- DRAGONTOWER. PART. 12 -

Hild recibe clases extra para avanzados después de clases en días libres, por lo que su exploración en el nuevo sector de la bóveda debía estar cancelado hasta nuevo aviso.

Su curiosidad por las máquinas y la ciencia así como la magia eran muy notables desde niña, por lo tanto no era de extrañar que resultara en esas materias aun con la competencia encima. No era la única genio en esa escuela y eso de cierto modo le gustaba, tener rivales no está mal, cada uno de los que ha conocido se dedica a una rama en específica de las ciencias, aunque ahora ella debía trabajar en su rama más débil.

Hild: Agh, creo que ya lo tengo profesor

Profesor Veneno: déjame revisar

El profesor de ciencias y pociones revisó el caldero de Hild, tras anotar unas cosas en su cuaderno le dio el visto bueno.

Profesor veneno: es un buen progreso, pero debes avanzar más rápido tus compañeros ya van más adelantados que usted

Hild: ya se

Desde sus primeros días, Hild ha ido a las clases extra o tutorías del profesor veneno, él era consciente del tremendo potencial de la chica en máquinas y cosas eléctricas, aunque había que tomar en cuenta su aspecto más débil.

Veneno sabía que si le daba mayor apoyo y atención la chica podría estar de la par como los líderes de Rosesword, Ofiuco o Ragnarok, pero su tiempo era limitado además de tener que cubrir sus propios asuntos a parte. No podía ayudarla como debería, pero al menos tenía la opción de darle un guía más disponible y paciente que él.

Un par de horas después de clases cada alumnos se fue despidiendo del profesor dejando vacía el aula a excepción de Hild quien estaba acomodando los químicos y artículos que utilizó durante la clase.

Profesor Veneno: Señorita Hild, venga por favor

Con oír su nombre se imaginaba lo peor, juntarse con Surt, Korem y compañía ya le habían pegado un poco de su desastre, solo esperaba que no fuera por la última explosión que hizo en clases.

Hild: ¿Qué sucede profesor?

Profesor Veneno: he decidido darte un tutor, alguien quien te ayude con el tema de pociones y todo lo relacionado a ello

Hild: ¿Un tutor? ¿Qué tan mal estoy como para que me asignen a alguien?

Profesor veneno: velo más bien como un apoyo extra o aprender de los conocimientos de alguien más, nunca está de más aprender algo fuera de nuestra zona de confort

Veneno tenía razón en eso, pero aun así era raro tener un tutor cuando estaba acostumbrada a guiarse sola. Solo esperaba que su tutor fuera alguien agradable.

Hild: ok profesor, y ¿Quién es?

Profesor Veneno: El líder de Ofiuco accedió a darme ayuda, además era él o el líder de Rosesword. Tienes suerte de que te haya aceptado Jouta suele ser algo extremista

Hild: (¿Eso es bueno o malo?)

Y así comenzaron los días en que Hild aprendía bajo la tutela del profesor veneno y la guía de Ificles. Si, el apodo de serpiente loca no estaba ahí por nada, pero era un genio en pociones y toda clase de químicos y toxinas biológicas o artificiales.

Dejando de lado lo inestable que es, sus conocimientos tanto antiguos como actuales eran sorprendentes para la de lentes. Aunque en su situación actual no sabe cómo describir esto.

Hild: entonces, dices que todo lo que sabes lo aprendiste de esos viejos manuscritos y del director

Ificles: lo creas o no ese desgraciado es un genio cuando se lo propone

Hild: agh, a este punto soy capaz de creerlo, Con la clase de hoy eso está más que claro

Ambos genios locos estaban en la sala de pociones. Desde que los asignaron compañeros a mediados del primer curso se conocen medianamente, claro descartando la vez en que Ificles cayó en Blot y casi la mata.

Hild veía la nueva adquisición del chico serpiente siendo ese libro extraño del cual no se apartaba. Desde aquella reunión con el director, el líder de Ofiuco había analizado el libro durante días siendo eso su distracción de la bóveda la cual aun le tenían prohibido entrar.

Hild: veo que no te despegas de ese libro por nada, ¿Tan interesante es?

Ificles: está lleno de cosas que creían perdidas u olvidadas, es obvio que no lo dejaré por un tiempo

Hild: creí que era porque sigues castigado de entrar a la bóveda

Ificles: no estoy castigado,... Solo es un descanso

Hild deseaba leer aquel libro sin portada, si tenía conocimiento olvidado entonces sería interesante saberlos, quizás pueda ser de ayuda para sus máquinas y mantenimiento de bóveda. Un momento, ¿No así empezó Ificles? con curiosidad en la bóveda y de la anda cayó a la locura.

No. Era un proceso más largo que relacionaba la mente del dueño con las reacciones de la bóveda y su estado mágico. Aún tenía dudas sobre dicho tema y tenía a la persona adecuada para responderlas, solo que no sabía si era apropiado por lo sucedido en el pasado o si genera cierta incomodidad.

Hild: oye,.. ¿Cómo has estado después de eso?

Ificles la miro confundido, aun con los lentes negros sus cejas expresaban lo que sus ojos no podían.

Hild: me refiero al derrame de tinta

Ificles: oh,.. Bueno, ya no escucho las voces

Respondió cerrando el libro y guardándolo en su mochila. Trataba de sonar tranquilo, pero era extraño que ajenos preguntaran por su condición y más cuando son aquellos que casi se convierten en piedra.

Ificles: Aunque no he podido entrar a la bóveda. Víctor ahora tiene el control y creo que Korem y Azariel se andan metiendo como si no hubieran casi muerto ahí dentro

Hild: en ocasiones me pregunto si no tenemos el sentido del miedo o la razón

Ificles: de hecho esa será mi tesis cuando me gradué de la academia

Hild rió en voz baja al oír el comentario del chico serpiente. Parecía ser un chiste pero por la cara tranquila del mayor hablaba muy en serio.

Hild: Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Cómo te hiciste dueño de la bóveda?

Ificles: ....

El chico se quedó callado mientras guardaba parte de su material de laboratorio en su maletín. Hild temía haber tocado alguna herida o provocado su enojo, pero se logró calmar cuando una sonrisa tranquila apareció en el rostro del muchacho.

Ificles: inicie como ustedes, explorando y con la esperanza de encontrar la respuesta a mi maldición. Pero para hacer que me obedeciera tuve que derrotar al líder anterior y así hacerse de su control completo

Sin darle vueltas al asunto explico todo con la mayor calma posible. Sabía de la mente curiosa que la amiga del dúo de Ofiuco guardaba, le recordaba cuando era un alumno de primer año y hacía lo mismo con su grupo de amigos,.. claro, ya no los podía llamar de ese modo.

Hild: creí que la exploración de bóvedas estaba prohibida

Ificles: y lo está, alumnos inestables dejando las bóvedas así. Digamos que a lo que te enfrentas es al estado mental del antiguo dueño o su forma de ser incluyendo la conciencia de la bóveda

Hild: ¿Conciencia? ¿Esas cosas tienen pensamiento propio?

Ificles: es más como una pequeña voz o presencia que se formó con el paso del tiempo. En lo personal prefiero dirigirme a esta como una conciencia aparte, después de todo la bóveda también me ha enseñado cosas

El chico terminó de guardar sus cosas y se dispuso a irse del laboratorio de pociones. Desde hace rato había acabado la pequeña tutoría entre ambos, hoy tuvieron la suerte de ser guiados por el director dejando en claro que está loco pero es un genio cuando se le da la gana.

Ificles: no estoy en contra de que hayan exploradores de bóveda, solo que una vez que te relacionas a una, debes ser consciente de que conforme te adentres más a la oscuridad también te enfrentaras a tus propios demonios de tinta

Hild escuchó la advertencia con atención, más bien aprecia un aviso a futuro, una lejana nota de alguien con cierta experiencia.

Ificles: tengan cuidado por donde se meten, quizás encuentren cosas que no hubieran deseado encontrar

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La música es el complemento armónico de sonidos y ruidos creando melodías hermosas al deleite de los humanos. Existen toda clase de sonidos y canciones con bellas letras y mensajes de todo tipo, Feng amaba la música y podía expresar sus emociones en ella de forma consciente o inconsciente.

Solo debías tener un oído muy meticuloso para notar el cambio de su habitual tono de flauta.

Brunhild: ¿Ahora qué pasa?

Feng: ¿Eh?

Brunhild: no tocas la flauta como otros días

Explicó la menor guardando su violín en su estuche. Eran solo ellos dos en el salón de música por lo que la falta de ruido dentro de la sala ayudaba a la menor a darse cuenta de aquel cambio en su tono de flauta.

Brunhild: Son ellos ¿verdad?

Feng: .... Esta vez no

Brunhild no recordaba el día que conoció a Feng, no recordaba cómo se hizo amiga de ese chico, solo un día empezaron a convivir como si fueran amigos de toda la vida y convivir juntos. Cada que preguntaba sobre aquel día le respondía con una sonrisa traviesa y esquivando el tema, como persona razonable uno se alejaría de él, pero la niña no era del todo razonable.

Cuando hablaba con Feng sentía que lo conocía desde antes, que su amistad no era falsa como había dicho su hermano y era de las pocas personas que en verdad la tomaban en serio; quizás por eso su hermano lo odiaba tanto.

Feng: Nunca te has sentido arrepentido por cosas que creíste que eran buenas en el pasado

Brunhild: si,.. en ocasiones mi memoria me hace recordar todos mi errores, pero aunque las olvide siempre queda ese sentimiento

La mente de Brunhild siempre ha sido un enigma para sus hermanos incluso para ella misma. Casi parece que disfrutan de solo recordar momentos dolorosos y pocas situaciones amables o saludables que huían de ella.

Feng envidiaba la memoria de Brunhild, si la tuviera él no se mortificaba de sus recuerdos y pasado.

Feng: solo me estoy dando cuenta que muchas cosas que hice antes fueron malas

Brunhild desconocía muchas cosas de Feng, quizás todo ya se lo haya dicho y su memoria solo lo olvidó, su presentimiento le decía que esto quizás tenga que ver con el par de dragones de su dormitorio. No era del todo consciente de la situación, pero entendía el tema que abordaba y era casi una experta en problemas familiares.

Feng: creí que ya no me tendría que preocupar por eso, pero ahora solo me doy cuenta de muchas cosas

Brunhild: pero estas haciendo tu esfuerzo por reparar todo ¿no es así? Por eso estas aquí, para reponer las cosas con ellos

Feng: no es fácil cuando ninguno quiere dar de su parte (o más bien llegue demasiado tarde)

Brunhild: me gastaría darte un mejor consejo, pero no creo poder hacerlo

Recordando la situación de su familia no podría serle de ayuda. Aun así sabía que con tal de oírlo era mucho aporte de su parte. Aun así nunca se sintió satisfecha por no hacer algo más que escuchar y olvidar.

Feng: Igual no debes, se supone que no debo poner mis problemas sobre ti, no quiero meterme en otro lío con tu hermano

Brunhild: ¿Te da miedo Jotun?

La menor queriendo cambiar de tema hizo aquella pregunta. Quizás así pueda distraer al chinito por un rato.

Feng: No, mas bien creo que solo es un niño que trato de ser un adulto. Una pequeña serpiente que tiene tanto miedo que prefiere alejar a todos en vez de resolver sus propios problemas

Su sonrisa nunca se fue y menos su tono de voz juguetón, pero en sus ojos se veía un brillo asesino que la menor reconoció a la perfección. Sus hermanos lo tenían incluso los menores, ya no era una sorpresa verlo en su compañero de música.

Aun así sentía que había un mensaje oculto en las palabras de Feng, pero quizás solo eran imaginaciones suyas.

Brunhild: si te oyera te mataría

Feng: lo se y si lo intenta lo haré serpiente a la parilla

Brunhild: ah,... (Dicen ser muy diferentes pero la verdad son más parecidos de lo que creen)

La chica cerró el maletín con seguridad, al bajar la mirada vio en manos de su compañero aquella flauta de bambú negra. Era muy linda y con ese listón rojo y gema de jade le daba una personalidad única. Siempre la cargaba, nunca se separaba de ella y era raro cuando no la traía consigo, en una ocasión se le perdió y casi entró en pánico por suerte estaba bajo unas cajas.

Brunhild: nunca me has dicho donde conseguiste esa flauta

Feng: oh, ¿esta antigüedad? La hice yo mismo

Brunhild: ¿Como? conociéndote quizás sea mágica o tenga algún poder especial

Feng: je, quien sabe. En ocasiones la verdadera magia aparece cuando crees que es mágica

Brunhild: ¿Me enseñarías a tocarla o aprender algunas de tus canciones?

Feng: Claro que si

Brunhild : D

Feng: el día en que dejes de perderte

Brunhild: oh vamos

Feng rio a carcajadas por la expresión de la menor a su lado. No importa cuanto tiempo pase siempre parecía una niña pequeña deseando aprender de cualquier cosa.

Olvidando su preocupación inicial se dejó envolver por la conversación de la chica quien ahora le pedía que le enseñara sus canciones mágicas. Claro que lo haría, pero cuando su hermano pase a tercero o esté en prácticas profesionales así no lo sentiría tan encima.

Esa pudo haber sido una tarde tranquila, si no fuera por un presentimiento y señal de alerta que lo alarmó de golpe. No lo demostró para evitar preocupar a la menor, aun así aquella alerta no sería ignorada.

Feng: (alguien entró a la bóveda...)

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Salem: tocadiscos de vinilo, tocadiscos eléctrico, tocadiscos de resina, tocadiscos mágico, no encuentro ningún modelo de nuestro tocadiscos ¿Qué hay de ti aprendiz?

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– Nada tampoco

Estoy peor que tú –

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Ambos estaban en la biblioteca de la escuela revisando en los estantes de libros algo sobre el tocadiscos que tenían en el dormitorio. Resulta que una pieza estaba vieja y oxidada por lo que se debía reemplazar para que funcione.

Fueron con Valentín a conseguir la refacción, pero resulta que ese tocadiscos es un modelo único en su clase, es decir cada pieza estaba hecha específicamente para el objeto y reemplazarla por otro común no la haría funcionar correctamente. Asique ahora los dos estaban rebuscando en los libros la clase de modelo que era ese aparato.

Salem: Agh, ¿no sería más fácil conseguir uno cualquiera? o hacer uno con magia digo podemos sobornar algún líder que hayamos ayudado y que nos haga la pieza

El felino sonrió con burla al recordar a los dos líderes a los que ahora les deben un favor. Su pequeño cuerpo tenía dentro un ego que en ocasiones daba risa.

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– No creo que sea buena idea

Dudo mucho que nos ayuden en primer lugar –

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Salem: agh, esta bien. Sigamos buscando

Continuaron rebuscando en la biblioteca sin darse cuenta que el sol se iba ocultando lentamente dejando a su lado el atardecer.

¿Por qué deseas conseguir más respuestas? La posibilidad de que otros como tú cayeran a este mundo era muy clara, también la pequeña esperanza de regresar al tuyo, claro si es que ellos lograron volver. Pero, no perdías nada con ser optimista ¿verdad?

Ahora estabas en la sala de estar de la biblioteca, conforme la noche se acercaba el fuego de la chimenea se encendía mágicamente dejando entrar en calor aquellos que estén cerca de ahí. Salem por instinto se sentó cerca de la chimenea mientras tú revisas los libros que habías traído de los estantes más lejanos.

La biblioteca siempre estaba silenciosa, oían el ruido de las pisadas de los alumnos o los libros siendo acomodados mágicamente o en manos de algún profesor, había días en los que te encontrabas al subdirector acomodando pilas de archivos o libros antes de desaparecer mágicamente. Ahora el ruido de fondo era el de la leña quemando el fuego y el ligero ronroneo de Salem por la satisfacción de sentir calor.

Seguías en lo tuyo cuando reconociste la voz de uno de tus amigos. Salem al oírla alzó las orejas mirando en dirección donde venía el ruido.

Hild: haber, haber, creo que había visto algo de minerales aquí

Levantaste la vista viendo de lejos a Hild rebuscando cosas desde la parte alta de los estantes, llevaba unos libros cargando en sus manos y la mochila en su espalda. Había salido de sus clases extra de pociones o mecánica mágica.

Detuviste tus acciones al recordar la especialidad de Hild, máquinas, tal vez ella podría tener una pieza faltante o hacerla en su debido caso. Te levantaste del sofá corriendo detrás de ella quien ahora se aleja a otra sección de la biblioteca.

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–¡Hild, espera!–

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La chica se detuvo quitándose los audífonos de los oídos y mirando a los lados para verte llegar.

Hild: Hola ___, no esperaba verte por aquí,.. que extraño casi es un deja vu

Sin perder el tiempo le explicaste a Hild sobre el tocadiscos y la pieza faltantes, agregándote también de su diseño único y su capacidad de reproducir los tubos de cera con el disco.

La de lentes en ningún momento te interrumpió y parecía analizar cada cosa que le decías.

Hild: Diseño único dices, entonces alguien la hizo o fue un prototipo que nunca salió al mercado. Esta escuela tiene cosas de ese tipo no me sorprendería que el tocadiscos sea el mismo caso, pero que toque unos tubos de cera, no recuerdan haber escuchado algo así

Explicó con calma mientras limpiaba sus lentes y se los volvía a poner.

Hild: ¿Tienes la pieza? quizás pueda repararla o sino hacer otra

Revisaste en tus bolsillos dándote cuenta que no lo tenías, entonces recordaste a Salem quizás el gato la tenga bajo sus patas.

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Este a sido el segundo capítulo de la semana :D

Me alegra mucho volver a publicar y estoy apresurandome para los capítulos finales.

Dígame ¿Qué les parecen los capítulos?

¿Tienen sus teorías o algo en mente?

¿Quién fue el que entró a la bóveda de Dragontower?


Sin más nos vemos luego mis leyendas

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