Capítulo 18: El Precio
–¿La muerte?– repitió Amy en un trago pesado –Eso no es posible– habló con una forzada sonrisa –Es decir, estamos en el siglo 21, eso suena...
–Al momento de inscribirte aceptaste todas las reglas y condiciones ¿no es cierto?– preguntó Cream con pesadez, para que ella asintiera lentamente con su cabeza –Tu caso será llevado a una corte marcial– explicó la coneja para tomar asiento frente a ella –Una vez ahí, esto que has hecho es considerado crimen de estado, estamos hablando que tus acciones serían juzgadas como la más alta traición e incluso de terrorismo, y eso significa que te impondrán el castigo máximo...
–¡Van a matarme por pretender ser un chico!– resumió horrorizada –¡¿Es tanto su despreció por las mujeres?!
–No es contra las mujeres, es contra todos los que cometan traición hacia los G.U.N– expresó –Aunque no siempre fue así– rememora cabizbaja – Un soldado fue quien propuso dicha ley años atrás, nunca pensamos que fuera a salirse con la suya... pero estuvimos equivocados.
–¿Un soldado?– inquirió Amy.
–El Capitán Scourge– soltó la coneja sin reparo. Amy abrió sus ojos de par en par; ahora entendía todo, entendía por qué Sonic estaba dispuesto a renunciar a todo con tal de evitar que él hablara; Sonic sabía el castigo por sus actos y Scourge sabía que los tenía a ambos comiendo de la palma de su mano.
–¡¿Cómo es posible que alguien tomara en serio tan ridícula regla!– vociferó Amy indignada –¡Él no tiene un puesto tan alto como para poder cambiar las reglas de una organización tan grande!– se quejó.
–No lo sé– respondió la coneja alzando los hombros al aire –En los cuarteles se dicen que su legado familiar ha sido de los más altos cabecillas de los G.U.N. y que esa es la razón por la cual ha llegado tan lejos y le han perdonado tantas agresiones hacia sus compañeros y otros miembros de por aquí, por consiguiente, hacer un cambio como ese no le sería difícil– explicó Cream con un profundo suspiro –Aunque es sólo una teoría, hay otros que dicen que hizo un trato con entidades oscuras para poder conseguir ese nivel de poder y así cambiar el sistema por dentro, aunque claro, esas son de las teorías más absurdas– habló con una sonrisa burlona –Sea cual sea el caso, magia o contactos, lo logró.
–Quieres decir que van a matarme...– murmuró Amy para abrazar sus piernas con fuerzas y hundir su cabeza en sus rodillas.
–¡E-Estoy segura que el Capitán Sonic lo arreglara!– habló Cream con rapidez –¡Después de todo, él también es muy influyente y...
–¿Han matado a alguien antes por algo como esto?– interrumpió Amy su intento de hacerla sentir mejor –¿A una chica?
Cream guardó silencio desviándole la mirada. La eriza mantuvo su vista en ella, parecía que no tomaría su silencio por respuesta.
–Hace algunos años... hubo alguien...– musitó con tristeza –La hija de un prodigioso científico, ella cometió traición contra la organización o al menos eso se dijo. Fue ejecutada en el laboratorio en medio de una redada.
Amy sintió una opresión en el pecho y como lágrimas de desesperanza y terror brotaban de sus ojos, esta vez realmente estaba condenada; todos se lo habían advertido, pero ella no había querido escuchar, pensaba que podía contra todo un sistema... pero se había equivocado y ahora debería de pagar el precio más alto.
–No te preocupes, el Capitán Sonic verá de que eso no suceda– habló Cream para colocar su mano sobre su cabeza en un intento de consolarla –Él también es muy influyente por aquí– le sonrió con tristeza –Ya lo verás, nada malo va a pasarte, tú...
–Yo mismo me encargaré de que seas colgada en la plaza pública si hace falta– oyeron decir de pronto para que la puerta se abriera de golpe y un erizo verde con una expresión de pocos amigos se hiciera ver –Si es necesario, yo mismo seré tu verdugo– lo escuchó decir, haciendo que tragara pesado.
–¡Ca-Capitán!– balbuceó Cream con espantó –¿Por qué... ¡Quiero decir! ¿En que puedo ayudar...
–Sal– ordenó para adentrarse a la enfermería y pararse al lado de la cama de Amy.
–Pero...
–¡Ahora!– gritó para que la coneja saliera a toda prisa del lugar cerrando la puerta de tras suya.
Scourge le lanzó una mirada de odio a la eriza quien lo miraba expectante. No entendía qué hacía él ahí, había ganado, estaba condenada. La tomó de la bata, la cual apenas si la protegía para halarla hacía él exclamando un gemido de dolor ante el brusco movimiento. La puñalada que le había dado no estaba ni cerca de sanar.
–Voy a gozarme tu ejecución– le sonrió divertido, ante la obvia angustia de la eriza.
–¡¿Qué demonios quieres?!– preguntó la eriza con una mirada desafiante intentando ocultar el dolor yaciente –¡Ya ganaste, ¿qué más quieres?!
–¿Aún no lo entiendes, no es cierto?– dijo Scourge para así soltarla con brusquedad provocando que casi cayera de aquella pequeña cama. –Niña tonta, nunca se ha tratado de ti– le dijo con una expresión impasible –No me interesa tu vida en lo más mínimo, en otras circunstancias te hubiera utilizado de otra manera para mi diversión, pero jamás te hubiera arrebatado la vida... al menos no por medio de esta estúpida organización– explicó sin interés, para que Amy lo viera confundida –Sin embargo, al patético erizo azul tu vida le importa más que la propia...
–¿Quieres decir que haces todo esto sólo para lastimar a Sonic?– parafraseó viéndolo con confusión.
–Vaya, no sé cómo pudiste ocultar tu identidad durante tanto tiempo– habló burlesco –¡Realmente eres una eriza estúpida!– río Scourge despectivo –¡No quiero lastimar a Sonic, quiero verlo agonizar, destruir todo lo que ama y luego verlo suplicar por su patética vida!– dijo retorcido con luz en su mirada –¡No me importa a quién o a qué tenga que utilizar con tal de lograrlo, a los mismos dioses del infierno si hace falta!
–¡Estás loco!– exclamó Amy sintiendo sus ojos llenarse de lágrima ante la idea de ver a Sonic destrozado. No podía imaginar la razón de tal odio hacia Sonic, pero sabía que Scourge haría lo que hiciera falta con tal de verlo caer.
–Mi querida muñeca– musitó Scourge para acercarse a ella y acariciar su cabello con una gentileza que la estremeció –No tienes idea de cuanto...– le susurró para así tomar su cabellera con fuerza obligándola a permanecer inmóvil y arrebatarle un beso a la fuerza, provocando que la eriza se tensara al acto, intentando poder liberarse del mismo. Scourge la mordió bruscamente para así por fin soltarla.
Amy se separó de él retrocediendo tanto como aquella pequeña cama se lo permitió para tocar su boca con una mano temblorosa, sintiendo como su labio yacía rasgado gracias a la mordida que acaba de darle el erizo verde, quien mantenía una sonrisa divertida en su rostro. No pensaba atacarla como antes, como un contrincante cuerpo a cuerpo, esta vez pensaba atacarla en lo más vulnerable de su ser... en su intimidad como mujer.
–En teoría, si quisiera hacer cualquier cosa contigo, no habría problema– habló Scourge para así sentarse sobre aquella cama provocando que Amy encogiera tanto como pudo sus piernas –Después de todo, eres sólo una traidora...– murmuró para con la yema de su dedo rozar con delicadeza su hombro parcialmente cubierto por aquella delgada bata de hospital.
Amy cerró sus ojos aterrada, sabiendo que sus palabras eran verdaderas, sintiendo la asquerosa sensación de su tacto sobre piel, hasta que el sonido de un click la hizo abrirlos curiosa. Vio al erizo verde levantarse lentamente para así tomar distancia; no entendió que pasaba hasta que Amy observó a Sonic detrás del erizo verde con una expresión mercenaria en sus ojos y una arma apuntando sobre la cabeza de Scourge.
–Vuelves a tocarla, a hablarle, a si quiera pensar en ella y prometo volarte los sesos ¿has entendido?– amenazó Sonic, estoico.
Scourge lo vio de reojo, sin reaccionar ante el cañón de metal que ahora tocaba su sienes.
–Como sea– dijo sin interés para así caminar en dirección a la puerta, mientras el erizo azul mantenía apuntando aquella arma a su dirección –En un par de semanas no habrá nada que pensar sobre ella– habló divertido para salir de la enfermería.
Sonic soltó un pesada suspiro, agradeciendo al cielo que Cream corriera en su búsqueda para pedir de su auxilio. Guardó aquella pistola para así voltear a ver a la eriza, quien ahora yacía consciente; habían pasado casi tres días desde que la había llevado ahí.
–Hey– habló suavizando la expresión de su rostro para que ella dirigiera sus ojos taciturnos a él. Sonic esbozó una pequeña sonrisa caminando hasta ella. –¿Cómo te sien...– calló al sentir como ella lo abrazaba con fuerza para hundir su rostro sobre su cuerpo, alarmándolo. Sintió como sus pequeños brazos lo rodeaban en busca de consuelo alguno.
–¿Es cierto?– murmuró Amy intentando ahogar el sollozo y a su vez intensificando su agarre. Sonic arqueó una ceja confuso, sin entender su pregunta –¿Van a matarme?
Los ojos de Sonic se abrieron de par en par ante su pregunta para desviar velozmente su mirada hacia la coneja, quien no pudo sostenerle la misma, delatando su obvia culpabilidad. Sonic le frunció el ceño rodando sus ojos en señal de molestia y así dirigir su mirada nuevamente a la eriza quien mantenía su cara oculta sobre él.
–Escúchame bien– habló el erizo para separarla de su cuerpo y verla directamente a los ojos, los cuales yacían cubiertos en un manto de lágrimas –No dejaré que eso pase, ¿me escuchas? ¡Todo saldrá bien!– afirmó decidido.
–Pero...
–Lo prometo– interrumpió Sonic el miedo que ahora la abraza con fuerza –Sin importar lo que me cueste, no permitiré que nada malo te pase.
Amy asintió con la cabeza lentamente, aún sin poder creer realmente en las palabras del erizo, pero se sentía aliviada que al menos alguien abogara en su nombre. Sonic la soltó para así lanzarle una mirada intimidante a la coneja, quien se estremeció bajo la misma.
–¡Escúchame bien, nadie entra o sale de esta habitación sin mi permiso!– ordenó autoritario –¡¿Haz comprendido?!
–S-Sí señor– respondió Cream temerosa.
–En especial Scourge– enfatizó –Si me entero que él ha puesto si quiera un pie en este lugar te haré personalmente responsable por cualquier daño hacia ella, ¿entiendes?
–No te preocupes, yo me encargaré de todo.
–Espero lo hagas bien esta vez– reclamó para caminar hacia la salida. Sonic culpaba a la enfermera por el descubrimiento de la identidad de Amy, y ahora debería de lidiar con las consecuencias o podría ser fatal para la eriza. –No te preocupes, yo me encargaré de todo– murmuró para darle a Amy una última mirada y así salir de la enfermería.
Amy suspiró con pesar para así volver a acostarse sobre su cama y darle la espalda a la coneja, quien la miraba con consternación. Todo parecía un mal sueño o una pesadilla sería más apropiado. No sabía cuándo dictarían su condena, sólo sabía que ahora cada minuto que podía respirar era un privilegio.
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Caminó a toda prisa por las instalaciones, desde la desafortunada visita de Shadow en la enfermería no había podido ubicarlo, pero sabía perfectamente qué significaba. Si deseaba prevenir la muerte de Amy necesitaba hablar con él, era el único que podía detener que eso pasara, tal vez, con suerte, podía hacerse de la vista gorda y sólo mandarla a casa; aunque no era común que su hermano tuviera ese tipo de misericordia con una infracción tan grave.
Sonic siguió su camino por las instalaciones para con la mirada buscar con ímpetu al erizo negro, quien parecía haber sido tragado por la tierra, cuando de pronto su cuerpo chocó contra alguien en su afán de ayuda.
–¡Fíjate por donde...– se atragantó con sus palabras al ver las cinco estrellas brillantes en el uniforme y unos ojos dorados que lo observaban con desaprobación –¡A-Almirante Silver!– dijo a prisa recobrando la compostura y saludando apropiadamente –¡Lo lamento, yo no...
–Tú eres... ¿El Capitán Sonic?– inquirió Silver seriamente.
–Sí, señor– asintió Sonic con la cabeza.
Las cosas se habían complicado más allá de lo que había imaginado. El almirante nunca llegaba a sus instalaciones a menos que hubiera un problema serio, y no creía que fuera coincidencia su inesperada visita con la situación que le había quitado el sueño las últimas noches. Sonic mantuvo su vista fija en el erizo plateado, quien no mostraba emoción alguna y detrás de él, apenas pudo distinguir a una chica quien lucía una blusa blanca demasiado entallada para el lugar donde estaba, una falda color verde musgo y unos anteojos que le daban ese aspecto de bibliotecaria ¿podría ser su asistente?
–Capitán Sonic– repitió Silver su nombre para cambiar aquella expresión estoica frunciendo casi imperceptiblemente el ceño –Entonces tú eres el encargado del intruso en nuestras instalaciones.
–¿Amy?– soltó sin pensar.
–¿Es el nombre de la chica?– inquirió Silver chasqueando los dedos para que la chica detrás suyo velozmente le entregara unos papeles que no alcanzó a ver –Recluta 3991, ¿Amus?– repitió su nombre casi en todo de burla.
–Sí, pero...
–Deseo conocerla inmediatamente– le interrumpió sin interés de seguir escuchando –¿Dónde se encuentra?
–En enfermería, pero...
–Perfecto– concluyó el erizo la burda conversación –Dawn, encárgate de la papelería necesaria.
–En seguida Almirante– respondió con calidez la murciélaga grisácea.
–¡Espera!– exclamó Sonic al sentirse ignorado –Necesito....
–Lo que necesites háblalo con mi asistente– ignoró Silver para empezar a caminar nuevamente, dejándolo atrás.
Sonic vio al erizo plateado caminar con aires de autoridad obviando su presencia o la urgencia de la misma; apretó sus puños con fuerza para verlo perderse en el extenso pasillo que lo conduciría hacia ella. Nunca se había sentido más frustrado de su falta de influencia como en ese momento. Era casi imposible que Shadow escuchara algo de lo que él tuviera que decir, no se imagina lo difícil que sería poder si quiera entablar una conversación de dos minutos con el erizo de más alto rango.
–¿Puedo ayudarte, Sonic?– escuchó preguntar a sus espaldas para ver a la murciélago sonreírle con una calidez abrumadora.
–No lo creo– murmuró Sonic con un pesado suspiro.
–Habla conmigo– insistió ella para colocar su mano en su hombro, captando su atención nuevamente –Tengo más influencia de lo que crees– le dijo sonriente.
Sonic observó a la chica de reojo, sabiendo que una simple secretaria no podría hacer mucho para ayudarlo en lo que necesitaba, pero por el momento no tenía más opciones, sabía que hablar con Silver sería un desafió aún más grande que lograr que Shadow cambiara de opinión, así que si existía la mínima oportunidad de persuadirla a ella lo haría; no podía hacer más que rogar por un milagro.
–Bien– cedió para voltearla a ver con decisión –Necesito que se le perdone la vida a Amy– habló directo al punto.
–Oh...– murmuró la chica pensativa, acallando. Sonic la observó frustrado, pues parecía que el "no" yacía a la vuelta de la esquina.
–¡Es una locura lo que planean hacerle!– vociferó irritado.
–El Almirante Silver no haría nada que no fuera justo y necesario– le dijo Dawn con tal serenidad que lo único que logró fue enfurecerlo más.
–¡¿Justo y necesario?!– gritó el erizo azul –¡¿Quitarle la vida a una chica inocente es justo y necesario?
–Jamás dije que lo fuera– respondió Dawn calmadamente, provocando que él le diera una mirada fulminante. Ella no parecía entender la delicada situación en la que Amy se encontraba, o tal vez, simplemente no le importaba.
–¡Olvídalo!– habló molesto para darle la espalda y dirigir su mirada nuevamente al pasillo que Silver había encaminado –Buscaré la manera de ayudarla por mi propia cuenta– dijo para empezar a caminar para seguir al almirante, cuando sintió como alguien lo tomaba de la muñeca para obligarlo a detenerse. Volteó a ver a la murciélago, quien ahora lo observaba con detenimiento.
Sonic permaneció en silencio por unos instantes, sin entender la repentina acción de la chica de gafas y traje militar. El único puesto que las mujeres alguna vez pudieran tener en la milicia sería como secretarias, enfermeras o cocineras en su defecto, un sistema demasiado machista para su gusto, pero así eran las reglas; ¿podría ser que ella pensara lo mismo y quisiera ayudarlo?
–¿Realmente deseas que se le perdone la vida a Amy?– preguntó la murciélago al fin, sin soltar su agarre –¿Sin importar el costo?– enfatizo con seriedad
–Sin importar el costo– aseveró el erizo azul para asentir con la cabeza.
Dawn le sonrió con calidez asintiendo con la cabeza, soltándolo al fin. –Bien, veré qué puedo hacer, no te preocupes por nada Sonic.
–¿Hablas en serio?– inquirió suspicaz.
–Después de todo lo que ha soportado no sería un final justo para un alma tan noble, ¿no lo crees?
–Se ha esforzado como nadie– concordó Sonic con cierto pesar.
–Hablaré con Silver, algo se nos ocurrirá– dijo para guiñarle un ojo –Ahora debo irme, mi tiempo casi se acaba– se despidió con una reverencia para así correr en la dirección que el erizo plateado había tomado previamente.
Sonic la vio desaparecer de su vista, pero no entendía realmente cómo una simple secretaria podría cambiar el destino de Amy. Suspiró pesadamente, sabiendo que el ser más influyente en ese recinto, aparte del almirante, sería su hermano; la asistente del almirante tal vez podría comprarle algo de tiempo, pero sabía que no podría librar el destino cruel de la eriza. Tendría que convencer a Shadow bajo el método que fuera necesario.
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Llegó la noche y se dejó caer en aquel amplio sillón de cuero para cerrar sus ojos. Había permanecido reunión tras reunión con más de la mitad de los altos mandos de los G.U.N luego de haberse enterado de la identidad del recluta 3991. Shadow cerró sus ojos en un intento de descansar su mente, recordando aquel incidente de manera poco placentera.
Inicio del Flash Back
Escuchó sobre la condición crítica del recluta que Scourge había atacado sin misericordia; debían de intervenir de emergencia si querían salvar su vida. Shadow llegó a prisa a la enfermería en donde vio que la coneja había terminado el procedimiento quirúrgico, quien al verlo entrar, una obvia expresión de terror se hizo ver; la coneja intentó mantenerlo afuera diciéndole diferentes excusas, pues acaba de terminar la operación, pero él hizo caso omiso haciéndola a un lado, necesitaba saber la gravedad de las heridas para poder darle a Scourge el merecido castigo; sin embargo, la acercarse al recluta notó algo particular...
Shadow sintió su rostro enrojecer con fuerza al ver el pecho desnudo de la eriza y por instinto voltearse a toda velocidad para darle privacidad; la coneja corrió a prisa hacia la camilla para cubrir a la eriza quien aún yacía bajo efectos de anestesia.
–¡¿Q-Quién es ella?!– logró Shadow preguntar sonrojado.
–Ella... bueno... es el recluta 3991– respondió Cream apenas audible.
Shadow lanzó su mirada a la eriza que yacía en la cama, ahora cubierta por una sabana blanca, y de pronto lo que alguna vez pareció un erizo rosa extraño y un tanto excéntrico ahora tenía más sentido que nunca.
–Sonic– masculló molesto para caminar fuera de la enfermería a toda prisa.
Debía de encontrar al erizo azul a toda prisa, estaba seguro que él tenía que saber qué estaba pasando, o eso pretendía cuando en la distancia divisó a Scourge parado en el marco de la puerta de su despacho, hablando desinteresadamente por teléfono, quien al percatarse de su presencia esbozó una sonrisa y terminó su llamada.
–Comandante– saludó con una extraña alegría provocando que Shadow lo viera suspicaz.
–Vete– ordenó el erizo negro mientras seguía con su camino –Tengo que...
–Será rápido– insistió para obstaculizar su camino, obligándolo a parar –Me acabo de enterar de la noticia del recluta 3991.
–¿Te refieres al que casi matas?– regañó Shadow empezando a perder la paciencia –Tú y yo hablaremos después de eso y sobre tu estadía como miembro de los G.U.N– amenazó –Ahora, tengo cosas que...
–No se preocupe Comandante, ya he arreglado ese problema– insistió, evitándole de continuar. Shadow arqueó una ceja sin entender cómo él podría darle una solución a la problemática que el mismo había causado. –Me he comunicado directamente con el cuartel general para informar sobre el traidor, o debería de decir traidora–explicó esbozando una sonrisa retorcida.
–¡¿Hiciste qué?!– exclamó el erizo negro.
–Claro, al momento que descubrí que era una chica ella insistió en un enfrentamiento conmigo, el cual como sabrá, terminó bastante mal– admitió sonriente –, sin embargo, quise venir a decírselo tan pronto como pude, pero al no verlo aquí le ahorre el papeleo, grandioso, ¿no es cierto?
Ahora entendía, Scourge sabía lo serio que sería su castigo por apuñalar y casi matar a un recluta, así que decidió delatarla por su cuenta, bajo el pretexto de que atacó un traidor; Shadow no podría castigarlo de ninguna manera.
–Por cierto, el Almirante Silver solicitó su presencia inmediatamente en los cuarteles centrales– informó con regocijo –Feliz noche, comandante.
Fin del Flash Back
Shadow sabía mejor que nadie las consecuencias hacia los traidores y no era algo que buscara para nadie; aún lo atormentaba la información que había dado sobre el científico y su traición hacia los G.U.N, pues su nieta había terminado ejecutada junto con él; aunque realmente nunca se había comprobado nada en su contra no había importado, la habían eliminado igual; así era para ellos.
–¡Shadow!– lo llamaron de pronto para ver a su molesto hermano menor azotar la puerta arrogante –¡Tienes que detener esta locura!– le exigió adentrándose a su despacho.
–Buenas noches– saludó el erizo negro a modo reclamo.
–¡¿Cómo pudiste?!– le reclamó para golpear con ambas manos su escritorio –¡Sabía que eras una bestia salvaje, pero esto fue cruzar el límite!
Shadow frunció el ceño ante su desacato, pero era obvio que Sonic no había llegado a hablarle como su subordinado, sino más bien como su irritante hermano menor... su muy irritante hermano menor. Shadow se puso en pie para caminar hacia la entrada de su despacho y así cerrar la puerta, asegurándose que no hubiera nadie afuera que pudiera verlos u oírlos.
–Puedes tranquilizarte y escucharme por un...
–¡No pienso hacerlo!– interrumpió Sonic viéndolo molesto –¡¿La muerte?! ¡¿Es en serio?!
–Tú sabes que yo no escojo los castigo– le recordó Shadow empezando a perder la paciencia por la rabieta infantil.
–¡Pero pudiste evitarlo!– vociferó Sonic –¡¿Te hace feliz de alguna forma ver a una chica inocente morir bajo un sistema corrupto?!
Shadow le lanzó un puñetazo para golpearlo fuertemente en la quijada, haciéndolo retroceder un par de pasos; provocando que la mirada antes molesta del erizo azul, se sulfurara aún más.
–¡No se te olvide tu lugar!– exclamó Shadow autoritario –¡No me hace más feliz que a ti lo que está a punto de pasar!– soltó sin reparo, para que la ira inicial empezara a desvanecerse. No era propio de él que dijera lo que pensaba o en dado caso de lo que sentía.
La expresión antes molesta de Sonic empezó a suavizarse, para verlo con cierta sorpresa, haciéndolo sentir incómodo. Shadow carraspeó su garganta para regresar a su asiento y de alguna manera ocultarse de tras de su escritorio de la mirada inquisitiva de él.
–Y para que lo sepas...– continuó el erizo negro –Yo no tuve nada que ver con la notificación hacia el cuartel general, fue tu amigo, Scourge.
–Claro...– sonrió Sonic con ironía –Tuve que imaginar que esa peste no guardaría silencio.
–Pero tú lo sabías también, ¿no es cierto?– cuestionó Shadow suspicaz, provocando que el erizo azul le desviara la mirada, dándole la respuesta a su incognita –¿Desde hace cuánto?
–Amm... Unas dos semanas– respondió vagamente.
–¡¿Dos semanas?!– exclamó Shadow con molestia –¡¿Y no se te ocurrió decirme esta información antes?!
–¿Cómo exactamente eso hubiera ayudado en algo?– preguntó Sonic casi en tono de reclamo –Jamás has hecho el mínimo esfuerzo por escucharme o entender algo de lo que te he dicho en toda mi vida, ¿por qué la situación con Amy sería diferente?– habló con un dejo de resentimiento en su voz.
–Eso...– murmuró Shadow desviando la mirada con un sentimiento inusual en él... vergüenza. Observó de reojo al erizo azul, quien ahora, tampoco lo podía ver a los ojos. Habían caído en un momento incómodo de hermanos. Odiaba cuando eso pasaba. –Escucha yo...– pero calló al rememorar sus palabras y notar algo peculiar –¿Amy?– repitió para verlo suspicaz, provocando que él erizo se tensara ante la sola mención de su nombre –Espera, espera, acaso ella...– Shadow silenció recordando un extraño incidente con ese recluta en particular –"Su nombre es Amy Rose, se conocieron hace casi 6 años... en una noche lluviosa (...) ¡Detuviste tu vehículo sólo para saber qué pasaba con ella!"– recordó, clavándole una mirada intensa al erizo azul, quien pareció leer su mente pues desvió la propia, culpable –¿Acaso tú y ella...– no tuvo que terminar su frase para entender el por qué de su arrebato de emociones. Shadow suspiró con pesadez, más frustrado que antes.
–Escucha– habló Sonic al ver la expresión en el rostro del erizo negro –Jamás te he pedido nada durante estos 24 años, ni una sola vez, ni siquiera cuando en serio te necesite– dijo con un dejo de reclamo en su voz –Te lo pido ahora... no como tu subordinado, como tu hermano– imploró con un sabor amargo en su boca –Encuentra la forma de perdonarle la vida... por favor– dijo en tono de suplica.
Shadow lo vio con cierta sorpresa, Sonic tenía razón, jamás le había pedido nada en su vida, ni siquiera cuando él sabía que lo necesitaba. Soltó un suspiró pesado, el problema de ese recluta había escalado hasta un nivel personal, uno que no le gustaba que se tocara, pero por lo que veía debería de hacerlo.
–Escucha– habló Shadow al fin –Aunque no lo creas, he intentando salvarle el cuello a tu novia– dijo con fastidio.
–¡E-Ella no es...
–Cállate y déjame terminar– interrumpió la patética excusa de su hermano –Y si me hubieras dejado hablar cuando irrumpiste en mi oficina en lugar de acusarme sabrías que logré cambiar su condena.
–¿Es en serio?– preguntó Sonic esbozando una sonrisa.
–Sí– asintió Shadow con la cabeza.
–¡Eso es...
–No te emociones tan rápido– cortó su obvia alegría –El Almirante Silver parece haber tenido un cambio de idea sin razón aparente, perdonara su vida, pero ella deberá de permanecer en la milicia por los siguientes 10 años– explicó para que la previa sonrisa de Sonic empezara a borrarse –No podrá desistir aunque ella lo desee, ni regresar a casa.
–¿Amy se quedará aquí, en trabajos forzados?
–No exactamente– negó –Será trasladada a otra cede... no sé su ubicación.
–¡¿Se irá?!– exclamó Sonic con horror –¡¿Cuándo?!
Shadow dirigió su vista a su muñeca para ver el reloj digital en la misma y regresar su mirada al erizo azul, quien ahora lo miraba impaciente para así responderle:
–Hace una hora.
Tuve muchos comentarios en donde me pusieron que el castigo de Amy era exagerado y sé que suena exagerado!!! Pero hey, la milicia es un tanto extrema, sin embargo, previendo que eso pasaría, quise explicar cómo y por qué es que se había elegido dicho castigo; y siendo honestos, no sería la primera vez que los G.U.N matan mujeres inocentes (T-T María).
Bien lectores, debo de decirles... el siguiente es el último capítulo de Twist, así es, Twist llega a su fin la otra semana ¡Gracias a todos los que me han seguido con esta historia! Y no se preocupen, una vez la concluya empezare a redactar mi nuevo proyecto (tengo varias ideas pero aún no he concretado ninguna) Gracias a todos por seguir conmigo y sin más que decir, los leo para el capítulo final. Kat fuera.
¡GrAcIaS pOr LeEr!
PD: ¿Te gustaría hacer un arte sobre esta historia para que aparezca en el siguiente capítulo y como imagen del mes en mi cuenta de Facebook?
Búsquenme como Kat_Dark_Shadow en Facebook y envíame tu imagen (o por el inbox de Wattpad), la imagen ganadora aparecerá al final del siguiente capítulo para darle un cierre a esta hermosa historia. No importa si es a lápiz o digital, lo que busco es una imagen que capture los 19 capítulos por completo; ¡Espero ver sus obras de arte y hasta entonces!
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