- Anécdotas -
- Por favor te lo suplico .... -
Esas palabras ¿cuantas veces en su vida las había oído? ¿cuántas veces le habían suplicando piedad y ella dependiendo de la situación tenía que reaccionar? Aún así se ganó una fama de temer y ahora le pedían ayuda nuevamente como la deidad que es.
Blandiendo su Katana, sus ojos morados veían con neutralidad la situación frente a ella. Días de casería y ataque que la alejaron de su hogar, días en los que se volvió a manchar su cuerpo y arma en sangre solo para la protección de su tierra.
Frente a ella irrumpiendo en la entrada de su hogar y el sueño de los espíritus del lugar al recibir a un extranjero.
Un chico de ropas del norte, lleno de heridas en el cuerpo como señal de haber peleado salvajemente antes de venir a sus tierras ¿Por qué recorrer tremenda distancia solo para esto? Traer consigo a un lobo gigante herido con cadenas rotas.
La dama solo miró el cuerpo de la bestia y a su lado el extrajero que con tanto dolor y tristeza le suplicaba ayuda.
- ¡Te daré lo que quieras solo ayudarlo por favor!
La lluvia sacaba su lado más agresivo, cada gota caía como si de una piedra se tratara, el cielo se iluminaba por la violencia de los relámpagos y el viento azotaba con fuerza. Era como si su misma nación estuviera en contra de albergar a estos intrusos y no culpaba a los instintos de su hogar natal desde hace milenios habían sido blanco de ataques y un largo historial de traiciones que solo la dejaron con lágrimas y el corazón roto.
Asclita solo los miró dando un paso adelante mojandose de la lluvia torrencial sin miedo a nada.
Sus pasos eran tranquilos como ella, un porte sereno entre tanta violencia y caos a su alrededor. Era un dragón, uno peligroso y el último de su clan, la lluvia no era un peligro para su persona.
Su mente estaba hecha un lío, un conflicto interno que le decía a gritos que dejara a esta bestia, que se alejara de ese monstruo, que asesinara al extranjero y a esa criatura.
Pero no, solo siguió caminando hasta estar frente al chico herido y mojado por el clima.
Sabía quienes eran, sabía sus nombres sobre todo de la familia de donde venían y aun así estaba ahí tirado en el suelo bajo la lluvia suplicando de refugio y protección, tal como ella lo hizo en su momento.
Los ojos morados cual joyas miraban a los ojos naranja del chico, este hizo la reverencia hasta el suelo apoyando su cabeza en la dura piedra.
- Por favor,.... ayudalo -
Muchos la miraban, el cielo mismo, los ojos discretos de sus seguidores, la misma tierra que protegió con sangre, lágrimas y sudor y casi podía jurar que sus ancestros la observaban.
Asclita miró al chico y al lobo gigante a su lado.
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- ¿vas a ir al bosque? -
- Si vas a entrar de bosque nunca debe ser de noche.... dicen que dentro vive un lobo gigante, un Narugami lleno de ira y enojo capaz de matar a cualquiera -
Los rumores del bosque eran muchos pero ahora se enfocaba en uno de los guardianes de este.
- Un Narugami que su dueño abandono porque no podía ser controlado -
Rumores que no pasaban desaparecidos de sus orejas lobunas, aunque estaba acostumbrado le sorprendía en ocasiones la creatividad de los mortales. Se llegaba a reír por las cosas que se le ocurren.
- Dicen que asesino a su antiguo amo a toda su familia y que casi destruye su hogar -
- También dicen que es un dios caído o un espíritu lleno de resentimiento y rencor -
¿Resentimiento y rencor? Bueno admite que tiene un mal genio pero no es del todo capaz de- ¿A quien engaña? Si es un desgraciado capaz de matar por un elote.
- Si es tan peligroso es ese Narugami, dios, espíritu o lo que sea, entonces ¿Qué hace en el bosque? -
- El Dragón negro le dio una oportunidad, le debe la vida y está pagando su deuda -
- Además de ser el último guardián de su templo -
Mentiras como verdades decían esas personas, la gente del pueblo lo conocía como el espíritu errante del bosque o el lobo expusado de su manada, y si era honesto tenían mucha razón en sus palabras.
Mientras veía al grupo de gente salir del bosque antes del anochecer, como las luces de las casas eran encendidas y algunas linternas se encendían o la calle del fénix carmesí cobraba vida. Solo miraba todo a la distancia.
Acomodo su máscara de zorro cubriendo más su rostro, una máscara que solo le cubre la mitad de la cara dejando al descubierto su boca y mentón.
Portaba un traje japonés con el pecho descubierto, el cabello largo y revuelto con un negro que te recordaba a la noche misma. Era alto con orejas de lobo en la cabeza y una larga cola esponjosa que la gustaba atender en ocasiones.
Un chico a simple vista con físico atractivo y eso que no se deja ver la cara.
- Noche de luna llena, perfecta para no hacer nada -
Murmuró en voz baja acomodándose bajo el árbol y estirando las piernas. Suspiro de forma relajada cerrando los ojos y sin quitarse la máscara.
Sus orejas se movían al compás del viento, oía los ruidos del bosque así como el baile de las hojas y ruido de insectos pequeños. Sus orejas podían oír todo a lo lejos, también a la persona que andaba curioseando a la distancia.
Un pequeño zorro se movía entre los arbustos de forma silenciosa y cautelosa sin apartar sus ojos naranja del chico recostado en el suelo. Se movió hasta llegar al árbol y escalar en lo alto de una de las ramas cayendo desde esa altura transformándose en humana y caerle encima al chico sacándome el aire.
- ¡Agh! -
- Es muy temprano para quedarte dormido -
- ¡Quítate! -
El Narugami empujó a la mujer al suelo, está lo miro enojada pero aun así se levantó sonriendo con diversión al notar como lo había irritado a todo gusto.
- ¿Qué quieres Miko? -
- Nada en especial, solo venía por petición de "Regente" ella te extraña -
El chico de máscara la miró de reojo antes de voltearse e irse caminando. Miko la mujer zorro aún con esa grosería de su parte lo siguió caminando a su lado tomando notable distancia en caso de que recuerde que es medio bestia.
La mujer era alta pero no tanto como el chico, le llevegaba al hombro, usaba un traje de colores rosado y azul pálido con unos amuletos en el cinturón, andaba descalza y con el cabello suelto dejando sus orejas al descubierto y sus seis colas esponjadas.
- hace mucho que no vienes al hotel -
- No me gustan las multitudes, me irritan -
- Todos te extrañan, los espíritus desean conocerte y los niños quieren que les cuentes historias -
Narugami suspiro con pesadez pasando sus manos por su revoltoso cabello.
Miko lo miraba con preocupación, a pesar de su tiempo aquí aun se negaba a convivir con el resto. Cada que se mostraba cómodo o amable en algún lugar se alejaba rápidamente, como si su miedo por sentirse amado fuera más grandes que su fuerza.
- Asique no pasaras año nuevo con nosotros,.... -
- Si no hay mucho trabajo iré cuando la fiesta haya acabado -
- En ese caso esperaremos por ti~ -
Le dio una sonrisa amable siendo ignorada por el de mayor altura.
- No entiendo su preocupación, no soy de aquí y ya no tengo esos ataques como para que me vigilen -
- Regente te toma como un hijo, yo como un hermano menor quejumbroso y Lady Asclita y Lord Feng como uno de su familia -
- Hacen mal en considerarme Familia -
Explicó sentándose alado del muchacho mientras acariciaba una de sus colas con elegancia. Narugami la vio de reojo sentándose también en el suelo ahora con una vista en lo alto del valle.
La noche cubría toda la ciudad y más allá de ella, las luces del pueblo resaltaban sobre todo en la calle del fénix carmesí, un lugar donde se reunían la mayoria de negocios y comerciantes que daban sus servicios de noche.
Desde su posición viendo toda la ciudad que debía proteger en ausencia de la dragona; las luces de la capital de Hong Kong resplandeciente como joyas, le recordaban a las de Asgard, algo aue aborrecía desde su punto se vista.
- No entiendo porque te molesta la palabra "familia", creí que los lobos les gustaba andar en manada -
- No es que me moleste simplemente me parece tonto que ya no me tomen como un invasor -
- Asique te gusta que te traten mal -
- Tampoco te hagas ideas loca -
- Fufufu~ estoy bromeando. Solo trato de entenderte, ..... creí que de los maldecidos tu eras el más amable -
- Persona equivocada. Esa es mi hermana, a ella se le da ser social a diferencia mía -
Su hermana, hace mucho que no pensaba en ella, ¿Cómo estará? ¿Ya no tendrá su problema de putrefacción? ¿Cómo estará su hermano? ¿Habla dejado de ser un gruñón? Eso es imposible nació con la cara enojada, le encantaba molestarlo con eso.
¿Qué hay de su tierno hermano caballo? ¿Seguirá temiendole a la oscuridad? Aún tiene la cicatriz de cuando lo espanto con eso, el niño tenia unas piernas muy fuertes para ser humanas.
Recodar a sus hermanos lo llevaba a un estado de melancolía y alegría extrañas. Aún con su carácter fuerte y problemas de temperamento nunca negó que amaba a su familia, los ama y ese amor nunca se fue aun cuando hizo aquella tontería.
Miko lo veía de reojo, la expresión burlona de Narugami se hablando dejando una sonrisa triste en el rostro. Debe de estar recordando a sus hermanos, solo con ellos se muestra así de amable y suave.
- Extrañas a tus hermanos ¿verdad? -
- Siempre, pero es mejor dejarlo así -
Recompuso su posición borrando ese rastro de amabilidad en su rostro, aunque era inevitable por el ojo analítico y burlón de Miko.
- Recuerdo a mi familia, un pequeño grupo de conejos que crío a un zorro sin darse cuenta que era un Kitsune jajaja, pero aun así los quería -
- Eso explica tu poco gusto por la carne -
- El caso es que se lo que se siente Extrañar a todos. Cuando eres casi inmortal vez a todos irse y tu quedarse, en tu caso ..... creo que nunca podrás volver a casa -
Narugami suspiro cansado por la conversación aunque era ella quien conversaba más que él.
- ¿En serio no puedes volver? ¿Por qué? -
- ..... -
El chico se quedó en silencio, cada que alguien le hacía esa pregunta siempre respondía con silencio o ignorandola por completo.
- Y no lo dirás -
- Es mejor dejarlo así, debes volver al hotel -
Narugami se levantó dándose la vuelta y adentrarse al bosque rápidamente dejando sola a la chica zorro.
- ¡¿Qué?! Pero- ¡Agh! No escaparas de nuevo Narugami -
La de ojos naranja suspiro derrotada, veía a la distancia como el chico tomaba su forma lobo ahora corriendo por el bosque alejándose de ella.
- Agh, en serio ¿Qué le vio Lady Asclita como para salvarlo? ..... Al menos logró calmar su maldición aunque sea un poco -
Miko recordaban el día en que llego Narugami al hotel. Asclita había llegado después de una temporada de ataques en las afueras, lo había traído consigo después de un día de lluvia era una bestia gigante llena de heridas y una cadena rota.
En esas semanas vio como Asclita lo trataba con una paciencia difíciles de mantener. En más de una ocasión se golpearon y dijeron cosas hirientes, para que al final haya logrado calmarlo, darle un nombre nuevo, bendecirlo con su protección y darle esa máscara para encubrir su verdadero origen.
El lobo era obediente cuando quería, era amable con los niños y siempre parecía añorar al sol y la luna. Pero todo eso era una máscara, no lo conocía de verdad, nadie lo conocía, mucho menos su verdadero nombre.
Narugami solo era un apodo que Asclita le dio, uno que lo convirtió en su nombre. Solo se sabía que venia de una familia de maldecidos por los dioses y torturada por las consecuencias de sus antepasados.
- De verdad ¿Quién lo entiende? -
Murmuró la chica para convertirse en ese zorro pequeño y esponjado e irse de regreso al hotel.
A lo lejos en uno de los valles altos del territorio de Zangri La, Narugami regreso hacer su patrulla habitual, aunque no han habido ataques, pero genero el hábito de moverse siempre de guardia por las noches.
Se detuvo para observar la luna, tan brillante y majestuosa. En su tierra natal la luna había brillar los desiertos de hielo y había parecer los copos de nieve polvo de diamantes.
Recordaba a sus hermanos jugar en la nieve, hacer figuras de hielo e incluso jugar en los pasillos de la casa con total libertad ya que siempre eran ignorados por su padre.
¿Por qué tuvo que equivocarse? ¿Por qué tuvo que ir a esa sala? Se supone que es descendiente de dios de las mentiras y callo en una, en serio era una vergüenza.
Por su culpa su hermano fue condenado a una carga que no debía ser suya, por su culpa habían perdido la poca libertad que tenían.
El debía ser castigado, pero en vez de eso huyo como un cobarde, aunque si regresa las cosas serian peores para ellos.
- Espero que estén bien -
Con ese deseo continuo moviéndose, deseando que de algún modo su mensaje llegue a los oídos de quien una vez llamó hermanos. Incluso de aquellos que no llego a conocer.
- Si te adentras al bosque y te pierdes podrás encontrarte con un Narugami gigante, de pelaje negro cual noche y ojos verdes brillantes con una máscara de zorro cubriendo parte de su rostro.
Si eres de buen corazón te hará regresar sano y salvo incluso podrías ser su amigo, pero si tu alma es oscura serás su cena -
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Se supone que debía publicar esto ayer pero por ciertos motivos se convirtió en la primera publicación de año nuevo.
Creo que es muy obvio saber de quien estamos hablando en este episodio de anécdotas.
Dejen su teoría o suposición aquí mis leyendas.
FELIZ AÑO NUEVO MIS QUERIDOS LECTORES
Espero que hayan tenido una linda fiesta/cena/reunión o lo que haya sido.
Espero que este año les valla bien y se cuiden mucho. Aun hay muchas cosas que revelar, mostrar y conocer tanto en mis historias como en ustedes.
Sin más nos vemos mis leyendas.
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