- Anécdotas -
La vida en el desierto era dura.
Si no nacían en cuna de oro, con beneficio a tu favor o algo que te de el privilegio de recibir agua, comida e incluso el derecho de vivir incluso; las probabilidades de sobrevivir eran cero.
Pero siempre habían casos especiales, de la misma tierra sucia y en lugares inesperados podrían encontrarse joyas hermosas o algo más.
- No dejes nada sin limpiar -
- Si señor -
- Quiero este suelo resplandeciente y no le hables o dirijas la palabra a los señores si estos no lo piden -
- Si señor -
Una niña no más de ocho años limpiaba los suelos restregando con fuerza el cepillo para quitar las viejas manchas.
En serio ¿Quién se le ocurrió que seria buena idea establecerse en un fuerte abandonado en medio de la nada.
Su batallón había estado moviéndose en el desierto tras haber recibido órdenes de sus superiores. Ahora debían establecerse mientras un aliado les daba alguna clase de información o ayuda. Era difícil saber cuando tenían cuidado de hablar frente a otros cadetes, sobre todo los del proyecto especial.
Chisai limpiaba el pasillo manchando sus manos con el cloro y las rodillas por la piedra dura o astillas que encontraba en el molido suelo.
Tenia una mirada cansada, ojeras bajo sus ojos verde esmeralda y una expresión neutral en su mirada, era conocida por eso, su mirada vacía y ojos tan bellos como las joyas.
El silencio solo era borrado por el sonido del cepillo restregando el suelo y sus capas de mugre, en ocasiones respiraba con fuerza al sentir las rodillas adoloridas o con heridas abiertas.
Se sentía eso, insignificante y reemplazable, obviamente le tomaria más tiempo llegar a la cima, mucho más denlo que deseaba y si el mundo le daba la oportunidad, No, ella se daría la oportunidad.
Tal como le dijo uno de sus superiores, uno debe demostrarle al mundo lo que vale y si no entonces debías tomarlo con tus propias manos.
Pero no sería fácil, no lo sería y ella era consciente de eso desde que se unió a ellos.
- Llévale ese plato y no molestes o dejes que te vea -
- Si señor -
"Si señor" siempre respondía de esa forma y no daba más palabras tal como le enseñaron. Un soldado que solo obedece órdenes y tiene buen desempeño en combate y armería, eso era bueno pero para la niña no era suficiente ¿Cómo podría destacar más? ¿Cómo podría llamar la atención?
Mientras caminaba en el pasillo cargando con la bandeja de comida (que por cierto olía delicioso) entro a una habitación más limpia y cerca de la zona de los superiores. Un cuarto de piedra con unos pocos muebles de madera útiles y la mesa llena de papeles con notas e indicaciones de todo tipo.
Se acercó a la mesa mirando los papeles entendiendo algunas cosas y otras no tanto, dejo la bandeja en dicha mesa sin apartar de vista las cartas de idiomas diferentes y otras de su tierra natal, pero el logo de una encendió su curiosidad.
El ruido de la puerta abriéndose le hizo recordar su realidad mirando a la cara al hombre que había entrado.
Un hombre alto de cabellos rojos y ojos del mismo color, portaba un uniforme militar elegante con un arete de gema azul en forma de gota más hermoso que hubiera visto en su vida.
Este la miraba con la misma indiferencia que la chica a él, pero notando como esta curioseaba en sus cartas.
- ¿Qué traes ahí? - hablo rompiendo el silencio en los dos.
- Es carne de cordero, mi lord -
- No me gusta el cordero -
- Lo cambiaré entonces mi Lord -
Chisai tomo la bandeja con calma sin mostrar los nervios que tenía, la habían descubierto y en cualquier momento podrían cortarle la mano o hacer alguna herida en ella, no deseaba otra vez recibir latigazos, no de nuevo por favor.
- ¿Ya comiste? -
- No mi lord -
- come, adelante puedes comerlo -
- Yo, Comeré en la cocina - respondió bajando la cabeza al verlo más cerca de ella.
- Es de mala educación rechazar la comida de un lord -
Camino a su lado sentandola en el escritorio y dándole el cuchillo de comida para que se alimentará.
Chisai aun con la cabeza baja levantó la tapa y comenzó a degustar de los alimentos. Debía admitir que esto era lo más delicioso que a comido en meses.
Tan concentrada estaba con la comida que no se dio cuenta cuando el hombre se sentía frente a ella viéndola alimentarse con cierta rapidez pero notando los modales en la mesa.
- Te vez pequeña, no debes comer lo adecuado -
- Como mucho únicamente no crezco -
Respondió al notar como este le daba permiso con la mirada de dirigirle la palabra.
- El desierto es muy problemático ¿no crees? -
Hablo mientras caminaba en la habitación hasta llegar a una ventana viendo el paisaje desértico. Chisai le ponía atención mientras comia.
- Desde que tengo memoria siempre se a derramado sangre en las arenas, casi parece que repudia la paz -
Comento con cierta ironía, la luz del sol hacia brillar los aretes azules casi pareciendo dos pequeños focos. Debían ser gemas importantes como para ser usadas en un lugar como este.
- Esta será mi última guerra, las decisiones que tomé quedarán marcados en mi legado. ¿Sabes lo que es un legado niña? -
Chisai negó con la cabeza.
- Un legado es lo que le dejas a tus hijos o a tus cercanos. Es un recordatorio de que estuviste aquí y que siempre estarás presente aún después de tu muerte -
Explicó con paciencia y sacando una botella de vino de uno de los gabinetes.
- Este castillo hiba ser el legado de Sir Harris, hiba ser dejado a sus hijos y así perdurar en la historia. Las murallas más altas, las paredes más fuertes las torres más angostas. El gran salón tenia 35 metros ¿puedes imaginarlo? Y ahora es solo una ruina en medio de la nada -
Saco una botella sirviéndose del vino y degustando un poco de este. Chisai había dejado de comer para poner atención en sus palabras.
- ¿Sabes lo que paso? -
- Dragones, Mi lord -
- Dragones, los Von Drachen vinieron y quemaron todo. Si hubiese recibido el ataque de mil hombres lo resistiría, pero nunca un ataque en el aire y con fuego de dragón -
Bebido del vino Mientras sus ojos analizaban los alrededores. Paredes negras en cada rincón, pedazos del palacio ahora tragados por la arena y destruidos en pedazos. Los dragones habían atacado no solo con fuego sino también con fuerza.
- Harris y sus hijos murieron calcinados dentro de estas paredes, Darkon Von Drachen cambio las reglas del juego y así formó si legado. Hoy en día todos conocen su nombre y el miedo en el cielo mil años después de su muerte -
El hombre de rayos egipcios miró a la niña a los ojos. Chisai notaba como este con su lenguaje corporal le daba permiso de hablar, aun así tenia cierto miedo de decir algo que lo enoje, pero esta oportunidad no la podía perder.
- Veo que estudiaste la historia - comentó divertido el hombre de mirada roja.
- Darkon no fue el único, sus hermanos y hermanas también montaron Dragones. Viserys, Volcánica, Syrax y Drogo acompañaron a Darkon y conquistaron muchas naciones cada una con su dragón. Incluso con su fuego fueron capaces de matar la vida en esta tierra y convertirla en un desierto -
- Una historia que trata de explicar el porqué del calor y escases de vida en esta tierra -
- Volcánica era una gran guerrera. Domo al dragón más peligroso y portaba una espada única de acero Atlántico. Dicen que fue hasta las ruinas de Atlántis para crear un arma a su medida -
- Creo que ella es tu heroína, ¿No que las niñas les gustan las doncellas de las historias? -
- Las niñas son tontas -
- Jajajaja -
Su tono de voz seguía siendo el mismo, pero con cierto deje de enojo e ira ocultos. Eso no paso desapercibido por el mayor teniendo mayor interés en sus respuestas.
- ¿Usted a perdido alguna guerra mi Lord? -
- Si hubiera perdido no estaría en la posición en que estoy ahora -
Se sirvió más vino bebiendo al instante. La forma en que respondía la niña era sería con un tono adulto y su mirada llena de una enigma difícil de descifrar, pero no para él.
- Sabes mucho de los Von Drachen ¿Quién te enseñó? -
- .... Mi padre -
- Un albañil con educación. No puedo decir que conozco algún albañil educado-
- ¿Usted conoce algún albañil en primer lugar? -
La mira con cierto recelo ante la pregunta, había mostrado muchas confianza para hacerle esa pregunta.
- Je, Cuidado Niña, te disfruto pero ten cuidado -
Una chispa de diversión apareció en sus ojos, le parecía curioso como una niña deseaba hacerle de igual manera que con alguien de su rango. Apostaba que si tan solo supiera de su verdadero rango ya no le hablaría de ese modo, pero al mismo tiempo algo le decía que aún así le dirigiría la palabra con cierta sorna.
- Llévate eso y come lo que quieras, si dicen algo diles que fue bajo mi permiso - Explicó mientras Chisai recogia las cosas - Diles que Lord Khalid fue quien te autorizo -
Chisai de inmediato obedeció tomando la bandeja y dirigiéndose a la entrada hasta que la voz de Khalid la llamo nuevamente.
- Niña, es Lord -
Chisai lo miro con cierta confusión en su mirada, este al darse cuenta decidió explicar.
- Las doncellas dicen Lord en vez de My Lord, si vas hacerte pasar por una común hazlo apropiadamente -
- Mi madre le sirvió a la gran madre sultana, me enseñó a hablar con clase, apropiadamente, My Lord -
Esta vea dejando de hablar con educación su orgullo fue quien hablo en su lugar. No mentía su madre fue una sirvienta, pero una con rango, educación y prestigio, no hiba a ser una mal oliente como el resto de las esclavas, ella se supo ganar el lugar más allá de su belleza y gracia en el baile.
- Eres demasiado lista para tu bien, ¿Ya te lo han dicho? -
- En ocasiones.... -
Khalid la anilizo con la mirada. Sus rostro era estoico difícil de leer pero sus ojos eran el reflejo de sus emociones. Había algo en ellos que uno sabría lo que pensaría o sentía en el momento algo que solos los analíticos podrían descifrar y eso le gustaba.
- Vete -
Chisai obedeció saliendo de la habitación, Khalid se quedó solo con el recuerdo de la conversación en su mente y las ganas de ver hasta donde llegara dicho soldado.
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Chisai actualmente estaba en los jardines de su dormitorio. La gran fuente de agua servía como nutriente especial para los jardines.
Miraba su reflejo en el agua, había cambiado mucho, su cuerpo, su cabello, su rostro y con ello sus ojos.
Ahora eran más difíciles de leer, al puerta de su corazón se había cerrado y al mismo tiempo perdido desde hace un tiempo.
Su corazón, una cosa única para cada persona y difícil de recuperar una vez que lo pierdes. Por instinto acerco su mano a sunoecho acariciando la herida en esta, una enorme cicatriz en su pecho cerca del lugar de su corazón. Dejó ahí los dedos deseando recordar como era sus latidos, sus emociones, su calor y la sensación de sentirse vivo.
- ¡Chisai! -
Volteo para encontrarse con su voce líder, como siempre tan animado y con emociones en su corazón a diferencia de ella claro.
- Te he estado buscando, la reunión de líderes es en unos minutos debes de-
Sabiendo a donde hiba la conversación se levantó del suelo y comenzó a caminar ignorando olímpicamente a Bahir. Este solo la miro mal y decidió ignorarla.
Habían pasado muchas cosas, muchos acontecimientos y varias cicatrices se formaron cuando todo paso. Quien diría que también perdería su corazón en el proceso.
Bueno, ahora su apodo como la perra sin corazón tomaba mayor fuerza.
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FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!
*Les tira confeti *
¿Cómo pasaron su cena?
¿Cómo les ha hido?
¿Qué les pareció el especial? Alguna teoría con esto?
Crean o no esto tiene información importante.
Espero que esten bien y se cuiden mucho, porque yo me ando muriendo del frío :D
Sin más nos vemos mis leyendas!!!!...
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