Capítulo 14: The Bar
No lo había visto en los entrenamientos de la tarde, el Capitán Scourge les había dicho que el comandante había solicitado la presencia de Sonic y que él estaría a cargo hasta entonces.
Amy caminó a prisa de regreso a su habitación sintiendo un nudo en su garganta, aún intentando asimilar lo que había pasado esa tarde, necesitaba corroborar la información que Shadow le había brindando ¿podría ser cierto? ¿podría realmente todo este tiempo buscar el afecto y la atención del erizo equivocado?
Amy abrió la puerta de la habitación, para encontrarla vacía, suspirando con desánimo. Realmente anhelaba encontrarlo ahí, aunque no sabía qué esperar al verlo; después de todo, tal vez, él no la recordaría ya que aquella noche había pasado hace mucho tiempo y en memoria no guardaba ningún recuerdo de haberse cruzado a Sonic en los años posteriores o en los intentos fallidos que había tenido por llamar la atención de Shadow.
–Seguramente vendrá tarde nuevamente...– musitó la eriza con decepción para dejarse caer de espaldas a la cama. Amy cerró sus ojos pensativa, recordando cada encuentro con él, cada pelea, cada sonrisa y cada roce de las últimas semanas. Sin lugar a duda, tal cual Shadow se lo había dicho, ahora que había tenido la oportunidad de convivir más con él, el erizo que la había ayudado aquella noche no se parecía en nada al serio y distante erizo negro que ella amó por tanto tiempo. –Realmente suena algo más parecido a Sonic, pero...– calló para sentarse sobre el borde de la cama e intentar imaginar a Sonic realizar un acto tan dulce; tampoco sonaba a algo que él haría –Si quiero averiguarlo debo de poder ver a Sonic actuar como un erizo normal, no como un tirano...– silenció para que una idea cruzara su cabeza –El bar.
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Tomó un pesado trago de aquella bebida amarga y burbujeante para intentar ahogar su mente tribulada. De nuevo yacía solo en aquel bar de mala muerte, para ese momento ya tenía una silla con su nombre y un indeseado sentido de familiaridad con el cantinero.
–¿Más cerveza capitán?– preguntó el gato por sexta vez para que él asintiera con la cabeza en forma de respuesta –¿Un día ajetreado?– inquirió retirando el tarro vacío frente a él.
–Podría decirse...– murmuró el erizo azul sin ánimos de una charla.
–Qué sean dos– escuchó Sonic decir de pronto para que una dama se sentara a su lado y lo viera con cierta picardía –Van por mi cuenta.
Sonic despegó su vista de la cerveza frente a él por primera vez, para fijar sus ojos en la murciélago de pelaje oscuro y aura provocativa que ahora lo acompañaba. El cantinero llegó con ambas cervezas para colocarlas frente a ambos y un ambiente de electricidad los rodeara.
–¿Deberíamos de brindar por algo?– preguntó ella de pronto para verlo de reojo con una mirada seductora –¿O prefieres la compañía silenciosa?
Sonic vio a la chica vestida con un provocativo vestido negro que dejaba ver sus femeninos atributos de forma llamativa, obligándolo a esbozar una media sonrisa para así levantar su tarro con emoción.
–Brindemos por...– calló por un segundo para verla nuevamente de pies a cabeza –Brindemos por tu inesperada, pero afortunada compañía.
La murciélago lo vio con sorpresa, asintiendo con la cabeza deleitada por sus palabras y ambos sorber un trago pesado, sintiendo como sus penas parecían lavarse.
–No puedo creer que Sonic the Hedgehog haga un brindis en mi honor– habló con un amago de sonrisa. Sonic la volteó a ver con sorpresa al escuchar su nombre ser pronunciado de sus labios.
–¿Cómo sabes quién soy?
–¿Acaso importa?– evadió con una sonrisa divertida para que sus ojos color carmesí se posaran en él de manera casi seductora –De cualquier forma, dime ¿qué te trae por aquí, y más importante aún, qué debo de hacer para llevarte conmigo?– inquirió para reír divertida.
–Vaya que sí te ves linda cuando sonríes– habló Sonic pícaramente para acercarse un poco más ella –Eso me gusta– dijo seductoramente. Tal vez una aventura de una noche era lo que necesitaba para poder sacarse de una buena vez por todas a la eriza rosa –Ahora que lo pienso, no me has dicho tu nombre.
–Oh, claro, soy...
–¡Por fin te encuentro!– fueron interrumpidos para que Sonic distinguiera un rostro familiar e indeseado.
–¡¿Am...– enmudeció atragantándose con sus palabras y así rectificar: –Amus... ¿qué haces aquí?– masculló por lo bajo para verla con enfado.
–¿Acaso no es obvio?– dijo Amy para interponerse entre él y la chica a su lado quien la observaba con una expresión divertida y un tanto de sorpresa –Vengo por un buen trago.
–Supongo que será en otra ocasión– murmuró la murciélago dejando el dinero sobre el mostrador y caminar fuera del lugar. –Hasta pronto, Sonic.
Sonic vio a la chica alejarse para perderse entre los comensales sin él poder detenerla, y así regresar su vista a la eriza rosa quien lo miraba con una clara expresión de molestia.
–Maldición– masculló Sonic iracundo para tomarla fuertemente del brazo y sacarla casi a rastras fuera del bar; ya era bastante malo que él estuviera ahí, como para empeorarlo con la presencia de ella. Si alguien se enteraba que ambos habían salido a tomar podría costarle algo más que su actual puesto. Una vez fuera la vio iracundo mientras ella aún intentaba resistirse a su mandato –¡¿Puedo saber qué demonios haces aquí?!
–¡¿Yo?!– vociferó Amy para soltarse de su agarre al fin y tomar un par de pasos de distancia –¡¿Qué me dices de ti?!– reclamó iracunda –¡¿A eso vienes aquí?! ¡Por conquistas fáciles!
Amy lo vio con su ceño fruncido para que él la viera de la misma forma en una guerra de miradas silenciosa. Con mucho esfuerzo ella había logrado escabullirse de las instalaciones y de Scourge para así lograr llegar al único bar en la redonda y al hacerlo, ser su sorpresa de verlo coquetear amenamente con una chica, que en su opinión, estaba escasamente vestida; un calor en la boca de su estómago la abrumó, una mezcla entre enojo y posesión, un sentimiento que le era familiar: celos. Ella se acercó en silencio, con el objetivo de quedarse a la distancia para observarlo y ver qué tramaba, hasta que lo escuchó decir: "– Vaya que sí te ves linda cuando sonríes–" y el recuerdo de aquella noche lluviosa la golpeó fuertemente –"¡Eres muy linda cuando sonríes!"–; aquellas palabras que habían alimentado su corazón durante tanto tiempo las había vuelto a escuchar, despejando cualquier duda en su mente; había sido él.
–Hmph– bufó Sonic para cambiar aquella expresión molesta por una expresión fría –¿Y a ti por qué te importa qué venga yo a hacer?
–¡P-Por...– silenció ella atragantándose con sus palabras, sabiendo que no tenía ningún derecho a reclamarle nada. –¡Porque no es algo que alguien en tu posición debería de hacer!– se le ocurrió al fin. –¡Tú eres un capitán y...
–No querrás decir que es algo que Shadow no haría– interrumpió Sonic fríamente.
Amy silenció abriendo sus ojos con sorpresa al escucharlo enunciar el nombre de él, desviándole así la mirada, sintiéndose expuesta. –¿Por qué dices...
–¿No es la razón por la que estás aquí?– inquirió el erizo fríamente para que ella lo viera con asombro –¿Para conseguir una cita con él?
–¿Cómo sabes...– enmudeció al recordar su conversación con Tails y su extraña conducta luego de ésta esa mañana. –Escucha, eso fue...
–Tranquilízate– dijo el erizo azul indiferente ante su obvio pánico –No eres la primera ni la última embelesada por los encantos de él, pero he de decirte que tienes mucha competencia– dijo dándole la espalda para empezar a caminar.
–Como su hermano has de saberlo, ¿no es cierto?
Ese comentario lo dejó helado para voltearla a ver con sorpresa. Sonic vio una extraña expresión en su rostro, una que no sabía descifrar de todas las que ahora conocía de ella ¿era tristeza? ¿vergüenza? ¿miedo? ¿podría ser algo más? Sonic le volteó el rostro nuevamente, sintiéndose al descubierto.
–¿Cómo lo sabes?– preguntó al final.
–Hace mucho tiempo...– murmuró Amy para fijar su vista hacia la indiferencia de él –En una noche lluviosa, te detuviste para ayudar a una solitaria chica que lloraba a la mitad de la carretera bañada en la desesperanza y la agonía de una perdida– soltó sintiendo una opresión en el pecho al rememorar aquel dolor que sólo ella sabía que existía. Sonic la volteó a ver con intriga y confusión por lo que ella intentaba decirle, y así empezó a dar los primeros y tímidos pasos para prender su mirada en los ojos de él sintiendo como el aire parecía faltarle –Y le diste tu chaqueta...
–¿Mi...– acalló por unos segundos para que de repente una expresión de epifanía se grabara en su rostro y la viera con intensidad –¡T-Tú...
–Por fin te encontré...– dijo Amy sin poder evitar que un par de lágrimas traicioneras rodaran por sus mejillas y una sonrisa iluminara su rostro mientras caminaba a su encuentro. –Todo este tiempo intentando conseguir la atención del erizo equivocado, sin saber que...
–Espera, espera, espera– interrumpió Sonic provocando que ella detuviera su marcha –¿Estás tratando de decirme que todo este tiempo pensaste que Shadow había sido quien te había ayudado?
–Bueno... es decir, él fue quien abrió la puerta al día siguiente y yo pensé...
–Tú pensaste que él había sido y has estado enamorada de él desde entonces, ¿correcto?
–No, es decir... tal vez...
–Y ahora que sabes que fui yo de repente tus sentimientos cambiaron ¿eso quieres decir?
–Espera Sonic, tú no entiendes, yo...
–Claro que lo que entiendo– bufó sarcástico con una expresión incrédula en su rostro y un sonrisa burlona –Es decir que si te hubieras enterado que Scourge fue quien te ayudó aquella noche ahora estarías "enamorada" de él, ¿no es cierto?
–¡Claro que no!– negó Amy molesta para que él la viera con una ceja arqueada, incrédulo, y así ella desviara su mirada avergonzada –Es decir... no lo creo...
–¡Por Chaos!– exclamó Sonic para que ella callara sintiéndose más pequeña que nunca –¡Madura quieres!– vociferó molesto –¡¿Acaso tienes 12 años o qué está mal contigo?!– gritó iracundo –¡No puedes enamorarte de alguien porque hizo una buena acción hace más de cinco años!
–¡Tú no entiendes, ese día yo...
–Gran cosa, tuviste un mal día– interrumpió para verla derramar lágrimas traicioneras –Realmente pensé que eras diferente...– murmuró con un dejo de decepción en su voz–, pero eres una princesa que vive en un mal cuento de hadas– apuntó despectivo –Escúchame bien, yo no soy ningún príncipe azul y así no funcionan las cosas. Si crees sentir de repente algo por mí porque tuve un acto de generosidad no me conoces en lo absoluto y estás enamorada de una idea estúpida.
Amy fijó su vista al suelo sintiendo como un nudo se formaba en su garganta y lágrimas traicioneras empezaban a derramarse cual tempestad mojando la tierra a sus pies; sin lugar a dudas ese no había sido el encuentro romántico que esperaba al revelar la historia detrás de sus sentimientos. Mordió su labio inferior con fuerza en un intento de que sus sollozos no fueran escuchados por el erizo quien ahora la miraba con enfado y lastima.
–Si esa es tu idea sobre el amor hazme un favor y regresa a tu obsesión infantil con mi hermano– habló dándole la espalda nuevamente y empezar a marchar de regreso a la base –O con Scourge si te parece mejor, veo que realmente no tienes problemas para cambiar de opinión respecto a tu corazón– dijo por último para perderse en la distancia.
Amy se dejó caer de rodillas al suelo para abrazarse con fuerza y sollozar en la noche, su corazón dolía como nunca imaginó y a pesar de eso, una parte de ella sentía que no había sido la única lastimada esa noche. Levantó su cabeza para ver a la distancia la espalda del erizo que poco a poco empezaba a perderse en la noche.
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Las trompetas sonaron para dar entender que era hora de levantarse. Sonic bostezó con pesadez para así, por inercia, voltear a ver a la cama a su lado y ver a una eriza quien se levantaba pesadamente por igual; Amy había llegado un par de horas después que él, y aunque intentó conciliar el sueño, no pudo hasta no saber que ella había regresado sana y salva... y se maldecía por ello. Sus ojos rojizos y pesadas ojeras le hacían saber que había pasado la noche llorando y sabía que era culpa suya; abrió su boca buscando en su mente una disculpa por el dolor que le había ocasionado su lengua suelta gracias al alcohol, pero no pudo encontrarla. Ella le desvió la mirada para así ponerse en pie y tomar su toalla, era obvio que iría a bañarse.
–Amm...– logró emitir el erizo azul brindando un poco de aire a la tensión entre ambos –¿Necesitas...
–Puedo sola– dijo ella cortante para salir de la habitación, dejándolo a solas.
–Genial– murmuró Sonic con desánimo.
Era domingo, lo que significaba que era día de visitas para los novatos y que debería de actualizar los rangos de sus reclutas. No quedaba mucho más tiempo para que el entrenamiento concluyese y la verdad no podía sentirse más a gusto con ello.
Se puso en pie no sin antes ver nuevamente la cama vacía a su lado, suspirando con fuerza recordando la confesión de la eriza, recordando aquella noche en donde una eriza rosa yacía empapada a la mitad del camino con su rostro bañado en lágrimas, aún recordaba la orden expresada de sus labios para detener su lujoso vehículo y así correr hacia donde ella; al verla observó a una eriza en donde en los ojos pudo ver que su vida había sido arrebatada, como la de él un par de años antes al enterarse de la súbita muerte de su madre. Tal vez se vio reflejado en ella, y su vago intento por ayudarla no era más que un simple recuerdo inconsciente sobre como una cara amigable en aquel desagradable funeral hubiera hecho una diferencia.
–Quien hubiera dicho que hizo una diferencia...– murmuró el erizo azul para así para ver una vez más al colchón que aún albergaba el calor de su cuerpo –Es una lastima que esos sentimientos jamás fueron míos– dijo con pesar.
Sacudió su cabeza con fuerza para ahogar el tema rogando porque lo que quedara de éste durmiera nuevamente en lo más profundo de su mente. Sin ánimos para seguir dándole vueltas al asunto, él tenía un trabajo al cual enfocarse con el único objetivo de olvidarse de ella y la extraña situación donde se había metido.
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Terminó de arreglarse y para cuando regresó a la habitación él se había ido. No sabía cómo sentirse al respecto, lo único que sabía es que sentía su corazón roto y que ahora no podía verlo a los ojos sin que las ganas de llorar se apoderaran de ella.
–¿Amus?– escuchó decir mientras la puerta de su dormitorio se abría para ver un rostro familiar –Tienes visita, una linda chica te espera– sonrió Knuckles pícaro.
–¿Linda chica?– repitió anonadada –"¿Podrá ser Sally nuevamente?"– pensó intrigada –Enseguida voy, gracias.
–No hay problema– respondió el equidna indiferente –Sólo apresúrate que sabes que tenemos el tiempo limitado para las visitas.
–De acuerdo.
Amy salió detrás de él, sabiendo que Sonic podría acortar su tiempo con Sally y realmente ella necesitaba hablar con alguien para poder sacar todos aquellos sentimientos que tenía dentro, era el día en que necesitaba a su mejor amiga más que nunca.
Amy llegó casi corriendo a la cafetería para buscar con desesperación a la chica ardilla sin poder distinguir su sedosa cabellera en ningún lado. –Hola Ames– escuchó decir a sus espaldas para ver a una gata lila de mirada estoica. Un escalofrío recorrió su espalda como si su misma madre se hubiera aparecido frente a ella.
–B-Blaze...– nombró aterrada –¿Cómo... es decir, qué...
–Sally me contó sobre tu pequeña aventura– respondió para hacer un gesto con su mano invitándola a sentarse. Amy titubeó unos segundos para luego asentir con la cabeza tomando asiento frente a ella, encogiéndose de hombros en su lugar. Ella sabía lo mucho que significaba para Blaze entrar en el programa de los G.U.N y no tenía idea de cómo reaccionaría ahora que sabía lo que ella había hecho. Ambas permanecieron en silencio hasta que la voz áspera de la felina retumbó en sus oídos: –Y dime, ¿ha valido la pena?– preguntó captando su atención. No era la pregunta que esperaba.
–Eso creo... no lo sé– murmuró Amy apagada –Resulta que Shadow no es el erizo que pensé que era...
–¿A qué te refieres?
–No fue Shadow quien me ayudó aquella noche, ¿recuerdas?
–¿Cómo olvidarlo? Es de lo único que hablas desde la muerte de tus padres.
–Bueno, no fue él– dijo con un pesado suspiro –Fue su hermano... Sonic.
La expresión estoica de la gata cambio de pronto para que una de sorpresa tomara su lugar y así decir: –¿Sonic the Hedgehog?– confirmó Blaze anonadada. Amy la vio con asombro sin lograr entender cómo ella podría saber su nombre o por qué su repentino cambio en la expresión de su rostro, lo cual era sin lugar a duda raro de ver en ella.
–¿Lo conoces?
–Claro, fue quien me defendió ante los ineptos de mente cerrada que me prohibieron la entrada– explicó la gata con un amago de sonrisa –A diferencia del incompetente erizo verde, en donde su machismo relució en todo su esplendor.
–Bueno, pues fue él– retomó Amy el tema frunciendo el ceño –¡Y cuando le dije lo que sentía el simplemente me dijo que madurara!– rememoró rencorosa –¡Dijo que soy una princesa que vive en un mal cuento de hadas y que mis sentimientos no son reales!
–¿Y lo son?
–¡Claro que lo son!– refutó Amy molesta.
–Es decir, ayer estabas locamente enamorada de Shadow y ahora me dices que estás locamente enamorada de él– señaló la gata duramente –Yo tampoco confiaría en lo que me dices.
–¡¿De qué lado estás?!– vociferó la eriza para ponerse en pie indignada.
–Del lógico– replicó Blaze sin responder ante su berrinche infantil –Realmente Sonic tiene un buen punto, te has aferrado a un acto de caridad que pasó hace tanto tiempo y mantenido sentimientos de amor a alguien con quien nunca haz hablado, ¿te parece algo lógico?
–¡Eso es... eso es...
–Es una idea incoherente para la mujer que eres ahora– explicó –No eres la única que ha tenido perdidas, es decir, entiendo que él se sintiera un tanto ofendido con tu historia infantil sobre como un caballero en su armadura plateada vino a rescatarla de tu pasado trágico, por favor, es decir ¿acaso sabes que su madre murió cuando él era muy joven?– soltó de pronto para que la ira inicial se desvaneciera y la viera con sorpresa para que se sentara nuevamente –Así es, creo que tenía tu edad cuando eso pasó– mencionó con una expresión pensativa –¿O acaso sabes que su padre lo mandó a un internado por cuatro años para no lidiar con él?
–No... yo...
–¿O qué no puede entrar al agua desde la muerte de su madre en el mar años atrás?
–¿Cómo sabes todo eso?– cuestionó Amy al fin con un dejo de celos en su voz.
Blaze elevó sus hombros en señal de desinterés para así responder: –Nos hemos reunidos a tomar un trago de tanto en tanto en un bar no muy lejos de aquí– explicó –Tiende a hablar un poco de más cuando el alcohol se le sube a la cabeza– dijo con un dejo de diversión en su voz –, pero lo más importante es, que tú no tienes idea de quién es él y por tu expresión puedo decir que no te has tomado la molestia en averiguarlo.
–Es que... bueno, él no habla mucho.
–Bueno, entonces dime, ¿qué te gusta de él, qué te ha enamorado?– preguntó la gata de pronto para que Amy la viera con sorpresa, sonrojándose intensamente. Desvió la mirada recordando aquellos momentos juntos, pero no podía formular una respuesta decente, no sabía ni como poner aquellos momentos en palabras –Si no puedes responder es porque tus sentimientos son tan vacíos como la idea de lo que es él; no me sorprende que te haya dicho eso.
–... ¿Entonces qué debo hacer?– preguntó la eriza rosa al fin sin poder encararla.
–Renuncia– soltó Blaze sin reparó para que ella la viera al fin –Si ya no estás interesada en Shadow no tiene caso seguir aquí; yo hablaré con Sally sobre los términos de tu derrota y me encargaré que no pierdas ni un diamante, y todo estará bien.
–Pero...
–O quédate y descubre a una nueva Amy Rose, una que no vive alimentándose de un pasado trágico, y quién sabe, tal vez puedes realmente conocer a alguien aquí.
Amy la observó con asombro, sus palabras parecían tener más sentido que ninguna otra jamás dicha a su ser. –¡El tiempo de visita ha terminado!– escucharon decir para que la gata se pusiera en pie dando por concluido su tiempo.
–Por una vez en tu vida haz algo por ti y no por conquistar a un muchacho– dijo por último la felina para así palmar su cabeza con gentileza –Se fuerte, Ames– dijo con una calidez que no sabía que la felina podía transmitir y una sincera sonrisa –Hasta pronto.
Amy la vio salir del recinto para quedarse en silencio en medio de la cafetería que empezaba a vaciarse; durante los últimos años jamás había dado un sólo paso sin pensar si la acercaría o no a Shadow o a su objetivo de que él supiera que ella existía, y debía admitir que en las últimas semanas había demostrado que podía hacer cosas que nunca imaginó y realmente se sentía muy bien con la nueva Amy que se iba formando.
–¡Hey Amus!– llamaron de pronto para que Knuckles y otro grupo de novatos la saludaran en el otro extremo del salón –¿Te apuntas para una loca aventura?
–¿Loca aventura?– repitió ella sin comprender.
–¡Iremos por tatuajes y perforaciones!– exclamó otro muy emocionado.
–¡Para celebrar otra semana en el top 10!– explicó el equidna.
–Pero yo no sé si...
–Estás en el decimo puesto– interrumpió Knuckles su argumento –Por muy poco, así que yo que tú aprovechaba la oportunidad.
–¡¿Es en serio?!– dijo ella asombrada para ir hacia donde ellos estaban y ver detrás de ellos el tablero de posiciones.
–Parece que te has vuelto muy bueno en esto de la milicia.
–Sí... eso creo– habló atónita con una sonrisa en su rostro.
–Entonces, ¿te apuntas?
Amy los vio aún titubeante, pero tal vez sería bueno un cambio para marcar una nueva fase en su vida, una fase donde ella iría de primero y no el recuerdo lejano de un muchacho.
–Me apunto.
¡Terminado! La verdad el capítulo lo tenía planeado para ir ligeramente en otra dirección pero cuando lo fui releyendo quise darle un giro diferente, quise esta vez cambiar un poco a la típica Amy Rose dependiente y empezar a empoderar a este personaje. Bien, pero eso no significa que el sonamy morirá!!!! Así que esperen el siguiente capítulo; Capítulo 15: Conociéndonos. Hasta entonces, Kat fuera.
Nuevamente, ¡gracias a Mariana por todo su trabajo para traer a la vida a esta fic con sus imágenes!
¡GrAcIaS pOr LeEr!
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