Capítulo 9: Dudas


–¡Los encontramos!– la voz a la distancia alarmó a ambos para voltear a ver a la distancia a los jóvenes reclutas empezar a llegar.

Sonic lo lanzó tan fuerte como pudo para alejarlo de él y de un salto ponerse en pie para observar la obvia cara de sorpresa del recluta 2991, quien dirigió su mirada a Amus, quien yacía perturbado, para correr hacia él.

–¿Estás bien?– escuchó Sonic que le susurraba el zorrito con preocupación ayudándolo a levantarse. Sonic frunció el ceño, por qué de repente parecía tan atento y cordial con el erizo rosa.

–Sí, todo bien– le sonrió dulcemente al zorro.

–Recluta 2991, ve por el Capitán Scourge ¡Ahora!– ordenó con una mirada fulminante provocando que el zorro temblara ante sus palabras y correr por donde había venido para buscar, entre los reclutas que llegaban, a Scourge –Y tú– dijo para ver de reojo al erizo rosa, quien pareció recordar la autoridad que él tenía al tensarse ante su mandato –Dices algo de lo que pasó aquí y date por muerto, ¿entiendes?

–Sí, señor– asintió febrilmente.

–Vaya, vaya– escucharon decir para ver a Scourge llegar –Por fin ambos aparecieron, ¿qué tal el tiempo a solas Sonic?

Sonic lo vio intensamente para bufar molesto y caminar hacia él –No tan divertido como podrías imaginar– respondió secamente –¿Qué pasó con el entrenamiento de supervivencia?– inquirió Sonic al ver a los reclutas amontonarse en donde ellos yacían.

–Puntos extras– respondió Scourge alzando los hombros en señal de desinterés –Quien los encontrara ganaría 50 puntos, y quién diría que ese zorro tendría alguna aptitud física– respondió.

–¿Entonces el juego aún sigue?– inquirió Sonic extrañado; ¿por qué Scourge se preocuparía en lo más mínimo para ayudarlo.

–Claro, simplemente que el tiempo es menor, hubieron quienes prefirieron buscar la bandera y otros buscarlos para ganar puntos extras– explicó –Es irrelevante a la larga, sólo será parte del reporte si no logran encontrarla a tiempo para el Comandante.

Sonic abrió sus ojos por completo para apretar sus puños con fuerza y darle una mirada despiadada; ahora entendía, lo que buscaba hacer con su pequeño juego de puntos extras era dejar un reporte escrito sobre su falla al perderse en las montañas, algo muy bien pensado y que sin lugar alguna le daría muchos problemas.

–Tienen hasta el anochecer reclutas– anunció Scourge con una sonrisa de satisfacción viendo a Sonic de reojo –¡El juego continua!

Los reclutas asintieron con la cabeza para dispersarse por el bosque velozmente, después de todo no había tiempo que perder; Sonic tomó a Scourge del brazo para halarlo hacia el y verlo con una mirada sulfurosa, estaba cansándose de tener que lidiar con él.

–¿Algún problema, teniente?– enfatizó divertido, sin inmutarse por su acto de agresividad.

Amy observó la riña a la distancia en silencio, parecía que ambos se habían olvidado de su presencia; por lo que ella entendía, el hecho de que Shadow se enterara de lo que había pasado le causaría muchos problemas a Sonic, problemas que eran resultado de su torpeza.

–Escúchame bien– masculló Sonic para soltarlo agresivamente. No podía agredirlo, no sin tener serios problemas. –Tú...–

–¡Capitán Scourge!– interrumpieron al erizo azul de pronto.

Sonic y Scourge acallaron para visualizar al erizo rosa parado con saludo militar a la distancia, ambos tomaron distancia uno del otro recobrando la compostura, desapareciendo momentáneamente la riña entre ambos.

–Yo quisiera...– murmuró el erizo rosa aún inseguro –Yo quisiera proponerle algo.

–¿Proponerme?– inquirió el erizo verde alzando una ceja en el aire –¿Acaso deseas cambiarte de escuadrilla?– adivinó divertido.

–Negativo señor– negó tan segura como pudo –Quisiera proponerle un trato señor, si yo encuentro la bandera antes que los demás reclutas en lugar de la puntuación extra quisiera que borrará cualquier registro de lo que sucedió con el capitán Sonic y conmigo del reporte oficial, señor– habló tensó cual tabla sin poder darle la cara.

Ambos lo vieron con asombro para por un segundo chocar sus miradas en silencio y regresar su vista al erizo rosa. Sonic se quedó sin habla, eso por mucho era una de las ideas más estúpidas que hubiera escuchado, aunque le ayudaría mucho si lograba hacer que Scourge aceptara, pues sabía los grandes problemas que podría llegar a tener si el comandante, su hermano, se enteraba que había estado perdido la mitad del entrenamiento. No importaba la razón por la cual hubiera desaparecido, se suponía que él estaba más que entrenado para este tipo de situaciones.

–Déjame entender esto– habló Scourge al fin –¿Tú crees poder superar a todos los demás y ganar dicho premio? ¿En menos de 24 horas?

–¡Sí señor!– afirmó con un saludo militar. Ella sabía que lo que proponía era descabellado, pero tenía que intentarlo, después de todo Sonic casi había muerto por su culpa.

–¿Y qué ganó yo si no lo consigues?

–¿Ganar?...– murmuró Amy sin saber qué decirle para verlo al fin, no imaginó que le pondría más condiciones a su trato.

–¡Lo tengo!– dijo de pronto el erizo verde –¡Serás el candidato de presentación de la escuadrilla del Capitán Sonic para el alto mando al final del entrenamiento!

–¡¿Qué?!– exclamó Sonic disconforme.

–Bien– asintió Amus con la cabeza, sin realmente entender las consecuencias si llegaba a perder.

–¡Tenemos un trato!– exclamó Scourge animado.

–¡Espera, no...

–Ya lo escuchaste– interrumpió Scourge el alegato del erizo azul –Esta pactado– dijo para verlo divertido –Suerte novato, la necesitara– rió macabro para empezar a caminar de regreso al bosque, desapareciendo de la vista de ambos dejándolos a solas.

Sonic la volteó a ver con un ceño fruncido, para al fin decirle: –¿Has perdido la razón?– preguntó con un dejo de molestia en su voz –¡¿Tienes una remota idea de lo que pasará si pierdes y tú...

–No pasará– cortó tan segura como sus clases de actuación se lo permitieron demostrar –Escucha, sé que no te he dado razones para que confíes en mí o mis aptitudes, pero no puedo permitir que tengas problemas por mi torpeza.

–¡Puedo tener serios problemas por tu ineptitud!– explotó Sonic. Sin lugar a duda sería mejor un registro que se había perdido por un día completo a tener que enseñarlo a él como el recluta modelo sobre lo aprendido durante el programa de entrenamiento.

–¡Yo puedo hacerlo!– dijo Amus decidido –Bríndame equipo y te prometo que no defraudaré– habló con una mirada decidido. Sonic suspiró frustrado, no podía hacer nada, Scourge ya había aceptado –Confía en mí, Sonic– murmuró a baja voz para regresar su mirada a él. Era la primera vez que lo escuchaba decir su nombre. Sus mejillas se pintaron de carmín por una razón que no pudo entender y así, sin más, le dio la espalda, ocultando su rostro de él. ¿Por qué le seguían pasando esto a su lado?

–Será tu ruina si me decepcionas– bufó avergonzado sin verlo a los ojos –Una vez dentro en la montaña estarás por tu cuenta, yo no te ayudaré, será tu problema.

–Lo sé.

–Bien, ¡andando!– ordenó para caminar aprisa y alejarse tanto como le era posible de él.

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Poco a poco el sol empezó a ocultarse para hacerle entender que el día había concluido, y con éste los reclutas poco a poco empezaban a llegar a la base, exhaustos y desganados. Sonic los observaba atentamente, algunos de ellos yacían parcialmente inmóviles por impactos de proyectiles y otros, como el zorro de dos colas, con maleza y espinas por todo su cuerpo.

–Parece que el lugar donde oculte la bandera fue demasiado para ellos– dijo Scourge llegando a su lado –Y tu recluta estrella aún no aparecido– recalcó con una retorcida sonrisa.

–Aún no termina el día.

–Es indiferente, partiremos en 20 minutos, si se lastima o muere es culpa tuya.

–¿Muere?– repitió Sonic para voltearlo a ver con temor en su mirada.

–¿Por qué te sorprende?– inquirió Scourge extrañado por su actitud de preocupación –Con las pobres aptitudes que ha mostrado en este tiempo, ¿realmente crees que la muerte es algo que puedas descartar en cuanto a opciones se refiere?

Sonic regresó su mirada al bosque, buscando aquellas púas color rosa entre los reclutas, para no lograr localizarlo. Mordió su labio inferior sintiéndose presa del pánico, Scourge tenía razón, él podía morir fácilmente allá afuera, después de todo, casi morían tan sólo el día anterior por caminar un sendero. ¿Estaría bien? ¿Y si estaba herido? ¿Debería de ir a buscarlo?

–Andando, tenemos que regresar– comandó Scourge para tomar mochila al hombro.

–¿Tan pronto?– habló Sonic sin poder quitar su vista de la arbolada.

–¿Acaso esperas a alguien?– se mofó divertido –Si es a tu recluta a quien esperas, hazlo en las instalaciones, tienes a una escuadrilla que llevar de regreso.

Sonic asintió con pesadez para ver por última vez la arboleda, no podía quedarse por más tiempo por un recluta.

Llegó al recinto para ver como la noche caía al fin para que el cielo, alguna vez iluminado, diera paso a un manto negro, sin estrellas o luna que alumbrara la oscuridad; ahí, en la entrada de las habitaciones yacía él, con su vista fija al frente, esperando verlo llegar malherido, tan sólo verlo llegar.

–Es hora de...

–Iré por él– interrumpió Sonic al erizo verde para dar media vuelta dirección a la salida. Aunque no estuviera herido, estaba seguro que no podría regresar con tal oscuridad.

–¿Disculpa?– inquirió Scourge con su ceño fruncido par tomarlo del brazo haciéndolo parar –Tenemos otras obligaciones, si quieres buscar el cadáver de ese chico puedes hacerlo una vez terminemos de...

–¡No permitiré que uno de mis reclutas muera en mis narices!– se soltó bruscamente para verlo desafiante y así regresar sobre sus pasos hacia el bosque donde él aseguraba que Amus yacía perdido, saliendo así del recinto apresuradamente hasta que una silueta en la noche lo hizo detenerse.

Sonic vio caminar al erizo rosa torpemente con su cuerpo cubierto en barro y hojas secas hasta que pareció reconocerlo en la oscuridad y así detener su marcha para esbozar una cansada sonrisa, y con una expresión de fatiga sacar del bolsillo de su pantalón una bandera color amarillo fluorescente –La encontré– murmuró Amus con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Sonic caminó hasta él para ver al erizo maltrecho que le sonreía ampliamente por su gran proeza y sin pensarlo dos veces abrazarlo con fuerza sintiendo como el alivio recorría su cuerpo, una sensación de calidez y confort.

–...Estás bien– soltó en un suspiro de alivio.

–¿Eh?

Amy se tensó ante su abrazo inesperado sin saber cómo reaccionar, sintiendo como el cuerpo de él la cubría por completo en un cálido abrazo que le robó el aliento, o al menos fue así hasta que de repente la soltara con una expresión de vergüenza y miedo grabada en su rostro, manteniendo su mirada fija en ella, estupefacto.

–¡Sonic, más te vale que...– calló Scourge al ver a un erizo rosa maltrecho a la par del erizo azul, quien lo volteó a ver alarmado ante su presencia –Oh... Veo que regresaste en una sola pieza– dijo Scourge con desdén.

–Lo conseguí– habló el erizo rosa imponente para caminar hacia él y entregarle aquella bandera amarilla que había escondido en las profundidades de la montaña –Cumple tu parte del trato.

–Debo admitir que estoy impresionado– espetó Scourge para ver al erizo rosa –Parece que tiene más potencial del que imaginaba... bien, un trato es un trato– asintió con la cabeza. –Sonic, tenemos cosas que hacer, andando– ordenó para dar media vuelta.

Amy esbozó una sonrisa de satisfacción mientras miraba al erizo verde alejarse, y de nuevo prestar atención al erizo azul a su lado, quien nuevamente le daba la espalda. El recuerdo de aquel abrazo vino a ella nuevamente con fuerza sonrojándose por la muestra de afecto.

–S-Sonic...– murmuró con nerviosismo.

–Andando– cortó él sin dejarla hablar y regresar al recinto. Amy asintió pesadamente con la cabeza para seguirlo desganada, y como ella ya sabía, si se atrevía a mencionar algo, incluso a él, sobre su extraña relación, sería eriza muerta.

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El primer día libre desde el inicio del entrenamiento había llegado y no podía estar más feliz, un día en donde sus cuerpo no dolería, ni recibiría regaños o castigos tortuosos por parte de su capitán.

–Aunque...– murmuró Amy mientras terminaba de vestirse en su recámara para verse en el pequeño espejo de la misma –Las cosas han cambiado entre nosotros últimamente...– dijo recordando el abrazo de la noche anterior, ruborizándose en el acto –¡¿En qué estoy pensando?!– se regañó fuertemente para sacudir su cabeza de lado a lado, y escuchar la puerta abrirse a sus espaldas.

–¿Estás listo?– preguntó el zorro que entraba sin reparo.

–¿Para qué?

–Tienes visita.

–¿Visita?– repitió ella sin entender.

–Es día de descanso y visitas– le recordó –Y alguien vino a verte, te espera en la cafetería; es mejor que te apresures, el capitán Sonic me mandó a llamarte.

–¿Por qué no vino él mismo a decírmelo?– se quejó molesta.

Tails alzó los brazos en señal de desinterés –Pregúntale tú cuando lo veas– respondió secamente –Ahora sí me disculpas, tengo un invento que terminar.

Amy asintió con la cabeza sabiendo que eso significaba que quería estar solo, y como parte de su trato ella debería ver qué hacer hasta muy tarde para no interrumpirlo. Se dirigió a la cafetería, pensativa, ¿no se suponía que los encargados de las escuadrillas deberían de buscarlos cuando tenían visita? ¿Acaso Sonic no quería verla? Abrió las puertas de la cafetería para ver a otros novatos hablar con sus visitas y así caminar entre ellos sin saber qué buscar exactamente hasta que en la distancia pudo distinguir a un rostro familiar, una ardilla con una amplía sonrisa.

–¿Sally?– murmuró Amy para caminar hacia ella y sentarse a su lado –¿Qué haces aquí?

–Vine a verte, veo que aún sigues por aquí– habló divertida –¿Y cómo es ser una recluta de las G.U.N.?

–Ammm, pues...

–Recluta 3991, tienes 15 minutos– habló Sonic para llegar hacia donde ella estaba y verla con una expresión estoica.

–S-Sí, señor– asintió la eriza sintiendo su corazón latir a gran velocidad.

–Creo que no nos conocemos– saludó energética la ardilla –Soy Sally Acorn.

–Capitán Sonic– se presentó cortante para dirigir su mirada hacia la eriza rosa quien se tensó ante su mirada y luego regresó su mirada a Sally, quien amplió su sonrisa –¿Tú eres su...

–¡Oh claro!– exclamó de pronto para abrazar a Amy con fuerza y pegar su mejilla con la de ella –Soy su novia.



Muchas gracias a todos por sus comentarios y por el amor que han empezado a tomarle a esta historia. Hoy quiero realmente agradecer a Darina Velazquez y Mara1451 por los fanart que hicieron de esta fiction, la cual la pueden ver en mi fanpage de Facebook (Kat_Dark_Shadow); realmente ame la imagen. Para los que quisieran compartir sus dibujos de esta o cualquiera otra de mis fics los invitó a mandármelos por inbox en mi fanpage y como saben tengo un álbum en mi página especial sólo para aquellas bellas obras de arte que he amado durante los años y dándole el reconocimiento que cada autor de obra merece.

Gracias Mariana Ochoa por esta hermosa imagen de este capítulo!!!

¡El siguiente capítulo se pondrá emocionante!, lamento la tardanza con este, pero he estado un poco enferma, sin embargo, aquí estoy de regreso. Así que sin mucho que decir el día de hoy, nos veremos en el capítulo 10, hasta entonces, Kat fuera.

¡GrAcIaS pOr LeEr!

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