La Bruja Del Mar Rojo

Estaba por atardecer en Merdeath, todavía no se empezaba a poner el sol, pero era popular entre los alumnos ver el atardecer descendiendo en el mar rojo del dormitorio, un espectáculo digno de admirar, cosa totalmente ignorada por la tripulación de tres personas.

Valentín: ¡Apúrate Javier! Tenemos que aprovechar los últimos rayos del sol –El joven hada volaba cerca de tierra mientras en sus brazos llevaba un montón de tablones de madera con una caja de herramientas.

Javier: Ya voy, ya voy, no todos podemos volar ¿Sabes? –Un cansado aspirante a pirata intentaba a duras penas seguirle el paso, cargaba varias latas grandes de pintura a medio cerrar.

Valentín: No es excusa para ser lento ¡Mira a Stella! A ella le duele cada paso y ya nos adelanto.

Mas adelante de ellos estaba una chica de pelo anaranjado corriendo con un montón de cinta, pegamento y un botiquín de primeros auxilios porque sabe que tiene amigos estúpidos.

Los tres corrían en dirección al muelle del dormitorio, donde a lo lejos se notaba que estaba un viejo barco destrozado, a simple vista podía decir que ese barco había tenido mejores días.

Desde la primera ves que vieron ese barco sabían que tenia que ser su barco, ese seria el barco en el que tendrían grandes aventuras y en donde se convertirían en dueños de los mares. O ese era el plan, si es que primero lograban repararlo, claro esta, llevan desde su primer año trabajando en ese barco y aun no tenían grandes avances.

Tal vez la cinta adhesiva que utilizaban no era muy buena, intentarían con otra.

Javier seguía discutiendo con el hada sin poner atención a su camino, tanto que no noto a la joven peliblanca en su camino.

Javier/???: AAAAAAAH!!!!! –Ambos terminaron chocando.

Javier parecía estar bien, solo se dio un buen golpe que lo dejo mas menso y con un par de gotas de pintura en su saco rojo, sin embargo la chica había terminado completamente llena de pintura, su lindo traje de marinera blanco estaba cubierto de pintura de diferentes colore y su pelo blanco como la espuma de mar también estaba cubierto.

Había chocado nada mas y nada menos que la apacible y tranquila líder de Merdeath.

Adriana: ¡O-oh por el mar! ¿Estas bien?

Javier: ¡Líder! ¡Le juro que no fue mi intensión! –Se levantó rápidamente y le extendió su mano a la líder.

Adriana ¡L-lo lamento tanto! No vi por donde caminaba y-y ¡Lo sient-

Antes de que la chica continuara fue apartada y puesta detrás de la Stella que, en cuanto escucho el desastre soltó lo que cargaba y corrió a ayudar a la líder, empezó a hacer señas extrañas con las manos agresivamente, era lenguaje de señas, lenguaje enojado.

Stella: "¡¿Que crees que haces baboso?!"

Javier: ¡E-Ey Stella relájate! Fue un accidente.

Stella: "Accidente causado por tu absoluta estupidez."

Adriana: Tranquila estoy bien ¿Ves? Fue mi culpa de todos modos, no vi por donde iba.

Javier: Yo quiero creer que fue culpa compartida.

La mirada asesina que le arrojo mas el mostrar sus colmillos y gruñir como un perro le dejo claro el mensaje.

Javier: ¡SI SI! ¡Mi culpa! Fue totalmente mi culpa, no me muerdas por favor...

Stella solo negó con la cabeza y miro al cielo, viendo como los tonos rosas que anunciaban el atardecer pintaban el cielo.

Stella: "Mejor ve con Valentín, yo ayudare a Adriana a limpiarse, no mueran mientras no estoy."

Javier: Jaja si, claro... –Rio mientras se rascaba en la nuca nervioso.

Stella se fue junto con la bruja del mar, de inmediato quito su sonrisa tonta a aun expresión molesta mientras tomaba camino de vuelta al muelle, murmurando molesto.

Javier: Que no mueran dice, ni que fuera tan estúpido para morir sin ellaaaAAAAAAAH –Tropezó con las cosas que Stella había dejado y no vio y termino en el agua.

El hada voló a donde había caído Javier, suerte que el pirata si sabia nadar.

Valentín: Parece que si lo eres.

Javier: Sácame de aquí mejor.

El hada solo se reía mientras sacaba a Javier cargandolo del cuello del saco, lo llevó volando mientras se quejaba hasta uno de los mástiles del viejo barco, donde finalmente lo dejó sentado y el mismo se sentó a su lado, en el momento justo que el atardecer se empezaba a observar a la distancia.

El atardecer en Merdeath no era popular sin razón, cualquiera podía ver ponerse el sol en el mar, pero muy pocos podían decir que lo habían visto en un mar rojo como la sangre, la luz reflejada en el mar le daba un tono anaranjado brillante extrañamente hermoso. Aún más desde donde estaban el par.

Javier: ¿Crees que algún día podamos terminar el barco? –Pregunto a su amigo mientras ambos aun tenían su vista en el cielo.

Valentín: No lo se –Respondió con simpleza.

Javier: ¡Oh vamos! No seas negativo ¿No quieres salir de aventura en un barco pirata genuino?

Valentín: ¿Y quien no querría? Solo que no estoy seguro de que podamos, llevamos desde el año pasado en esto y todavía nada.

Javier: No eres de ayuda –Lo miro con un puchero y regreso su vista hacia el atardecer–... Si logramos hacerlo ¿Que esperas encontrar allí?

Valentín: Lo que sea mientras este lejos de mi madre.

Javier: No eres divertido, estoy seguro que debe haber algo que quieras encontrar.

Valentín: No se me ocurre nada en realidad, tal vez... ¿Cosas perdidas?

Javier: ¿Cosas perdidas? ¿A que te refieres?

Valentín: No lo se, siempre escuchamos historias de tesoros que se perdieron en el tiempo ¿No sería genial encontrar algo así? –Miro con entusiasmo a su compañero.

Javier: ¡Eso exactamente de lo que hablo! ¡Un día cruzaremos el mar y encontraremos un sin fin de tesoros! Le demostraré a mis padres que si puedo ser un capitán –Hablo con estusiasmo mientras se paraba en el mástil.

Valentín: ¿Capitán? ¿Y donde esta tu tripulación, capitán Javier? –Se burlo.

Javier: ¿Stella esta pintada?

Valentín: Somos una tripulación de tres weyes, cuatro si Ares esta de humor.

Javier: No estés de rebelde, primer oficial, o te tiraré por la borda –Lo señaló con el dedo dramático, como si fuera una espada.

Valentín: Puedo volar.

Javier: Te amarro las alas.

Valentín: Siéntate que te vas a volver a caer.

Javier: Soy demasiado inteligente para EsooOOOAAAAAAHH –En un momento perdió en equilibrio y cayo del mástil, sin embargo su pie quedó atrapado en una cuerda y ahora estaba colgando– ¡VALENTIIIIIIIIIIIN!

Valentín: Ya voy "capitán" Jajajaja –Se burlo mientras emprendía vuelo para ayudar a su amigo.

Supongo que se tendrán que conformar con estas aventuras por ahora.

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Mientras tanto en la habitación de la líder, su cuarto estaba en la sección bajo el mar, a diferencia de el resto del dormitorio estaban en frente del lavabo de su habitación, Stella intentaba limpiar la pintura del blanco pelo de Adriana.

Adriana: En serio no tienes que molestarte, puedo hacerlo yo- Fue callada por un "ssh" de Stella, simplemente bajo la mirada y se dejó hacer.

Adriana ya se había cambiado de ropa y ahora se intentaba limpiar la cara, su pelo estaba suelto por una vez dejando ver lo largo que realmente es, tan blanco y parecía brillar en tonos celestes, junto con sus hermosos ojos azules, su sola presencia es un gran contraste con el dormitorio teñido de rojo.

Solo dejaba más claro que este no es su logar, o eso es lo que ella piensa.

Miraba por el ventanal como un banco de peces paseaba por allí junto con algunas más criaturas marinas.

Adriana: ¿Stella? –La chica hizo un gemido en señal de que escuchaba– ¿No extrañas tu hogar?

Por el reflejo del espejo pudo ver que Stella dudo por un segundo, para después responder en lenguaje de señas, que podía ver por el reflejo.

Stella: "¿A que te refieres?"

Adriana: Ya sabes, el mar, ser una sirena, tener tu voz ¿No lo extrañas?

La sirena desvío su mirada al ventanal, donde aún se veía a los peces nadando en el oscuro mar rojo.

Stella: "Es cierto que a veces extraño vivir en el mar, cantar, nadar y aun le debo la revancha a un tiburón, pero no es un lugar al que pueda volver o llamar hogar, al menos ya no."

Adriana: Pero aun podrías, puedo devolverte tu voz y-

Stella: Sssh –La calló de inmediato.

Adriana: Pero-

Stella: Sshh

Adriana:... Yo podría-

Stella: Sssh

Puso el dedo índice en su boca en signo de silencio, mientras la veía directamente a los ojos a través de su reflejo con toque de molestia.

Stella: "Ya estas limpia, voy a ver que los chicos no se hayan muerto, nos vemos mañana"

Y sin más dejo la habitación como si nada hubiera pasado.

Adriana:... No puede ser, me calló una muda ¿Que mas bajo puedo caer?

Se levanto de su lugar a buscar algo en su mesita de noche, una vieja pero hermosa ocarina blanca con un hilo azul amarrada en ella, se sentó en su cama y empezó a tocar una hermosa melodía, se la sabía de memoria, como si la hubiera tocado un millón de veces ya, con cada nota llena de la misma melancolía como en la primera vez.

Solo quería ayudar a la princesa, creía que la estaba ayudando cuando le dio piernas la primera vez, y ahora que todo había salido mal quería ayudarla de vuelta, no puede evitar pensar que era su culpa y quería ayudarla a recuperar su vida.

Es difícil ayudar alguien que no quiere ser ayudado, o que no pidió ayuda en primer lugar.

Pero simplemente no podía dejarla así, quería ayudarla a ella y a todos, quería limpiar las aguas de este mar, quería... Quería... Solo quería no ser una inútil.

En el fondo del este mar teñido de rojo, el goteo de la tinta se hizo escuchar.

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Buenas~

Nop, no me eh olvidado de esto.

Antes que nada, esta es la canción que tocaba Adriana si les interesa:

Bueno, esta es la introducción al arco de Merdeath! Uno de los arcos más cómicos y cardíacos por igual en mi opinión.

¿Que creen que nos espere?

¿Por qué creen que Adriana se siente una inútil?

¿Por qué Stella se rehúsa a tener su voz de vuelta?

¿Javier y Valentín arreglar el barco y no morir en el intento?

Todo eso y más en Twisted Stars, no se lo pierdan :D

Cuídense, tomen agua, bye

*Se va a escribir el prólogo que ni eso acaba*

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