bailando, todos ya estaban bajo efectos del alcohol.
—¿Qué te sorprende? —preguntó con una risa, bebiendo de su cerveza.
—Uhm, pensé que pondrían la quinta sinfonía de Bettoven —se burló de nuevo, llegando a un espacio que la pared estaba vacía, BeomGyu se dió la vuelta, mirando por sobre su hombro al alfa que se sintió algo confundido, aún más cuando el otro apoyó una mano en la pared.
—¿Qué... ¿Qué haces? —preguntó dejando su mano libre en su cintura, él ya había bailado ese género, pero no de esa manera.
—Te voy a bailar, ¿No es obvio? —rió el otro empezando a bailar, moviendo la cadera al ritmo de la música, demostrando lo bien que bailaba.
TaeHyun sabía de sobra lo bien que se movía su novio, y estaba disfrutando ese baile como si fuera la primera vez.
Se acercó más a él, su pelvis rozando con el trasero del omega que no dejaba de bailar al ritmo de la música.
Todas las personas estaban bailando, estaban en el ambiente del momento, nadie estaba mirándolos, todos estaban centrados en lo que hacían.
La música era lenta, era sensual y él tenía el suficiente oído musical para seguir el ritmo sin problemas, moviendo su cadera en círculos, de lado a lado, de arriba hacia abajo, disfrutando de bailar con y para su novio.
Pero había un detalle.
TaeHyun también estaba bailando, se estaba moviendo al ritmo de la música.
Y no era la primera vez que un hombre bailaba con él, no era la primera vez que le meneaba el culo a alguien, eso era sólo el principio de lo que había bailado en toda su vida.
Pero se estaba calentando de más con ese baile.
Se supone que él bailaba para calentar a los hombres, en la actualidad a su novio.
Pero el que se estaba calentando era él.
Mordió su labio inferior, agachando la cabeza, se movió más lento sintiendo un cosquilleo en el vientre, aún más cuando el alfa pasó su mano por su estómago, causando escalofríos.
TaeHyun se inclinó a él, besando su nuca.
Siguió bailando, sin sentir alguna erección de su novio, miró a su entrepierna, se estaba formando una.
—Quita la mano de la pared, bonito —pidió el alfa, BeomGyu negó con la cabeza, mordiendo su labio inferior de nuevo al sentir escalofríos.
Se estaban rozando por encima de la ropa, el omega estaba haciendo la mayoría del trabajo al ser quien más movimiento hacía, pero a pesar del poco movimiento de caderas que tenía al alfa, era suficiente para que en dos canciones, BeomGyu tuviera una erección en los pantalones.
Que cabe destacar era la única prenda que tenía aparte de las medias de red. No tenía ropa interior.
Se sentía excitado, toda la semana había sido así, hasta con lo más mínimo.
El alfa notó que su novio se movía con más insistencia, lo sujetó con más firmeza de la cadera para acercarlo a él, simulando una embestida a propósito que le sacó un gemido al omega que no escuchó por la música que empezó a subir el tono.
TaeHyun siguió bailando, disfrutando del momento y sin ser consiente de lo que pasaba con su novio aún.
Pasó sus dedos por su abdomen, se inclinó y volvió a besar su cuello, besos lentos y húmedos.
El otro apretó los ojos, sintiendo demasiada excitación, sintió un escalofrío por todo el cuerpo, así como un calor característico extenderse por su vientre.
¿¡Me voy a correr!?
Jadeó lo más bajo que pudo, ignoró la música por completo, no le importaba el ritmo o si iba más rápido.
Empezó a moverse para tener un orgasmo.
El alfa se extrañó del cambio de movimientos y de ritmo, aún así se dejó llevar, soltando una risa luego, subió una mano por el pecho ajeno.
—Vas rápido, bonito —avisó con una risa, pellizcando uno de sus pezones por encima de la ropa, sacándole un gemido al omega.
Un gemido que pudo escuchar por lo cerca que estaban, y era un gemido de gusto que conocía muy bien, seguido de la respiración agitada.
TaeHyun alzó las cejas, mirando al omega que dejó de moverse, ahora colocando ambas manos en la pared.
—¿E-estás bien? —le preguntó extrañado inclinándose a verlo, el omega tenía las mejillas sonrojadas y la respiración agitada.
—Y-yo... —tartamudeó con vergüenza, TaeHyun lo abrazó por completo con ambas manos, esperando con paciencia la respuesta— Yo... Tuve un orgasmo... —explicó sintiendo mucha vergüenza por la situación.
¿Quién se corría bailando?
Además era la primera vez que le pasaba, la vergüenza estaba en su mayor esplendor.
—¿Un orgasmo? —preguntó agachando la mirada a los pantalones del omega, por las luces no se definía bien, así que con confianza llevó una de sus manos a su entrepierna, sintiendo lo húmedo de la tela.
Abrió la boca con impresión, el omega lo observó mordiendo su labio inferior.
Estaba excitado aún, se sentía caliente.
—¿P-podemos irnos? —preguntó dándose la vuelta para quedar frente al alfa que no estaba entendiendo del todo la situación.
Pero la estaba disfrutando.
—¿A casa? —preguntó con una media sonrisa coqueta, BeomGyu relamió sus labios abrazándolo por los hombros— ¿O quieres ir a otro lugar?
—A donde sea... A donde sea que puedas cogerme, por favor —pidió pestañeando con lentidud, dándole la mirada que nunca fallaba.
TaeHyun sonrió, tomándolo de la muñeca para salir del lugar sin despedirse, sin dar las gracias por la invitación, luego se las mandaría a Cecilia por teléfono o la llamaría.
Ese momento era más importante.
Smut? u.u
The_Dark_Diamond04
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