La nieve cubría los alrededores de la escuela, el frio aumentaba conforme la noche se venía acercando. Salem caminaba a tu lado jugando con unos copos de nieve que caían del cielo, la llama de su cola no se apagaba al contrario parecía tomar mayor fuerza para mantenerse encendida.

Salem: nya, oye aprendiz una vez Feng me dijo que los copos de nieve tiene diseños individuales, he trato de verlos pero cuando los tomo se derriten rápido en mis patas

El felino tomo un copo con sus patas deshaciéndose al instante.

Mientras seguían caminando vieron a lo lejos la tienda de Valentín y a este cerrando las ventanas así como su maleta y con un traje de invierno algo grueso para la ocasión.

Valentín: agh, se me hizo tarde perdí el boleto, pero bueno ni que urgiera llegar temprano este año

El gorrión azul soltó un chillido que parecía un regaño que entendía el mayor.

Valentín: ya lo sé Beatriz pero es la verdad

El pájaro aleteo picándole la frente y molestándolo.

Salem: ¡Ventero!

Valentín: oh, pero si es el polluelo y el gato demoniaco

El chico de la tienda te saludo con un ademan en la mano alejando al ave de su cara, usaba un abrigo negro con un peliche blanco alrededor del cuello, se veía liviano a excepción de la capucha y el sombrero de punta negra que había en su maleta. Ya tenía lista su escoba para irse volando así como la tienda cerrada.

Se veía atractivo con esa vestimenta y al mismo tiempo te recodaba a las antiguas brujas de trajes negros y escobas por el diseño de su abrigo y ese sombrero de punta, pero la diferencia es que tenía estilo.

Salem: creí que ya te habidas ido

Valentín: surgieron inconvenientes, ahora tender que volar hasta una estación de tren o comprar un pasaje espejo lo cual deben estar muy caros en estas fechas

Salem: que duro en fin ¿Tienes más gomitas?

Valentín: lo siento gato, aunque me guste vender y su dinero ya no hay nada he cerrado todo y no me queda mucha mercancía

Hablo con cierto desánimo el vendedor tomando al ave en sus manos y calmando su enojo con caricias en la cabeza.

Salem: ay no ¿ahora que vamos a comer?

Valentín: no me digan, el director solo tomo sus cosas y se fue

Salem: como siempre, apenas tenemos para esta semana

Valentín: no me sorprende, el tipo no ha cambiado casi nada en todos estos años

Pensaste en las palabras que te decía el brujo cerca del director.

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– ¿Qué tan viejo es el director? –

– ¿No ha cambiado nada? –

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El chico te miro con los ojos color rosa oscuro al oír tu pregunta, parecía mirar alrededor deseando que no hubiera alguien en especial para corregirlo. Solo al ave quien se posó en su maleta.

Valentín: Te diré esto solo porque eres uno de mis mayores consumidores, lo creas o no polluelo, Diablo es tan viejo como la tierra misma o eso he escuchado

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– ¿Cómo es eso posible? –

– ¿A qué se refiere? –

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Valentín: lo siento es todo lo que te puedo decir, mi voz tiene un precio que aún no deseo pagar

Mirabas al vendedor de forma acusadora, tenías conocimiento de que el sabia tanto y jugaba con esa información a su gusto, era como si disfrutara de tu situación aunque al final te terminaba ayudando a su manera rara.

Era un brujo al final de cuentas.

Mientras hablabas con el vendedor el felino miro al gorrión azul parado en la maleta, cerca de él y con la poca vigilancia que le daba Valentín así como tú decidió conseguir la cena a su manera.

Salem: jejeje...

Preparo sus patas y moviéndose en silencio se lanzó al ave, pero esta se movió a tiempo dejando a Salem chocar con la maleta cayendo al suelo y chocar con la poca nieve que cubría el pasto.

Salem: ¡Nya regresa aquí pájaro!

El gorrión chillo en respuesta.

Salem: ¡¿A quién le dices tonto?!

Se levantó rápido y comenzó a perseguir al gorrión azul, este solo se burlaba de él y no se dejaba atrapar.

Valentín: ¡oye, deja al pájaro!

Salem: ¡No, es mi cena!

Escapaba y se movía con cuidado hasta llegar a un montículo de roca, lo reconocías era cerca de una fuente.

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– ¡Salem detente! –

– ¡No lo hagas Salem! –

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Salem: ¡Serás mío!

Salem se lanzó al ave pero esta se movió cayendo el gato a la fría agua de estanque.

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Salem: ¡achu!

El felino seguía estornudando sintiendo el frio en su cuerpo y enroscándose más en la manta de tigre que lo cubría.

Estabas en la sala común de tu dormitorio, la chimenea estaba encendida y Salem cerca del fuego tratando de quitarse ese frio de encima. Estaba anocheciendo y la nieve aun caía del cielo cubriendo los alrededores con una gruesa capa de nieve blanca. Parecía tomar mayor fuerza conforme más tarde se hacía.

El paisaje por la ventana aprecia ser de un invierno oscuro por el ambiente tétrico que tenía el bosque que rodeaba la escuela. En ocasiones veías una luz en medio de los árboles, creías que era del subdirector al final solo él era capaz de hacer rondas largas sin que el bosque le haga daño.

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– Te dije que no lo hicieras –

– Tenías que lanzarte por ese pájaro –

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Regañaste al gato que refunfuño ante tu comentario.

Salem: no lo entiendes aprendiz, ese pájaro iba ser la cena ¡achu!

El felino estornudo con fuerza, le pasaste la caja de pañuelos y este la tomo con cara de demacrado.

Salem: era nuestra cena, y no puede conseguirla

Se sonó la nariz dándole un toque dramático a sus palabras y posando en el proceso como todo un exagerado. No debiste dejarlo con K esa ocasión.

Salem: he perdido mis dotes de cazador ¡achu!

Siguió sonando su nariz con otro pañuelo, el frio era tanto que se metió dentro de la manta siendo ahora un bulto que sobresale.

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– No tienes remedio... –

– Ay Salem,... –

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Te acercaste a la chimenea metiendo un pedazo de madera al fuego para darle más calor a la sala. Al parecer el frio bajaría más, podrías pasar la noche en la sala con el fuego encendido. No sonaba mala idea.

Mientras disfrutabas del calor del fuego tocaron la puerta con fuerza. El ruido hizo que Salem sacara la cabeza de su escondite.

Salem: ¿Quién podrá ser?

Te levantaste del suelo acercándote a la puerta con Salem en tu hombro preparando la llama de su cola o uno de sus ataques de sombra.

Abriste la puerta con cuidado sintiendo el aire frio golpear tu cara de golpe y cerrando tu mirada por el frio y nieve. Al abrir los ojos viste una figura imponente con un abrigo negro reconociendo esos ojos rojos y mirada seria en cualquier lugar.

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– Diaval –

– Hola subdirector –

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Subdirector Diaval: Buenas noches joven ____

Feng: holis

Feng apareció de cabeza junto al subdirector, se colgaba por la madera y las vigas del pórtico, usaba un abrigo más grande que el de color negro con detalles rojos.

Salem: nya, el subdirector y el aprendiz de flauta

Feng: oh, que honor que me consideres un aprendiz

Feng se bajó del techo cayendo de pie junto al mayor. Diaval seguía serio, pero su mirada se hablando un poco al estar con ustedes tres.

Subdirector Diaval: espero no interrumpir nada, les traje algo de madera para pasar la noche

Salem: que bueno ya íbamos a lanzar cosas al fuego

Tomaste la leña cortada que el mayor te dio, notaste que llevaba en su espalda un hacha enorme con el que corto la leña y en el suelo tenía una linterna de aceite vieja que iluminaba su camino era la misma luz que en ocasiones veías en la lejanía.

Feng: que suerte ya no pasaras mucho frio

Subdirector Diaval: el frio empeorara, será mejor que cierres todo y tengas cuidado en la mañana, por cierto para que puedas compara algo.

El mayor saco de su abrigo un sobre lleno de dinero te lo entrego asi como la madera junta.

Subdirector Diaval: Diablo no pudo dártelo por las prisas asique me pidió que lo haga en su lugar, si vas a salir al pueblo tienes el permiso de usar el espejo si vas más lejos deberás avisarme. Nos vemos

Diaval tomo su linterna y se fue e regreso al bosque. Por el tiempo que llevabas aquí sabias que pocas cosas dañaban al Segundo al mando de la escuela, era difícil que algo lo lastimara de gravedad por lo cual el frio no era un problema para él.

Salem: genial tenemos para la comida, no nos moriremos de hambre

Feng: es algo exagerada tu reacción pequeño Salem

Salem: no cuando se trata de alimento

El frio hizo temblar nuevamente al gato metiéndose dentro de tu camisa en busca de calor.

Salem: ¿y que ofrendas nos traes tú?

Feng: comida caliente

Salem: perfecto, por eso eres mi favorito

Miraste a Salem con recelo.

Salem: solo es por la comida tu eres el aprendiz estrella

Dejaste entrar a tu amigo al dormitorio, ahora los tres estaban frente a la chimenea comiendo la comida que el chinito les había traído.

Salem: nya, este arroz es delicioso

Salem limpiaba su plato de comida dejando unos trozos de arroz y pollo en sus mejillas y bigotes.

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– Un momento ¿Cómo sabias que estaba aquí? –

– ¿Por qué no estás en Shangri La? –

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Feng: Bueno en Shangri La hay una tormenta de nieve y bloquearon los accesos de espejo suerte que Asclita se fue antes, pero me quede para revisar unos asuntos y ahora estoy atrapado, además de que me encontré con Brunhild y me conto que tu también estabas aquí

Explico el chico mientras bebía una taza de té caliente.

Feng: además de que estaba aburrido en mi dormitorio y ya mande unos mensajes para que las cosas en el Hotel estén en orden con mi ausencia

Salem: debes invitarnos a ese hotel

Feng: cuando haya evento de eso lo hare

Pasaste la noche de invierno con calma y compañía de uno de los miembros del grupo primer año. Mientras el fuego y el frio los arrullaba dejándolos dormir sentías que esta paz no sería tan duradera.

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Buenos mis hermosas leyendas deben responder a esta importante pregunta

¿Les gustaría un capítulo al día o uno los lunes, miércoles y Viernes?

Estoy tentada a que sea al día pero una parte de mi pide orden por los capítulos que faltan

Nos vemos mis leyendas